viernes, 17 de junio de 2022

ORIENTACIÓN FAMILIAR, primera parte.

 

 ORIENTACIÓN FAMILIAR.  Primera parte.

La dignidad de la familia es uno de los temas eternos de la humanidad, nuestra religión en múltiples oportunidades hace referencia a ello, aunque no sea abordando directamente al tema, son infinidad las ocasiones en que ambos testamentos se encuentra uno con informes, relatos,  y en La Tradición, son múltiples las valiosísimas enseñanzas que se nos presentan. Sobresaliente es el ejemplo de la familia de Jesucristo, con su madre la santísima Virgen y su padre por adopción, san José. Los temas son múltiples, como todos sabemos, por lo que como siempre nos concretaremos en este caso a solo algunos de los sobresalientes. (Del matrimonio, en forma específica ya hemos visto algo y veremos más en otras ocasiones pero las referencias a éste son constantes en este ensayo). Pues siendo uno de los aspectos sobresalientes la educación de los hijos, y siendo los cónyuges los protagonistas de ello, estaremos hablando del matrimonio, marginalmente.

Lo primero que debemos de examinar es porqué la educación dentro de la familia debe ser integral. Entendemos que porque se trata de la preparación para la vida de seres bajo nuestra primera RESPONSABILIDAD. De allí que por su ahora se puede calificar, y de hecho es así, como una ciencia que nace en la Universidad de Navarra como tal, y de allí al ser solicitada por múltiples universidades alrededor del mundo, se enseña, por su importancia en la formación e profesores, madres y padres y del alumnado, que se interese, la prueba está en los múltiples cursos que  están teniendo lugar, y que usando el MÉTODO DEL CASO, se enseñan, ya, en muchos ámbitos universitarios, y otros fuera, si bien no dentro de las materias de las licenciaturas, ingenierías, etc., sí como materias extraordinarias, sobre todos los miembros de la familia y sus roles,  con estudios avanzados que otorgan títulos de maestría y  “Doctorados en  Orientación Familiar”, a los estudios más avanzados, lo que muestra una vez más su enorme importancia.

Por lo dicho podemos concretar que la Orientación Familiar es una disciplina indispensable en la vida de las familias, por experiencia personal, constato que muchos padres y madres de familia, con hijos de edad universitaria al haberse inscrito y participado en alguno de los  cursos de la Universidad Panamericana, después de las primeras sesiones comentaban cosas como:

                -He aprendido lo que nunca imaginé, y por lo tanto no lo apliqué, lástima.

                -Gracias, de hoy en adelante seremos mejores padres de nuestros hijos.

                -¿Cómo es posible que ignoráramos tantas cosas sobre la educación familiar?.

Y un largo etcétera por el estilo, de comentarios de padres muy, pero muy satisfechos de haber participado de esta actividad preparada expresamente para padres de familia. ¡qué oportunidad es por tanto para los padres en vías de  serlo o con descendencia de pequeñuelos, porque la educación del ser humano comienza antes de su propio nacimiento!.

Reflexionemos un poco sobre los objetivos y contenidos de una “educación integral”, sobre las necesidades y finalidades, de la vida. Si bien la educación es temprana, tiene objetivos de plazo total, o sea que aprendizajes de nuestros primeros meses de vida nos acompañarán el resto de nuestra existencia. ¿Cómo es esto? vaya un ejemplo: el instinto materno-paterno en cada uno de los irrepetibles casos familiares encontrará sus formas y maneras, este caso trata de enseñar la virtud del orden. Un bebé aun gateando dispersa sus juguetitos, los que su mamá guarda en una caja, al terminar la hora de juego porque es hora de tomar su alimento, su mamita le dice ahora vas a guardar tus juguetes en la caja, si hay algo imposible es una reacción de inmediata obediencia, pero la madre llena de amor y paciencia le propone algo, diciéndole, mira te voy a ayudar, yo recojo los que están más lejos y tú los que están más cerca, los niños no son tontos, en este caso ya el niño entiende ciertas cosas de sus papás, el trato le parece bueno, uno y uno, dice la mamita y el crío acepta. Poco a poco con paciencia en este sistema, día a día logra la madre con convencimiento, que los papeles vayan variando, hasta que el niño recoge los que están más lejos, y finalmente logra que el bebé recoja, solo, todos sus juguetes a la primera orden. ¿Qué ha logrado esa buena mamá? Enseñar al niño tres virtudes, la disciplina, la obediencia y el orden.

El orden es una virtud muy útil en la vida de las personas, el niño conforme crece aprende a guardar sus cosas en sus lugares, acorde al dicho: “un lugar para cada cosa y cada cosa en su lugar”. Su closet, su pertenencias, y de mayorcito su agenda, sus costumbres serán ordenadas, En su vida adulta tendrá orden en su oficina, en sus obligaciones, en sus gastos, en su propia familia, y lo aprendió de una madre consiente cuando era bebé. Sabrá distinguir lo urgente de lo necesario, tendrá  orden en sus prioridades. Este es un pequeño ejemplo de la educación familiar, debemos de recodar aquello que será lo que va a enfrentar en su vida, podemos mencionar, adaptación al entorno, autonomía, desarrollo de la personalidad, carrera a estudiar, responsabilidades en el los centros de estudio, en el trabajo, en lo social, en lo familiar, y todo en busca de la felicidad, preñados de amor, preparados para los imprevistos, algunos buenos otros no, por lo que habrá caminos que necesitarán de toda nuestra inteligencia, paciencia y voluntad. Pero el resultado será muy bueno, le estaremos dando una excelente formación a nuestros descendientes a los que tanto amamos.

El tema de la libertad, es amplísimo, no lo vamos a ver aquí, pero baste decir que la necesitamos para nuestra superación, nuestras conquistas personales, en especial el de nuestra trascendencia, pues nunca podemos perder de vista, como educadores, la más importante, la única que realmente importa, la de nuestra salvación, por lo que debemos superar lo que nos ata, somos hasta el final de nuestras vidas seres inacabados, siempre en formación, la realidad es que nos hacemos haciendo, tenemos que tener señorío sobre nosotros mismos para servir al Señor. He aquí la enorme importancia de educar en la fe, valores, virtudes cristianas, este es un renglón del que nunca debemos quitar el dedo, nuestros hijos viven en un mundo secularizado que les influye sobremanera, y solo con la firmeza de una fe bien arraigada, bien enseñada por los padres que con sus palabras y EJEMPLO, inculcan a su descendencia, podrán lograr el FIN final. Recordemos que Dios nos propone aquello que quiere de nosotros a través de las mociones del Espíritu Santo, pero quiere que respondamos LIBREMENTE.

Todo lo que hagamos por la educación de nuestros hijos y nuestro ejemplo, rendirá frutos siendo con nuestras acciones, nuestra oración, el gran aliado, pidamos por ellos, al educarlos, al Señor y a nuestra Madre del Cielo, que hagan el mejor uso de su fe y libertad.

La orientación familiar se ocupa de todas las facetas de la vida familiar, es por ello que personas que se dedican a orientar a las personas, no solo lo hacen con los  que están teniendo una vida normal, también hay quienes se especializan en la ayuda a las personas que están experimentando problemas dentro de la familia, tanto como padres, hermanos, abuelos, son una combinación de consultores, consejeros, amigos que con amor fraterno lo llevarán a cabo, para ello estudian y se preparan.

Jorge Casas y Sánchez.

sábado, 11 de junio de 2022

ALGO SOBRE SAN AGUSTÍN.

.-ALGO SOBRE SAN AGUSTÍN.

San Agustín, Doctor de la Iglesia nació en Tagaste, (del Imperio Romano) el año 354 d.C. y murió en Hipona, también del imperio, el 430, fue un gran pensador que se convirtió tardíamente, después de haber llevado una vida que fue una combinación de lo mundano con lo intelectual, hijo de santa Mónica, quien fue ejemplo de oración y a cuyas peticiones incansables y durante muchos años se atribuye que el Señor le haya concedido la conversión al cristianismo de su hijo, que una vez dentro de la Iglesia fue de gran santidad, autor entre otros escritos,  de dos libros fuera de lo común: COFESIONES y LA CIUDAD DE DIOS. Se le nombra como doctor de la gracia, fue la gran eminencia de su siglo y dejó un legado insustituible para toda la vida de la Iglesia.

En San Agustín tenemos al más grande teólogo hasta la Escolástica de Santo Tomás, es el lazo que une a los Padres de la Iglesia con la  gran síntesis cristiana de todos los tiempos, la Summa Teológica del Doctor Común, como la historia ha designado a este gran santo teólogo y filósofo. Es conveniente la mención de Santo Tomás porque nos aclarará mucho sobre S. Agustín, explicando amorosamente sus inexactitudes.

  Son muchas las enseñanzas de San Agustín, cuya vida como es sabido se trata de una conversión tardía, pero tan fructífera que la Iglesia nunca dejará de recurrir a sus enseñanzas doctrinales y teológicas, para él la razón es usada por la fe para desarrollar nuestras creencias, lo que da a la razón una entidad eminente y no debe ser despreciada pues  es necesaria para desarrollar la propia fe. El ve en la filosofía un camino hacia Dios, a la felicidad plena la encuentra en el propio Dios, fuera de Él no hay felicidad completa, el verdadero filósofo es el que ama a Dios, es el que ha encontrado la verdad y la posesión de la verdad, es el conocimiento, hasta donde esto nos es posible,  de Dios. Por ello nos enseña que nadie puede ser más feliz que el buen cristiano, que es quien ha encontrado, a Dios, lo conoce y lo ama. Todo el significado del mundo y el universo señalan al conocimiento de Dios.

La razón nos enseña,  puede conocer todas las verdades naturales de Dios, con la fe podemos conocer las sobrenaturales,  de ahí que la razón debe ayudar a la fe, y así  el cristiano halla la suprema felicidad en el conocimiento de Dios. San Agustín tuvo una influencia platónica fuerte, que le llevó a concebir a Dios como una esencia inmutable, idea que más tarde cambiará por la de el “ser subsistente”, no podemos considerar la filosofía de San Agustín como una filosofía completa y perfecta, tiene algunas  fallas que se corregirán con el tiempo, es necesario comprender que toda teología y filosofía en tanto ciencias de procedencia humana son perfectibles, la filosofía ha tenido que irse afinando como toda ciencia humana,  del estoicismo, por ejemplo, él sostenía que las ideas estaban todas en Dios y que Él  las sembraba en el mundo material, lo que es herencia de un error de Platón.

 A pesar de sus pocas fallas se le considera el gran sintetizador de la Filosofía Patrística es el gran maestro, de cuya grandiosa producción se alimentará la civilización occidental, veamos algunos de sus conceptos, los que hoy día no nos parecerán novedosos pero que en su tiempo su influencia fue aportación de nuevo cuño.

PERSONA.- En cuanto a la persona humana y  la unión del alma y cuerpo sus ideas no fueron completas, pues consideraba al alma como algo que usa un cuerpo, lo que es también platónico, y en ello nos muestra un desconocimiento de lo que ya Aristóteles había explicado con su teoría de que el alma es la “forma” del cuerpo (hilemorfismo) según esta teoría todo lo que existe está compuesto de “materia” y “forma”,  siendo que no puede existir una sin la otra, el filósofo los llama principios, y al alma la considera la forma del cuerpo, esta es la teoría aceptada por la Escolástica. A la materia se le llama “materia prima” y no tiene forma es un sustrato en el que la forma se da solo con este otro principio. Aquí lo complicado de entender consiste en que en el lenguaje común que todos utilizamos estos dos vocablos  de materia prima y forma nos dan una idea física siendo que en filosofía cristiana los “principios” son conceptos abstractos, propios de la metafísica aristotélica y escolástica.

VERDAD.- Los escépticos de su época, que tenían mucha aceptación decían: 

                          “no existe verdad, de todo se puede dudar”  

A lo que San Agustín replica:

            “se podrá dudar de todo los que se quiera; de lo que no se puede dudar es de la misma

               duda”.

Así refuta al escepticismo y demuestra que si existe la verdad, que es aquello de lo que no se puede dudar, y añadirá:

           “no busques a la verdad fuera de ti con los sentidos y el mundo sensible, búscala en tu interior, allí la encontrarás allí reside”.

Esto lo sustenta en que usamos la experiencia como herramienta pero la fuente interior de la verdad es una iluminación. Esta es su teoría de la iluminación, que no debemos confundir con la Gracia Divina, para San Agustín es: Índole natural de nuestro espíritu que cuenta con esta y otras capacidades naturales.

DIOS.- Dios es la verdad, esa verdad gracias a la cual todo lo verdadero es verdadero, todo lo bueno es bueno, el ser es todo ser, todo lo creado es símil es imagen, todos los arquetipos. Toda imagen y ejemplo tienen su sede en Dios.

CREACIÓN.- Refuta la teoría de la emanación, a la que considera panteísta y que algunos Padres de la Iglesia siguiendo a Plotino habían sostenido, porque ello significaría mutabilidad en Dios, y el asegura que Dios es inmutable y sostiene que la Creación es un acto libre de la voluntad de Dios, y no es por tanto una procesión necesaria,  -- que ¿Cuándo ocurrió ello?--  Evidentemente fuera del tiempo, ya que el tiempo no surge sino de la Creación, y expone no literalmente sino como un símil  el relato bíblico de la obra de los seis días. Y nos completa esto con la belleza de este pensamiento, “ la decisión divina puede ser eterna pero no la realización” lo que viene a refutar la teoría panteísta de la existencia eterna del universo, y a demostrar que el universo es finito. Y ve a la eternidad como algo distinto del tiempo.

ALMA.-  Lo que San Agustín sostuvo fue la primacía del alma sobre el cuerpo, y nos dejó dicho cosas como esta: “a Dios y al alma deseo conocer” para él el hombre es propiamente el alma, un alma que tiene a su disposición un cuerpo mortal, trabajó mucho en la inmaterialidad e inmortalidad del alma. Estas especulaciones tienen hoy día gran actualidad a pesar de los siglos que han pasado.

EL BIEN.- Cuando San Agustín habla del bien se refiere a la voluntad de Dios y lo relaciona con la Ley Eterna, que son las ideas eternas en la mente de Dios, y dice también que todos los hombres tenemos impresa en nosotros esa ley, y que es bueno el que actúa conforme a dicha impresión en su propia mente. Allí ve la honda razón metafísica de la razón humana, y la voluntad de Dios conocida por nuestra conciencia, lo que tiende a voluntarizar el orden moral a veces hasta el extremo de que Dios viene a ser mas voluntad que razón y sabiduría, con el podemos contar, mas no con las leyes de la razón sino sometiéndose a Él por la fe.

El alma no solo piensa, y nos ensaña, sino que ama y suspira por el bien, él ve en ella un instinto por el bien y todo errar y afanarse ocurra por el concepto objetivo y universalmente vigente de la felicidad, lo que tiene al hombre desasosegado hasta que llega a dominar este afán y errabundeo y alcanza la verdadera felicidad. El corazón humano tiene su LUGAR NATURAL,  y hacia él gravita hacia el UNO, que es la verdad y el bien en una palabra. “NOS HAS CREADO PARA TI SEÑOR Y NUESTRO CORAZÓN ESTÁ INQUIETO HASTA QUE DESCANSA EN TI” cuando el ser humano es capaz de amar a Dios y este es verdaderamente de gran calado,  encuentra a Dios y lo adora encontrándose con Él y su verdad. Estas eran las convicciones más sólidas de este gran doctor de la Iglesia.

Jorge Casas y Sánchez.

sábado, 4 de junio de 2022

VEJEZ, ANCIANIDAD, DECREPITUD

 

 VEJEZ, ANCIANIDAD, DECREPITUD.                               

Nuestra existencia,  el ser alguien, el estar conscientes de que  maduramos,  crecemos, planeamos, pensamos, en otras palabras vivimos, ejecutamos,  es resultante de la voluntad de Dios creador, que nos ha puesto en esa irrepetible condición propia de cada persona. Ha sido su voluntad que seamos, y que tengamos dos vidas, una aquí en el cosmos, nuestra casa común, y otra de carácter espiritual, eterna que tiene dos fines diametralmente opuestos, una de felicidad indescriptible que nos la debemos de ganar en esta la terrenal, cumpliendo su voluntad, la que Jesucristo su hijo, nos ha dado a conocer. En esta vida terrenal tenemos varias etapas distintivas y de duración diferente, las podemos distinguir como: la gestación, la niñez, la adolescencia, la juventud, la madurez y el envejecimiento. En esta oportunidad me quiero referir a esta última.

Vamos a llamar: vejez, ancianidad y decrepitud a las tres  etapas del envejecimiento,  a los tres períodos cronológicos de la vida de las personas humanas, a la que se identifica como tercera edad, la cual para fines legales menciona como mayoría de edad los dieciocho años, y la de adulto mayor a los comienza según las circunstancias a los 60, y/o a los 65  años de edad, esto puede cambiar acorde a las diferentes legislaturas, lo que es lógico dado que el proceso demográfico cambia por diversas razones y en los diferentes países, que son los que tienen sus propias estadísticas. Desde el punto de vista médico, debido a las inmigraciones de personas sin documentación se ha visto la necesidad de valoraciones médico-legales para la determinación de la edad legal, con fines de los cálculos de la seguridad social, laboral, legal. En México se considera adulto mayor a quien tiene sesenta años o más, pero los beneficios del programa social con beneficios de pensión del Bienestar, empiezan a los sesenta y cinco años.

VEJEZ, para nuestros fines vamos a considerar esta etapa a partir de los sesenta y cinco años, en esta edad y en circunstancias normales, es decir sin enfermedades no superadas, vamos a gozar o sufrir beneficios o daños que se deben a lo que se denomina “estilo de vida”, no es un aspecto puramente de status, sino de lo que hemos hecho con nuestra mente y cuerpo, en materia de alimentación, adicciones, actividades deportivas, estudios y otros usos intelectivos.  Lo que no afecta por igual a las personas, pues hay quien tiene un cierto tipo de constitución o más resistente o más delicada que otras. He conocido personas que fuman y beben en demasía y que su constitución no parece sufrir, sino que aguanta sin síntomas y por largos años, suelen morir, no por sus descuidos, vicios o adicciones,  sino por otras causas. Pero son más bien excepciones.

Por un lado están las adicciones, por ejemplo, el muy perjudicial del tabaco, o el de ingerir bebidas alcohólicas con cierta frecuencia, el exceso en los alimentos ricos en harinas, azúcares grasas, etc., la vida sedentaria, y otras circunstancias no propias para la salud. Es posible que en su momento pasen factura. En cuanto a las actividades mentales es muy beneficioso, dicho a modo de ejemplo, el mantener los esfuerzos intelectivos, con aprendizajes nuevos, los propios de nuestra actividad personal, artística, histórica o de otros temas culturales, los de nuestras aficiones, los que en un futuro nos pueden servir para escalar en la vida económica o profesional, el caso es no dejar a la mente sin actividades que signifiquen cierto esfuerzo de aprendizaje. Esto llevado a cabo en la etapa de la madurez será beneficioso en la de la vejez, en la que deberá de continuar, siempre será conveniente que tengamos a otras personas que nos sean paradigmáticas, por sus buenos ejemplos.

 El reverso de la medalla que es la persona apática, conformista, flojona, que abandona al esfuerzo, e incluso que practica el hedonismo. Hoy día, gracias al progreso de la ciencia médica y la mejora de los alimentos en varios aspectos, las personas a los sesenta y sesenta y cinco años no viven como viejos, sino como personas en maduración, muy activas, sanas, optimistas con creatividad,  ansias de progreso y conservando la apariencia de ser mucho más jóvenes. De allí que se diga con mucha razón que: “se tiene la edad que se ejerce” u otra que dice: “cada quién tiene la edad que puede”.

LA ANCIANIDAD,  es la última etapa de la vejez, ¿cuándo comienza?, simplemente cuando se dan los síntomas propios de esta etapa, que son irreversibles y progresivos, aunque no definitivamente fatales, pues hay ciertas soluciones que retardan su aparición o su progreso,  podemos mencionar los físicos, los mentales, y los de capacidad inmunitaria: Entre los físicos está la pérdida de fortaleza, capacidad visual especialmente la cercana y  ciertas pérdidas en la audición, surgen arrugas y empieza la flacidez muscular, lo que es un cambio en la regeneración celular, sin embargo debido a los genes y al entorno personal, estos síntomas tienen diferentes comportamientos. La menor elasticidad corporal, la manera de caminar y cierta pérdida del equilibrio también se dan, y muchas alteraciones bien conocidas como la pérdida de cabello, más en los varones, el encanecimiento del mismo, la piel se torna más delicada, se pierde estatura, tendencia a encorvarse, y un sin-número más.  Entre las mentales tenemos la pérdida parcial de la memoria, esta se da de diferentes formas, en ocasiones se olvida la palabra necesaria, en otras hay tendencia a olvidar hechos recientes, curiosamente con buen recuerdo de acontecimientos del pasado, aún los lejanos. Se dan cambios en las actitudes para con los demás, también cambios en los estados de ánimo que pueden convertirse en estados de estrés o depresión,  de susto, de gusto o disgusto sobre los alimentos, sentimientos de molestia o inconformidades. Lo curioso es que se pueden encontrar en muchas ocasiones síntomas positivos en la mente de ciertos ancianos, como una mejor capacidad de síntesis, un interés verdaderamente amoroso por la humanidad que se combina con deseos de colaboración, de ayuda, aportando tres aspectos que son importantes, aumento de las oraciones, en especial por los otros, otro es la retrospectiva, y el otro las  experiencia, mismas  que son capacidades que pueden proporcionar muy útiles consejos a las generaciones más jóvenes y a las personas mayores también.

DECREPITUD  es el estado verdaderamente disminuido de las facultades físicas, o físicas y mentales. Se le llama senil a aquella persona anciana que ha perdido en forma lamentable alguna o algunas de sus capacidades mentales, que la medicina califica como demencia senil. Esto debido a que hay ancianos decrépitos físicamente pero aún sanos y con capacidad mental, sin rastro alguno de senilidad, aunque con los síntomas propios mencionados antes, siendo su mentalidad muy superior a su decrepitud física. (se puede dar esto al revés). Pero aquí el caso a lo que clama, a lo que invita al ser humano con buenos y nobles sentimientos caritativos es a comprender y ejecutar la humanística forma de auxiliar a estas personas cuando ya están tan disminuidas.

El materialismo propone que a los seres humanos disminuidos se les quite la vida y usan eufemismos  que califican a este crimen como: muy humano, porque evita el sufrimiento del sujeto y a sus allegados les evita molestias y gastos, la llaman “muerte digna” considerando estos no como curativos, sino como derroche irrecuperable. Olvidan olímpicamente que la vida solo la da y la quita Dios.

En otros casos el sujeto decrépito,  ha tenido la precaución de tener los fondos necesarios para costear sus enfermedades y gastos funerarios cuando el Señor lo llame a la otra vida, a forma de no ser costoso a sus familiares, en estos casos es la caridad humana la que se debe de ejercer en forma de: atenciones, compañía, cariño, agradecimiento, atenderlos en sus necesidades de movilidad, dentro y fuera del hogar, por ejemplo tratando de respetar sus costumbres piadosas como asistir a la Santa Misa, en otras palabras tratarlos con caridad cristiana. La decrepitud no convierte al ser humano en vegetal, algo  por intensa que sea su demencia, puede conservar en su fuero interno sobre la Divinidad. Yo soy testigo de un moribundo senil, que apenas pudiendo ligar palabras aparentemente inconexas rezaba el Padrenuestro.

A MODO DE CONCLUSIÓN, nadie sabe lo que nuestra existencia nos depara, solo algunos enfermos terminales, tienen información médica de los meses, semanas o días que les resta de vida, lo que visto piadosamente es una circunstancia que Dios Creador ofrece a algunos y es cosa de agradecer porque les permite prepararse cristianamente para pasar a la Vida eterna, siendo esta forma de preparación la que todo buen cristiano debe de tener cómo norma de existencia, ya que no sabemos ni el cómo ni el cuándo, por lo que siempre, independientemente de la edad, pues  todos, jóvenes sanos y fuertes también, estamos expuestos a la pérdida de la vida accidentalmente, e incluso a la muerte súbita, de personas perfectamente sanas. El mejor consejo que todo buen cristiano debe seguir es el de vivir siempre en estado de gracia, y si este se pierde, pues lo nuestro es caer, regresemos a este,  mediante el Sacramento del perdón, que en la grandeza de su amor la Santísima Trinidad nos ofrece. Y  La ayuda de Nuestra Madre la Santísima Virgen, siempre nos es otorgada para ello, aceptémosla.

JCS.