martes, 5 de julio de 2022

ORIENTACIÓN FAMIIAR segunda parte.

 

 ORIENTACIÓN FAMILIAR. Segunda parte.

Es necesario en la educación la enseñanza de cómo combatir aquello que impide nuestro autodominio, aquí queda muy bien el dicho de: “piensa bien y actúa como piensas”. Se dirá por algunos que es más fácil educar cuando se cuenta con medios económicos, esto no es así, en medio de las necesidades económicas la buena educación no debe faltar, por supuesto que será más difícil inscribirse en algún curso universitario, pero hay o debería de haber cursos gratuitos, para padres de familia de recursos limitados, otorgados precisamente por las universidades que se han interesado en la enseñanza de esta importante disciplina.

La orientación familiar es un tema exigente, pero conviene recordar que las cosas facilonas son para los caracteres debiluchos, nosotros en la orientación familiar aprendemos a combatir las debilidades como el no tener suficiente voluntad de mejora personal para las iniciativas por lo conveniente, el que de gusto por las cosas buenas de la vida como la amistad, aprenderemos a ser más ordenados, constantes, puntuales, respetuosos, comprensivos, exigentes en lo que lo requiere, y generosos. A esto esa que se llama “libertad personal”, porque nos señorío sobre nosotros mismos.

Los signos de los tiempos nos van señalando los defectos que sufren las sociedades, así como las nuevas oportunidades relacionadas con lo que en nuestras vidas, a su vez, nos afectan y afectarán en nuestra vida familiar, lo que es casi  con  todo, veamos algunos de estos aspectos, que necesitamos conseguir, podemos comenzar con:  la vivienda adecuada al modo presente de vida o de futuro cercano, a la autonomía necesaria en nuestro desempeño del trabajo, sin olvidar que en ello nos santificamos.  Tenemos que desarrollar lo que será nuestra normativa familiar, tema de gran importancia a tratar en el noviazgo, las cuestiones relativas a nuestra convivencia, la social, la profesional, la sectorial. Nuestra participación en iniciativas religiosas, de apostolado, sin olvidar hacer algo en favor de los pobres. El  cultivo de nuestras aficiones, deportes, amistades, mejora profesional. Aprender a defendernos del consumismo, a sacar provecho a nuestro tiempo libre, a mejorar nuestra cultura con lecturas apropiadas e investigación sobre nuestros tópicos de interés. La vida familiar como la social son medios de santificación, como lo es el trabajo.

Un sabio amigo me comentó en cierta ocasión : “...nos preocupamos mucho por el aprendizaje de las temidas matemáticas, o de que hablen inglés, lo que es muy bueno, pero relativamente fácil, y no nos preocupamos por enseñar a los jóvenes a escoger bien la pareja con quien casarse, o como se debe de educar en las virtudes a los descendientes, la orientación familiar debería de ser parte de las materias universitarias…”  que razón tiene, cuanto mejoraría la sociedad si esto tuviera lugar, la verdad es que se trata de un conocimiento vital, que nos ayudará a tomar las mejores decisiones de nuestra vida y las de nuestros hijos.      

El tema de lo que se considera la “libertad personal” es algo muy importante en la O.F. por lo que se consideran de mucha importancia ciertas cuestiones como: la insuficiente voluntad para las iniciativas, el no sentir suficiente gusto por la vida, no cultivar adecuadamente a los amigos, la falta de orden y constancia en nuestros quehaceres de todos los días,  el vivir adecuadamente virtudes importantes como la justicia, la  puntualidad, el respeto con las personas  las cosas y la naturaleza, la comprensión de las problemáticas de los demás y la empatía necesaria en cada caso, los asuntos exigentes a ser resueltos con prontitud y eficacia, la generosidad que es asunto de conciencia. Es muy conveniente para nuestra maduración y nuestro señorío el abordar estos temas. En los cursos al discutir abiertamente estos tópicos aprendemos unos de otros. (esta es una de las grandes ventajas del método del caso). Lo que nos ayuda a la conquista personal de nuestra libertad verdadera, sin ataduras, con una actitud válida y valiente, que nos ayuda sobremanera en nuestro desarrollo personal, podremos educar a nuestros hijos en su libertad personal, si primero reeducamos la nuestra.

El lograr en nuestro hogar el evitar las arbitrariedades, tener: autoridad-servicio y autoridad-prestigio, las que se logran con el buen ejemplo de las relaciones del matrimonio, los cónyuges deben vivir una concordia y similitud de actitudes frente a lo importante, tratarlo solos y a solas, hacer las cosas con sentido del humor y alegría que es contagiosa. Ante los conflictos maritales, los hijos siempre salen perdiendo, los progenitores consientes siempre dan buen ejemplo.

Los padres que quieren lo mejor para sus hijos, en nada les pueden ayudar más, que en una educación buena, no hay demostración mejor de nuestro amor por ellos. Y para la comprensión, armonía, bienestar, felicidad, el cultivo del amor entre ambos, alentado por la gran obra que significa, para beneficio familiar completo, nada como una relación llevada a cabo de acuerdo a lo que Dios espera de nosotros.

Jorge Casas.

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