jueves, 1 de septiembre de 2022

ANTROPOLOGÍA SOCIAL APLICADA

                                                                                       1

  ANTROPOLOGÍA SOCIAL APLICADA.  

El gran flujo y rapidez de los cambios sociales de nuestra época, en lo médico, político, económico, afectan el aspecto humanitario, en sus campos morales, religiosos, costumbritas, tecnológicos, y en ello notamos que los valores tradicionales se ven en muchos casos afectados negativamente. Es conveniente que consideremos el positivo sostén múltiple que nos han significado en generaciones pre-milenials y anteriores en materias como: el modo de vida familiar, de trabajo profesional,  en lo social y demás campos de nuestras ocupaciones. No me quiero ir a generaciones del siglo XIX, y anteriores en que eran vividos dichos valores tradicionales en forma ejemplar por la mayoría de la población. Hoy día los contrastes son obvios, el crimen en general y el organizado no existían  con la exageración que padecemos en nuestra época, ¿guerras?, si, ¿justas? algunas sí, pero nos estamos refiriendo principalmente a las pequeñas cuya existencia tanto afecta a las personas pacíficas y buenas,  en las comunidades sociales, que siempre son justas, cuando las autoridades cumplen con el principalísimo deber de defender y proporcionar seguridad a la ciudadanía, pues por un lado están los seres humanos victimizados y por otro los criminales que delinquen de diversas maneras. Es por lo tanto JUSTO de toda justicia, defender al pacífico que está integrado por sus actividades al Bien Común, que incluye al desarrollo familiar.

El término ANTROPOLOGÍA, está formado por las raíces: Antropos (hombre) y Lógos,  (tratado) y una definición clásica es: “la exposición sistemática de los conocimientos que se tienen acerca del hombre en cuanto hombre, y lo que el hombre puede y debe hacer de sí mismo.”  Por supuesto que la definición sigue siendo absolutamente válida, pero el cambio que se da en las condiciones de vida, de cuando se definió la mencionada,  a nuestra actual época nos llevan a profundizar en la última frase de la definición. Y en esta ocasión me quiero referir en especial a lo que el hombre debe hacer de sí mismo, sin olvidar qué no nos hacemos solos, hay una interdependencia para solucionar estos problemas endémicos los cuales son de necesidad absoluta y de múltiples facetas.  Siendo una de estas interdependencias la que tenemos en tanto ciudadanos, con quien ha resultado electo democráticamente, en la esperanza de que cumpla cabalmente con su deber de otorgar a la ciudadanía la seguridad de su existencia, de sus derechos y de sus pertenencias, haciendo uso de las opciones coercitivas que posee: detención y encarcelamiento con  juicios sumarios en los casos de sorprender en pleno delito, el del uso de armas de ataque y defensa, cuerpos policíacos debidamente entrenados y equipados, tanto de prevención como  de corrección, uso de tecnologías, equipos e inversiones de otras índoles criminalísticas, y de criminalidad, todo por supuesto basado en leyes de protección ciudadana. Cada uno de nosotros debe de influir en su entorno y fuera de él de la manera que pueda, tratando de defender lo que es válido, verdadero y bueno, en contra de la engañoso, perverso y negativo. Tratemos de consolidar una masiva convicción de lo necesario y conveniente para influir en la sociedad, y así en los que nos gobiernan.

Si buscamos el origen del crimen y esto es importante en la lucha en su contra, lo encontraremos en la más dolorosa falta de educación, de formación de la niñez, juventud y vida adulta en un estrato social amplísimo en las sociedades. Esto se ha venido gestando de varias generaciones atrás y está asociada al alcoholismo, a la drogadicción, a la ignorancia, a la falta de responsabilidad parental, y en ocasiones una carencia de interés de los gobernantes  por resolverlo. Y el resultante es que la sociedad padece lo criminal en lugar de la visión honesta, productiva, de una vida con desarrollo personal positivo, pues el caldo de cultivo que presenta esta situación favorece lo primero. ¿Qué  nos señala esto?, en tanto una mirada a lo que: “el hombre puede y debe hacer de sí mismo”. La respuesta está en una educación adecuada y no en lo que actualmente tenemos.

Una antropología social aplicada, moderna, adecuada a nuestro tiempo señala la necesidad de un cambio drástico positivo en materia educacional, que cambie los apetitos, los puntos desviados de vista, los conocimientos, las perspectivas, y esto debe de surgir de nosotros mismos, no debemos esperar que “alguien” venga a realizarlo, somos nosotros en tanto nuestra naturaleza más auténtica los que en cada caso estamos obligados a imponer lo bueno, lo conveniente, honesto y necesario, para que el cambio se dé y ese gran sector poblacional que produce y sufre de lo criminal, tenga la posibilidad que nos otorga la paz y tranquilidad para trabajar fecunda, fructuosamente, de manera rentable.  Lo más noble de la   antropología, al estudiar al hombre moderno, al actual, sugiere que tenga un interés muy especial en aumentar sus conocimientos, usando los ordenadores  como herramienta de la enorme información de la Internet, pero no se puede quedar en ello solo, sin acompañar a este nuevo caudal informativo de lo humanístico. Los cuestionamientos principales subsisten: el ¿Quién soy yo?, ¿Cómo soy?, ¿A donde voy?, ¿De dónde vengo?, si, son las más viejas preguntas que el hombre se hace a sí mismo, y debemos de tener respuestas adecuadas. Desde luego no estoy aquí para ser víctima inocente de otro, tengo derechos y el más importante es el de vivir, pero vivir dignamente, nada me es más importante que la vida, la mía y las de los demás, en especial los seres que me son más cercanos.

Nuestras vidas deben de ser útiles, respetadas, ayudadas, tranquilas, libres, para hacerlas lo más productivas para los demás, y para nosotros mismos, no amenazadas, truncadas, condicionadas por personas sin educación y con inclinación criminal, deshonestos, peligrosos, abusivos y asesinos. Solo así se puede realizar lo que el hombre puede y debe hacer de sí mismo.

Es sino de la mujer y el  hombre el tener una vocación que generalmente se persigue en la  mayoría de las ocasiones, esto  incluye tener que vencer dificultades de todas las magnitudes, a lo largo de su existencia, raro e inútil sería el ser humano que no tiene que luchar, pero el normal trabaja y se esfuerza  por las diferentes cuestiones que necesita, estudia, se forma, busca su sitio en la sociedad, el caso de la más socorrida en general ha sido hasta hoy el de la vida familiar, se  forma un hogar, trabaja para mantenerlo, y en ello encuentra su felicidad, se realiza, vive el amor matrimonial y paterno-materno-filial, educa a sus hijos, y estos van definiendo y encontrando su vocación principal en el seno familiar, la vida les llevará por caminos inimaginables en esos momentos.

 Otras vocaciones son la de la entrega al servicio de Dios en esta tierra, hay diversas  y muy encomiables maneras de realizarlas. El ser humano anormal puede tener muchas razones para serlo y no todas ellas por su culpa. Algunos proceden de hogares rotos, o han carecido de la educación, no encuentran en sí mismos vocación alguna, o tienen la vocación del enriquecimiento tomando lo que otros han ganado.

El ser humano que actúa como si no tuviera vocación, que no la considera, que no le hace caso, como resultado, no tiene aspiraciones, no se compromete a nada, no se esfuerza, sin embargo está en la sociedad, pero al no auto-regularse cae en actividades que le proporcionan medios que no sabe obtener lícitamente, y ello, no por falta de talento sino por aplicarlo malignamente. Otros los que carecen de talento son manejados por los que, sí lo tienen, es así como se conforma el crimen organizado.

La buena educación, la mejor de todas es la que incluye la “formación cristiana” esto debido a que son las enseñanzas que proceden de la doctrina de Jesucristo, y su tradición plena de valores humanos, donde el trabajo tiene un gran valor, y al realizarlo se santifica, así como las  prácticas de la honestidad, la honradez,  y llevar a cabo todos los  esfuerzos por lograr una vida familiar sana y útil a los demás, ser hasta el límite de nuestras capacidades los mejor posible en nuestra vida en forma integral.

  Ahora examinemos   “lo que el hombre puede y debe hacer de sí mismo”, ante los ojos de Dios, que es quien nos crea y nos da la conciencia como parte de nuestra naturaleza de seres que razonan y en ésta,  de Él conocemos nuestros deberes, lo que espera de nosotros,  pero sabido es que la conciencia debe de ser formada, debemos de acumular en ella los aprendizajes de lo bondadoso, así como su contraparte, lo maligno. Si ante una decisión importante tan solo me someto a lo que mi conciencia inmediata me comunica, no es ello suficiente, es necesario que se profundice, que se consulte el llamado de Dios así nuestra decisión será más libre, debido a que este divino llamado nos conduce a la superación personal,  nos inspira para no desviarnos de la buena ruta, así se conserva el entusiasmo por la imitación de Jesús y nos amoldamos a la divina voluntad. Eh aquí el secreto para reconocer lo perverso de las ideologías, que proceden de personas faltas de fe. Un ejemplo actual es el conjunto de ideologías malignas del NOM, que trata de imponer la perversa Ideología de Género, que favorece al homosexualismo, el abortismo, el divorcismo, busca también la destrucción de la familia humana y sus valores tradicionales.

Del brazo de María Santísima, pidamos al Espíritu Santo, que nos auxilie para defender nuestro catolicismo.

JCS.

No hay comentarios:

Publicar un comentario