sábado, 26 de diciembre de 2020

THE NATIVITY OF JESUS CHRIST, (CHRISTMAS)

 

NATIVITY OF JESUS CHRIST, CHRISTMAS.

The most important hapennning in the history of the world is the day that we celebrate in the nigth of the 24 and the day of 25 every december, Jesus Christh is born from Virgin Mary.

It is the most important festivity in many places of the world, and I think one of them is U.S., but frecuently, the importance of the festivity is more social tan religious.

It is frecuently said that, that God extracts goods from the bad, and this bad pandemia can be an opportunity to demostrate it. Primarily due to all those persons that before dying have had the chance to repent and enter the other world saved, and now are in heaven. And other manner among more, is the chance of many to reconsider that we are so near of finishing our existence in earth, and that permits to evaluate all we have misused, all the things that we could have done, and did not do, the things we have valued as important, that are not so, and the values we did not  apreciated, or lived, or loved, due  to lack of reach, activity, real interest or absense of power of will. In otherwords this pandemia has introduced in us a way of seeing life from an othter perspective. Most important, going to the Sacrament of Confession, and repent of our sins. And it is good.

An other good thing that is taking place is the closer family life, we are spending much more time among our dearest persons, increasing the communication, the chances to know each one better, to have tender relations, and the treasure of closer conversations, and interrelations.

One thing important in Christmas and the following week is to consider profoundly, specialy with the children, the so reach meannings of all the mistery, of the Little Child Jesus, that has been given birth. His mother and Saint Joseph are creatures so charrised by the scriptures, their history in Bethlehem and before is to be told to them Young persons.

I personally wish to all the persons, that get this little article the best Christmas of their life, even in  this dramatic circumstances, but being closer to God is the best thing that can happen to us all.

Jorge Casas y Sánchez.

viernes, 27 de noviembre de 2020

MARAVILLAS DE LA GRACIS DIVINA.

 

 MARAVILLAS DE LA GRACIA DIVINA.

LA GRACIA DE DIOS. Nada se puede comparar a este don maravilloso que Jesucristo con su vida, pasión muerte y resurrección, nos lucró para nuestra salvación. Como todos los dones y talentos que Dios nos proporciona, para gozar de ellos los tenemos que aceptar,  Él no nos fuerza a aceptarlos nos los ofrece por ese Amor divino, perfectísimo que nos tiene, y  quiere que los aprovechemos para nuestra salvación eterna.

La gracia salvífica que Dios nos ofrece, la ganamos al estar limpios de todo pecado mortal, esto es que no tengamos ninguno sin confesar y que haya sido perdonado por el sacerdote consagrado correspondiente, lo que nos permite recibir los Sacramentos, en forma muy especial el de la Comunión. Vernos limpios de todo pecado mortal nos mantiene en gracia de Dios lo que es ni mas ni menos pertenecer formalmente a la Naturaleza Divina.

No debemos conformarnos con una noción vaga de lo que es el Estado de Gracia, pues tiene la concesión de la Misericordia Divina, lo que nos capacita para darle mas valor a nuestras oraciones, nos habilita para la recepción de los Sacramentos, la vida de santidad y el camino de la salvación. Luego su importancia es mayúscula, de allí que este sea un tema de espiritualidad que debemos abordar con el mayor interés.

Es necesario que nos preocupemos para conocer su grandeza, la gracia, al acercarnos a Dios, es parte sublime de la Doctrina Cristiana, nos guía a un mundo superior, al proporcionarnos la alegría mas pura de nuestra fe. Conviene considerar que en nuestra doctrina hay verdades enormes que debemos de conocer mejor, a las que debemos de aplicar,  aparte de nuestra fe y piedad, nuestra capacidad intelectiva para, abarcarlas mas ampliamente, como nos dejó dicho San Agustín: PENSAR PARA CREER Y CREER PARA PENSAR. Solo así captaremos todo el esplendor divino de la Gracia.

Nuestro Señor derrama en cada uno de nosotros la capacidad necesaria para comprender las grandes verdades de fe; lo que nos eleva del plano en que estemos a hacernos partícipes de su Divina Naturaleza, gozar de su amor, y quererle mas nosotros, lo que enriquece nuestra naturaleza humana, al unirnos mas sólidamente con nuestro Señor Jesucristo. En especial cuando le recibimos en la Santa Comunión  que es la mas fraterna unión posible en esta vida terrenal.

“Todos los bienes me vinieron juntamente con ella; hay en sus manos riquezas innumerables. Constituye para los hombres un tesoro inagotable; a cuantos se han valido de él, los ha hecho partícipes de la amistad de Dios”

Estas palabras de la sabiduría del Rey Salomón se pueden aplicar a la Gracia Santificante que nos dona Jesucristo, Dios y Hombre verdadero.

El don de la gracia es auxilio gratuito para responder a las mociones del Espíritu Santo, y así llegar a ser hijos adoptivos de Dios y participar de la intimidad de la Eterna Trinidad. Es llamada sobrenatural, nos sobrepasa en razón, conocimientos, etc. nos capacita a vivir en su mas perfecta cercanía y obrar por su amor.

En cuanto a la gracia conviene que hagamos tres distinciones, a saber:

GRACIA HABITUAL, es la disposición de estabilidad de nuestra vocación.

GRACIAS ACTUALES, son las intervenciones divinas, que nos la proporcionan.

GRACIA SANTIFICANTE, la que en forma continuada recibimos en especial por nuestra participación en la Santa Misa y en los Sacramentos, especialmente en la Eucaristía.

La misericordia de Dios se nos adelanta, nos cura, sanándonos nos vivifica, su iniciativa es libre y espera una respuesta libre también por nuestra parte, nos incluye los dones del Espíritu Santo, y las mencionadas gracias sacramentales, para que por medio de nuestra fe conozcamos y experimentemos la grandeza de su gracia, y acojamos las verdades de su Revelación. Nos inicia en la gracia desde el Bautismo, nos regenera en la confesión.

El hombre fue creado con gracia original y la pierden, nuestros primeros padres, Adán y  Eva, por el pecado original, pero Nuestro Señor, en su infinita bondad y amor por nosotros, quiere que alcancemos la felicidad de la vida eterna, por lo que con la venida, del Hijo, segunda persona de la Trinidad, su vida, pasión, muerte y resurrección, nos permite al vencer al pecado, acceder a la salvación, añadiendo la acción del Espíritu Santo en todo hombre que lo acepte. Nos deja entre otros en sacramento de la confesión para lavar nuestras faltas y retornar al camino de la gracia, pidamos con Santa María, nuestra Madre del Cielo, que sepamos aprovechar las gracias que nos llevan a la salvación.

Preparó Jorge Casas.

sábado, 14 de noviembre de 2020

TRABAJO Y FAMILIA

 

TRABAJO Y FAMILIA.

Todo buen cristiano valora a su familia en alto grado dentro de sus prioridades, y es conveniente revisar algunos aspectos involucrados en ello. Podemos comenzar con el examen de la más acertada respuesta al siguiente dilema:

¿es primero el trabajo? o es primero la familia?

Creo que la respuesta mas adecuada es en primer término que no hay en ello conflicto de intereses, que el trabajo es un medio para atender a la familia que esta, es un fin, por lo que en nuestra jerarquía de valores la familia ocupa un lugar por encima del trabajo. No cabe duda que los progenitores se auto-realizan no solo como tales, sino también como profesionales, técnicos, especialistas o simples trabajadores de y en aspectos sencillos, pero remunerados., y que esto conlleva el que se trabaje para el bien de la familia, lo que lo eleva a ser parte del Bien Común, en cuanto es colaboración al desarrollo de sus miembros.

El siguiente cuestionamiento que nos debemos de hacer es si verdaderamente estoy trabajando para el bien y desarrollo sano de mi familia, que no consiste en solo proveer, sino en que como seres humanos crezcamos todos los miembros, y nos beneficiemos en nuestras capacidades, todos los que conformamos este ámbito de amor por excelencia, que  la familia. Destacando por su importancia aspectos de su buen funcionamiento que vienen a ser: una sana alimentación, los estudios de los hijos, que reciban una sana formación espiritual y costumbres piadosas, los muy importantes aspectos de la higiene, sanas costumbres y métodos en las labores y encargos dentro de las necesidades de orden y limpieza del hogar, señalando obligaciones justas a cada miembro, y donde todos colaboren responsablemente, lo que educa en las virtudes del orden y la disciplina, que son esenciales en la vida futura de los hijos.  A lo que se podría añadir un plan de seguridad en materia de salud para la esposa y los hijos hasta los 22 años. Así influimos positivamente en nuestro entorno y por ende en el mundo. Nos parecería que ante las grandes dimensiones de los países, y la enormidad del mundo, nuestras actividades no cuentan, esto no es así, y no tiene que ser obstáculo para que bajemos la guardia. Siempre contará, sumará, nuestra buena influencia, no bajemos nunca la guardia, por el contrario, alegremente, confiados en nuestro buen actuar, y atendiendo a las exigencias de la vida de fe, aunque seamos criticados, o aparentemente pasemos desapercibidos, Dios no deja de saberlo, y eso es lo que cuenta. Nada es mas educativo dentro del seno familiar que la armonía y la concordia, y el buen ejemplo,  a sabiendas de que no hay familias perfectas, como no hay personas perfectas, y que son mas frecuentemente recordados los momentos crispidos y difíciles de las relaciones interpersonales, que las de la armonía y del amor. Aquello de la paja en  el ojo ajeno….

Un aspecto difícil de nuestros tiempos es el de la distribución de nuestro tiempo, el cual debemos de dividir en períodos de trabajo, sueño, tiempo en el hogar, tiempo que dedicamos a nosotros, solos, como el de los deportes, o el dominó con los amigos, o el café o gimnasio con las amigas, o bien solos los cónyuges, sin los hijos, en su vida social de adultos, atendiendo aficiones personales    (“hobbies”) etc. ¿Cómo vamos a distribuir nuestro, siempre escaso tiempo, de la mejor forma posible. A esto hay quien quizás acertadamente responde que entre las dos prioridades sobresalientes, y por supuesto sin dejar de atender las demás, el que dediquemos al trabajo el menor tiempo necesario, y a los hijos el mayor tiempo posible. Las formas de dar respuesta a esto son únicas en cada caso y sería ocioso tratar de darles respuestas porcentuales por ejemplo.

Otra pregunta que nos planteamos regularmente es: ¿debe la señora conocer e intervenir en las decisiones profesionales importantes en relación al trabajo del esposo?, o Viceversa, y  la respuesta es SI, cuando estas afectan a la familia, al patrimonio familiar, etc. es parte de la concordia familiar.

Otro planteamiento que nos debemos de hacer es cuando  se trata de la continuidad de uno o mas hijos en la profesión o empresa del padre o madre, aquí la respuesta es muy sencilla, primero está la libertad del hijo(a)(s), que la preparación que les podamos proporcionar sea de carácter amplio, no restringido, a forma de que libremente y de acuerdo con sus muy personales preferencias, conociendo las opciones, libremente decidan, si quieren continuidad o prefieren incurrir en otros ámbitos.

Finalmente no podemos dejar de insistir en la formación espiritual de la prole, dicho está que será nuestro ejemplo personal que es primordial, se trata de una responsabilidad por la que somos juzgados y lo seremos ante el Señor,  y que forma parte importantísima de nuestras obligaciones como católicos. Pidamos que la Trinidad Santísima y nuestra Madre del Cielo nos auxilien en cumplirla adecuadamente.

Preparó Jorge Casas.

jueves, 12 de noviembre de 2020

EL MAS ALLÁ

 

 EL MAS ALLÁ.

Nos dice el Papa Francisco, “¿qué sentido tiene algo que conduce a la nada?”  “La vida de los cristianos es rica y tiene sentido, porque nos conduce a la Vida Eterna”. El Materialismo y muchos seguidores del Relativismo, están convencidos del gran error que consiste en pensar que al terminar la vida terrenal del hombre todo termina y que no hay nada MAS ALLÁ.  Es porque piensan que el hombre es solo materia y que carecemos de un alma espiritual, gran error, la verdadera VIDA de los hombres comienza después de esta, y es para la eternidad. Nuestra  vida en la tierra es breve, al ser comparada con tiempos de otras criaturas, como las del universo que tienen millones de millones de años de existencia, y cortísima, podríamos decir, si la comparamos con la eternidad.

En todas las culturas desde la pre-historia observamos que se rinden diversos cultos a las personas que han muerto, esto es indicativo indiscutible de que se creé que existe algo, más allá. Es parte de la naturaleza del hombre, desde el mas primitivo,  al mas civilizado de la actualidad. Dios no nos ha creado tan solo para esta vida, sino para la que comienza con nuestra muerte, la definitiva, y que es el premio mas grande que cualquier imaginación humana pudiese concebir, y ha hecho cosas maravillosas para que seamos herederos de este, o lo despreciemos tontamente. Bástenos recordar que nos mandó a la Segunda Persona de la Trinidad Santísima, el Hijo a redimirnos con su pasión y muerte, después de haber formado a sus Apóstoles y discípulos con los que fundó su Iglesia (Cuerpo Místico del propio Jesucristo) para que dieran continuidad a su Doctrina, y al Espíritu Santo para que nos santificara y cuidara de su Iglesia; que fuera guardiana excelsa de la Divina Revelación y La Tradición, para que ejerciera su gobierno, administración de los Sacramentos, doctrina, catequesis y sabiduría, hasta el final de los tiempos.

La fe cristiana nos enseña, que inmediatamente después de nuestra muerte, nuestra alma es juzgada por Dios, en ese momento trascendental, contempla todas sus propias acciones y omisiones, con una claridad absoluta. La sentencia divina es inmediata. Cada uno recibe como situación definitiva de su existencia, lo que libremente ha merecido, ha querido y quiere: el  estar con Dios, o apartado de Él.

Es este juicio el que motiva a los cristianos a obrar el bien, a construir un mundo mejor, más justo,  son motivos positivos que frente a los que tienen los no creyentes resultan del todo superiores, pues aquellos que creen que todo termina con la muerte, tienen menos motivos para obrar el bien y reparan mucho menos ante el mal. Estas creencias equivocadas han llevado a otras,  desviadas totalmente de la realidad, como la reencarnación, producto de la fantasía. Dios quiere que todos los hombres se salven (1Timoteo 2,4 de San Pablo), esto nos muestra la bondad de Dios, que nos ofrece también, la reparación de los actos malos que hayamos realizado, mediante el Sacramento del Perdón (Confesión), que nos permite rectificar y arrepentirnos. Sin embargo como Dios nos ha creado libres, nadie se salva si no lo quiere, y en  la condenación el peor castigo que se tiene es la ausencia de Dios, de su presencia divina, que  su vez es la mayor felicidad de los que se salvan, la Visión Beatífica.

La vida de los hombres sobre la tierra es siempre de búsqueda de la felicidad, vivimos persiguiendo cosas que nos la proporcionan, pero esto es efímero y una vez conseguido algo, hay siempre algo más que conseguir, y en esta vida la satisfacción nunca es completa: El hombre nunca apaga su sed de felicidad en esta tierra: “no se sacia el ojo de ver ni el oído de oír” (nos dice el Antiguo Testamento en Eclesiastés, 1,8.) y  recordemos a San Agustín: “Nos hiciste Señor para Ti, y nuestro corazón está inquieto hasta que no descanse en Ti”. Al margen de Dios nunca se puede lograr la verdadera felicidad incluso en esta vida. Prueba es que los Santos son las personas más felices de esta tierra, aún en medio de sacrificios y mortificaciones, y de San Pablo podemos recordar lo que nos dejó en (1 Corintios 2, 9) “Ni ojo vio, ni oído oyó ni pasó por corazón de hombre lo que Dios tiene preparado para los que le aman.

EL PURGATORIO. Aquellos que mueren en gracia de Dios, pero que tienen penas pendientes de las culpas perdonadas, tienen que lavarlas, es requerido que al Cielo se vaya con el alma limpia de culpas y penas. Se trata de castigo temporal, y podemos, los que pertenecemos a la Iglesia Militante, rogar por ellos que son la Iglesia Purgante, para que su estancia allí se acorte y pasen a la Iglesia Triunfante, la de los salvos.

Roguemos a Cristo a través de Nuestra Madre del Cielo, la Virgen María Santísima, que lleve, como intercesora  nuestra, a su hijo nuestros sufragios por las almas del purgatorio, recordando que las mejores ocasiones para ello son: la Santa Misa y el Santo Rosario.

Preparó: Jordi Casas.

jueves, 5 de noviembre de 2020

PROPIEDAD Y JUSTICIA

 

PROPIEDAD Y JUSTICIA. Preparó Jordi Casas.

En estos tiempos en que hay signos como siempre, existe la necesidad de aclarar los puntos de vista recurriendo a la gran sabiduría de la Iglesia, pues resulta que algunas de las diferentes legislaciones con tendencias totalitarias pretenden y  nos pueden  llevar a sistemas de propiedad injustos, que van contra los derechos naturales del hombre. Los derechos humanos aceptados globalmente, nos otorgan claramente, las que se refieren a la impartición de la Justicia, y a la propiedad privada, y por tanto, las legislaciones que no los toman en cuenta, o que las quieren modificar, desapareciéndolas de la las leyes actuales,  pueden estar, plenas de injusticias. Esperamos que los grandes conocimientos de la Doctrina Cristiana, que son de inspiración divina, que por medio del Espíritu Santo, que es el elemento apropiado para poder influir en las equivocadas mentalidades totalitaristas, se nos otorgan, y que de algunas maneras estas son ajenas a la verdad, creen que así se logra un mundo mas justo, cuando la realidad ya demostrada en muchos casos, en que se han aplicado esas ideologías, vemos el fracaso de poder obtener igualdad, y eso sí, aumento de la pobreza y de la cantidad de pobres. La aplicación de la ley por desgracia favorece, interesadamente perversa, al rico y poderoso, mientras castiga con firmeza al que carece de recursos abundantes.

Cada país, cada comunidad humana, cada familia debe de recurrir a sus mejores raíces, a las de sus mejores épocas, y allí alimentar sus formas de vida presente y futura, no podemos diseñar lo que vendrá olvidando nuestros fundamentos morales, cristianos, nuestras tradicionales costumbres familiares, con esto como base, como plataforma de lanzamiento se diría en lenguaje mas moderno, debemos proyectarnos a un futuro mas acorde a los avances mundiales en materia tecnológica, científica, artística, legal, médica, de enseñanza-aprendizaje, etc.

Me permito trascribir unos párrafos de la Encíclica Fratteli Tutti del Papa Francisco, que nos aclaran ciertos puntos muy importantes, veamos aspectos de las naciones, entre las ricas y pobres.,  la necesidad de la armónica fraternidad entre la ciudadanía de cada nación, evitando la separación entre pueblo y explotadores, pues no hay tal, cada persona debe de acuerdo a sus conocimientos, capacidades, y bienes, en correlación y coexistencia fraterna con los demás ciudadanos,  labrarse su propia forma de existencia y manejo de su economía personal. Y de manera extremadamente importante está la propiedad privada, derecho natural, reconocido además por los “Derechos inalienables del Hombre”, y su participación en el concierto global al que el mundo tecnificado actual fatalmente nos acarrea. Los gobiernos en este rubro tienen forma y deber de ayudar a los que mas lo necesitan, con educación y adiestramiento, mas no con dádivas que se esfuman después de dar tan solo un pequeño respiro. Y las empresas que son las personas morales, llevan a cabo un papel preponderante en la economía no solo de los propietarios, sino de todos los involucrados directa e indirectamente en sus operaciones, como parte del sistema económico de las naciones.

Creo que nos ayudarán a tener criterios mas claros sobre estos asuntos de la propiedad y de la justicia, algunos extractos de la mas reciente Encíclica del Papa Francisco, por lo que me permito transcribir tres apuntes tomados de la Encíclica Fratelli Tutti.

138. Si esto fue siempre cierto, hoy lo es más que nunca debido a la realidad de un mundo tan conectado por la globalización. Necesitamos que un ordenamiento mundial jurídico, político y económico «incremente y oriente la colaboración internacional hacia el desarrollo solidario de todos los pueblos»[120]. Esto finalmente beneficiará a todo el planeta, porque «la ayuda al desarrollo de los países pobres» implica «creación de riqueza para todos»[121]. Desde el punto de vista del desarrollo integral, esto supone que se conceda «también una voz eficaz en las decisiones comunes a las naciones más pobres»[122] y que se procure «incentivar el acceso al mercado internacional de los países marcados por la pobreza y el subdesarrollo»[123].

“Por lo tanto, la fraternidad universal y la amistad social dentro de cada sociedad son dos polos inseparables y coesenciales. Separarlos lleva a una deformación y a una polarización dañina”. (tomado de #142 Fratelli Tutti)

 “Cada uno ama y cuida con especial responsabilidad su tierra y se preocupa por su país, así como cada uno debe amar y cuidar su casa para que no se venga abajo, porque no lo harán los vecinos. También el bien del universo requiere que cada uno proteja y ame su propia tierra. De lo contrario, las consecuencias del desastre de un país terminarán afectando a todo el planeta. Esto se fundamenta en el sentido positivo que tiene el derecho de propiedad: cuido y cultivo algo que poseo, de manera que pueda ser un aporte al bien de todos. (# 143, Fratelli Tutti)

 

Los mandamientos séptimo y décimo, nos mandan respetar los bienes ajenos, esto nos lleva a comprender el derecho al Bien Común, que debe ser campo de cultivo para el desarrollo de todos, absolutamente todos los seres humanos, y el derecho natural a la propiedad privada que debe ser respetada de todos y para todos. Este es el orden querido por Dios, no el que predican los materialistas totalitarios, que niegan el sentido social de la propiedad privada. Esta cumple con el sentido económico, jurídico y político, que es el que ayuda a la buena conservación de los bienes y evita luchas entre los hombres, los bienes de propiedad común acaban siendo objeto de descuido.

En estos “derechos” a la propiedad privada, están incluidos los salarios, que nunca deben ser retenidos, lo que es una injusticia, como lo es el engaño en pesas y medidas, documentos falsos, la usura, los intereses desorbitados, cuestiones atentatorias contra los derechos.

La justicia conmutativa, no solo obliga a la devolución de lo robado, sino que reprueba al ladrón, a su cómplice, al que pudiendo impedirlo no lo hace, al que debe por ley de evitarlo.

Por último mencionaré como malos hábitos que se relacionan, a la avaricia, al acaparamiento con intenciones de ganancias por encima de lo normal, y recodemos que es de absoluta obligación : “DAR A CADA UNO LO QUE LE CORRESPONDE”, siempre, y en forma completa, lo que es la Virtud de la Justicia, que además incluye la libertad de culto.

lunes, 12 de octubre de 2020

Taken from the Enciclical Fratelli Tutti, of Pope Franciscus, Oct. 2020

 


31. In this world that races ahead, yet lacks a shared roadmap, we increasingly sense that “the gap between concern for one’s personal well-being and the prosperity of the larger human family seems to be stretching to the point of complete division between individuals and human community… It is one thing to feel forced to live together, but something entirely different to value the richness and beauty of those seeds of common life that need to be sought out and cultivated”.[29] Technology is constantly advancing, yet “how wonderful it would be if the growth of scientific and technological innovation could come with more equality and social inclusion. How wonderful would it be, even as we discover faraway planets, to rediscover the needs of the brothers and sisters who orbit around us”.[30]

PANDEMICS AND OTHER CALAMITIES IN HISTORY

32. True, a worldwide tragedy like the Covid-19 pandemic momentarily revived the sense that we are a global community, all in the same boat, where one person’s problems are the problems of all. Once more we realized that no one is saved alone; we can only be saved together. As I said in those days, “the storm has exposed our vulnerability and uncovered those false and superfluous certainties around which we constructed our daily schedules, our projects, our habits and priorities… Amid this storm, the façade of those stereotypes with which we camouflaged our egos, always worrying about appearances, has fallen away, revealing once more the ineluctable and blessed awareness that we are part of one another, that we are brothers and sisters of one another”.[31]

33. The world was relentlessly moving towards an economy that, thanks to technological progress, sought to reduce “human costs”; there were those who would have had us believe that freedom of the market was sufficient to keep everything secure. Yet the brutal and unforeseen blow of this uncontrolled pandemic forced us to recover our concern for human beings, for everyone, rather than for the benefit of a few. Today we can recognize that “we fed ourselves on dreams of splendour and grandeur, and ended up consuming distraction, insularity and solitude. We gorged ourselves on networking, and lost the taste of fraternity. We looked for quick and safe results, only to find ourselves overwhelmed by impatience and anxiety. Prisoners of a virtual reality, we lost the taste and flavour of the truly real”.[32] The pain, uncertainty and fear, and the realization of our own limitations, brought on by the pandemic have only made it all the more urgent that we rethink our styles of life, our relationships, the organization of our societies and, above all, the meaning of our existence.

34. If everything is connected, it is hard to imagine that this global disaster is unrelated to our way of approaching reality, our claim to be absolute masters of our own lives and of all that exists. I do not want to speak of divine retribution, nor would it be sufficient to say that the harm we do to nature is itself the punishment for our offences. The world is itself crying out in rebellion. We are reminded of the well-known verse of the poet Virgil that evokes the “tears of things”, the misfortunes of life and history.[33]

35. All too quickly, however, we forget the lessons of history, “the teacher of life”.[34] Once this health crisis passes, our worst response would be to plunge even more deeply into feverish consumerism and new forms of egotistic self-preservation. God willing, after all this, we will think no longer in terms of “them” and “those”, but only “us”. If only this may prove not to be just another tragedy of history from which we learned nothing. If only we might keep in mind all those elderly persons who died for lack of respirators, partly as a result of the dismantling, year after year, of healthcare systems. If only this immense sorrow may not prove useless, but enable us to take a step forward towards a new style of life. If only we might rediscover once for all that we need one another, and that in this way our human family can experience a rebirth, with all its faces, all its hands and all its voices, beyond the walls that we have erected.

36. Unless we recover the shared passion to create a community of belonging and solidarity worthy of our time, our energy and our resources, the global illusion that misled us will collapse and leave many in the grip of anguish and emptiness. Nor should we naively refuse to recognize that “obsession with a consumerist lifestyle, above all when few people are capable of maintaining it, can only lead to violence and mutual destruction”.[35] The notion of “every man for himself” will rapidly degenerate into a free-for-all that would prove worse than any pandemic.

tomado de Fratelli Tutti, Encíclica del Papa Francisco Oct. 2020

 


31
. En este mundo que corre sin un rumbo común, se respira una atmósfera donde «la distancia entre la obsesión por el propio bienestar y la felicidad compartida de la humanidad se amplía hasta tal punto que da la impresión de que se está produciendo un verdadero cisma entre el individuo y la comunidad humana. […] Porque una cosa es sentirse obligados a vivir juntos, y otra muy diferente es apreciar la riqueza y la belleza de las semillas de la vida en común que hay que buscar y cultivar juntos»[29]. Avanza la tecnología sin pausa, pero «¡qué bonito sería si al crecimiento de las innovaciones científicas y tecnológicas correspondiera también una equidad y una inclusión social cada vez mayores! ¡Qué bonito sería que a medida que descubrimos nuevos planetas lejanos, volviéramos a descubrir las necesidades del hermano o de la hermana en órbita alrededor de mí!»[30].

Las pandemias y otros flagelos de la historia

32. Es verdad que una tragedia global como la pandemia de Covid-19 despertó durante un tiempo la consciencia de ser una comunidad mundial que navega en una misma barca, donde el mal de uno perjudica a todos. Recordamos que nadie se salva solo, que únicamente es posible salvarse juntos. Por eso dije que «la tempestad desenmascara nuestra vulnerabilidad y deja al descubierto esas falsas y superfluas seguridades con las que habíamos construido nuestras agendas, nuestros proyectos, rutinas y prioridades. […] Con la tempestad, se cayó el maquillaje de esos estereotipos con los que disfrazábamos nuestros egos siempre pretenciosos de querer aparentar; y dejó al descubierto, una vez más, esa bendita pertenencia común de la que no podemos ni queremos evadirnos; esa pertenencia de hermanos»[31].

33. El mundo avanzaba de manera implacable hacia una economía que, utilizando los avances tecnológicos, procuraba reducir los “costos humanos”, y algunos pretendían hacernos creer que bastaba la libertad de mercado para que todo estuviera asegurado. Pero el golpe duro e inesperado de esta pandemia fuera de control obligó por la fuerza a volver a pensar en los seres humanos, en todos, más que en el beneficio de algunos. Hoy podemos reconocer que «nos hemos alimentado con sueños de esplendor y grandeza y hemos terminado comiendo distracción, encierro y soledad; nos hemos empachado de conexiones y hemos perdido el sabor de la fraternidad. Hemos buscado el resultado rápido y seguro y nos vemos abrumados por la impaciencia y la ansiedad. Presos de la virtualidad hemos perdido el gusto y el sabor de la realidad»[32]. El dolor, la incertidumbre, el temor y la conciencia de los propios límites que despertó la pandemia, hacen resonar el llamado a repensar nuestros estilos de vida, nuestras relaciones, la organización de nuestras sociedades y sobre todo el sentido de nuestra existencia.

34. Si todo está conectado, es difícil pensar que este desastre mundial no tenga relación con nuestro modo de enfrentar la realidad, pretendiendo ser señores absolutos de la propia vida y de todo lo que existe. No quiero decir que se trata de una suerte de castigo divino. Tampoco bastaría afirmar que el daño causado a la naturaleza termina cobrándose nuestros atropellos. Es la realidad misma que gime y se rebela. Viene a la mente el célebre verso del poeta Virgilio que evoca las lágrimas de las cosas o de la historia[33].

35. Pero olvidamos rápidamente las lecciones de la historia, «maestra de vida»[34]. Pasada la crisis sanitaria, la peor reacción sería la de caer aún más en una fiebre consumista y en nuevas formas de autopreservación egoísta. Ojalá que al final ya no estén “los otros”, sino sólo un “nosotros”. Ojalá no se trate de otro episodio severo de la historia del que no hayamos sido capaces de aprender. Ojalá no nos olvidemos de los ancianos que murieron por falta de respiradores, en parte como resultado de sistemas de salud desmantelados año tras año. Ojalá que tanto dolor no sea inútil, que demos un salto hacia una forma nueva de vida y descubramos definitivamente que nos necesitamos y nos debemos los unos a los otros, para que la humanidad renazca con todos los rostros, todas las manos y todas las voces, más allá de las fronteras que hemos creado.

36. Si no logramos recuperar la pasión compartida por una comunidad de pertenencia y de solidaridad, a la cual destinar tiempo, esfuerzo y bienes, la ilusión global que nos engaña se caerá ruinosamente y dejará a muchos a merced de la náusea y el vacío. Además, no se debería ignorar ingenuamente que «la obsesión por un estilo de vida consumista, sobre todo cuando sólo unos pocos puedan sostenerlo, sólo podrá provocar violencia y destrucción recíproca»[35]. El “sálvese quien pueda” se traducirá rápidamente en el “todos contra todos”, y eso será peor que una pandemia.

miércoles, 23 de septiembre de 2020

AMOR A DIOS Y A LOS DEMÁS .

 

AMOR A DIOS Y A LOS DEMÁS.                              -1-

Esta fue la respuesta de Nuestro Señor Jesucristo a la pregunta que le hicieron: AMARÁS AL SEÑOR DIOS TUYO, CON TOO TU CORAZÓN, CON TODA TU ALMA, CON TODA TU MENTE, Y CON TODAS TUS FUERZAS. (Mateo 22:37) Este es el primer y mas importante mandamiento que tenemos, y hay que partir de la base del sabio dicho que dice: --“no se puede amar lo que no se conoce”—por lo tanto mientras mas conozcamos a Dios, mas le amaremos, pues nada hay que merezca mas nuestro amor, porque Dios mismo es lo mas amable que puede haber.

Aquí vamos a darnos cuenta de que moralmente, no puede haber nada que sea mas positivo, mas eminente que amar a quien es el motor de toda vida, de toda la existencia, quien gobierna el universo, Creador, Redentor, Santificador nuestro, y que nos ama desde siempre, no desde que nos creó, sino desde la eternidad, y que quiere nuestra salvación eterna, para lo que nos mandó a su hijo, segunda persona de la Trinidad Santa,

Pero como somos humanos, el amor que mas y mejor conocemos es el amor humano, que es natural  en nosotros. El amor a Dios, además de natural es SOBRENATURAL, y esto vamos a tratar de entenderlo, por lo que, lo primero que decimos es que el amor humano ha sido mistificado, mucho y generalmente se entiende por amor algo que es sentimental. Vamos por lo tanto a hacer un examen de como es que  amamos a Dios, y lo vemos en esta lista de seis cuestiones.

       1).-Lo primero es creer en Él, y creerle a Él,  admitiendo que Él y todo lo que nos ha revelado es VERDAD. ( Consultar Juan 14:6 )

       2).-Reconocer y admitir que Él nos creó por amor, no hay ninguna otra razón para ello, y es que “Dios es Amor” y por  ese  amor que nos tiene a nosotros, si simplemente somos recíprocos  le amamos a Él, amamos al prójimo y al resto de las criaturas, pues el amor que le tenemos es extensivo y lo abarca todo.  (Conviene meditar: Primera Carta de Juan 4,8)   

       3).-Creer que quiere nuestra salvación, entender este punto tiene la importancia de que al sabernos redimidos por su hijo, entendemos ese sublime acto de amor de mandarnos redimir, sacarnos de las tinieblas en que estábamos y ver la luz de su Revelación, a través de su Hijo.

       4).-Saber y apreciar que la redención que realiza Jesucristo, Dios  Hombre Verdadero, dando toda su vida como ejemplo, y hasta la última gota de su sangre en dolorosas agonías y pasión hasta la muerte de Cruz, es muestra de su amor a nosotros.

       5).-Agradecer que nos dio como Madre a la suya propia, para que tengamos a la Omnipotencia Intercesora, en el Cielo, para lograr lo que necesitamos para salvarnos. Basta con tener simplemente el agradecimiento que los niños muestran.

        6).- Si le rezamos.

 En pocas palabras: Si creemos el Él, oramos, reconocemos su Grandeza, le damos importancia a la Salvación, admitimos la venida de su Hijo a redimirnos,  lo que  sus Evangelios predican y admitimos a la Santísima Virgen como nuestra Madre del Cielo, estamos amando a Dios. a Vamos a admitir que lo anterior se da en todos los cristianos, de acuerdo, pero el hecho de poder tener un amor a Dios que vaya mucho, pero mucho mas allá, de estas menciones es también un hecho frecuentísimo.

Veamos ¿como podemos ir reafirmando, creciendo en el amor a Dios?. Como en el trato con los hombres, también, tratándolo, con la oración, hablar directamente con Él, pues siempre está interesado en ello, Él espera que le busquemos, y no tenemos que ir lejos, consulta tu corazón allí le encontrarás, en nuestros pensamientos, afectos y obras.

Haremos unos breves comentarios a cada uno de los seis puntos de arriba.

Sobre el Num. 1, lo primero que se nos viene a la mente son sus Diez Mandamientos, dados a Moisés en el Monte Sinaí. A lo que tenemos que agregar sus enseñanzas evangélicas, entre las que resalta: Las Bienaventuranzas (Mateo 5 completo) y los mandamientos de la Iglesia.

Sobre el Num. 2, Dios nos ama desde antes de nuestra existencia, nos ama desde la eternidad. Por ser el tiempo creación de Dios, todo, menos Él, está sujeto al tiempo, para Dios todo lo pasado lo presente y lo futuro es actual, en la Mente Divina no hay sujeción alguna.

Sobre el Num. 3, Dios nos creó para la salvación, pero quiere que libremente la obtengamos en esta vida, ¿sus razones?, no nos rompamos la cabeza, así ha sido su voluntad.

Sobre el Num. 4, aunque nuestros primeros padres pecaron, condenando a toda la raza humana, ya que de ellos heredamos ese pecado original, la Benevolencia Divina nos ofrece como Salvador a su propio hijo, que mayor muestra de amor a nosotros.

Sobre el Num. 5, Ser hijos de María Santísima, Madre de Dios hecho hombre, el propio Jesucristo en medio de su agonía de muerte, clavado en la Santa Cruz, nos la concedió de Madre nuestra, es algo que tenemos que considerar con muchísimo agradecimiento y obtener los innumerables beneficios que esto significa, Ella está con la Trinidad Santa en el Cielo e intercede por nosotros inclusive cuando no se lo pedimos, como buena madre cuida de nosotros, y cuando se lo pedimos nunca deja de escucharnos e interceder a nuestro favor.

Sobre el Num. 6, La oración,  sabemos que Dios siempre está con nosotros, atento a nuestros pensamientos, a nuestras obras, San Josemaría sobre este punto nos dice “El Señor nos espera en todo momento, se interesa por todo lo que nos ocurre. Dios está junto a nosotros, con un cuidado paterno y materno, dispuesto a escuchar nuestras palabras, correspondiendo eternamente a nuestro amor. Vela por nosotros y quiere que acudamos a Él, con confianza, pidiéndole ayuda, sabiendo que no dejará nunca de escucharnos”.

 “Un mandamiento nuevo os doy, que os améis unos a los otros como yo os he amado, así debéis amaros unos a otros, en esto os conocerán todos que sois discípulos míos: si os tenéis amor unos a otros”. (Juan 13, 34) en la última cena de Jesucristo con sus Apóstoles, una vez que Judas había abandonado el lugar, para ir a venderle, el Señor entre otras cosas dijo a sus 11 discípulos tan cercanos, la frase con que empezamos hoy. Esto, por venir directamente de la Doctrina de Jesucristo tiene una importancia muy grande.

Es raro que sintamos antipatía por un caballo, un elefante o un tigre, es mas la visita a un zoológico es algo que agrada a casi todos, ah, pero sentir antipatía por un vecino, un competidor, o el dueño de la tienda de la esquina o el ejecutivo que está en el mismo comité de dirección que uno, que frecuentemente se nos da, lo que nos dice de entrada que amar al prójimo es algo que tenemos que aprender, y no es fácil. Nunca como ahora, en el plano internacional, en el nacional y en el personal se nota la falta de amor entre los seres humanos, y los amores mundanos, en ocasiones están por encima de los verdaderamente humanos,  así los vamos a llamar para distinguirlos de los que involucran a nuestro espíritu, es mas podemos decir que esta crisis de ausencia de amor se da inclusive en la vida familiar, por ello el divorcismo, el abortismo, el abandono de los hijos, el feminicidio, tantas familias rotas, las paternidades y maternidades, llamadas “uniparentales”, porque los hijos ya no tienen a su padre y madre, sino solo a uno de ellos, lo que resulta no solo en una educación incompleta, sino que acarrea problemas psíquicos en muchos casos.

 Vemos que abunda en el mundo el egoísmo, que a veces raya en el odio, hay una gran falta de amor entre diversos estratos de la sociedad, en las ideologías políticas las diferencias en lugar de procurar entendimiento se distancian, sería mejor buscar aquello en lo que se coincide, lo que une, y a partir de allí buscar el conciliar, el entender que se puede convivir con diferentes mentalidades, hay que recordar que vemos la paja en el ojo ajeno y no la viga en el propio. (Lucas 6, 41-42)

Casi  todos los hombres de pensar recto están de acuerdo en que el motor principal del hombre en su existencia es el amor, por encima de la sexualidad, de las ambiciones de riqueza, poder o fama, ya que la persona humana cuando se involucra en sus actuaciones, cuando está en busca de sus objetivos, rara vez deja de ser el amor, vamos a llamarlo espiritual, para distinguirlo del mundano. Lo que le motiva mas que nada, por lo general ese amor se centra en algo que tiene componente espiritual, por ejemplo el amor a los amigos, el amor a la novia(o), no se diga dentro de la familia.

Por supuesto que aman las personas también de pensar no recto, pero sus motivaciones y sus objetivos son diametralmente opuestos, en algunos aspectos, les motiva la envida, la competitividad mal interpretada,  la ambición por el dinero, fama, poder, etc. de manera desordenada.

Tenemos por tanto tres amores diferentes, dos buenos y uno no, veamos:

                .-EN PRIMER LUGAR ESTÁ EL AMOR A DIOS, SIEMPRE SOBRE CUALQUIER OTRO. ES EL AMOR SOBRENATURAL, INCLUSO CUANDO SE EXTIENDE A SUS CRIATURAS.

                .-EN SEGUNDO LUGAR TENEMOS EL AMOR CON INGREDIENTE ESPIRITUAL DEL QUE GOZAN TANTO LOS HOMBRES DE BIEN COMO LOS DE PENSAR NO RECTO, POR EJEMPLO EN EL AMOR A SUS DESCENDIENTES, PERO QUE SE COMBINA CON EL AMOR A LO MUNDANO EN LOS DE PENSAR NO RECTO.  SIN EMBARGO ES NATURAL.

                .-FINALMENTE TENEMOS EL AMOR ESPIRITUAL DE LOS HOMBRES RECTOS, QUE VIVEN EN EL MUNDO, PERO QUE NO SON MUNDANOS, QUE AMAN CON AMOR PURO A SUS FAMILIARES, AMIGOS, ENEMIGOS, PRÓJIMOS, Y QUE AMAN “ORDENADAMENTE” LAS COSAS DEL MUNDO, QUE SON NECESARIAS PARA CUMPLIR SU SANOS OBJETIVOS, COMO EDUCAR BIEN A SUS HIJOS, VIVIR, ADECUADAMENTE, TENER TRANSPORTE DIGNO, SER ÚTILS A LOS DEMÁS, ETC. Y ESAS COSAS CUESTAN DINERO, PERO PARA ELLOS EL DINERO ES UN MEDIO, NO UN FIN. ES TAMBIÉN NATURAL.

Jesucristo es el amor ejemplar, su amor es dativo, es servicial, que no servil, y lo vemos a lo largo de toda su vida, en ocasiones tiene que ser duro, crítico, en otras llora conmovido, moribundo en su agonía de la Cruz, le vemos actos de amor, perdona, nos da a su Madre como Madre Nuestra del Cielo.

Para terminar hoy con el importantísimo amor que es el de los matrimonios, y me voy a permitir contar una anécdota que es muy sabia e ilustrativa:

Había un sacerdote, que Dios lo tiene en su gloria estoy seguro, que se había hecho muy popular como “casamentero”, es decir era muy solicitado para oficiar las Misas de bodas, porque su parroquia se prestaba para la ceremonia, tenía buena música, decía unas homilías muy interesantes, ante esta fama una parejita de novios, como muchas otras, le fue a ver para pedirle que oficiara su Misa de matrimonio, al recibir la petición el Párroco les hizo la usual pregunta: ¿ porque se quieren casar ?, a esto se nos comenta que eran dos las respuestas usuales: “es  que nos queremos mucho” o “es que queremos ser muy felices”, a lo que el presbítero les contestaba, mas o menos así: miren hijitos, váyanse a platicar y cuando regresen a verme díganme si están dispuestos a perdonarse cuando se disgusten, si ya pensaron que se van a unir de por vida, si quieren sacrificarse en lo personal para atender las necesidades de la familia, si se van a tener paciencia en los tiempos difíciles, si van a renunciar a muchas cosas para tener la dedicación que la familia requiere, que le tendrán que dar la razón a su cónyuge cuando no la tenga, con la esperanza de que reaccione. Que van al matrimonio a servir y a amar a los otros, cónyuge e hijos, no a recibir amor, que se nos dará, sobre todo si nosotros les amamos.

Pidamos a la Santísima Virgen que nos enseñe a amar a los demás, en ello encontraremos nuestra felicidad propia.

domingo, 23 de agosto de 2020

VIRTUD DE LA ESPERANZA.

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Virtud de la Esperanza.

 

Al hacer nuestra oración, que como sabemos consiste en hablar con Dios, una de las cuestiones de las que debeos de tratar con Él al meditar, es sobre nuestra salvación, lo que tiene mucho que ver con esta Virtud Teologal. Estoy tomando de la Enciclopedia Católica el párrafo a continuación, cuando abramos nuestra alma a la Trinidad Santísima, agradezcamos el haberla recibido, desde nuestro bautismo, y actualicémosla con toda la constancia que nos sea posible, para que podamos decir con Santa Teresa: “muero porque no muero”, que es el deseo de ver cara a cara a Jesucristo, en la seguridad de que nos ha salvado, porque hemos puesto de nuestra parte lo que nos ha pedido.

“ La esperanza, en su significado más amplio, puede ser descrita como el deseo de algo aunado a la expectativa de obtenerlo. La Escolástica dice que es un movimiento del apetito hacia un bien futuro que, aunque difícilmente, puede ser alcanzado. En el presente artículo consideraremos este estado del alma solamente en cuanto constituye un factor del orden sobrenatural. Y desde esta perspectiva la esperanza puede definirse como una virtud divina gracias a la cual esperamos, con ayuda de Dios, llegar a la felicidad eterna y tener a nuestro alcance los medios para ello. Se afirma que es divina no sólo porque su objeto inmediato es Dios, sino también por su origen peculiar. La esperanza, tal como la estudiamos aquí, es una virtud infusa, o sea, es distinta a los hábitos buenos, que son el producto de la repetición de actos nacidos de nuestras propias fuerzas. Al igual que la fe y la caridad sobrenaturales, la esperanza es plantada directamente en el alma por Dios todopoderoso. Tanto en su naturaleza como en el alcance de su operación sobrepasa los límites del orden creado y únicamente puede ser obtenida por la generosidad del Creador. La capacidad conferida por ella no solamente refuerza un poder ya existente, sino que eleva y transforma el desempeño de esa facultad para desempeñar funciones que quedan esencialmente fuera del ámbito de la esfera natural de su actividad. Pero todo esto se entiende exclusivamente sobre la base, que damos por sentada, de que existe un orden sobrenatural y que es en ese orden donde radica el destino final del hombre de acuerdo a la actual providencia de Dios.

Se dice que la esperanza es una virtud teologal porque su objeto inmediato es Dios. Y lo mismo se dice de las otras dos virtudes infusas: la caridad y la fe. Santo Tomás, de forma precisa, afirma que las virtudes teologales son tales "porque tienen a Dios como su objeto, tanto en cuanto ellas nos dirigen apropiadamente a Él, como porque son infundidas en nuestras almas exclusivamente por Dios y porque, también, llegamos a conocerlas solamente a través de la revelación en las Sagradas Escrituras". Los teólogos amplían esa idea diciendo que Dios todopoderoso constituye simultáneamente el objeto formal y material de la esperanza. Es el objeto material porque Él es aquello que principalmente, aunque no exclusivamente, buscamos al ejercer esa virtud. Cualquier otra cosa que deseemos sólo es deseada porque está relacionada con Él. De ahí que, según la doctrina más generalizada, no solamente los auxilios sobrenaturales, especialmente aquellos que son necesarios para nuestra salvación, sino igualmente las cosas del orden temporal, en la medida en que puedan servirnos de medios para lograr el fin supremo de la vida humana, pueden ser vistos como objetos materiales de la fe sobrenatural. Vale la pena poner énfasis en que, en sentido estricto, no podemos apropiadamente esperar la vida eterna si no es para nosotros mismos. Esto se debe a que la naturaleza de la esperanza es desear y esperar aquello que es percibido precisamente como el bien o felicidad de quien espera (bonum proprium). Sin embargo, unidos a los demás por el amor, podemos desear y esperar la felicidad de los demás del mismo modo como esperamos la nuestra “.

Preparó Jorge Casas y Sánchez.


jueves, 30 de julio de 2020

JESUCRISTO (síntesis de su vida)


JESUCRISTO .(preparó Jorge Casas, junio 2020)
 El género humano, ya no podía salvarse después del pecado de Adán y Eva. Pero Nuestro Señor tuvo una especial Misericordia para nosotros, le dio compasión ver al hombre caído, y desde el propio paraíso de donde los expulsa, también les hace una promesa, nos enviará un redentor. La ofensa había sido muy grande, y el ofendido era Dios, nadie sino Él era capaz de lavar dicha ofensa, y Dios en su magnanimidad nos mandará a su hijo, la Segunda Persona de la Santísima Trinidad, nuestro Salvador. Y cuando esto, Él quiere que suceda, nos lo mandará en forma milagrosa, por obra de su Espíritu, que nacerá de la criatura humana mas perfecta de la Creación, la Santísima Virgen. Cosa que en su revelación a Isaías, siglos antes de que sucediera, le concedió al profeta que lo anunciara con lujo de detalles.
Al venir Jesucristo al mundo nos da su primera lección de humildad, en tanto poderosísimo, podría haber venido con gran oropel y manifestaciones de grandeza, pero no lo hace así, sino que por las circunstancias que fuesen, nace en un pesebre, con testigos de pastorcillos y animales, un burrito y una res  algunas ovejas, y desde luego sus progenitores. Poco después a los ocho días de haber nacido tendrá lugar La  Circuncisión, que en la ley Mosaica, que regía sobre el pueblo judío, era el rito de iniciación al pueblo escogido, este rito Jesucristo lo sustituirá por el Bautismo Sacramental, en su momento. Poco después es honrado con la visita de unos hombres del oriente, la historia sagrada los llama Reyes Magos y a su visita, la Epifanía, que significa manifestación, pues vienen a adorarlo, habiendo sido avisados misteriosamente y siendo guiados por una estrella. Estos personajes, no judíos, son entrevistados por Herodes el rey, que tiene curiosidad y temor por haber oído que había tenido lugar el nacimiento de un Rey de los judíos. Nosotros festejamos, aparte de la Navidad, la venida de Nuestro Señor, todos los años el 6 de Enero. Estos acontecimientos tuvieron lugar el Belén, porque San José fué para cumplir con la obligación de empadronarse en el censo que se había ordenado por la autoridad civil.
Unos días después tendrían lugar otros episodios de la infancia de Jesús, tales como su presentación en el templo a los cuarenta días de haber venido al mundo, este es un acontecimiento que está registrado en el Evangelio, de Lucas, 2, 21-38, no nos es posible en este papel extendernos pero se recomienda leerlo,  y la huida a Egipto, que tienen que realizar, debido a que Herodes ha dado orden de que maten a todos los bebés de dos años o menores, en Belén y sus alrededores, este personaje era sanguinario, torvo asesino, cobarde, repugnante, avaro y supersticioso. Esa cruel matanza, lo que hace por temor a la amenaza que siente de que se pierda su reinado, se conoce esta masacre como: la matanza de los Niños Inocentes.
La Sagrada Familia, de La Santísima Virgen, San José y el Niño, permanecerán en Egipto hasta que San José en sueños recibe la instrucción de regresar a su tierra, lo que harán, pero dado que el hijo de Herodes reinaba, es en sueños aconsejado que se dirijan a Nazaret, y allí pondrán su hogar.
Los primeros años de vida de Nuestro Señor transcurrirán, tranquilamente en el hogar de Nazaret, donde irá aprendiendo como cualquier otro niño de su entorno, lo propio de su edad, será educado por sus padres e irá incursionando en el oficio de San José, quien pacientemente le irá enseñando el trabajo de carpintero. La Virgen, cuando su trabajo se lo permita, pues tenía que tejer, confeccionar prendas, lavar, limpiar, ir por agua al pozo, en fin desarrollar los quehaceres propios de su tiempo y lugar,  lo contemplará con amorosa ternura en su desarrollo humano. Los Santos Evangelios no nos hacen relación de estos años, pero entre líneas se develan sus actividades, la develación nos viene cuando Jesús tiene 12 años, y le llevan a la peregrinación anual a Jerusalén. Mas jovencitos se quedaban en casa encargados con alguien que no peregrinase.
Los judíos que eran piadosos al acercarse las fechas de La Pascua, se preparan para la peregrinación, son mas de  140 kilómetros a recorrer a pié, varios días, y los peregrinos se organizan en grupos que tienen diferente velocidad al caminar y se van reuniendo a lo largo de las jornadas en lugares preestablecidos, al regresar después de las celebraciones en las que tienen lugar, procesiones, ofrendas, cánticos etc. la última reunión se da en el Templo, de donde parten muchos grupos de diferentes lugares que se van a despedir en el Templo antes de partir, reina por tanto gran confusión, mientras los diferentes grupos se van reuniendo y emprenden la salida.
Era costumbre que los grupos y sub-grupos se hicieran de mujeres y de hombres por separado, y los menores, los niños se unían indistintamente al grupo de su mamá o de su papá. Ese día al terminar la jornada y estar todos los grupos ya reunidos, La Virgen y San José notaron la ausencia de Jesús, habiendo creído cada uno que habría peregrinado con el grupo del otro. Preguntan, apurados con todo mundo y nada, nadie le ha visto, por lo que deciden desandar la jornada buscándole en el camino, y así llegan hasta Jerusalén sin encontrarle. Finalmente lo localizan en el Templo, sentado con los doctores de la Ley, en muy interesante coloquio.
Azorados se quedan perplejos observando al corro, y llegado el momento apropiado,  a pregunta de la Virgen responderá Jesús, con esta misteriosa sentencia: “que no sabíais que debo ocuparme de las cosas de mi Padre”, a este episodio de la vida de Jesucristo se la conoce como: El Niño perdido y hallado en el Templo. Son las primeras palabras que los Evangelios registran de Jesucristo, y son señal de lo que sería su vida. En las meditaciones sobre este episodio del Niño perdido en el templo podemos meditar en los dolores de María y José mientras estaba perdido y en los gozos después de haberlo encontrado. Los Evangelios nos dicen claramente que después de su regreso a Nazaret, Jesús, que tendría entonces unos 10  o 12 años, se quedó  con ellos y les estaba sujeto.
 Los Evangelios no nos narran nada sobre la vida de Jesucristo, en forma específica, durante los 18 años siguientes, pero se pueden deducir varias cuestiones con la poca información con que contamos:  Que los tres, La Virgen, San José y el propio Jesús, la Sagrada Familia, vivían juntos y que Jesús aprendió, en cuanto Hombre,  el oficio de San José, trabajando con él y se hizo por lo tanto también carpintero.
Al regreso a casa, reanudará la Sagrada Familia, su vida de trabajo y oración. El Evangelista nos dice: “Después bajó con ellos a Nazaret, y estaba sujeto a ellos”. Así lo resume, no se nos dice mas, que; crecía en gracia, sabiduría, y en edad, delante de Dios y de los hombres. Por lo que entre líneas entendemos que trabaja con San José, que se convierte en un carpintero hecho y derecho, que a la muerte de San José, de la que no tenemos información en los Evangelios, se encargaría del taller continuando con su vida durante un período de tiempo que desconocemos. Y así transcurren algunos años hasta que a los 30 de edad, en que comenzará su vida pública.
Vemos en su vida un período como de preparación, antes de empezar su vida de predicación, enseñanzas y formación de sus Apóstoles. Así es como el episodio de su bautismo se da, resulta que un personaje extraordinario de nombre Juan y primo suyo, predicador de renombre, que es escuchado y respetado, por sacerdotes, levitas, personas de la comunidad, asistían al otro lado del rio Jordán a ser bautizados por él, de allí su sobrenombre de El Bautista, hombre forjado en el desierto de piel requemada por el sol, vestido con burda tela de pelo de camello, mirada penetrante, voz de trueno, realizaba un bautismo de arrepentimiento, al que acudían todos incluidos sacerdotes y demás personajes del pueblo judío, en su bautismo las personas que lo recibían se arrepentían y pedían a Dios perdón por sus pecados. (Nota: el Bautismo Sacramental será instituido mas adelante por Jesucristo).
Cierto día observó a Jesús que se acercaba a ser bautizado, apenas le conocía, se habrían encontrado en su tierna infancia, y lleno del Espíritu Santo le reconoce y le dice, ¿bautizarte yo a ti, mas bien eres Tu el que me debe de bautizar a mi?, a lo que Jesús le responde: “Deja ahora, es conveniente cumplir con toda justicia”. Por supuesto que nuestro  Señor no tenía nada de que arrepentirse, pero no quiso dejar de dar el ejemplo dado su talante de humildad, y se realiza la Teofanía, (manifestación de Dios), al ser bautizado por San Juan Bautista, el Espíritu Santo en forma de paloma se posa en la cabeza de Jesucristo y del cielo se escucha la voz de Dios que dice, ”Este es mi hijo en quien tengo puestas mis complacencias.
Este personaje de Juan Bautista es el profeta que anuncia a Jesucristo diciendo “este es el Cordero de Dios, el que quita los pecados del mundo”, y añadirá: yo no soy digno ni de atarle la cinta de sus sandalias, esto lo dijo para que quedara claro que él no es el esperado, el Mesías, sino que lo es Cristo a quien está señalando.
Aún sin que aún se le hubiera secado el pelo, es llevado Jesucristo por el Espíritu Santo al desierto para ser tentado por el diablo, allí vive entre animales salvajes y ángeles le sirven, como toda gran empresa debe de haber un tiempo de preparación, allí pasará cuarenta días en los que medita sobre la lucha que debe entablar para establecer la gloria de su Padre, son cuarenta días de ayuno, y en los que su cuerpo se va debilitando por las privaciones,  por lo que será entonces cuando es  tentado por el demonio quien se presenta con forma humana y le tienta por tres ocasiones.
La primera tentación, sabedor Satanás del hambre que está padeciendo, le dice: “Haz que estas piedras se conviertan en pan” a lo que la respuesta de Jesús es:  NO SOLO DE PAN VIVE EL HOMBRE , SINO DE TODA PALABRA QUE SALE DE LA BOCA DE DIOS.
La segunda tentación, es llevado Jesucristo al pináculo del Templo de Jerusalén y le dice: “si eres hijo de  Dios, échate de aquí abajo, porque escrito está: Dará órdenes a sus ángeles respecto a ti, para que te guarden y te reciban en sus manos y no permitan que tropieces contra las piedras. También está escrito, contesta: “NO TENTARÁS AL SEÑOR TU DIOS.”
La tercera tentación, lo lleva el demonio al punto mas alto y le muestra los reinos de la tierra y le dice, “todo esto es mío y se lo daré a quien quiera; es tuyo si me adoras postrado en tierra”. A lo que Jesús contesta: “ADORARÁS AL SEÑOR, TU DIOS, Y A ÉL SOLO SERVIRÁS”. Para finalizar esta reunión Jesucristo le ordena: Vete de aquí Satanás.
 Lo mas importante del conocimiento sobre Nuestro Señor Jesucristo, salvador nuestro es que nuestro amor por Él aumente al conocerle mejor, y así tratarle más y mas íntimamente. Conocer a Jesucristo no es solo cuestión de leer estos papeles, es cuestión de oración, lectura de los Evangelios y alguna buena biografía de su vida es muy recomendable. Hoy veremos el principio de otro episodio de su vida a la que se llama  su  VIDA PÚBLICA. De esta podemos decir que comienza después de las tentaciones y que está relacionada con Juan el Bautista su precursor, hombre íntegro, de grandeza de alma,  que ve con profundo respeto al Salvador, del que ha profetizado que bautizará con el Espíritu, que anuncia el Reino de Dios, que perdona los pecados, y le llama Cordero en alusión a las víctimas de los sacrificios de la antigua ley mosaica, pues al saber que es el Mesías anunciado, sabe también que se ofrecerá en sacrificio por la salvación de los hombres. Esto en especial se lo hace saber a sus seguidores cercanos, los cuales serán llamados a seguirle por el propio Jesucristo.
A los dos primeros, que le seguirán, los conoce Jesús en ocasión de pasar caminando cerca de donde Andrés y Juan están con el Bautista, quien señalando a Jesucristo les dice: - ese es a quien deben seguir-. Estos dos pescadores, rudos trabajadores que manejan remos, cuerdas, redes y demás cuestiones de pescadores, no son personas cultas o destacadas, son común y corrientes, del pueblo en su estrato bajo, honestos trabajadores, responsables, pero gente humilde,  con olor a pescado, y curtidos por los vientos y el sol, tímidamente siguen al Señor, sin atreverse a abordarle, pero Él al notar que le seguían les dice: ¿Qué buscáis?, a lo que le contestan; Rabí, ¿Dónde vives?—vengan y lo verán, fue su respuesta. Serían las cuatro de la tarde cuando llegaron a la vivienda del Señor y permanecieron charlando hasta que se acabó el día. Pero Andrés lleno de emoción corrió a donde estaba su hermano Simón y le dijo llanamente—hemos encontrado al Mesías—y cogiéndole del brazo lo llevó a la presencia de Jesucristo, quién al verlo, con su figura notable de franca mirada, hirsuta su barba y toda su apariencia alegre y sorprendida, le dice: “Tu eres Simón, hijo de Jonás, pero en adelante te llamarás Cefás”, (Pedro) esto quiere decir en arameo piedra, y añadió: -en adelante serás pescador de hombres-,  este,  azorado, no comprendió de momento el porqué de esto. Pero decidió seguirle.
Al día siguiente los tres primeros discípulos, que iban con él, se dirigían hacia Galilea y se encuentran con Felipe a quien conocían y lo presentan con el Maestro, quien le dice “sígueme”. Lo que bastó para que convencido le siguiera. De manera parecida irán uniéndose algunos discípulos mas. En su desplazamiento de Judea a Galilea, es invitado con sus discípulos a una boda en Caná, coincidiendo casualmente allí, con su madre la Santísima Virgen, que es una invitada también. Este episodio de la vida de Nuestro Señor, es de gran importancia por los sucesos que allí tendrán lugar.
Imaginemos la escena en aquel tiempo, cultura y entorno, y veremos a los invitados ir llegando, a la reunión de la boda, algunos de lugares lejanos, que llevarían varios días de jornada y que arriban cansados , hambrientos y sedientos, una boda judía en esa época era un acontecimiento social al que se concurría debido a los lazos familiares o de tribu, y se trataba de ofrecer descanso, alimento y bebida a los invitados según iban llegando, esos eventos en ocasiones acordes a las circunstancias podían durar varios días. A la Virgen la vemos diligente, obviamente tiene amistad cercana con los familiares de los novios, y ayuda y observa. El caso es que se da cuenta de  que se está terminando el vino, lo cual era algo serio, podríamos decir que, grave, para el buen desarrollo de la celebración, porque el vino restaura las fuerzas de los que arriban cansados, porque alegra el ambiente de festejo, propio de una boda, porque sin este ¿Cómo se va a brindar por los novios?, ¿cómo se va a conservar el buen ambiente?, etc. La virgen en su viveza, preocupada y en su interés por la familia y su festejo, al observar la falta del vino, y queriéndoles evitar a los anfitriones la pena de no poder ofrecer el imprescindible vino, ve la solución en su hijo, Ella sabe que Él es capaz de resolverlo, por lo que decide encargarle la solución. Es así como Jesucristo después de un intercambio de frases con su Madre, realiza su primer milagro, convirtiendo agua en vino. Imaginemos la sorpresa de sus seguidores al ver este poder sobrehumano, (Nota, las tinajas llenas de agua que Jesús convierte en vino son en total unos seis cientos litros). En el Evangelio de Juan, Cap. 1 versículos 1 al 12 podemos leer, este suceso.
Después bajó rumbo a Jerusalén porque se acercaba la Pascua.
   Al salir de Caná, acompañado de sus familiares, y de sus primeros apóstoles, Jesús que había decidido que Cafarnaún fuese su habitual lugar de residencia, se dirige allí. Hará de este lugar algo como su patria adoptiva, lugar situado junto al mar de Galilea, o Lago Genesaret, o Lago de Tiberiades, como se le prefiera llamar, pues decide que es el sitio mas adecuado para realizar la misión que el padre le ha encomendado es el lugar de pesca de sus primeros apóstoles, que son habitantes de allí. La casa de la suegra de Pedro, por ejemplo, que será lugar que Jesús Frecuenta. Pero, de momento su decisión es la de bajar a Jerusalén.  Pues se acerca la Pascua de los judíos.
Hago una pequeña descripción de la situación geográfica de estos lugares, para que se entienda mejor el tránsito de Nuestro Señor. En la vieja Galilea de aquellos tiempos, el lago de Genesaret o Tiberiades  se alimenta principalmente de las aguas del Jordán y de manantiales interiores, tiene unos 12.5 Km. de largo.   Caná estaba situado en la Fenicia de aquel tiempo,  entre el lago, en su parte mas ancha y el Mar Mediterráneo,  mas o menos en medio, a unos 40 Km. (dos jornadas) de  Cafarnaún el cual está situado junto al lago en la parte mas angosta hacia el Norte de este, en la antigua  Galilea, de acuerdo a la geografía de la época. Jerusalén está a unos 120 Km. hacia el sur en la Judea de entonces, a una altura sobre el mar de unos 750 metros. Nazaret está al sur de Caná, a una o dos jornadas, Belén está al sur de Jerusalén a una jornada.
Antes de la ida a Jerusalén, Jesús iba a las sinagogas, donde los maestros enseñaban, y allí dio sus primeras instrucciones y causaba gran impresión por su manera de enseñar, que tenía gran autoridad. Esto unido a los actos de poder que mostraba al realizar milagros de curaciones, incluso de leprosos y expulsión de demonios, causaba tales aglomeraciones que tenían que tomar medidas, para poder comer y para realizar sus oraciones. Esta fue siempre una característica de Cristo se retiraba a la soledad e invertía horas en oración con su Padre celestial.
Unos días después se dirigirá a Jerusalén, donde indignado correrá a los que han profanado el Templo, habiéndose instalado en sus pórticos con mercancías, ganado, mesas de cambio, etc. y los corre, lo que provocará la reclamación de los sacerdotes, que allí hacían de todo, desde enseñar hasta comerciar, y sus intereses se ven amenazados. El estupor de estos pasará sin que se atrevan a decir que el acto es injusto, por lo que apelarán preguntándole; con que autoridad hacía eso. Recomiendo leer: Juan, Capítulo 2, versículos 13 al 25.
Jesús causó gran admiración por sus enseñanzas a las cuales añadía milagros, y era mucha la gente que le admiraba y seguía. Se dan además,  escenas sobresalientes como la de Nicodemo, se recomienda leer: Juan cap.3, versículos 1 al 21. Y el conocido episodio de La Samaritana. La verdadera lucha, en especial de los fariseos en su contra, se da por la amenaza a los intereses creados de las clases sacerdotales, que ven amenazadas sus prerrogativas, y le empiezan a acusar de  cuestiones como el de perdonar los pecados. Y entre ellos empiezan a planear el como deshacerse de Él. ¿Quién perdona los pecados si no Dios?
A los Diez Mandamientos de la Ley de Dios que el propio Creador había entregado, debemos añadir las enseñanzas de Jesucristo, son las que desde entonces influirán en la humanidad como ninguna otra enseñanza. En el SERMÓN DE LA MONTAÑA  tenemos una de los mayores ejemplos que nos dejó. Este imponente discurso comienza con la Bienaventuranzas, que son como el preámbulo de gran solemnidad, y continúa con  la predicación mas sublime que contamos en nuestra historia, sus declaraciones de moral, su carácter espiritual, son de la mayor ayuda para nuestra salvación, aluden tanto a los pobres como a las personas de toda condición.
El conocimiento, y meditación de este gran discurso lo debemos de conocer especialmente en el Evangelio de Mateo, el cual está contenido en los capítulos 5-6 y 7.
Así irán transcurriendo los días, meses y años, de este grupo feliz, que recibe del propio Jesucristo su doctrina, a pesar de que muchas cosas no las entienden, mas adelante como veremos las recordarán y entenderán con precisión absoluta. El dolor no dejará sin embargo de sentirse, con el crimen inaudito del Bautista que es decapitado por orden de Herodes para complacer a la hija de su cuñada y concubina, que bailó una danza que le agradó y la premia con semejante homicidio con todas las agravantes y mas.  También los odios, insidias y ataques del Sanedrín no dejan de darse, pero Él, muchas veces en Parábolas, va haciendo su santísima predicación y formando a su pequeño grupo de Apóstoles, a quienes en particular, ya lejos de las multitudes, da explicaciones adicionales de los significados de sus parábolas y discursos.
Es muy conveniente que nosotros también conozcamos estas famosas parábolas que se conocen con los nombres que la piedad popular les ha dado, por Ej: la del Sembrador, la de la Semilla de la Mostaza, la de la Levadura, el Tesoro y la Perla, la Red Barredera, la Samaritana, la Tempestad y los Vientos, la Pesca Milagrosa, el Buen Samaritano, el Hijo Pródigo, y tantas otras que Uds. Conocen e irán meritando en la lectura de los Evangelios. Muchos de sus milagros también deben de ser considerados por nosotros, por ser motivos no solo de enseñanzas, sino de meditación, tenemos como ejemplo: el Centurión, el Paralítico, el Ciego de nacimiento, los leprosos, la mano seca, la Suegra de Pedro, la parábola de los talentos, la resurrección de Lázaro su amigo y hermano de Marta y María, y tantos mas.
Le vida de Nuestro Señor va pasando en medio de sucesos por demás importantes, su fama ha crecido y como algunos milagros han sido atestiguados por multitudes, como la multiplicación de los panes, es muy popular y van aumentando sus seguidores, lo que no gusta nada a la clase sacerdotal de los judíos, por lo que los enfrentamientos, no dejan de dirigírselos. Él a los apóstoles les participa que sufrirá pasión y muerte. Cuando   llega el día en que les pide que preparen lo necesario para la Cena Pascual.
Cristo  continúa el anuncio de la llegada del Reino de Dios. Ante sus enseñanzas, entre la que podemos señalar, como ejemplo maravilloso,  el ya mencionado  Sermón de la Montaña, tenemos junto con los Diez Mandamientos del Antiguo Testamento, un protocolo de lo que es su doctrina, sus enseñanzas, no solo para los creyentes, sino para todos los hombres, de todos lugares, razas , condiciones y tiempos. Es considerado la perla de sus discursos por el contenido moral que contiene, su sabiduría ,  verdades absolutas, originalidad por lo novedoso, y en el que hay que considerar expresiones propias de la época y del idioma original en que se pronunció, el arameo. Algunas expresiones como la de “córtate la mano, o pon la otra mejilla, deben de sernos explicadas por los especialistas, y no ser simplemente tomadas literalmente.
Por tres veces Jesucristo ha anunciado a sus apóstoles que deberá ser entregado a las autoridades judías y condenado a morir. Cuando este tiempo se va acercando, se celebra la Pascua, por lo que pide a unos de sus discípulos, dándoles instrucciones muy precisas sobre el lugar, que deben de preparar la Cena Pascual. Los encargados llevan a cabo las instrucciones.
 Hay siete, (entre otros), pormenores a tomar en cuenta en relación a los sucesos que se avecinan, y son los que vamos a examinar, se trata de : La Traición, La Sentencia del Sanedrín, la intervención del poder romano, la Flagelación, la Cruz a Cuestas camino del Calvario, la Crucifixión muerte y resurrección, la Ascensión, antes de los cuales Jesús he estado predicando en el Templo, y mucha gente se ha acercado a escucharle. Los sacerdotes le hacían preguntas capciosas y difíciles, pero sus respuestas eran de tal sabiduría que ellos quedaban en ridículo, una de ellas que se repite constantemente desde entonces hasta  la actualidad es la de:……  “ dad al cesar lo que es del cesar y a Dios lo que es de Dios”.
Se puede considerar como el punto final de las controversias con los jefes del pueblo, especialmente con los fariseos, hipócritas que predicaban aquello que les convenía, que ellos no practicaban, pero obligaban al sometido pueblo, debemos consultar: Mateo capítulo 23 completo. ¡Como soportar, siendo tan orgullosos y falsos, que se les desenmascarara!   -Esto es lo que los lleva a conjurarse en el matar a Jesucristo-.
Pasamos ahora al primer pormenor de los siete mencionados arriba, La Traición, esta tiene lugar en uno de los episodios mas importantes de la vida de Nuestro Señor Jesucristo, la Cena pascual. La última cena con sus discípulos amados, en la que no solo anuncia, veladamente,  la traición de Judas Iscariote, sino, que, y esto es de lo más relevante, instituye los Sacramentos de la Eucaristía y el del Sacerdocio. Previamente les ha dicho a sus discípulos: Ardientemente he deseado, comer esta Pascua con vosotros. Y en un acto sublime de humildad lava a sus discípulos los pies. En Lucas Cap.22, 7-20, podemos leer un resumen de estas instituciones de los Sacramentos,  el que unge como sacerdotes a sus discípulos es la frase que dice: Haced esto en memoria mía.
Después de la Cena van al Huerto de Getsemaní, episodio en el que tienen lugar varios acontecimientos, Nuestro Señor sufre una agonía profundamente humana, Dios Padre ha querido que pase su Hijo por esa prueba también, pasan pocos minutos y Judas Iscariote, el traidor, señala con un beso a Jesús  para que el grupo armado de palos y espadas, que incluye algunos soldados le tome preso. Son momentos de confusión Pedro el arrojado de siempre tomando una espada ataca y corta a un tal Malco y le cercena una oreja, Jesucristo le detiene  diciéndole guarda esa espada, porque quien a espada mata a espada muere, y realiza el último milagro antes de morir, curando la oreja del agredido, pide que dejen en libertad a sus acompañantes y es tomado preso  para ser  conducido ante Anás, eh aquí el segundo pormenor, suegro de Caifás que es el sumo sacerdote de los Judíos ese año, allí son presentados jueces falsos y se dan las falsas acusaciones, y la bofetada que recibe, ante la que reclama el Señor, diciendo, “ he hablado públicamente y todos me han escuchado, ¿por cual de mis dichos me pegáis?. Le declaran reo de muerte. Las negaciones de Pedro se han dado.
Después es trasladado a la casa contigua, que es la de Caifás, y de allí, tan temprano como les fue posible al pretorio de Poncio Pilato, donde es interrogado, tercer pormenor, por este que es el procurador romano, quien dirá que no encuentra en Él culpa alguna, que deben de arreglar el asunto entre ellos. Ante esta situación el odio y la sed de castigo que les domina los sacerdotes alegan que es reo de muerte y que solo los romanos lo pueden condenar, pues la ley se lo prohíbe a ellos. Hipócritas, piden a gritos la Crucifixión, hasta lograrlo, por el temor que le han infringido al procurador. Quien se lava las manos quitándose la responsabilidad, lo manda flagelar, cuarto pormenor, y se los entrega para ser crucificado por los propios romanos. Solo, abandonado de sus amigos, injuriado, golpeado, flagelado brutalmente, juzgado con mentiras y acusaciones falsas, todo lo sufre por nuestra salvación. Ver Juan, cap.18,  28-37.
Se dijo que narraríamos siete pormenores, ( los repito: La Traición, la Sentencia del Sanedrín, la intervención del poder romano, La Flagelación, la Cruz a cuestas camino del Calvario, la Crucifixión Muerte y Resurrección, y la Ascensión ),  de los  que nos falta narrar, aún tres. Después de la flagelación que Pilatos ordena que se le infrinja a Jesucristo, en la que ha sido además insultado, abofeteado, escupido,  coronado con espinas, todo ello atado a una columna en el pretorio del procurador, --lo que soporta por amor a los humanos, pues quiere  que todos nos salvemos--,  a continuación tiene que cargar con su propio patíbulo, la Cruz en la que va a ser clavado, hasta el lugar de la ejecución que es un montecillo, fuera de la ciudad al que llaman Monte Calvario, en el camino recibirá un poco de ayuda del Cirineo, pero bajo el peso de la Cruz, caerá tres veces, recibirá mas latigazos, en fin que su sufrimiento redentor, no solo, no termina, sino que va en aumento. Al llegar al lugar de la ejecución será clavado en la cruz, entre dos criminales a los que se crucifica también. Tres horas de terrible agonía le esperan crucificado, hasta que finalmente entrega su alma a Dios Padre. Durante estas horas de intenso sufrimiento,  es que, a través del Apóstol Juan, allí presente, nos entrega a su madre, como Madre Nuestra, nuestra Madre en el Cielo, realiza la primera canonización de la historia con el ladrón San Dimas, y nos deja el mas maravilloso ejemplo de entrega de su alma a Dios Padre.
Una vez que ha sido bajado de la Cruz el cuerpo inerte de Jesús, José de Arimatea, un prominente judío convertido a la doctrina de Jesucristo, testigo presencial de la Crucifixión, y que tiene un sepulcro nuevo, lo ofrece para que allí sea depositado el Santo Cuerpo, muerto, frio, de Nuestro Salvador. Todo esto ha tenido lugar el Viernes. El segundo día Sábado, el Sepulcro del Señor es solo vigilado por una guardia romana que han pedido los judíos a Pilato, nadie lo visita, pues hay que guardar la quietud que la Ley Mosaica indica para ese día.  Pero al tercer día, Domingo, muy temprano van las mujeres María Magdalena y otras y se encuentran la pesada piedra que guardaba la sepultura, movida, y el sepulcro vacío. Jesús ha resucitado y ya no está allí.
Son muchos los episodios que se dan de la Resurrección, están consignados magistralmente en los Santos Evangelios: Mateo 28, Marcos, 16, Lucas 24 y Juan 20. Sobresalen los relatos sobre María Magdalena, Pedro y Juan, los caminantes de Emaús, la sobremesa de los Apóstoles, y varios mas.  Es de notarse que a la Madre de Jesús no se le menciona para nada en estas partes de los Evangelios, y la Misma Virgen no aparece en la búsqueda de su cuerpo en el sepulcro, la razón nos dicen los teólogos es que la Virgen sabía de la Resurrección, y había recibido la visita de su hijo resucitado, es por tanto sabedora que en el sepulcro no está.
 Son cuarenta días los que pasará nuestro Señor dejándose ver en varias ocasiones por sus Apóstoles y discípulos, a los que seguirá formando y aleccionando e incluso instituyendo el Sacramento del Perdón de los pecados. Al cabo de estos cuarenta días ascenderá a los Cielos en Cuerpo y alma, prometiendo previamente a los Apóstoles la Venida del Espíritu Santo, lo que tendrá lugar diez días después de su Ascensión, cuando estaba teniendo lugar la fiesta de Pentecostés.
La Iglesia tiene varias oraciones relativas a la Pasión del Señor, entre las que destaca la llamada “VIA CRUCIS”, esta es una contemplación en las llamadas catorce Estaciones, que va recorriendo, Jesús,  diferentes etapas de la Pasión Redentora de nuestro Salvador, es un acto divino de amor salvífico, se trata de una oración que se realiza solemnemente en la Liturgia de la Iglesia los Viernes Santos de las Semanas Santas, pero que es muy recomendable su meditación varias veces cada año. Nos muestra el gran amor que Jesucristo nos tiene, y por lo tanto nos ayuda a amarle nosotros, más, a Él. 
Merece por lo tanto, como los Santos Evangelios, nuestra veneración y conocimiento. Nunca se cansará la Iglesia de recomendarnos la lectura meditada de los Evangelios porque han sido escritos para nuestro aprovechamiento espiritual.