lunes, 6 de diciembre de 2010

LECTURA DE LAS SAGRADAS ESCRITURAS (BIBLIA)

En los tiempos que corren hay un creciente interés por la lectura de la Biblia, podemos decir que está de moda, y no puede haber una mejor. Pero es necesario que seamos guiados por los especialistas  que la conocen a fondo para que nos sea mas provechosa su lectura. No es aconsejable aplicar nuestro criterio personal, sino seguir lo que se nos indica.

"IGNORAR LAS ESCRITURAS ES IGNORAR A CRISTO" San Jerónimo, S. IV.

Veamos que es lo que nos dicen los que si saben de las Sagradas Escrituras a los católicos.

Lo primero que nos aconsejan es que tengamos un métoso, y que lo hagamos sistemáticamente de la siguiente forma. El mejor método consiste en que tengamos una hora fija, si es posible, y que sea diaria su lectura, además de que debe ser meditada, no como leemos una novela, sino como leemos un texto y sin excluir la meditación de que vayamos leyendo.

Que debemos empezar, por el NUEVO TESTAMENTO por los Santos Evangelios y no por el Génesis que es el primer libro del Viejo Testamento y las razones que nos dan son de suma importancia. Pues el Viejo Testamento es preparación, es profetizar precisamente la venida de Jesucristo, la que se da al llegar la plenitud de los tiempos.

Se nos dice que solo después de conocer el Nuevo Testamento nos será posible entender la totalidad del Viejo Testamento. Aunque se nos aclara que la Biblia es un todo, considerando ambos testamentos, que no son cosas separadas, sino una unidad absoluta, lo que no es objeción para que el orden de su lectura-estudio-meditación sea como nos lo aconsejan.

Y la sistematización consistirá en que empecemos por el primer evangalista, San Mateo, para continuar con San Marcos, continuando con San Lucas para terminar los Santos Evangelios con San Juan. Aquí cabe hacer una aclaración importante, los tres primeros son conocidos como "Los Evangelios Sinópticos" esto se debe a las semejanzas que presentan. Son libros que se escribieron a partir de notas de las catequesis que llevaron a cabo estos hombres de Cristo, para diferentes lugares y en diferentes momentos. Siempre llevando el mensaje de Jesucristo, quien lo recibió directamente de Dios Padre, como Él mismo nos lo aclaró en diferentes ocasiones. Los Santos Evangelios son por tanto cristocentricos, Él es el centro de ellos en tanto es el enviado de Dios. Dios verdadero y hombre verdadero, Segunda Persona de la Santísima Trinidad.

También se nos aclara que por contener la Biblia diferentes géneros literarios su lectura sin el conocimiento previo del Nuevo Testamento resulta en muchos casos, en que contiene simbolismos, ininteligible para nosotros los legos, siendo campo de los exégetas y los apologistas, que después de siglos siguen estudiando y descubriendo aspectos nuevos. Esto por los avances en el conocimiento del sentido de las lenguas antiguas, los estilos autoriales, y otros aspectos técnicos.

Después de la lectura metódico-sistemática, ordenada de los tres primeros Evangelios, se debe de introducir uno en el Evangelio de San Juan. El cambio de estilo, y las narraciones que este tiene nos presentan, una visión complementaria pero diferente de los Sinópticos sobre Nuestro Señor Jesucristo.

Al terminar con el Evangelio de San Juan se lee el libro llamado HECHOS DE LOS APÓSTOLES,  que la Santa Tradición atribuye a San Lucas, y en el que se nos narran en una forma por demás apasionante, en continuación con los objetivos de los Evangelios de proporcionarnos, las enseñanzas de Cristo. A continuación vienen las EPÍSTOLAS DE SAN PABLO. Conocido como el Apostol  de los gentiles, huelga decir que son escritos de un hombre que  recibió de Jesucristo una Revelación extraordinaria, cuando iba camino de Damasco a atacar a los cristianos. Su conversión fué inmediata y se convirtió en activísimo apostol.

A continuación se introduce el lector en las epístolas católicas, donde se publican la de Santiago, las de San Pedro, la de San Judas Tadeo, y las de San Juan, todas ellas de la mas pura doctrina, y de lo mas agradable de leer.

Aquí cabe comentar que el último libro del Nuevo Testamento se atribuye a San Juan evangelista, y se llama APOCALIPSIS, se trata de un libro lleno de simbolismos, que conviene leer en una biblia que sea rica en comentarios, pues no se puede entender sin la ayuda de las explicaciones  de los exégetas. Con este libro se termina la Divina Revelación.

No es difícil que por interés en conocer ciertos episodios del Antiguo Testamento, o por el natural interes en leer las narraciones del Génesis, el Exodo, o los libros históricos, que por su claridad se entienden sin mayor problema, nos interesemos en romper nuestro órden de lectura temporalmente, en la inteligencia de que volveremos a nuestro sistema recomendado.

Jorge Casas y Sánchez.

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