jueves, 13 de abril de 2017

segunda parte Comentarios breves a amoris letitia.



111-113   DISCULPA TODO. Aquí el Santo Padre, nos comenta bellísimas estampas del debido comportamiento en relación y entre los cónyuges, entresaco algunos aspectos:
-        Es mejor guardar silencio ante algún aspecto malo de mi cónyuge.
-        Es bueno contenerse de lanzar juicios y/o condenas duras, hay otros caminos suaves.
-        Detenerme antes de dañar la imagen de otro, en especial con la esperanza de reforzar la propia, lo que es generalmente descarga de rencores o envidias.
-        La difamación puede ser grave pecado, y muy peligroso cuando se lleva a cabo del cónyuge ante los hijos.
-        El amor cuida la imagen del otro.
-        El otro no es solo aquello que a mi me molesta es muchas mas cosas.
-        El amor convive con la imperfección, le disculpa y sabe guardar silencio ante las limitaciones del otro.
114-125. CONFÍA, en el matrimonio debe de existir la confianza, no debe ninguno ser controlador del otro, querer que en todo momento se esté reportando o dando explicaciones, nos debemos tener confianza, gozar de nuestra autonomía, ser y usar ordenadamente de nuestra libertad personal, así los cónyuges en cada reencuentro, y estos pueden ser varios al día se comunican sus propias experiencias, novedades, sin ficciones, con transparencia. Una  familia donde reine la confianza e identidad de sus miembros, es de desear. Esta forma de vida contempla la maduración de todos, recordemos que el ser humano, jamás deja de madurar, y las potencialidades humanas van germinando.
El amor soporta todo nos dice San Pablo, la paciencia, la comprensión, la empatía, son virtudes que deben aflorar en la vida familiar, es con amor con lo que se irán solucionando los problemas, no con la oposición frontal, aunque parezca a veces la única solución. La luz de la Gracia del Sacramento que Dios nos otorga por los méritos de Jesucristo es a lo que debemos de recurrir ante las dificultades, que no dejarán de estar presentes nunca.
La caridad conyugal se fundamenta en ese amor unitivo del que nos habla Santo Tomás, el amor conyugal después del amor a Dios debe de ser el mas perfecto en la persona humana, sin olvidar que se trata de dos seres imperfectos, que tratan de imitar la perfecta unión que se da entre Cristo y su Iglesia. Pero no podemos pedir a los imperfectos la perfección de los perfectos. Recurramos a los dos fundamentos del matrimonio, con la constancia necesaria, el amor y el vínculo indisoluble. Un amor débil o enfermizo no tiene la capacidad de resolver, de mantener, de valorar las enormes cualidades de un matrimonio sano, fuerte que sabe ir resolviendo las dificultades que la vida le presenta que se reinventa tantas veces como sea necesario, y comienza nuevamente, una y otra vez, hasta el fin de la vida. Si pero lo lograremos con la gracia de Dios por lo tanto no podemos dejar de pedirla y estar dispuestos a aceptarla.
La amistad y la pasión se reúnen en los cónyuges, y como lo recuerda el Concilio Vaticano II son lo divino y lo humano, la respetuosa sexualidad, la unión, la mutua donación es el sentimiento de ternura que preña toda su vida.
126-130.  ALEGRÍA Y BELLEZA. Hay ventajas enormes en el matrimonio, pero hay peligros también, uno sería el de la obsesión por lo sexual, que pondría en peligro aspectos indispensables del matrimonio, como la espiritualidad y sacralidad en la relación, la comunión de ideales y responsabilidades, nos privaría de otras alegrías que se viven en los esfuerzos, las tensiones y liberaciones, la amistad conyugal, satisfacciones, búsquedas, ayuda mutua y servicios. El apreciar al cónyuge no solo por el atractivo físico, sino por las bellezas de la persona en tanto tal, la ternura y el amor de caridad que es el de la amistad entre los cónyuges, así cuando los atractivos físicos van desvaneciéndose, permanecen los demás, y continúa la alegría del matrimonio. El deseo de posesión egoísta debe desaparecer y se conservan la ternura y el aprecio de las cualidades propias de la persona, independientes a la atracción física, se conserva así la libertad y el aprecio mutuo, así en los matrimonios entrados en años, con la larga vida a cuestas, ya no cuentan esos malos recuerdos, como: ¡mi mujer ya no me mira, solo tiene ojos para sus hijos!, sino que vemos reflejados en nuestros hijos, la vida de dedicación,  de amor vertido en ellos, entonces las alegrías de lo logrado juntos, hacen vernos que la vida ha valido y sigue valiendo la pena. Pocas alegrías son tan nobles como la compartida, en el caso, la de juntos haber creado una familia, con todos los defectos que se quieran, recordando que los humanos si no somos sino imperfectos, también somos perfectibles. Una buena y muy sabia definición del matrimonio es: DOS PERSONAS IMPERFECTAS BUSCANDO VIVIR EN ARMONÍA.
131 - 149 .- CASARSE POR AMOR. A los jóvenes quiere decir el Santo Padre que el unirse en matrimonio es la expresión mas clara del abandono del nido materno, es la decisión mas libre de cuantas puedan darse, es el abandono de otros caminos para emprender el propio, juntos con valentía y con confianza en el otro en si y en la unión entre ambos, es el desafío social, el dar la cara a las dificultades propias de la vida, juntos, con decisión, la familia perfecta como las presenta Hollywood, no existe, la familia feliz buena, sólida es la que se sobrepone y resuelve las dificultades, con lucha, sacrificio, negándose a sí mismos muchas cosas los cónyuges, se madura viviendo las imperfecciones, eludiendo las que se pueden eludir, evitando en el hogar el consumismo, enseñando el orden, siendo felices aún dentro de la precariedad,
El consumo desordenado, la dependencia de las modas, son falacias, y el control esmerado en los gastos es una realidad formativa, sana. Con los pequeños no debemos de tener prisas, debemos escuchar todo lo que tienen que decir, darles tiempo de calidad, no fingiendo sino dándoles la oportunidad de que se expresen, de que vayan formando su propia autonomía, y nosotros como padres debemos tener que comunicarles a nuestros hijos, a cada uno lo que le es mas adecuado.
El amor matrimonial logra la felicidad y el progreso en la familia, y esto es bueno para la sociedad, es un servicio a la vida común, Dios quiere nuestra felicidad en esta vida, pero no la del animal sano que predicó San Josemaría, sino la felicidad que surge de dentro del ser y se derrama sobre los demás.
EROTISMO EN EL MATRIMONIO, experimentar la emoción, sentir la atracción pasional, no es pecaminoso ni reprochable, lo que puede ser bueno o malo es el acto que se realice desprendido de esa pasión, por lo tanto debemos procurar que de nosotros no se desprenda el acto egoísta, esclavisante del cónyuge, sino el que combina la comunicación amorosa y espiritual. No se debe confundir una gran necesidad de ser amado con una gran capacidad de amar, esos son sentimientos que pueden ocultar egocentrismo. Dios nos ha hecho un gran regalo con la sexualidad, a Juan Pablo II debemos el párrafo a continuación, el cual comenta el Papa Francisco:
” A quienes temen que en la educación de las pasiones y de la sexualidad se perjudique la espontaneidad del amor sexuado, san Juan Pablo II les respondía que el ser humano «está llamado a la plena y madura espontaneidad de las relaciones», que «es el fruto gradual del discernimiento de los impulsos del propio corazón”.
La necesidad sexual de los esposos, nunca ha sido objeto de crítica o menosprecio por parte de la Iglesia, lo que esta enseña es el uso adecuado de las relaciones sexuales, acorde a la doctrina de Jesucristo, que sepamos y seamos coherentes con lo que es, y no confundamos los instintos con las realidades humano corpóreas del ser.
150-157     San Juan Pablo II, rechazó que la Iglesia lleve a una negación del valor del sexo humano, y añade que la necesidad sexual de los esposos no es objeto de menosprecio.  Todo ser humano debe aprender con perseverancia los significados del cuerpo y la auténtica dignidad del don. La corporeidad sexuada no solo es fuente de la vida, sino que tiene la capacidad de expresión de amor esponsalicio, incluso en su erotismo ordenado, que en este contexto aparece. Por lo que, afirma, que es don que aparece en la sublimación del amor, admirado en la dignidad del otro.
En este mismo contexto podemos caer en la despersonalización sin visión positiva, y aun caer en patologías como la del descarte: Usa y tira, manipulación, prepotencia, abuso.
No está por demás recordar que la sexualidad dentro del matrimonio puede convertirse en manipulación y fuente de sufrimiento. (COSIFICACION). Que deja de ser acto de amor. Se convierte en imposición. No confundir lo que se nos dice en Efesios, …..la mujer debe de star sujeta…. lo que sería imposición.
Lo que debe imperar es la dignidad humana, la manera de amar al cónyuge que busca equilibrio, que no abandona lo espiritual del amor humano.
158-164- La virginidad es un valor, una entrega, una forma de amar. No la debemos de considerar ni superior, ni inferior al estado matrimonial, ambos tienen su propio don de Dios, cada uno en su sentido puede perfeccionarse o no en sus respectivos puntos de vista, son estados diferentes mas no opuestos.
El celibato corre el peligro de convertirse en una situación de comodidad, que evita responsabilidades, otorga  una supuesta libertad, de tipo personal y económico, siendo su valor equiparable a otros estados cuando se lleva por amor a Dios, como entrega generosa al Reino de Dios.
165-   -  Acoger la nueva vida, los hijos, estos son amados incluso antes de que lleguen, en el ámbito familiar son acogidos con gran alegría, por los padres por supuesto y también por hermanos, abuelos, tíos etc. La Iglesia les da la bienvenida cuando vienen a este mundo.
El embarazo es una época difícil, mas es una época maravillosa, a los padres los ha acompañado Dios desde el mismo momento de la concepción de una manera muy especial pues se trata de la más maravillosa colaboración en la que el Creador hace de la nada un alma inmortal nueva, irrepetible, la CREACIÓN CONTINÚA EN LA GENERACIÓN DE UN NUEVO SER. Ser padres es la experiencia mayor del ser humano, precisamente por esa obra conjunta divina y humana,
Los recién nacidos, empiezan a recibir con los cuidados y la alimentación la maravilla del amor paterno-maternal, y en ellos empieza a desarrollarse el amor filial, y se sublima el amor conyugal, que experiencia mas bella la de conjuntamente participar la familia con Dios en ese binomio inseparable de la generación y educación de la prole. Es la belleza de la vida en todo su esplendor.
La ternura, el amparo, la compasión de los padres ayudan a ir despertando en el bebé la confianza, empieza a experimentar en el mundo, a conocerlo, desarrolla su autoestima, y va percibiendo los límites de la realidad. Define su sexo, se da perfecta cuenta de la DIFERENCIA DE GÉNEROS, conforme crece.
Los problemas que se generan en los contextos presentes son de la ausencia del padre, por razones de emprese-trabajo-necesidades económicas, cuando bien, pues puede haber otras razones de ausencia, “adicciones diversas”.
La presencia masculina es indispensable tanto para las niñas como para los varoncitos, en juegos, en preocupaciones , en angustias, en dudas, en necesidades de amor y comunicación. El matrimonio no es solo para la procreación, es para la complementación del ser humano, en esa vocación hogareña, pero los hijos son también complemento, de allí que las leyes de adopción son tan importantes, y sustento es el padre y la madre, no dos iguales. En la adopción se suple la infecundidad y a veces se complementa a la familia fecunde, “maravilla de amor humano”.
El ejemplo de LA SAGRADA FAMILIA, ¿no es este el hijo de María, ¿ no es el hijo de José el carpintero? Nos habla de la familia NORMAL, huyamos de las familias raras, seamos normales, que nuestros hijos vayan a escuelas normales, que sean comunes y corrientes, que ya con el tiempo florecerán sus talentos.
199-258   En este Capítulo el Papa aborda orientaciones para construir familias sólidas, fecundas, que son no solo objeto sino sujeto de evangelización y se queja de la falta de preparación adecuada en muchos de los ministros ordenados, aconsejando que se incluya en su formación la cuestión familiar.
En cuanto a los novios aconseja el que se les guíe en su preparación para el matrimonio, así como en los primeros años de la vida matrimonial.
Otra perspectiva de la pastoral familiar nos habla de las personas abandonadas, separadas, divorciadas, poniendo en relieve el sufrimiento de los hijos. Siendo la pastoral una que ayude a prevenir y mas bien,  fortalecer los vínculos, en especial el del amor.
Toca después las situaciones de los matrimonios mixtos, y los casos en que se dan dentro de la familia casos con tendencias homosexuales.
CAPÍTULO SEPTIMO: 259-290, aquí toca lo relacionado a la educación de los hijos, su formación en la ética, la educación sexual, y la transmisión de la fe.
Le da importancia a le maduración en la libertad de los hijos, sin la obsesión de controlar todos sus movimientos, mas bien se debe cultivar su auténtica autonomía, y muy particular atención le presta a la educación sexual, que fuera de casa o la banaliza o le da una importancia por encima de la que realmente debe tener. Debe enseñarse en el cuadro del amor, de la recíproca donación. En cuanto a la expresión “sexo seguro” la considera una cosa negativa en cuanto va en contra de la finalidad procreativa natural que cierra las puertas de la vida, viendo e esta como un enemigo del que hay que protegerse.
CAPITULO OCTAVO:291-312, este es el mas controvertido de toda esta pastoral del papa y de los sínodos, aún antes de que estos comenzaran, pues es un tema candente que involucra muchos aspectos pero sobre todos ellos los doctrina de Jesucristo. Es una invitación a la MISERICORDIA y al DISCERNIMIENTO, este último es un término que toma relevancia al afrontar las situaciones.
Estas situaciones consisten en las analogías que se dan en matrimonios que no son el ideal de la doctrina cristiana. No es posible desconocer totalmente dichas analogías, pero por encima de ellas debe prevalecer la Doctrina de Nuestro Señor Jesucristo, en ellas se dan complejas irregularidades de diferentes grados, pero no se debe de dejar de considerar las similitudes, que muchas veces contienen elementos constructivos.
Los divorciados que han realizado una nueva unión, cada caso es diferente, y en su fuero interno sufren y viven a causa de su condición. Se trata de integrar a cada uno a la comunidad eclesial para que se sientan objeto de la Misericordia, que como sabemos es incondicional, inmerecida y gratuita, por lo que hay que considerarlos sujetos de un adecuado discernimiento personal y pastoral. Que no se sientan excomulgados sino que puedan vivir y madurar como miembros vivos de la Iglesia. Esta integración es también muy importante para la educación cristiana de sus hijos, los cuales deben ser considerados los mas importantes.
No es una propuesta romántica o una respuesta débil ante el amor de Dios, que siempre quiere promover a las personas, ya que « la misericordia es la viga maestra que sostiene la vida de la Iglesia. Todo en su acción pastoral debería estar revestido por la ternura con la que se dirige a los creyentes; nada en su anuncio y en su testimonio hacia el mundo puede carecer de misericordia ».361 Es verdad que a veces « nos comportamos como controladores de la gracia y no como facilitadores. Pero la Iglesia no es una aduana, es la casa paterna donde hay lugar para cada uno con su vida a cuestas »
La ternura nos complica la vida maravillosamente. La Iglesia nos trata con ternura, y con ternura debemos tratar a los demás. Creo que es difícil encontrar un matrimonio donde no se haya dado la ternura, que se haya desvanecido, es muy posible, pero la hubo, y a ella tendremos que recurrir y de lo que de ella quede, se reavivará el fuego, nuevamente nos encontramos con la vieja historia humana, donde lo propio es caer, pero siempre hay que recuperarse de la caída, en ello se basa el cristiano, pues todos somos pecadores.
Papa Francisco. Foto: Daniel Ibáñez / ACI Prensa.
VATICANO, 13 Sep. 16 / 09:16 am (ACI).- L’Osservatore Romano, el diario del Vaticano, publicó un artículo sobre una reciente carta del Papa Francisco a los obispos de la región pastoral de Buenos Aires en Argentina. La misiva, explicó el periódico, respondía a unos “criterios básicos” propuestos por los prelados para el acompañamiento pastoral de los divorciados en nueva unión, en base a la exhortación apostólica Amoris Laetitia.
Los obispos de la región pastoral de Buenos Aires elaboraron un escrito, dirigido a sus sacerdotes, titulado “Criterios básicos para la aplicación del capítulo VIII de Amoris Laetitia”. El documento busca “acordar algunos criterios mínimos” sobre “el posible acceso a los sacramentos de algunos ‘divorciados en nueva unión’”.
La guía de los obispos bonaerenses fue remitida al Papa Francisco, quien aseguró que el documento “es muy bueno y explicita cabalmente el sentido del capítulo VIII de Amoris Laetitia”.
No hay otras interpretaciones”, aseguró el Santo Padre, expresando su confianza en que la guía “hará mucho bien”.
En su documento, los obispos precisaron que “no conviene hablar de ‘permisos’ para acceder a los sacramentos, sino de un proceso de discernimiento acompañado por un pastor”.
“Este camino no acaba necesariamente en los sacramentos, sino que puede orientarse a otras formas de integrarse más en la vida de la Iglesia: una mayor presencia en la comunidad, la participación en grupos de oración o reflexión, el compromiso en diversos servicios eclesiales, etc.”, precisaron.
La guía dirigida a los sacerdotes de Buenos Aires indica además que “cuando las circunstancias concretas de una pareja lo hagan factible, especialmente cuando ambos sean cristianos con un camino de fe, se puede proponer el empeño de vivir en continencia”.
“Si se llega a reconocer que, en un caso concreto, hay limitaciones que atenúan la responsabilidad y la culpabilidad, particularmente cuando una persona considere que caería en una ulterior falta dañando a los hijos de la nueva unión, Amoris Laetitia abre la posibilidad del acceso a los sacramentos de la Reconciliación y la Eucaristía. Estos a su vez disponen a la persona a seguir madurando y creciendo con la fuerza de la gracia”.
Sin embargo, advirtieron los obispos, “hay que evitar entender esta posibilidad como un acceso irrestricto a los sacramentos, o como si cualquier situación lo justificara. Lo que se propone es un discernimiento que distinga adecuadamente cada caso”.
El documento explica a los sacerdotes que “puede ser conveniente que un eventual acceso a los sacramentos se realice de manera reservada, sobre todo cuando se prevean situaciones conflictivas”.
“Pero al mismo tiempo no hay que dejar de acompañar a la comunidad para que crezca en un espíritu de comprensión y de acogida, sin que ello implique crear confusiones en la enseñanza de la Iglesia acerca del matrimonio indisoluble”, señalaron los obispos de Buenos Aires.

No hay que mal interpretar este documento de los CRITERIOS BÁSICOS, que los obispos de Argentina realizaron, especialmente en relación a los casos de PROCESO DE DISCERNIMIENTO, pues hay quien ha pensado en la posibilidad de excepciones a la Doctrina Católica, no hay tal. La doctrina no hace excepciones, la doctrina se aplica como siempre, es la misma, real y sustancialmente que desde antiguo.
CAPÍTULO NOVENO.-313- La espiritualidad tiene diversos matices según donde se viva, y el matrimonio no es excepción, el Concilio Vaticano Segundo nos enseña que los laicos la podemos vivir en el matrimonio, y en la vida familiar de una manera muy especial, llevando la intercomunicación, la interdependencia, las relaciones todas, las verticales y las horizontales, de manera santificable, la inhabitación trinitaria se da dentro de la familia.
 El hogar y la familia son las mas ideales maneras de vida del ser humano en cualquier edad, es escuela de los menores es el mejor hospital cuando alguien enferma, es el mejor asilo en la vejez, a imitación de Jesús, en el seno familiar se debe mirar por las necesidades del otro y atenderlas, ningún abrigo es mas amable que el que el amor familiar otorga en su seno a todos en la familia, es una pena que esto en lugar de entenderse, y procurarse, se ataque, ninguna hospitalidad es superior a la de la familia. Y este ambiente de amor de fraternidad, de caridad, debe salir a la calle y ayudar al pobre y necesitado, porque siendo la célula de la sociedad, no debe ser tan solo su dedicación a lo interno, se debe ocupar de la ayuda caritativa.
Pero las familias deben de madurar en busca de perfeccionarse, aunque nunca llegarán a la perfección absoluta que solo se alcanza en el reino celestial, su fraternidad, amor, oportunidad de desarrollo, se irán logrando con esfuerzo compartido, interrelación, intercomunicación y experiencias. TERMINAMOS CON LA ORACIÓN QUE TERMINA LA EXHORTACIÓN.
Oración a la Sagrada Familia
Jesús, María y José
en vosotros contemplamos
el esplendor del verdadero amor,
a vosotros, confiados, nos dirigimos.
Santa Familia de Nazaret,
haz también de nuestras familias
lugar de comunión y cenáculo de oración,
auténticas escuelas del Evangelio
y pequeñas iglesias domésticas.
Santa Familia de Nazaret,
que nunca más haya en las familias episodios
de violencia, de cerrazón y división;
que quien haya sido herido o escandalizado
sea pronto consolado y curado.
Santa Familia de Nazaret,
haz tomar conciencia a todos
del carácter sagrado e inviolable de la familia,
de su belleza en el proyecto de Dios.
Jesús, María y José,
escuchad, acoged nuestra súplica.

Amén.