lunes, 27 de diciembre de 2021

AÑO QUE TERMINA Y AÑO QUE COMIENZA.

 

 

Acaba de pasar el aniversario, la Navidad, el festejo del cumpleaños de nuestro SEÑOR JESUCRISTO, hace aproximadamente 2022 años que nació de la Virgen Santísima. Y envuelto en pañales lo puso su madre en el  pesebre el lugar humildísimo en estaban, el Salvador del Mundo, concebido por obra del Espíritu Santo ha nacido de la Santísima Virgen,  virginalmente, Ella permaneció virgen toda su existencia, su parto, nos dice un teólogo fue como la luz que pasa a través de un cristal,  así el cuerpo de nuestro Señor fue traído a ese mundo, por su santísima Madre.

Una semana después comienza un nuevo año y el actual está a punto de acabar, por tanto son estos días los mejores momentos los más indicados para meditar en presencia de la Santísima Trinidad y de la Virgen Madre de Dios, sobre lo sucedido en el año que termina y con seguridad que tendremos mucho que agradecerle al Creador, en especial el que nos haya conservado la vida, la nuestra y la de los nuestros. Y en los casos de los familiares que hayamos perdido, lo propio es encomendarles con todo fervor, acompañarles mentalmente con nuestras oraciones. Que la bienvenida que hayan recibido en su juicio particular sea para estar eternamente en presencia de la Visión Beatífica.  Son estos también días en que las reuniones familiares o la comunicación con los que están lejos se intensifican, en que el perdón por las ofensas recibidas se debe dar de todo corazón, y las efectuadas por nosotros a los demás nos causen verdadero arrepentimiento.

A la familia como institución maravillosa para la vida, la felicidad y el desarrollo del hombre, la tenemos que proteger, la tenemos que respetar, la tenemos que amar. El ejemplo que recibimos de la SAGRADA FAMILIA, nos tiene que motivar ya que nos proporciona enseñanzas llenas de amor y sabiduría, vemos a un San José resolviendo la necesidades precarias de su incipiente familia, a la Virgen colaborando a esas soluciones imprescindibles y proporcionando a sus familiares: Hijo santísimo y a su casto y fiel esposo san José lo necesario,  para esa vida íntima de familia, que tiene que viajar, mudarse, reiniciar, volver a empezar lo que ya se había logrado y se tiene que dejar detrás. Pero están presentes: el ingrediente del amor, el sentido de responsabilidad, de colaboración, en lenguaje más actual diríamos, viviendo los principios de solidaridad y subsidiaridad. Lo dan, se dan entre sí, lo hacen con y por amor, esta es la gran lección que de esta Familia Sagrada, debemos aprender, y practicar, a pesar de las circunstancias actuales, quizás tan diferentes, pero el sustrato del amor no debe faltar, es fundamento imprescindible.

Ojalá que esta meditación nos ayude a mejorar nuestras relaciones familiares, que haya una más sólida unión, que reine el respeto de los hijos por sus padres, y el buen ejemplo de estos sobre sus hijos. Pidamos a la santísima Virgen y a san José que nos ayuden a cumplir las mociones que el Espíritu Santo nos infunde sobre la forma de mejorar nuestras relaciones familiares. Y no dejemos de realizar nuestros buenos propósitos a cumplir en este 2022, pidiendo a Cristo que nos ayude a realizarlos, recordando que solos no logramos nada, pero con su ayuda, se nos concederá aquello que acorde a la divina visión del Todopoderoso, nos sea conveniente para nuestra salvación. Es prudente que recordemos  aquella vivencias del año que termina y que las experiencias que de ello hemos aprehendido nos sean útiles a para la realización de los nuevos. No está por demás que tengamos nuestra lista de prioridades, y al hacerla distingamos lo importante de lo urgente.

Todo sano esfuerzo por lograr nuestros objetivos nos convierte en mejores personas, y por el hecho de llevarlas a cabo ofrecidas al Señor como vía de santificación, pasan del plano natural al sobrenatural, llevan ese “plus” maravilloso que nos acerca a la Trinidad Santísima, a la Virgen, nuestra Madre del Cielo y a nuestro ángel guardián.

FELIZ AÑO NUEVO.

Jorge Casas y Sánchez.

miércoles, 22 de diciembre de 2021

HUMANITARISMO

 

 HUMANITARISMO.

Comencemos con datos duros y verídicos, los que precisamente de su verdad es  que toman su solidez inalienable:

El género se predica de una cosa por lo que es:

                Mujer se predica por su sexo, que es género femenino.

                Hombre se predica por su sexo que es género masculino.

De lo anterior se deduce con prístina claridad que la mujer es, de  sexo y género femenino, y el hombre es de género y sexo masculinos. No existen en forma natural otras denominaciones, aunque las actuales tendencias nos quieren hacer creer que hay más maneras “naturales” de definir a las personas humanas, en cuanto a su orientación sexual se refiere, ¿las hay?, sí, pero no obedecen a la verdadera y única naturaleza, humana, son excepciones, son las excusas inventadas por personas que no son amigas de la verdad. A la verdad por dura que sea hay que admitirla y nunca confundirla con la mentira, el engaño, la excusa, la apariencia, etc. hay que enfrentarla. Es un hecho que personas, por una interacción  compleja de factores biológicos, cognitivos y del entorno, así como factores hormonales genéticos o innatos son anormales, en su orientación sexual. Estas personas pueden ser tratadas médicamente por diversas especialidades médicas, en busca de la regularización de su defecto, y es seguro que encontrarán remedio.

Esto no solo es una cuestión moral, es la NATURALEZA que se tiene, y que es donación del Creador. Las cuestiones morales se definen por su finalidad, y las naturales por su entidad, en nuestro caso se reúnen ambas facetas:

--- En  la mujer,  moralmente,  es lo femenino, lo propio de su estado, de su forma de existir, y de cómo comportarse, del cómo se es mujer. Y en lo natural, el cómo la diseñó el Creador, teniendo la capacidad de embarazarse, con órganos de reproducción,  gestación, y alimentación de su descendencia, todo ello llevado a cabo con AMOR DE MADRE.

---En el hombre, moralmente, es la capacidad de reproducirse, embrazando a la mujer,  lo viril, lo responsable en relación a la paternidad,  con amor por su descendencia. En lo natural el ser portador de la semilla de la que viene la reproducción humana.

Hay que hacer con toda claridad la distinción entre lo natural y lo moral, lo natural es incambiable, es lo que se es por definición, lo moral depende de nuestra voluntad, la buena moral se acepta y se vive, si hay congruencia de vida, o se rechaza voluntariamente, y se cae en lo inmoral.

Aquello que no cumple con lo anterior, que es la finalidad humanitarista, que debe llevarse a cabo acorde con la conciencia y la religiosidad de cada persona habría que calificarlo de irregular, pues hay “formas” correctas e incorrectas de hacer las cosas, no podemos privar a la naturaleza de su diseño creacional original, ni podemos prescindir de la moral en nuestros actos de alta responsabilidad,  como la reproducción humana, que una vez que se ha dado la concepción, solo hay un destino legítimo para esta nueva persona, y es llevar el embarazo a buen término y responsablemente iniciar en la vida, crianza y educación, al recién nacido. Esta responsabilidad es del padre tanto como de la madre, independientemente del estado civil que se tenga.

Para las personas que sufren de una irregularidad en su naturaleza debemos de ser comprensivos, respetuosos, dispuestos a ayudarles en sus esfuerzos por recuperar su normalidad natural, en este aspecto la Iglesia Católica siempre ha sido bastión seguro y dispuesto a proporcionar gran ayuda.

Cuando hacemos referencia a la persona humana hay unos aspectos imperdonables que se nos vienen a la cabeza, uno de ellos importantísimo es el de la “dignidad humana”, otro es el del bienestar humano, y siguen muchos más y de gran importancia, cómo el del amor entre los seres humanos, el considerarnos como “familia humana“, la comunicación cuestión indispensable y que tiene múltiples facetas, la libertad de creencias religiosas, de pensamiento, de actividad, etc. los derechos naturales y los Derechos Fundamentales del Hombre. Los contenidos de estos aspectos mencionados cubren una serie de muy importantes puntos, como la igualdad: de todos los seres humanos en tanto criados a imagen y semejanza de Dios, sin hacer acepción a raza, cultura, confesión religiosa, color de la piel, edad, sexo, y  libertad de expresión Se debe de dar en  cuanto a la  procedencia: de clase social, ideas políticas, información, costumbres, capacidades o discapacidades. Sin olvidar la igualdad ante las leyes, la consideración, la dignidad, la capacidad económica, igualdad entre la mujer y el hombre en  las oportunidades de estudio, trabajo, justicia, salud, política, respeto, etc.

Un derecho muy conculcado en estos tiempos es el principal de todos los derechos humanos, el derecho a la vida, en este aspecto a los cristianos se nos recomienda muy especialmente encomendar al Señor que ilumine a las torvas mentes que no ven la criminalidad en  la falta de respeto por la vida humana en cualquiera de sus etapas, desde la concepción hasta la decrepitud por ancianidad, próxima a la muerte por dolorosa que sea, se deberá tratar con paliativos y dejando que sea natural su término. Derecho a la vida hay ante: el crimen, el homicidio, el asesinato en sus diferentes clasificaciones generales, la pena de muerte,  y  en las legislaturas que promueven: no la abolición del aborto, o la eutanasia,  sino su práctica, incluso como método de regulación natal. Visto desde cualquier ángulo se trata de un crimen con las agravantes de premeditación alevosía y ventaja, sobre un inocente concebido y con alma creada por el Señor. También están en contra de este derecho a la vida: las faltas de esfuerzos por el  término de las guerras y las fallas en los esfuerzos por terminar con la pandemia del Covid 19. Como también los “operativos” y retenes, policiales y militares que causan la muerte a personas inocentes. No consideran la sacralidad de la vida humana, la que solo Dios debe dar y terminar.

JCS.

domingo, 19 de diciembre de 2021

SOLUCIONES A LOS PROBLEMAS ACTUALES

 

                                                                                      1

 SOLUCIONES A LOS PROBLEMAS ACTUALES.

Para solucionar un problema lo primero que se necesita es plantearlo debidamente, y para plantearlo es necesario conocerlo. Estamos viviendo una época problemática, nadie lo niega, por lo que nos conviene conocer las causas que han sido las que nos han traído a esta situación. Y a partir de ello buscar las soluciones, pues lo peor es conformarse con lo menos cuando se puede lograr lo más. Es tiempo de buscar las soluciones que actualmente son necesarias, para que la dignidad de la persona, de la familia, de la sociedad no se siga deteriorando.

El verdadero desarrollo de los pueblos no se puede fundamentar en lo económico solamente, debe de estar permeado de lo moral, es indispensable que tenga los valores tradicionales, que conformaron a la vieja Europa cristiana, que le demostró al mundo lo que es la verdadera civilización, podemos esto confirmarlo con diferentes aspectos, un ejemplo en lo espiritual, son los diez mandamientos de la Ley de Dios, otro ejemplo en lo material es el Derecho Romano.

 La política aunada a la economía no están siendo eficaces en la actualidad, cuando el capital abunda suelen faltar los valores y cuando el dinero es escaso también. ¿a qué se debe esto? un primer análisis somero nos dice que la vida debe de tener sentido, una vida aburguesada, comodona, proveída de lo necesario  con algo de lo superfluo pareciera ser una vida con sentido, no, no es así, el verdadero sentido de la vida, va hacia, y  contempla lo trascendente, tiene metas y objetivos arduos de lograr, en la sociedad actual nos deslumbramos fácilmente con teorías de libertad que no lo es, es  sí, sujeción al mercado que lo que ofrece presiona y condiciona, presenta como valores a la diversión, a las libertades que más bien son formas de libertinaje, al dinero, a la pareja, al divorcio, a los espectáculos, a la desregulación en las conductas, incluso en ocasiones a vicios de drogadicción alcoholismo y otros adictivos perjudiciales. En tanto a la pobreza, que es un tema muy largo, diremos de momento que es por la falta de educación, por falta de voluntad política en muchos casos, pero que aquella pobreza extrema que atenta contra la dignidad humana se puede paliar, hay múltiples pruebas de ello.

Las causas las encontramos siempre en los intereses creados alrededor del mercado, pues la idea de trasfondo es tener al hombre sujeto a un círculo vicioso de: produce con tu trabajo, cobra por él y gástalo, para producir más, y volver a gastar más. Así es como se logran los objetivos de dominio (esclavitud moderna y disfrazada) de las masas, convirtiendo al ser humano en una especie de robot contento, y que por lo tanto las responsabilidades familiares, las promesas de fidelidad, la convivencia hogareña, la educación esmerada de los hijos, vienen a ser cosas incómodas que te restan “libertades”.

Se nos presentan a cambio del esfuerzo, de las responsabilidades que nos humanizan, que nos hacen ser personas y familias con dignidad, que buscan la superación de los hijos, la vida feliz familiar, basada en matrimonios buenos, plenos de amor, entre si y hacia los vástagos, que luchan por crear un patrimonio, que permitan una vida más segura y mejor, e hijos con su capacidad de autonomía,  valores y virtudes   reales,  con educación en toda la extensión del término. La visión moderna de la vida y de las cosas busca y aprecia la novedad, los avances tecnológicos que están a la orden del día en actividades vitales como el transporte, el trabajo, el ocio, las soluciones en el hogar, en los  deportes, las distracciones y aficiones, sin dejar de incluir los juegos de los menores, a veces consistiendo en verdaderas exageraciones por la cantidad de tiempo y atención que les prestan como ejemplo las “play stations”, y muchos más que se diseñan por los fabricantes para nenes que aún no cuentan con uso de razón. Se trata de distractores que nos impiden contemplar muchos aspectos de la vida que no debían de ser atendidos, como un mayor contacto con la naturaleza, mejor calidad en la comunicación paterno-filial, y entre otros miembros de las familias. Destacando el muy grave olvido de las prácticas religiosas del hogar, como: la vida de fe a ser enseñada a los menores, la costumbre de ir reunidos a la Santa Misa, el rezo del Santo Rosario en casa, las lecturas espirituales, el guardar debidamente las celebraciones anuales de la Iglesia, el dar el buen ejemplo a nuestros hijos, hermanos y demás personas cercanas a nosotros, frecuentando lo Sacramentos, sin ánimo de prolongar esta ENTRADA, quiero hacer insistentemente la recomendación que sigue.

Así como la persona humana comenzó con Adán y continuamos siendo personas humanas hay características que en tanto personas no nos deben de abandonar, en especial después de la Divina Revelación de Jesucristo, el NUEVO ADÁN, que nos dejó claramente confirmados los viejos valores humanos, y nos enseñó otros nuevos. La tendencia moderna se inclina a permutar los tradicionales valores por sustitutos que no nos hacen más humanos y en ocasiones nos deshumanizan. Están a la vista, se inmiscuyen en nuestras familias, algunos son incluso contravalores. Los remedios a la situación tan deteriorada y decadente no está en esa búsqueda alocada del modernismo, la verdadera solución está en el regreso a los valores y virtudes tradicionales procedentes del cristianismo, que si bien no han desaparecido por completo, pues la vida de  Europa, América, etc. siguen siendo fecundadas por las enseñanzas del cristianismo que ha sido su fundamento y andamiaje, pero su práctica ha sido sustituida en muchos aspectos por los enemigos de la Iglesia y sus enseñanzas del cristianismo, que pretenden imponer los interese del ídolo del dinero a nuestro Dios. Pidamos a la Santísima Virgen de Guadalupe, a la que festejamos en un par de días, que ayude a la humanidad a recuperar y vivir los valores del cristianismo, pues allí radica la mejora que nuestro cosmos necesita. No hay otra solución la única está en  el mandamiento nuevo de Cristo:  “AMAOS LOS UNOS A LOS OTROS……de allí debe de manar todo bien generalizado para la humanidad entera.

JCS.

VIDA OCULTA DE JESUCRISTO.

 

ENTRADA 72, ENSEÑANZAS DE LA VIDA OCULTA DE JESUCRISTO.

Estamos a punto de celebrar como cada año la Navidad, conmemoración del nacimiento de Nuestro Señor Jesucristo, acontecimiento de dimensiones que no se pueden comparar a nada. Es por ello que hacer consideraciones sobre su vida parece encajar bien en estos momentos.

Veremos en primer lugar El Santo Evangelio de San Lucas, 2,52, que nos dice “Y Jesús crecía en sabiduría, y en estatura y en gracia para con Dios y los hombres”. En estas concretas y sencillas palabras del Santo Evangelio de Lucas, están representados muchos mensajes de la vida oculta de Jesucristo y su familia. Son enseñanzas que  siembran, riegan,  cultivan y fecundan a la humanidad y lo seguirán haciendo mientras llega el fin de los tiempos. Se trata de los aproximadamente diez y ocho años que van desde que el niño es encontrado en el Templo de Jerusalén por sus padres después de tres días de estar perdido para ellos, si consideramos que ello sucedió cuando Él tendría unos doce años de edad, y transcurren hasta sus treinta  años, en que empieza su vida pública. Lo único que tenemos por escrito es esta mención evangélica y otras similares. Vamos a tratar de hacer una aproximación a sus mensajes, no escritos pero si, en forma misteriosa enviados. Lo que vamos a tratar es lo que el “elocuente silencio” nos enseña, pues a veces este predica más que las palabras.

Jesús crecía, en sabiduría y en estatura. Esto nos habla de lo que a todos los hombres nos sucede, que  después de nacidos crecemos en nuestros conocimientos, en Cristo estos conocimientos son de un rango muy superior al nuestro, pues son conocimientos que recibe directamente de Dios Padre en cuanto a los de carácter espiritual, mismos que nos transmitirá más delante de diversas maneras y formas específicas. Y en relación a los conocimientos de carácter humano, estos los adquiriría principalmente de sus padres María y José, de La Virgen aquellos que se relacionan con la vida social, las buenas maneras,  la higiene, la manera de vestirse, peinarse etc. y de San José, el oficio principalmente, aparte de aquello que se relaciona con el ciudadano cumplido, formal y responsable cívicamente, y además los del oficio profesional, lo que nos presenta algo muy importante que es una vida familiar común y corriente de su época y lugar. Lo  que practicaba para el sostenimiento familiar, nos habla de trabajo esforzado, técnico, útil y necesario. Todo esto se encaminaba a lo que llamamos educación en el hogar, en la que se pretende no solo lograr la autonomía de los hijos sino el que sean útiles a la comunidad, que colaboren, en última instancia que participen de  lo que ahora llamamos BIEN COMÚN, que ya existía en esa época pero no se le nombra así hasta Santo Tomás, en plena Edad Media. Tenemos pues dos aspectos señalados en la frase “Jesús crecía”, es  su desarrollo del  cuerpo, recordemos que Jesús es Hombre Perfecto, aparte de ser Perfecto Dios y por tanto, en tanto ser la Persona en la que están reunidas,   la humanidad y la divinidad. En cuanto a José se santificaba al practicar su oficio.

Y en gracia para con Dios y los hombres.  Crecer en gracia para con Dios es nada menos que el conocimiento de su Divina Voluntad y la obediencia a ésta. Vemos en toda la vida de Jesús que a través de sus obras, de su profundísima oración, su contacto con Dios Padre es de una permanente y  absoluta comunicación. Él mismo en varias oportunidades nos dejó claramente dicho que venía a realizar la voluntad de su padre. Así todas sus enseñanzas contienen la incomparable pureza de la voluntad divina, que en tanto Dios era la suya propia, pero que la ejerce en tanto hombre. Él se puede decir que cumple con el protocolo del hijo que trata de agradar a su padre cumpliendo su voluntad, en este caso la Divina Voluntad de Dios Padre.

LUCAS 2,51 dice: “Volvió con ellos a Nazaret, donde vivió obedeciéndoles.” Otras traducciones nos dicen:  “y les estaba sujeto” esto nos habla de su vida familiar, el hecho de que vivía con ellos, que llevaban una vida normal como la de cualquier otra familia de su comunidad, en la que, en tanto hijo sería dada su perfección humana, no solo obediente, servicial, colaborador, amoroso hijo agradecido, sino ejemplo de sus vecinos y demás familiares.

Marcos 6,3 ¿ no es este el carpintero, el hijo de María……. Estas palabras tan sencillas nos dicen mucho, nos hablan de Jesús trabajando con San José en su taller de carpintería, primero sería de pequeño, más bien un estorbo, para muy pronto convertirse en un buen ayudante, luego aprendiz del oficio, hasta convertirse en un buen artesano carpintero. Es imposible saber cuando murió San José, pero el caso es que lo que nos resulta obvio es que Jesús estuvo solo algún tiempo, al frente del taller, ya como carpintero profesional. O sea que siguió las pautas acostumbradas en las sociedades de la época, de proseguir  la estela de su antecesor, en tanto hombre perfecto que es, y fue conocido como hijo del carpintero y como carpintero.

Toda la vida de Jesucristo es enseñanza, su infancia, su juventud, su vida adulta, llamada Vida Oculta y después su Vida Pública,  de esta tenemos abundante información, la que se compagina con la de su vida previa, como acabamos de ver. Tomemos ejemplo de esta Sagrada Familia en la que  cada uno de sus miembros cumplió a la perfección la voluntad divina y pidámosles que nos ayuden a cumplir debidamente, que sepamos santificarnos en nuestro trabajo, y en nuestra vida familiar, que santifiquemos ambos realizándolos como oferta a Dios, y que santifiquemos con ello, al pedir específicamente bienes al señor, en la realización honesta, esforzada, bien acabada, de nuestras tareas.

JCS.

sábado, 4 de diciembre de 2021

ADVIENTO, CIERTAS CONSIDERACIONES.

  ADVIENTO, CIERTAS CONSIDERACIONES.

El primer domingo de Adviento que acabamos de celebrar el 28 de Noviembre, viene a ser el primero de cuatro domingos,  que constituyen el período del Tiempo Litúrgico, (que va del domingo 28 al viernes 24 de diciembre), previo a esta grandísima  Fiesta de Navidad, que es el Segundo Tiempo del Año  Litúrgico Católico. En el principio del Tiempo de Navidad por supuesto la gran celebración es el nacimiento de Jesús, Segunda Persona de la Santísima Trinidad, qué se hace hombre cómo nosotros en todo menos en el pecado.

La palabra Adviento  proviene del latín “adventus” y significa, “llegada”. En la Iglesia Católica se usa el término con relación a la espera de la llegada, de la venida de Jesús a este mundo, al nacer de Nuestra Señora la Santísima Virgen María, tiempo en que esperamos el nacimiento de Jesucristo que es el acontecimiento incomparable, en su grandeza. Es un tiempo de gran alegría para el pueblo de Dios, que en espera de su llegada, vivimos la espiritualidad propia de nuestra religión de una manera esmerada. Nos acercamos con la mayor devoción posible a nuestras oraciones y a la recepción de los Sacramentos, de la Confesión y la Eucaristía, y por supuesto de nuestra participación en el Sacrificio de la Santa Misa.

Los personajes que contemplamos en este acontecimiento, son el primerísimo lugar al propio Niño Dios, a su Santísima Madre la Virgen María, a su castísimo  esposo el Señor San José, al ángel que anuncia a los pastorcillos la venida a este mundo del Mesías, los pastorcillos, y los tres reyes magos, (la piedad popular añade varios personajes más). La grandeza, lo enorme del suceso, tiene lugar de la forma más humilde, en un pesebre.  Esta ha sido la solución que José ha encontrado, ya que en las posadas no han querido admitirlos debido a lo avanzado de la gestación de  Jesús en el vientre de María. Los posaderos de esos lugares (posadas) de la época, se veían obligados a procurar la comodidad de sus clientes, no eran, sus posadas,  como ahora, con  cuartos aislados, eran galerones donde dormían muchos huéspedes, y el que una señora tuviese su parto allí produciría incomodidad a muchos, que presentarían reclamaciones.

Debido a ello a José no le quedó más remedio que buscar un lugar lo mas adecuado posible. El designio de Dios, es así como nos da la primera lección de su amado Hijo, mandado a redimir a la humanidad entera. Lo que tenía que suceder se llevó a cabo, María tenía preparados pañales con los que envolvió al hijo de Dios, y el aliento de las bestias, dió calor al lugar.  ¡cómo no maravillarnos de qué el acontecimiento mayor de la humanidad, se haya dado en esas, aunque pobres amables condiciones!. Pues el amor reinaba esplendorosamente en el lugar. Lecciones maravillosas de humildad, de humanidad, de lo básico para la vida, sin necesidad de lo superfluo.

¿Por qué Belén de Judá?, las escrituras nos dicen que el Mesías, en tanto de la descendencia del Rey David, nacería en la ciudad natal de este, en efecto la estipe del mencionado Rey procede de esta vieja ciudad llamada así por el origen de su primitivo nombre hebreo “bet léjem” cuyo significado es:  lugar donde se hace el pan, y José era de linaje procedente de tal lugar, así mismo lo sería la Virgen María, pues los matrimonios entre los judíos de esa época se realizaban entre miembros de las mismas Tribus. Aquí vemos nuevamente el designio de Dios, pues la presencia de la Virgen en Belén de Judá en ese lugar se debió a dos circunstancias, a saber, se había publicado un edicto que para la realización del censo, que los romanos llevaban a cabo, todo ciudadano se debía ir a registrar a su lugar de origen natal, José en tanto nativo de Belén decidió ir, para cumplir con esa obligación, y no pudiendo dejar sola a la Virgen decidió que ella le acompañara en el viaje. Estas dos razones los tenían a la sazón en dicha ciudad. Y el nacimiento de Nuestro Señor Jesucristo, tuvo lugar como sabemos en cuanto habían llegado. Es así como la mujer, la Criatura más perfecta que Dios ha creado, cuyo milagrosísimo  y virginal embarazo fue de procedencia divina, vino a dar a luz a la Segunda Persona de la Santísima Trinidad, en tanto hombre perfecto, y por supuesto sin dejar de ser perfectísimo Dios, conservando Ella su Santa Virginidad.  Dios reviste a la Santísima Virgen de una hermosura tan grande, que otra mejor, no es posible, las gracias y dones con que su alma fue agraciada, son insuperables, pues fueron en orden a la Maternidad Divina, su sino principalísimo. Dios actuó de manera especialísima para que así fueran los primeros días de la vida de nuestro Redentor y el resto de su vida.

No existe en el mundo celebración más grande que la de la Navidad, por desgracia en pocos casos esta celebración es como debe de ser, una alegre época en que nuestra piedad cristiana se debía de desplegar en la celebración del nacimiento de nuestro Salvador y Redentor, realizando los ritos propios  del  suceso, con la debida devoción, oraciones y alegría cristiana, por supuesto con la Santa Misa como celebración central y mas importante, las reuniones familiares con la cena de la Noche Buena que se celebra el 24 de Diciembre, y la comida propia de la Navidad (Sin olvidar la venerable costumbre de montar la escena del “Nacimiento”),  que es  del día 25, son ocasiones de gran comunicación familiar y social, en ocasiones se intercambian regalos, se preparan manjares para  la cena y la comida, se brinda y se desean parabienes. Todo esto debe de ser, con la presencia de lo que se está celebrando. En los EEUU. esta celebración se denomina Christmas, palabra que proviene de Christ y Mass, Misa de Cristo, y tiene una gran relevancia en ese país, superándose en algunos aspectos año con año en adornos públicos y privados en las fachadas de las casas, la tradicional cena con pavo, muchos adornos y mensajes multicolores, etc.

Pero volviendo al ADVIENTO, que es el tiempo de preparación de esta gran celebración, debemos recordar que hay que vivirlo con una devoción especial, acercándose a los Sacramentos del Perdón y la Comunión, a escuchar con mucha atención las homilías de las Santas Misas, y a meditar sobre el gran acontecimiento cuyas características extraordinarias nos deben de llevar a la oración de agradecimiento a Dios Padre, que nos manda a su hijo unigénito para salvarnos con su Pasión y Muerte, nos concede la maternidad de la Santísima Virgen cuando agoniza clavado a la Cruz en la que muere por nosotros, para abrirnos las puertas del Cielo, a dejarnos su maravillosa Revelación Cristiana, con su Doctrina maravillosa, sus Santos Evangelios, su Iglesia, y la institución de sus Sacramentos, su lección de vida ejemplar, la formación de sus apóstoles, lucrarnos la filiación divina y mandarnos a su Espíritu Santo, que nos acompañará en su Iglesia hasta el fin de los tiempos.

Les deseo una muy Santa y Feliz Navidad y que Nuestra Señora nos auxilie en el camino de nuestra salvación.

JCS