viernes, 4 de octubre de 2019

HUMANISMO.











HUMANISMO.

Al ir leyendo, meditando incluso estudiando la filosofía cristiana, este papel, en todo caso, servirá para que tan solo se destaquen los grandes temas que habrá que estudiar en los tratados de la materia, la intencionalidad es la de ampliar la información, y cosa no curiosa sino real y verdadera es que la vocación cristiana se alimenta con el mejor conocimiento de la teología, o sea del conocimiento de Dios y de las cosas de Dios. Esto se sustenta  en que no se puede querer, lo que no se conoce, pero que lo amable y Dios en lo más amable que puede haber. A mas conocimiento del Señor, mas se le amará y en esto debemos entender que se trata de amar a la Trinidad Santísima, y consistirá en aumentar nuestra comprensión y los conocimientos sobre Dios Padre, Jesucristo y el Espíritu Santo. A más amor,  mayor es la vocación cristiana que se suscita. Y recordemos que la esclava de la teología es la filosofía, de allí que el conocimiento de la filosofía de nuestra religión nos ayuda en la vocación salvífica.

Por lo que al tratar de cumplir con el mandato evangélico de difundir la palabra de Dios, en la medida de las posibilidades personales, debemos prepararnos para que nuestra participación en dicha difusión sea lo mas adecuada, recordando que somos, solo, instrumento que pone medios de información, que son formativos para los otros, y que el Espíritu Santo es quien realiza la verdadera tarea. Motivados por ello es que debemos de llevar a la oración toda actividad de carácter apostólico pidiendo al Espíritu Santo que actúe sobre ellos para que abran su corazón a las enseñanzas y a  los que proporcionamos la información, para que  lo llevemos a cabo, debidamente, adecuando el nivel informativo, y educativo, a los conocimientos y capacidad de quien nos admite como guías.

San Pablo en Rom. 10, 17 nos predica que la fe se enseña, que tiene que entrar por el sentido del oído, por lo que para cumplir el mandato evangélico tenemos que hablar, comunicarnos, y al estar mejor informados nuestras palabras serán más claras y más pedagógicas. Los conocimientos se adquieren por el estudio, por lo que aquí conviene hacer una polarización y veremos claramente en que sitio está cada persona, en un extremo pondremos al carbonero, que se salva por su fe, que no tiene sino conocimientos muy rudimentarios. y en el otro al intelectual que cuenta con estudios de posgrado, que por su acción racional, necesita subir el listón. Hay, si, puntos intermedios  y en alguno nos tenemos que apuntar. Dios nos ha dado la inteligencia y debemos de utilizarla y en forma muy especial en lo que a esto concierne. Es imprescindible que vivamos muy presente la Parábola de los Talentos, pues la Doctrina nos indica que del uso de estos, deberemos presentar cuentas al  principio de la otra Vida.

La filosofía cristiana debe obtener de cada uno consecuencias de nuestra fe, estas son las que la hacen operativa y ¿qué puede ser más importante que el crecer en ella a través del conocimiento y el trasmitirla a otros?

Tanto la filosofía como la teología son ciencias, humanas ambas, por tanto pertenecen al estudio de las humanidades. De allí partirán nuestros cuatro párrafos siguientes.

(i) Una primera aclaración consiste en que la filosofía por ser una ciencia muy, muy amplia, pues se ocupa de todas las cosas, en nuestro caso la utilizamos solo para las necesidades de la teología, o sea de las cosas que se refieren, a lo que Dios nos ha querido revelar. Por lo que no se puede considerar sino dentro de este marco, dejando fuera todas las demás áreas de las que se ocupa.

Hay quienes podrán opinaran  que no se debe de confundir a la catequesis común, con los aspectos teológicos y filosóficos, a lo que respondo;  que este escrito, perteneciendo a la  filosofía cristiana no deja de ser: “catequesis orgánica” y por lo tanto se dirige a personas que ya cuentan con cierta formación doctrinal, en realidad estamos hablando de “formación religiosa o teológica” a la luz de la fe cristiana, para personas con cierta iniciación formativa.

 La inteligencia humana comparada con los brutos, o sea los animales es grandiosa, simplemente porque puede intuir a Dios, aunada a la voluntad de la persona humana alcanza alturas insospechadas, y puede mejorar constantemente, pero con la inteligencia divina no cabe la más mínima comparación, si bien somos seres hechos a imagen y semejanza de Dios, porque Él así lo ha querido, su deseo es que le podamos conocer parcialmente en esta vida y con mucha mayor amplitud en la otra. En la que, si logramos la salvación le conoceremos directamente, aunque no en su infinita amplitud. Conviene recordar en referencia a lo anterior el consejo de Santo Tomas de Aquino en relación a que; “debemos de tener fe de niños y doctrina de teólogos”, por lo que no debemos de bajar la mira, por el contrario debemos subirla constantemente, tratando de conocer más de las cosas de Dios.

(ii) Como primera parte de este análisis, debemos de considerar la  Revelación Divina, de ella con la iluminación de nuestra fe, iremos relacionando todas nuestras actividades e intenciones en relación al fin final de nuestra existencia en esta tierra, que es la salvación eterna. Todos tenemos en esta vida una serie de responsabilidades, tareas, obligaciones que cumplir, y deberemos saber compaginar todo ello con nuestro saber teológico, así nuestra vida tendrá un rumbo muy claro por el que debemos transitar, y valoraremos apropiadamente nuestras acciones, siempre encaminadas a ese fin final mencionado. Cualquier éxito a lo largo de nuestra existencia y aquí podemos mencionar, la adquisición de fortuna, de poder, de fama, podría ser una fatal equivocación existencial si no se ha vinculado a la voluntad de Dios, a nuestro esfuerzo por obtener la gracia que nos otorga, en nuestro tránsito hacia  la salvación.

(iii) Nuestro motivo principal y guía a lo largo del breve papel, será la gran síntesis que nos aclara Santo Tomás en relación a la inteligencia y la fe. En ella nos demuestra después de muchos siglos de estudios teológicos y filosóficos que se han llevado dentro de la Iglesia, con una claridad magistral, como iremos viendo más adelante. Que la humanidad sufre en dolorosísimos y múltiples casos a  una crisis de falta de fe, que en muchos casos está llevando a cristianos al “ateísmo práctico”, y peor a doctrinas equivocadas, hoy nos resulta no solo necesario sino indispensable el introducirnos más en la doctrina de Jesucristo, cima de la Revelación Divina.



iiii) La inmensa, importante, necesaria y útil tecnología que estamos experimentando sin duda es un distractor de las cosas del espíritu, a pesar de que bien pensadas las cosas es lo espiritual en la persona humana sin comparación más importante que el aspecto material, de allí la importancia y necesidad de un buen humanismo.  Estamos pasando por el bache, pero consideremos que  es más importante el aspecto espiritual de la persona humana que el puramente tecnológico que pertenece a estrato inferior. Baste pensar que uno es para la eternidad y lo otro solo nos auxilia en esta corta vida. Bache del que saldremos, una vez que hayamos digerido estos rapidísimos cambios que estamos experimentando, y volvamos a la consideración de los valores estrictamente humanos, que serán siempre el sustrato que nos sostiene en tanto seres humanos. Lo anterior nos debe de llevar a examinar lo básico, “back to basics”, dicen los norteamericanos, y en ello llevan razón si no se hacen, en todo, pausas inteligentes, para re-examinar  las cuestiones de importancia podemos desviarnos de las intenciones originales, así que vamos a comenzar con re-examinar dos aspectos básicos: La Creación y la persona humana. Lo que nos dará la dirección de nuestros objetivos, la Creación por ser el entorno en el que existimos, y somos parte de ella, y muy significativa, y después, nosotros mismos, que dentro de dicha creación tenemos un rol, un papel que cumplir.
Jorge Casas y Sánchez.

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