martes, 25 de enero de 2011

VIRTUDES HUMANAS

VIRTUDES HUMANAS.
No debe cabernos duda de que la práctica de las virtudes humanas hacen al ser humano mas persona, mejor persona, quien se ejercita en ellas gana valores propios que le satisfacen aumentando su autoestima. Veamos, una persona está mas contenta de si misma si está ayudando a los demás, si es caritativa, si lleva a cabo favores, si encuentran los demás apoyo moral en uno mismo, si está enseñando a otros lo que no saben, si en cualquier forma ayuda a la sociedad con su trabajo personal, sea este de cualquier orden.
La enseñanza de las virtudes a los menores es de una gran importancia, porque consiste en hábitos que se van inculcando desde pequeños y que conformarán nuestra personalidad, cuando seamos adultos, así podemos afirmar que la mamá que enseña en el hogar las virtudes del orden, la obediencia, el respeto, la higiene, etc. desde la mas tierna infancia hasta los 14 años, especialmente,  (nos dicen los grandes especialistas en la educación de los menores) está colaborando a que sus hijos, adquieran esas costumbres que les acompañarán toda su vida.
Hay unas definiciones que nos pueden ayudar a comprender mejor las virtudes, y así las valoraremos mejor, son las siguientes:
La mas sintetizada dice así: a)  HÁBITO OPERATIVO BUENO.
Otra mas explícita es:  HÁBITO O DISPOSICIÓN PERMANENTE QUE NOS MUEVE A OBRAR EL BIEN Y A EVITAR EL MAL
Notaremos que en ambas se habla de “hábito” pues la virtud no es algo pasajero sino que es parte esencial de la persona, por lo tanto involucra dos aspectos muy importantes de nuestro fuero interno, la convicción y la voluntad.
También debemos de considerar que las virtudes, en general, se dividen en dos grandes apartados: las VIRTUDES TEOLOGALES y las VIRTUDES HUMANAS, las teologales tienden a nuestro último fin que es la SALVACIÓN DE NUESTRA ALMA y las humanas a la consecución del BIEN COMUN, y la RECTITUD DE INTENCIÓN.
Las Virtudes Teologales son solo tres: FE, ESPERANZA Y CARIDAD. De ellas hablaremos específicamente en otras ocasiones, para no alargarnos demasiado hoy.
Las virtudes humanas son innumerables, muchísimas, pero hay cuatro que desde la antigüedad son consideradas de capital importancia, es clásico enumerarlas porque son sustento de todas las demás, son: PRUDENCIA, JUSTICIA , FORTALEZA Y TEMPLANZA.
Para terminar hoy, solo diré que todas las virtudes están concatenadas entre si, formando un sistema, que podemos llamar EL CONJUNTO ESTRUCTURADO DE LAS VIRTUDES HUMANAS.
Jorge Casas y Sánchez.

lunes, 17 de enero de 2011

CARTA DE UN SIMPLE SACERDOTE CATÓLICO

Quiero en esta ocasión publicar esta carta de un sacerdote, que nos da unas pinceladas de lo que son los sacerdotes católicos, tan odiados, tan atacados, por unos cuantos que fallaron. Hay tantos periodistas que nunca han tomado en cuenta  estas palabras del Evangelio. “EL QUE ESTÉ LIMPIO DE PECADO QUE ARROJE LA PRIMERA PIEDRA”.
 Subject: carta de un simple sacerdote que el New York Times no va a publicar

 Abril, 2010

“ Querido hermano y hermana periodista:

 Soy un simple sacerdote católico. Me siento feliz y orgulloso de mi
 vocación. Hace veinte años que vivo en Angola como misionero.

 Me da un gran dolor por el profundo mal que personas que deberían de
 ser señales del amor de Dios, sean un puñal en la vida de inocentes.
 No hay palabra que justifique tales actos. No hay duda que la Iglesia
 no puede estar, sino del lado de los débiles, de los más indefensos.
 Por lo tanto todas las medidas que sean tomadas para la protección,
 prevención de la dignidad de los niños será siempre una prioridad
 absoluta.

 Veo en muchos medios de información, sobre todo en vuestro periódico
 la ampliación del tema en forma morbosa, investigando en detalles la
 vida de algún sacerdote pedófilo. Así aparece uno de una ciudad de
 USA, de la década del 70, otro en Australia de los años 80 y así de
 frente, otros casos recientes… Ciertamente todo condenable! Se ven
 algunas presentaciones periodísticas ponderadas y equilibradas, otras
 amplificadas, llenas de preconceptos y hasta odio.

 ¡Es curiosa la poca noticia y desinterés por miles y miles de
 sacerdotes que se consumen por millones de niños, por los adolescentes
 y los más desfavorecidos en los cuatro ángulos del mundo! Pienso que a
 vuestro medio de información no le interesa que yo haya tenido que
 transportar, por caminos minados en el año 2002, a muchos niños
 desnutridos desde Cangumbe aLwena (Angola), pues ni el gobierno se
 disponía y las ONG’s no estaban autorizadas; que haya tenido que
 enterrar decenas de pequeños fallecidos entre los desplazados de
 guerra y los que han retornado; que le hayamos salvado la vida a miles
 de personas en Moxico mediante el único puesto médico en 90.000 km2,
 así como con la distribución de alimentos y semillas; que hayamos dado
 la oportunidad de educación en estos 10 años y escuelas a más de
 110.000 niños...

 No es de interés que con otros sacerdotes hayamos tenido que socorrer
 la crisis humanitaria de cerca de 15.000 personas en los
 acuartelamientos de la guerrilla, después de su rendición, porque no
 llegaban los alimentos del Gobierno y la ONU. No es noticia que un
 sacerdote de 75 años, el P. Roberto, por las noches recorra las ciudad
 de Luanda curando a los chicos de la calle, llevándolos a una casa de
 acogida, para que se desintoxiquen de la gasolina, que alfabeticen
 cientos de presos; que otros sacerdotes, como P. Stefano, tengan casas
 de estadía  para los chicos que son golpeados, maltratados y hasta
 violentados y buscan un refugio.

 Tampoco que Fray Maiato con sus 80 años, pase casa por casa
 confortando los enfermos y desesperados. No es noticia que más de
 60.000 de los 400.000 sacerdotes, y religiosos han dejado su tierra
 y su familia para servir a sus hermanos en una leprosería, en
 hospitales, campos de refugiados, orfanatos para niños acusados de
 hechiceros o huérfanos de padres que fallecieron con Sida, en escuelas
 para los más pobres, en centros de formación profesional, en centros
 de atención a cero positivos… o sobretodo, en parroquias y misiones
 dando motivaciones a la gente para vivir y amar. No es noticia que mi amigo, el P. Marcos Aurelio, por salvar a unos jóvenes durante la guerra en Angola
  los haya transportado de Kalulo a
 Dondo y volviendo a su misión haya sido ametrallado en el camino; que
 el hermano Francisco, con cinco señoras catequistas, por ir a ayudar a
 las áreas rurales más recónditas hayan muerto en un accidente en la
 calle; que decenas de misioneros en Angola hayan muerto por falta de
 socorro sanitario, por una simple malaria; que otros hayan saltado por
 los aires, a causa de una mina, visitando a su gente. En el cementerio
 de Kalulo están las tumbas de los primeros sacerdotes que llegaron a
 la región…Ninguno pasaba de  los 40 años.

 No es noticia acompañar la vida de un Sacerdote “normal” en su día a
 día, en sus dificultades y alegrías consumiendo sin ruido su vida a
 favor de la comunidad que sirve.

 La verdad es que no procuramos ser noticia, sino simplemente llevar la
 Buena Nueva, esa noticia que sin ruido comenzó en la noche de
 Pascua. HACE MAS RUIDO UN ARBOL QUE CAE QUE UN BOSQUE QUE CRECE

 No pretendo hacer una apología de la Iglesia y de los sacerdotes. El
 sacerdote no es ni un héroe ni un neurótico. Es un simple hombre, que
 con su humanidad busca seguir a Jesús y servir sus hermanos. Hay
 miserias, pobrezas y fragilidades como en cada ser humano; y también
 belleza y bondad como en cada criatura…

 Insistir en forma obsesionada y persecutoria en un tema perdiendo la
 visión de conjunto crea verdaderamente caricaturas ofensivas del
 sacerdocio católico en la cual me siento ofendido.
  Sólo le pido a los amigos periodistas, busquen la Verdad, el Bien y la Belleza.
 Eso los hará nobles en su profesión.

 En Cristo”,  P. Martín Lasarte sdb

miércoles, 5 de enero de 2011

EL ALMA HUMANA

En este mundo todo lo que existe tiene una finalidad, sirve para algo, esta allí por alguna razón, o para varias, este es el hilo conductor de nuestra meditación de hoy.
El ser humano está, existe  por supuesto en forma destacada, y tiene su propia finalidad, no estamos aquí en balde, esta es una de las preguntas que todos nos hacemos en nuestros mas íntimos pensamientos, pero somos los únicos en el mundo que nos lo podemos plantear,  porque fuera del alma y sus operaciones espirituales propias exclusivamente  de las personas humanas todo lo demás es materia, y la materia sigue sus  fatales  leyes, es  decir  sin  la capacidad de cambiarlas. El alma y sus operaciones, como lo son: el amar, el ejercicio de la libertad, la capacidad de pensar o razón, la voluntad y libre albedrío, los  sentimientos,  por el contrario, tienen una libertad que podemos calificar de ilimitada,  pues  no  conocemos,  ni  somos  capaces  de  definir  sus  límites,  por ejemplo en el Amor a Dios no podemos percibir donde acaba, donde está su máximo.
 Del alma en general vemos constantemente que sus frutos, los que proceden de sus capacidades únicas, exclusivas, van siempre de novedad en novedad, su creatividad continúa sin necesidad de repetirse lo observamos  en las obras de arte, de música, la cinematografía, el automovilismo, la aviación, las maravillas de ingeniería, los productos sintetizados químicamente, las creaciones literarias o las innumerables producciones de la técnica, en el progreso de las ciencias, de los oficios, de las profesiones y en general de todas las actividades humanas.
Y es que el alma con su principal instrumento que es el cerebro humano, y con la libertad que posee como característica importantísima tiende a la superación cuando las condiciones le son apropiadas, dolorosamente resulta que este es uno de los grandes problemas de la humanidad, una de sus carencias, la falta de las condiciones que propician las oportunidades,  para un adecuado progreso en lo espiritual, que solo existe para algunos, pero no para todos los que tienen la capacidad superior de pensar, actuar, crear, concebir mas allá de lo que les ha sido enseñado, para ser mejores que sus maestros, para romper las barreras y escapar, para resolver lo que era aparentemente insoluble, para ver mas allá de donde los demás están viendo, para ayudar a los que no han podido, o aún no han logrado una apropiada superación.
No podemos dejar de mencionar los dones, así como la genialidad o el talento superior en algún área, pues no se nos reparten por igual a los seres humanos, como resulta con la apariencia física o las condiciones de lugar y tiempo, esto lo dejamos entre los misterios que Dios nos otorga a cada uno. Pero cuantos no han florecido y su existencia ha sido latente a lo largo de toda la vida de la persona, que la ha poseído solo en potencia, sin salir, sin desarrollarse, sin siquiera manifestarse, porque la vida humana y sus carencias no les ha podido o sabido proporcionar las condiciones necesarias. Por supuesto que esta es una preocupación generalizada y la raza humana lucha para educar a sus miembros, pero los esfuerzos y los recursos no siempre son suficientes.
Con esta  consideración en mente destaca, me atrevo a afirmar, la importancia superior de los aspectos espirituales en la persona humana, por sobre los de carácter material, que se refieren mas que nada a la subsistencia corporal.  La mayor de las necesidades del hombre es espiritual, son, si, necesarias un mínimo de condiciones que cubran las necesidades fisiológicas primarias: casa, vestido y sustento, pero cubiertas estas, es la educación de su fe católica, la enseñanza de la doctrina de Jesucristo, el ejemplo del amor a Dios, las que destacan por sobre todas las demás ya que son necesarias para su salvación eterna. Esto fue consideración importantísima en la conquista de la Nueva España, que tan ricos frutos proporcionó en su momento y que continúa otorgándolos a la América Latina, ahora contando con la cifra cercana a la mitad de los fieles de la Iglesia Católica en el mundo.
 Dios quiere que todos nos salvemos, y con certeza esto así es, no podría ser de otra manera pues Dios es Amor y no nos hubiera creado para la eternidad sin asegurarnos la posibilidad de ser felices eternamente, pero nos deja en libertad de optar por ello, al crearnos los únicos seres libres en el mundo, y nos ha creado para ser felice, no solo en esta corta vida, sino en la eterna. La misión principal de la Iglesia Católica es lo relativo a la  salvación de las almas, se ocupa por tanto del destino que cada una tendrá, el  que será conocido en el juicio individual ante Cristo inmediatamente después de la muerte.
Considerar nuestra salvación es por tanto de la mayor importancia pues la finalidad final de la persona humana en ello se debe centrar, nada es, nada puede ser mas importante en nuestra existencia. Se puede afirmar que existimos para la salvación, pero en base a la libertad que nos ha otorgado el Creador podemos optar por no considerarla la finalidad absoluta, cambiarla por el sucedáneo de “las felicidades terrenas” por el equívoco de “solo se vive una vez, aprovecha” u otros parecidos. He ahí el peor error humano. La verdad es que tenemos que vivir esta vida para salvarnos y ser felices en la eterna.
El ser humano tiene infinidad de finalidades en su existencia, pero todas se deben de orientar a esa que afecta su vida eterna la finalidad de salvarse. Finalidad de finalidades.
Jorge Casas y Sánchez.