jueves, 19 de octubre de 2023


 

 -  segunda parte. UNA PEQUEÑA INTRODUCCIÓN A LA TEOLOGÍA. (149)

Los hechos verdaderos y necesarios por si, insisten que sea, la Revelación entre otras cosas   enseñanza de MORAL NECESARIA, los Concilios, Vaticano primero y segundo, nos presentan que aparte de lo que la razón humana por si sola demuestra, en el sentido de la existencia de Dios, la persona humana aparte de su materialidad animada, posee un alma espiritual creada para la inmortalidad, única e irrepetible para cada ser humano. Como confirmación de la enseñanza de la Revelación divina, nos brinda otras cuestiones que la inteligencia humana no puede sola conocer, como el hecho de la Trinidad. Conocimientos estos que no están a nuestro alcance racional, pero que no se le oponen. Es la fe cristiana la que nos enriquece, nuevamente podemos decir: pensar para creer, y creer para penar.

Basándonos en lo que Jesucristo nos deja dicho: YO SOY EL CAMINO LA VERDAD Y LA VIDA, como parte importantísima de su Revelación, llevada a cabo personalmente y en persona con sus apóstoles y discípulos que tuvieron contacto directo con Él, le escucharon directamente, de Él mismo aprendieron y el propio Jesucristo como motivos de credibilidad realiza milagros que confirman su divinidad, siendo su RESURRECCIÓN  la mayor prueba posible que pueda existir.

Él es el CAMINO, porque nos da la seguridad de ser el guía supremo, nadie podrá nunca señalarnos un camino mejor para lograr nuestro “fin final”. Dios Padre tiene un solo camino para el hombre y nos envía a su hijo para mostrárnoslo y que nos enseñe a recorrerlo.

Es la VERDAD, porque es enviado por Dios Padre, y lo que nos transmite viene directamente de Él. “El que me conoce a mí, a mi Padre conoce” nos deja claramente dicho. Jesucristo es la Verdad, conoce toda esta, la pasada la presente y la futura, la divina y la humana, luz es la verdad y tinieblas su desconocimiento, Cristo lo ilumina todo, por Él vemos la brillantísima verdad, aquella que nos espera en el cielo.

Es la VIDA, es amor, es la visión que nos conduce en esta corta, vida a la eterna. San Pablo en filipenses 1-21, nos comenta: “para mí el vivir es Cristo y el morir es ganancia”. Desde el Paraíso Terrenal del que expulsa Dios a Adán y a Eva, les promete al Salvador y este es Jesucristo Dios y hombre verdadero, (Segunda persona de la Trinidad Santísima) era necesario un Dios para lavar la afrenta porque esta se mide por el ofendido   no por el ofensor, y al haber perdido los Dones Preternaturales Adán y su descendencia, era necesario ensañarnos el camino a la Visión Beatífica que habíamos perdido, y es Cristo quien nos enseña la vida que debemos vivir para recuperarla, con la libertad que se nos ha dado en nuestra naturaleza humana, y no solo la enseña con palabras, sino que su propia existencia humana: es ejemplo vivo, humano,  de ello.

El cristianismo tiene sus raíces en el Pueblo Escogido, el de los judíos, En el que están los ancestros  de su Madre La Santísima Virgen  y de su Padre adoptivo, San José, a su venida una gran parte de este pueblo no lo reconoce como el Mesías anunciado, pues esperaban una continuación de rey poderoso como Salomón o su padre David, que les liberara del régimen romano que les tenía sometidos. Pero la misión de Cristo no es la de arreglar asuntos políticos sino espirituales, Él viene a enseñarnos, a revelarnos aquello que aún nos faltaba para asegurar nuestra salvación eterna, para gozar en la otra vida de la Visión Beatífica, y en esta para saber cómo lograrlo.

Jesucristo nos dejó dicho, en varias ocasiones su gran conocimiento, respeto y obediencia al Antiguo Testamento: en las tentaciones del demonio le contesta “escrito está”, afirmó que vino a cumplir lo que la Escritura dice. “No piensen que he venido a poner fin a la ley o a los profetas; no he venido  para poner fin sino para cumplir”, Mt. 5, 17-18. Jesucristo confirma los Dogmas del Antiguo Testamento, nos revela nuevos Dogmas, y los Dogmas que se van instituyendo por los Papas están basados en la mas pura doctrina de Jesucristo.

JCS.

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