lunes, 21 de octubre de 2019

NO NOS DESANIMEMOS.




NO NOS DESANIMEMOS.



Nunca nos debemos de sentir incapaces de hacer, de construir algo bueno, algo que merezca la pena. Nos sentimos incapaces de cambiar algo por completo, y podemos tener razón, hay imposibles para nosotros, pero no hay imposibles para Dios. Él lo puede todo, por tanto nunca debemos de quedarnos quietos y sin buscar aquel bien que hemos identificado y por el que queremos hacer algo.

Lo que debemos de buscar es el hacerlo dando pequeños pasos, ya que no lo podemos hacer a grandes zancadas, y poco a poco llegaremos a las cosas grandes. Así como un gran edificio se construye piedra sobre piedra, ladrillo sobre ladrillo, varilla, o vigueta o saco de cemento uno a uno, o paladas de grava y arena, nosotros debemos de realizar aquello que nos proponemos, paso a paso que sumados, con el tiempo van modificando o construyendo aquello que nos proponemos.

No se trata de --todo o nada— se trata de no quedarnos parados, de no clausurarnos, sumando modificaremos, realizaremos, contribuiremos. Ya se trate de realizar algo para el patrimonio familiar, para mejorar nuestra vida espiritual, para ayudar a nuestra patria, para ganar un amigo, lo único que no debemos hacer es quedarnos quietos regodeándonos en nuestra comodidad personal.

Hemos tratado en otras ocasiones el gran valor que podemos dar a nuestro trabajo, al santificarlo, con tan solo ofrecerlo al Señor, procurando hacerlo de la mejor manera posible, ofreciendo el esfuerzo, o el gusto, o ambos, santificándonos nosotros también. Que gran cosa es santificarse al trabajar, santificar al propio trabajo y santificar con este a otros, ya sea ofreciéndolo por alguna causa, como en desagravio de los que están en contra de lo que la Iglesia defiende. Hoy tenemos tanto que promover, defender, y practicar en nuestra vida de cristianos en materias como la familia, los valores tradicionales, la piedad, el ser solidarios y subsidiarios, pues siempre hay otros que necesitan de nosotros.

Nadie duda que hemos caído muy bajo en términos generales, que no contamos con las costumbres morales de nuestros antepasados relativamente recientes, y son muchas las razones que se han presentado en esta parte de nuestra historia humana, pero esto no quiere decir que lo perdido sea irrecuperable, la realidad es que se nos está dando un cambio, en el que la tecnología ha tomado un lugar preponderante, que nos embriaga en muchos casos, pero de la embriaguez se sale, y la recuperación se puede dar.

No existe razón para que no se puedan combinar los aspectos tecnológicos con los de la buena moral. Después de todo no debemos dejar de pensar que Dios Creador ha dotado al hombre de libertad, voluntad  e inteligencia, y son estos atributos los que le permiten progresar en los aspectos científicos, y su aplicación técnica, Dios nos propone, no nos fuerza, y respeta esa libertad que nos ha concedido, pero espera de nosotros una respuesta digna. Nunca hemos tenido mas razones para agradecerle al Señor que nos haya hecho inteligentes, y gracias a ello capaces de inventar y utilizar lo que en estos tiempos gozamos en materia de tantos progresos debidos a  la tecnología. Nuestros pasos han ido desde el utilizar la fuerza de ciertos animales que hemos domesticado, y que en combinación con herramientas como el arado nos han permitido roturar la tierra, para ir pasando de esta fuerza de los animales domesticados a la máquina de combustión externa, después a la de combustión interna, las de fuerza eléctrica, los reactores, incluso los nucleares, usando combustibles fósiles y naturales, inventos que cada día progresan en su rendimiento, aunque conllevan daños colaterales, que también la inteligencia humana superará, e inventará nuevas formas de obtener la fuerza necesaria y su atomización distributiva.

En este entorno nos sentimos en ocasiones superados y cancelamos proyectos propios, y es a lo que se hizo referencia en el primer párrafo. Lo que nos ayudará es la confianza en la ayuda de Dios, y nuestro propio esfuerzo. Los  viejos refranes dicen: A Dios rogando y con el mazo dando y a quien madruga Dios le ayuda, son muy ciertos, no los desestimemos por ser antiguos, hoy son tan válidos como cuando se inventaron por aquellos que construyeron el andamiaje que nos ha traído y llevado a la altura actual de conocimiento, ciencia y tecnología, de que nos beneficiamos.

Jorge Casas y Sánchez.

miércoles, 16 de octubre de 2019

ALGO SOBRE DOGMÁTICA.


ALGO DE DOGMÁTICA.

La Iglesia a través de la Teología Dogmática ha venido, a lo largo de mas de dos mil años ocupándose de estudiar a fondo los Dogmas de Fe, campo en el que es infalible, por lo tanto libre de error, la infalibilidad es un don que Dios nos otorga y que comenzó con los apóstoles de Jesucristo y se conserva con la inspiración y cuidado del Espíritu Santo, que obra sobre los seguidores de los Apóstoles que constituyeron el primer Magisterio de la Iglesia, mismo que continúa y continuará hasta el fin de los tiempos, siempre inspirado y cuidado por el Espíritu de Dios.

Vamos a hacer un breve recorrido de estos dogmas, y en el contenido de este papel se irán viendo en cada caso, bajo el criterio de la filosofía cristiana, buscando mayor amplitud a la que normalmente se presta:

 Comenzamos con la existencia eterna de Dios, cuya existencia podemos comprobar no solo por su propia Revelación sino por las luces naturales de la razón, mas hay misterios de Dios que solo por la Divina Revelación podemos conocer como es el hecho de la Santísima Trinidad, sus tres Personas, en una sola Naturaleza Divina.

Continuamos con la Creación, cuando Él así lo decide las cosas empiezan a existir, pues a partir de la nada con su inconmensurable poder les da la existencia, a todo lo que existe en el Cielo, en la Tierra, en el universo y en todo lugar.

Los ángeles son parte de esta creación, así como la caída de Luzbel y sus seguidores, quienes son los demonios.

Entre los ángeles buenos,  hay  aquellos que ha designado como custodios nuestros. Estos desempeñan un papel preponderante en nuestra vida personal, al ser custodios, consejeros, compañeros, que nos prestan innumerables ayudas, seamos o no conscientes de ello.

Como  final de esa parte de la Creación, Dios crea al hombre, a imagen y semejanza suya, con alma creada en forma individual, después crea a la mujer, y entre ambos, engañados por el demonio caen en gravísimo pecado, pues se mide no por el ofensor, sino por el ofendido, y es esta primera pareja humana, de la que se origina al resto de la humanidad, mujeres y varones que contamos con un alma individual, creada por Dios en cada caso, y justo en instante en que somos concebidos en el vientre de nuestras madres y en ese mismo instante lo es nuestro cuerpo mortal, que resucitará. La creación de cada una de las almas que Dios crea en el momento de la concepción de cada ser humano es esta otra parte de la Creación, que aún no termina. Este es un tema que conlleva una relevancia doctrinal de extraordinaria importancia, que debe de ser conocido con toda claridad por todos los hombres, pues lleva en si la explicación de la postura inalienable de toda la Iglesia, en relación al aborto procurado. La realidad absoluta es que dada la intervención divina en el propio instante de la concepción, lo que en el seno materno existe a partir de ese instante es una PERSONA HUMANA. Aquí es irrelevante el tamaño, ello no es mas que la dimensión, lo que la mujer concibe en su vientre es una persona diferente a ella, con sus propiedades, alma, y cuerpo, propios, irrepetibles, únicos y con características propias, que se irán desarrollando, pero que en forma latente ya existen, allí están, no son un proyecto, son una realidad que irá realizándose en el tiempo y espacio, sus dimensiones cambiarán, pero en potencia ya existen. Se trata de una persona nueva, distinta a todas las demás, con derecho a vivir, a ser llevada hasta el alumbramiento, y después a ser conservada en la vida, educada, y preparada para ser autónoma en la sociedad. Se trata de las obligaciones de los Mandamientos y Doctrina de la Iglesia, además de los Derechos Humanos.

La Virgen, Madre de Jesucristo y Madre nuestra precisamente porque, Él así lo decidió, nace preservada de todo pecado,  concebida en forma inmaculada  la Santísima Virgen, quien será la madre de Jesucristo, por tanto madre de Dios hecho hombre. No cabe la posibilidad de que la concepción de Jesucristo se hubiese llevado a cabo en un cuerpo que conociera o hubiese heredado el pecado, las entrañas de la Santísima Virgen son purísimas, y así reciben la concepción del “Hijo del Hombre”, como se identificaba a si mismo.

Nuestro Señor Jesucristo Segunda Persona de la Trinidad, viene a este mundo, a redimirnos. Es perfecto Dios y perfecto hombre en cuanto nacido de una mujer.

Es concebido en el vientre inmaculado de la Virgen, quien lo pare sin perder su virginidad en el portal de Belén.

Este salvador nuestro, muere en la Cruz y al tercer día resucita. Fue necesaria su Pasión y Muerte para que mediante el Sacramento del Bautismo se nos perdonara el pecado de origen heredado de Adán y Eva.

Jesucristo funda su única Iglesia, le da su jerarquía, doctrina, sacramentos, gracia, sabiduría, y le promete al Espíritu Santo para que la asista hasta el fin de los tiempos.

Esta única y auténtica Iglesia de nuestro Señor, la que Él funda, la que tiene la misión de dar gloria a Dios y de ayudarnos en nuestra  santificación, está constituida por todos los bautizados y fue diseñada jerárquicamente por su propio fundador, Jesucristo, es madre y maestra, custodia y nos administra  los Sacramentos, y por  sucesión es apostólica, cuenta con su Magisterio. Este  está constituido por los obispos que están en armonía doctrinal y a los que encabeza y es su autoridad máxima el Obispo de Roma, al que llamamos Papa, esta jerarquía consta de todos los obispos que están diseminados por el mundo. Además tenemos: el Colegio Cardenalicio, el presbiterio de los sacerdotes, diocesanos, y el diaconado, cuyas misiones son las de santificar, gobernar, administrar los Sacramentos, enseñar, y mantener la pureza doctrinal, las Órdenes Religiosas, los laicos o seglares, venimos a completar esta diversidad de condición que nos lleva a todos conjuntamente a realizar la misión salvadora de la Iglesia, que en verdadera unidad y diversidad de función, es  sacerdotal  y profética, en ella todos somos llamados a desempeñar las obligaciones que nos corresponden en las diversas tareas.

Todas las personas de la humanidad, tenemos un destino común, que consiste en nacer, vivir, morir y después de ello tendremos uno solo de los dos destinos:  el de la salvación o condenación, ambas para la eternidad, la primera es la bienaventuranza celestial con la Visión Beatífica y eterna felicidad, la segunda de sufrimiento como castigo de nuestras faltas y oposición a la divina voluntad.

La resurrección  será universal, cada alma volverá a tomar carne, unos para la gloria eterna, con sus cuerpos glorificados, otros para la condenación.
El mundo tendrá fin y estaremos, en su lugar, con la segunda venida de nuestro señor Jesucristo.
Jorge Casas y Sánchez.

lunes, 7 de octubre de 2019

CUESTIONE DE LAS LEYES ETERNA Y NATURAL.


ALGUNAS CUESTIONES IMPORTANTES Y LA LEY ETERNA Y LA LEY NATURAL.

LA LEY ETERNA, es el orden universal que procede de Dios Creador, no puede ser modificada, pues es diseño divino.

LA LEY NATURAL, procede absolutamente de la Ley Eterna, y se refiere al ser humano, por tanto de ella dependen  la naturaleza humana, como las leyes positivas hechas por los hombres. Su principal aspecto es que se dirige hacia el bien, y que evita el mal, por tanto toda moral humana le está sometida. La tendencia del hombre nunca es hacia el mal, lo que sucede a menudo es que el hombre confunde el mal, considerándolo como bien, equivocadamente. Su adjetivo de natural, procede precisamente de esa inclinación innata del hombre hacia el bien e inclinación a evitar el mal. Como prolongación de esta Ley Natural nacen las Leyes Positivas, que son emanación de la civilización de las personas, en su vida comunitaria, atendiendo al gregarismo que es característica natural del hombre. Los Estados a través de sus instancias legislativas deben alinearse a estas leyes, en primera instancia a la Ley Natural y en última instancia a la Ley Eterna.

Vemos que todas las cosas tienen una finalidad que han recibido de la razón, de la sabiduría divina, que es el principio directivo de todo acto. No puede haber otro, ni podemos dejarlo todo a la casualidad, sería locura afirmarlo. En el caso del hombre se encuentra a  lo largo de su vida con muchos fines, los cuales va cumpliendo en el mejor de los casos, con su esfuerzo y su actuar, y tiene lo que podemos llamar un fin supremo que es el fin final, su salvación eterna. De allí que la formación es tan importante, dado que es  la mejor guía para la obtención de ese fin supremo.
Hechas estas aclaraciones podemos introducirnos en algunas de las teorías que desvían a los hombres de esa inclinación al bien, que son causantes de  los errores que confunden bien con mal. En ocasiones estas teorías son en parte verdad y muy valiosas pero: o están incompletas, o equivocadas y en otras ocasiones, son errores garrafales de principio a fin.
No se puede cubrir en este breve papel el extensísimo campo de esta referencia, nos tendremos que atener a solo dos ejemplos que nos muestran algo de lo comentado antes y que dan una idea de como las influencias de los grandes pensadores de lo novedoso, pueden influir en el pensamiento popular, es un hecho que afectan primero a los círculos académicos y de allí se generalizan a la cultura ciudadana, produciendo con su influencia males, distorsiones y equivocaciones.

DARWIN; Un ejemplo que podemos examinar, (del siglo XIX) por la influencia global que ha tenido es el aspecto, a partir de teorías que nacen después del segundo viaje del Beagle, en el que participa Darwin, y que vienen a influir grandemente, en primer término, al mundo sajón, son contrarias a la demostración que más adelante haremos de la única teoría verdadera sobre nuestra procedencia, la Creación, las dos principales teorías  de Darwin son el evolucionismo y la selección natural, sin duda que ambas tienen bases científicas sólidas, pero también padecen de grandes lagunas que jamás se cubrirán porque  no es posible.  Aquí debemos de concluir con que las teorías científicas no siempre se pueden tomar como absolutas, pero en casos como el de Darwin, en especial por la época en que se da, se convierte en un distractor de gran dimensión e influencia. Estamos hablando de la persona humana, no olvidemos su dignidad, y procedencia, venimos de Dios y fuimos creados a su imagen y semejanza.
Sin duda que las teorías de Darwin suscitaron una importante revuelta científica mundial en su tiempo, pero con el pasar de los años se han venido desacreditando. Si hay verdades comprobables en la supervivencia de los mejor adaptados, pero definitivamente es un fracaso rotundo lo que trata de sostener sobre el origen de la especie humana. La razón que siempre sobresale ante cualquier argumento por razonado o sin razón, que sea, tropieza con  que: lo espiritual no puede proceder de lo material y que el hombre es espíritu y carne, ante este muro se han roto infinidad de cabezas que han acometido en contra de la Creación, y curiosamente, se siguen rompiendo. Aquí lo que se enfrenta,  es:  “la Providencia de la Divinidad”   vs.  “los caprichos de la naturaleza”.  Solo la testarudez científica con malos fundamentos, esa especie de “cientifismo barato” sigue inventando argumentos, cada vez mas risibles.   Conviene aclarar que no se está contra las ciencias o los científicos, lo que sería locura, pero si el desprecio a sus manzanas podridas que como en toda comunidad humana se dan y tienden a contaminar a las otras.
DESCARTES; Pero ya antes en el XVII René Descartes que se formó dentro de la teología y filosofía Escolástica, tiene afirmaciones como la de que: si sus padres le han dado la vida material, solo Dios le puede haber dado la espiritual. Pero en el balance de sus razonamientos en los que no le faltó la fe, si fué ésta, insuficiente ante el gran poder de sus especulaciones, al grado de pensar que no era el conocimiento del momento, ese turbulento en todos sus aspectos, Siglo XVII, suficiente para demostrar algunos de los fenómenos naturales, este siglo tuvo en todos los saberes: literatura, arquitectura, pintura artes en general, técnicas, etc. grandes cambios progresistas, y él, René, no se podía quedar atrás. Elabora en su mente la teoría de la duda metódica, (inspirándose en filósofos anteriores a él, que ya habían especulado sobre ese tema)* a la que considera sustento para llegar al conocimiento del que hay que partir para obtener certeza sobre las  verdades establecidas, dudar de toda base estudiada con anterioridad a él y empezar de nuevo el examen de todo conocimiento previo. Tuvo influencia mundial, también.
                  
Francisco Sánchez, el Escéptico lo dibuja así: “….poniendo todo en duda, como si nadie hubiera dicho nada jamás, comencé a examinar las cosas mismas…..

Hoy, continuando con material para nuestras especulaciones y como corresponde a un papel de filosofía cristiana vamos a abordar el tema de la esencia del cristianismo, no en busca de una definición de lo que el cristianismo es, lo que dejamos a los teólogos, sino para tener un concepto lo más real posible de nuestra religión. Y estar en la verdad. Independientemente de la cultura popular cuando esta ha caído en equivocaciones. Recordemos que la filosofía es sustancialmente: búsqueda de la verdad.

Siguiendo a Michael Schmaus,  podemos decir en primer lugar que el cristianismo es verdad, “la verdad”, es la luz que necesita el espíritu, luz que se irradia a todo,  todo lo del mundo, la existencia de  todos los entes, la vida y el hombre, permite al ser humano ver diáfanamente nuestra propia existencia y así su trascendencia. La verdad no se puede, no se debe de extinguir, al extinguirla se carece de la luz del espíritu. Es por tanto de necesidad absoluta que el cristianismo mantenga encendida esa luz de la verdad, lo que se logra y conserva desde la escritura del Antiguo Testamento y en forma muy, muy especial la venida de Jesucristo que revela las mas grandes verdades sobre la Divinidad, y el hombre, por lo que será a partir de entonces que la Iglesia, nuestra maestra conserva, cuida, mantiene las mas grandes verdades que el hombre puede poseer y siempre nos guía con la inspiración del Espíritu de Dios. Podemos y debemos, sin lugar a duda, considerarlas VERDADES ETERNAS DE LA REVELACIÓN DIVINA. 
Como dudar de esto si está basado en Revelaciones Divinas,  la preparatoria del antiguo testamento y la directa de nuestro señor Jesucristo. Aquí el papel de nuestra fe es preponderante, pues es con ella que captamos la verdad, siendo la falta de fe aquella, ceguera que lo impide.
Pero el cristianismo no solo es verdad. Tan solo la verdad no llena el espíritu del hombre, es desde luego imprescindible para su salvación, pero ella sola no basta para salvarnos.
La verdad de las cosas que Dios ha querido revelarnos, no tienen engaño alguno, a nadie se le ocurriría decir que Dios nos engaña, y Él en su sabiduría infinita no puede equivocarse, no cabe en lo posible, no puede engañarse.
La persona humana además necesita normas, le son necesarias los imperativos morales, el conocimiento del bien y del mal, rechazando el segundo y procurando el primero. Es así como vamos lucrando nuestra salvación. Nos es necesaria una guía, que como la brújula al marino le marca el rumbo al puerto abrigador. No podemos erigirnos en nuestros propios jueces en esta materia, el Creador es quien nos señala con sus divinas revelaciones el cómo y el porqué de nuestro comportamiento y cuando este falla, lo que es propio de nuestra naturaleza humana, nos otorga el sacramento del perdón.
Pero el cristianismo no se puede quedar en un corregir de lo moral, aunque éste es verdadero y valioso, de valor imprescindible, nuestra religión va mas allá. Imaginemos un mundo sin preceptos, sin leyes ni reglamentos, sería un caos insoportable, que no llevaría a nada bueno. El crear y aceptar las regulaciones y la normatividad no es para el ser humano de ninguna manera pérdida de libertad, mas bien es ejercicio de la libertad por propia voluntad. Es decisión libérrima en la que nos proponemos: el orden de nosotros hacia los demás y de ellos hacia nosotros. Toda libertad incluye responsabilidad, no podemos olvidarlo. Nacen pues las normas morales del creador que es quien nos enseña cual es nuestra naturaleza, y se realizan en su misericordia,  en su bondad. San Juan evangelista nos dice “Dios es amor”, por lo que, lo que procede de Dios, lo es también, y el Cristianismo procede de Dios por lo tanto es amor. Además de verdad y moral. Sabemos que el amor es lo contrario del odio, y el odio es muerte, es el asesino de la felicidad humana porque mata al  amor. Gran mal de nuestra época, que en tantos casos y relaciones entre los hombres, y entre las naciones,  carece de amor, y lo peor que en su lugar surge el odio, y en ocasiones este odio se da entre las razas y entre las religiones, olvidando que somos una sola raza; la raza humana, nos enseña san Josemaría
 Hay y con mucha razón una forma de examinar cuales son las maneras de dar solución a muchos de los grandes problemas del mundo, tales como pobreza indignante,  batalla que muy lentamente pero que se va ganando, pero resta aún la pobreza de la que se debe salir para que todos los hombres sobre la tierra no carezcan de lo indispensable, pues de esta pobreza hay mas hoy que entes; otro es el de la falta de  la paz, y en su lugar, guerra con destrucción, odios entre naciones, religiones, culturas, y esas soluciones se obtendrían, en el primer caso con una mejor distribución de los recursos, el trabajo productivo, y la paz, con solo seguir el mandamiento nuevo de Jesucristo, “amaos los unos a los otros”. 

Pero las ambiciones de dominio en los mercados, el enriquecimiento a ultranza, el poder bélico intercontinental con sus costes altísimos, lo impiden, lo alientan, lo dificultan e incluso lo evitan. A esto se pueden añadir las ideologías perversas que se tratan de imponer como el NOM (nuevo orden mundial) que se sustenta en la posesión de los capitales financieros, y que pretende destruir la gran influencia humanista de la Religión Católica y su Iglesia, que fomentan los valores de la familia, la armonía entre los diferentes estratos sociales. Las perversas ideas que persigue el NOM, pretenden controlar el número de habitantes que ellos consideran para sus fines el adecuado, también les estorban los valores morales de la buena educación, de la familia tradicional, porque esa formación humana hace que el criterio del hombre no sucumba ante sus ideologías y finalidades de control político e incluso religioso, pues tratan de diseñar una “religión” “ad hoc” a sus pretensiones, que incluye el control natal fomentando el homosexualismo masculino y el lesbianismo femenino, el abortismo, la eutanasia, el divorcismo, etc, en fin la destrucción de la civilización cristina basada en valores sublimes.
Por otro lado lo que se predica entre la cristiandad es ese amor procedente de Dios, al ser correspondido por nosotros, del que nace  la fe, que es la base, el cimiento de todas nuestras  creencias, nacen también la piedad, la devoción, y por supuesto el amor a Dios, y a sus criaturas en especial la hecha a su imagen y semejanza, que si por algo se distingue entre las demás criaturas es por su libertad, el libre albedrío, la práctica de los grandes valores humanos, la convivencia, la coexistencia, y las mejores relaciones humanas pacíficas.

Mas adelante trataremos más sobre el amor con mas generalidades, y concluiremos el tema de la esencia del cristianismo. Por ahora continuamos comentando sobre el amor en el catolicismo;  Frank Thíess, (Frank Thiess, escritor alemán, nacido en Rusia).
 en su obra “El Reino de los Demonios” afirma, con razón, que para un vivir auténticamente humano se precisan tres cosas: belleza,  orden y amor.
Él ve a la belleza como resplandor de la verdad que nos fue legada por la antigua Grecia.
 Que los creadores del orden, al manifestar la ley, fueron los romanos.
Y la tercera fuerza, el amor, la proporcionó el Cristianismo. Sin duda  la mas importante, e imponente del humanismo.
Esta filosofía ante la burda y deshonesta manera de actuar de los que sostienen las ideologías del NOM, que sencillamente nos resultan tan pueriles, vulgares y perversas que, si no fuera porque las sustentan los grandes capitales financieros del mundo, caerían en lo risible, pero son un peligro real, proactivo, que tenemos que evitar, defendiéndonos, con la razón, cultura, tradición, buenas costumbres, y altura de miras que nos asisten, encabezadas por el amor al prójimo.
Tenemos a la verdad, a la moral y al amor pero aún la esencia del cristianismo no está completa, pues si se dijera que el cristianismo es la religión del amor, esto se podría prestar a malas interpretaciones, algo como “encuentro de corazones” o “almas gemelas” incluso algo por el estilo, por lo que conviene aclarar, lo que en el Amor Divino, lo primero y principal es: además de muy importante, que procede de Dios, Él nos ama desde antes de nuestra existencia, hemos estado en su mente desde la eternidad, su amor por nosotros, como todo lo divino, es de una perfección impensable para la mente humana en cambio  el amor humano hacia Dios viene a ser como una chispa comparada con el sol, pues nace del amor en nosotros, aunque procedente del amor de Dios por nosotros,  basta intuir a Dios para amarle, para poderle adorar, en su grandeza, en su bondad, en su misericordia, o sea que vamos más allá del amor humano, al considerarlo como lo que es; lo más adorable que pueda existir. El amor  del hombre a Dios es además extensivo a todas sus criaturas. Al ser todas las criaturas objeto y producto de su amor, al amarle a Él, amamos por extensión a toda su Creación. Solo así se puede entender el Evangelio que nos dice que debemos de perdonar y amar incluso al enemigo.
 Y no digamos, el Mandamiento nuevo de Jesucristo de amarnos los unos a los otros, como Él nos  amó. Su amor es tan grande que dió su vida y la dio en forma muy dolorosa, sufriendo dos agonías, ambas anímicas, la de Getsemaní y la otra, además físicamente dolorosísima, clavado en la Cruz.    
Al no haber nada que no proceda de la Creación excepto el propio Creador. Y la única razón aceptable es, la de que Dios crea para manifestarse en su amor, por lo que todo lo creado  procede y manifiesta  su amor, y con toda certeza podemos decir que todo lo que constituye al universo, incluido nuestro mundo radica y permanece en la existencia por estar en la mente y en el amor del Creador. No hay otro factor, este amor a sus criaturas sostiene la existencia de todo, si faltara se daría la nada.
Jorge Casas y Sánchez.

viernes, 4 de octubre de 2019

HUMANISMO.











HUMANISMO.

Al ir leyendo, meditando incluso estudiando la filosofía cristiana, este papel, en todo caso, servirá para que tan solo se destaquen los grandes temas que habrá que estudiar en los tratados de la materia, la intencionalidad es la de ampliar la información, y cosa no curiosa sino real y verdadera es que la vocación cristiana se alimenta con el mejor conocimiento de la teología, o sea del conocimiento de Dios y de las cosas de Dios. Esto se sustenta  en que no se puede querer, lo que no se conoce, pero que lo amable y Dios en lo más amable que puede haber. A mas conocimiento del Señor, mas se le amará y en esto debemos entender que se trata de amar a la Trinidad Santísima, y consistirá en aumentar nuestra comprensión y los conocimientos sobre Dios Padre, Jesucristo y el Espíritu Santo. A más amor,  mayor es la vocación cristiana que se suscita. Y recordemos que la esclava de la teología es la filosofía, de allí que el conocimiento de la filosofía de nuestra religión nos ayuda en la vocación salvífica.

Por lo que al tratar de cumplir con el mandato evangélico de difundir la palabra de Dios, en la medida de las posibilidades personales, debemos prepararnos para que nuestra participación en dicha difusión sea lo mas adecuada, recordando que somos, solo, instrumento que pone medios de información, que son formativos para los otros, y que el Espíritu Santo es quien realiza la verdadera tarea. Motivados por ello es que debemos de llevar a la oración toda actividad de carácter apostólico pidiendo al Espíritu Santo que actúe sobre ellos para que abran su corazón a las enseñanzas y a  los que proporcionamos la información, para que  lo llevemos a cabo, debidamente, adecuando el nivel informativo, y educativo, a los conocimientos y capacidad de quien nos admite como guías.

San Pablo en Rom. 10, 17 nos predica que la fe se enseña, que tiene que entrar por el sentido del oído, por lo que para cumplir el mandato evangélico tenemos que hablar, comunicarnos, y al estar mejor informados nuestras palabras serán más claras y más pedagógicas. Los conocimientos se adquieren por el estudio, por lo que aquí conviene hacer una polarización y veremos claramente en que sitio está cada persona, en un extremo pondremos al carbonero, que se salva por su fe, que no tiene sino conocimientos muy rudimentarios. y en el otro al intelectual que cuenta con estudios de posgrado, que por su acción racional, necesita subir el listón. Hay, si, puntos intermedios  y en alguno nos tenemos que apuntar. Dios nos ha dado la inteligencia y debemos de utilizarla y en forma muy especial en lo que a esto concierne. Es imprescindible que vivamos muy presente la Parábola de los Talentos, pues la Doctrina nos indica que del uso de estos, deberemos presentar cuentas al  principio de la otra Vida.

La filosofía cristiana debe obtener de cada uno consecuencias de nuestra fe, estas son las que la hacen operativa y ¿qué puede ser más importante que el crecer en ella a través del conocimiento y el trasmitirla a otros?

Tanto la filosofía como la teología son ciencias, humanas ambas, por tanto pertenecen al estudio de las humanidades. De allí partirán nuestros cuatro párrafos siguientes.

(i) Una primera aclaración consiste en que la filosofía por ser una ciencia muy, muy amplia, pues se ocupa de todas las cosas, en nuestro caso la utilizamos solo para las necesidades de la teología, o sea de las cosas que se refieren, a lo que Dios nos ha querido revelar. Por lo que no se puede considerar sino dentro de este marco, dejando fuera todas las demás áreas de las que se ocupa.

Hay quienes podrán opinaran  que no se debe de confundir a la catequesis común, con los aspectos teológicos y filosóficos, a lo que respondo;  que este escrito, perteneciendo a la  filosofía cristiana no deja de ser: “catequesis orgánica” y por lo tanto se dirige a personas que ya cuentan con cierta formación doctrinal, en realidad estamos hablando de “formación religiosa o teológica” a la luz de la fe cristiana, para personas con cierta iniciación formativa.

 La inteligencia humana comparada con los brutos, o sea los animales es grandiosa, simplemente porque puede intuir a Dios, aunada a la voluntad de la persona humana alcanza alturas insospechadas, y puede mejorar constantemente, pero con la inteligencia divina no cabe la más mínima comparación, si bien somos seres hechos a imagen y semejanza de Dios, porque Él así lo ha querido, su deseo es que le podamos conocer parcialmente en esta vida y con mucha mayor amplitud en la otra. En la que, si logramos la salvación le conoceremos directamente, aunque no en su infinita amplitud. Conviene recordar en referencia a lo anterior el consejo de Santo Tomas de Aquino en relación a que; “debemos de tener fe de niños y doctrina de teólogos”, por lo que no debemos de bajar la mira, por el contrario debemos subirla constantemente, tratando de conocer más de las cosas de Dios.

(ii) Como primera parte de este análisis, debemos de considerar la  Revelación Divina, de ella con la iluminación de nuestra fe, iremos relacionando todas nuestras actividades e intenciones en relación al fin final de nuestra existencia en esta tierra, que es la salvación eterna. Todos tenemos en esta vida una serie de responsabilidades, tareas, obligaciones que cumplir, y deberemos saber compaginar todo ello con nuestro saber teológico, así nuestra vida tendrá un rumbo muy claro por el que debemos transitar, y valoraremos apropiadamente nuestras acciones, siempre encaminadas a ese fin final mencionado. Cualquier éxito a lo largo de nuestra existencia y aquí podemos mencionar, la adquisición de fortuna, de poder, de fama, podría ser una fatal equivocación existencial si no se ha vinculado a la voluntad de Dios, a nuestro esfuerzo por obtener la gracia que nos otorga, en nuestro tránsito hacia  la salvación.

(iii) Nuestro motivo principal y guía a lo largo del breve papel, será la gran síntesis que nos aclara Santo Tomás en relación a la inteligencia y la fe. En ella nos demuestra después de muchos siglos de estudios teológicos y filosóficos que se han llevado dentro de la Iglesia, con una claridad magistral, como iremos viendo más adelante. Que la humanidad sufre en dolorosísimos y múltiples casos a  una crisis de falta de fe, que en muchos casos está llevando a cristianos al “ateísmo práctico”, y peor a doctrinas equivocadas, hoy nos resulta no solo necesario sino indispensable el introducirnos más en la doctrina de Jesucristo, cima de la Revelación Divina.



iiii) La inmensa, importante, necesaria y útil tecnología que estamos experimentando sin duda es un distractor de las cosas del espíritu, a pesar de que bien pensadas las cosas es lo espiritual en la persona humana sin comparación más importante que el aspecto material, de allí la importancia y necesidad de un buen humanismo.  Estamos pasando por el bache, pero consideremos que  es más importante el aspecto espiritual de la persona humana que el puramente tecnológico que pertenece a estrato inferior. Baste pensar que uno es para la eternidad y lo otro solo nos auxilia en esta corta vida. Bache del que saldremos, una vez que hayamos digerido estos rapidísimos cambios que estamos experimentando, y volvamos a la consideración de los valores estrictamente humanos, que serán siempre el sustrato que nos sostiene en tanto seres humanos. Lo anterior nos debe de llevar a examinar lo básico, “back to basics”, dicen los norteamericanos, y en ello llevan razón si no se hacen, en todo, pausas inteligentes, para re-examinar  las cuestiones de importancia podemos desviarnos de las intenciones originales, así que vamos a comenzar con re-examinar dos aspectos básicos: La Creación y la persona humana. Lo que nos dará la dirección de nuestros objetivos, la Creación por ser el entorno en el que existimos, y somos parte de ella, y muy significativa, y después, nosotros mismos, que dentro de dicha creación tenemos un rol, un papel que cumplir.
Jorge Casas y Sánchez.