martes, 7 de diciembre de 2010

HONRARÁS A TU PADRE Y A TU MADRE (CUARTO MANDAMIENTO).

En diferentes ocasiones tocaremos cuestones sobre LA FAMILIA, son muchos los temas importantes y es urgente tocarlos, porque como es sabido LA FAMILIA está sometida a presiones que intentan debilitarla e incluso hay quien quisiera borrarla del mapa, claro que esto es imposible porque la naturaleza del hombre siempre se impone. Pero que es atacada y fuertemente en estos tiempos. Lo que  es una triste realidad.

Uno de los aspectos mas importantes que conviene tratar es el relativoa lo que el cuarto mandamiento nos consigna: HONRARAS A TU PADRE Y A TU MADRE. Y hoy día es de suma importancia insistir en ello, dadas las inumerables quejas de los padres de familia en relación a la pérdida del respeto que los hijos deben de tener con sus progenitores. Todos somos hijos y casi todos somos progenitores, por lo que a todos nos incumbe el tema.

La autocrítica debe ser el primer asunto a tratar, veamos cuales son nuestros errores en tanto padres y cuanto de la culpa es nuestra en esta degradación de las relaciones paterno-filiales. Si es verdad que existe una autoridad natural sobre los hijos, pero recordemos que la mayor autoridad que existe es la AUTORIDAD MORAL, y es posible que allí sea que hemos fallado, hablando en términos generales, y considerando que en ello pagan justos por pecadores, pues incluso los padres que han llevado su papel de tales en el mas alto nivel posible, hoy día sufren las consecuencias.

Por tanto debemos examinar varios cuestionamientos:
                                               ¿como hemos llevado a cabo la autoridad sobre nuestros hijos?
                                               ¿hemos discutido agriamente entre los cónyuges frente a nuestros hijos?
                                               ¿les hemos trasmitido el sentido cristiano de la vida?
                                               ¿les hemos dado realmente nuestro amor, nuestro respeto y buen trato?
                                               ¿ha sido nuestro ejemplo intachable en todos los sentidos?
                                               ¿hemos rezado intensamente por ellos, encomendando sus necesidades?
                                               ¿los hemos sobreprotegido, o les hemos dado demasiado dinero?
                                               ¿les hemos enseñado las virtudes humanas desde la cuna?
                                               ¿les hemos fomentado el amor entre hermanos?
                                               ¿han tenido encargos que les disciplinen y enseñen a ser subsidiarios?
                                               ¿hemos colaborado en los centros educativos con nuestra presencia en
                                                 las reuniones de padres de familia, y hemos tratado a sus profesores?
                                               ¿nos hemos ocupado seriamente de su desarrollo intelectual? 
                                               ¿has procurado que vaya logrando su autonomía?

 Y HAY MAS, ESTOS SOLO SON UNOS EJEMPLOS.  Por lo que podemos concluir que ser padres es quizás el papel mas dificil de desempeñar en la vida para el ser humano, el mas importante, el mas urgente, el mas necesario, es prácticamente imposible responder adecuadamente a todos los cuestionamientos que se refieren a la paternidad, lo que nos lleva a pensar que es muy difícil ser "padres perfectos", por lo que de antemano algo habrá que haya afectado a nuestros hijos y que se nos deba de achacar. Además debemos de saber que dada la libertad del ser humano, no es garantía absoluta que a una magnífica educación el resultado sea garantizado, o lo contrario, mas ninguna de estas dos posibilidades nos exime de dar nuestro mejor esfuerzo por ser lo mejor educadores de nuestra prole, que nos sea posible, independientemente de la influencia de los genes.

Los problemas generalizados que provienen de la confusión que existe entre la libertad y el libertinaje son de los que mas han influido en las dificultades actuales en la relación paterno-filial, por lo que la educación en la libertad está tomando una importancia mayor que nunca. Este será tema de otra entrada en el blog. Por lo pronto los padres de hijos jóvenes (de menos de catorce años nos dicen los expertos en la pedagogía infantil) deben de plantearse con la mayor seriedad los cuestinomientos mencionados arriba. Y los padres de hijos que hayan pasado esa edad deberán de introducir en sus vidas familiares los paliativos que consideren convenientes para ajustarse lo mas posible a la paternidad de amor y de concordia, tratando de que su autoridad sea moral mas que la impuesta por la jerarquía natural.

Jorge Casas y Sánchez

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