martes, 13 de septiembre de 2016

RAICES DE LA CRISTIANDAD, Y LOS "MALES" DEL MUNDO.

RAICES DE LA CRISTIANDAD, Y LOS “MALES” DEL MUNDO.
En las enseñanzas del Génesis, Dios nos revela, que cuando nuestros                                                                                                                     primeros padres son expulsados del paraíso, y les quita los dones llamados preternaturales se sufre  un cambio radical, no solo en la naturaleza del hombre, sino en la de toda la Creación, pues ante el gravísimo pecado, original Dios cambia su plan creacional primario por uno diferente, como veremos mas adelante. Sin embargo su amor por nosotros hace que  nos prometa  que en algún momento de la existencia de la humanidad nos mandará un salvador, el cual es en su momento de tomar cuerpo en la Santísima Virgen, Nuestro Señor Jesucristo, quien toma carne humana, siendo aparte de perfecto Dios, hombre perfecto, igual a nosotros en todo menos en el pecado, siendo su misión, encargo de Dios Padre, precisamente el de ofrecernos la posibilidad de  salvarnos. Aquí vemos el gran amor de Dios por nosotros y la principal raíz del cristianismo en  la segunda persona de la Santísima Trinidad, fundador de su Iglesia.

 Por el antiguo testamento nos enteramos de la Divina Revelación que a Abram (después su nombre será Abraham) le empieza a realizar Dios, directamente. Entre las promesas le ofrece que tendrá una gran descendencia, como las estrellas del cielo, cosa de vital importancia en esa época, esa descendencia tendrá dos vertientes una que es de su propia  sangre, y proviene de un solo hijo legítimo de nombre Isaac, (de quien procede el que será el  pueblo judío)  y una familia de espíritu, descendencia de espiritualidad,  y que hoy está representada por todos los cristianos, ya estén en la otra vida, los que vivimos actualmente, y los que aún no han nacido, muchísimos millones de seres. Así es como Dios le cumple a Abraham su promesa. Claramente se aprecia la raíz judía del pueblo cristiano, raíz que procede justo del primer receptor de la Divina Revelación que comienza con el propio Abraham, se conservará en la Sagrada Tradición hasta ser escrita en tiempos de Moisés, y terminará con el Apocalipsis de Juan Evangelista. Siendo la parte de mas importante Revelación la contenida en el Nuevo Testamento, que hemos recibido, de la persona de Jesús, en forma personal.
Volvemos al tema de los dones preternaturales, en el Paraíso Terrenal convivían en perfecta armonía Adán y Eva con los otros seres vivos de la Creación, animales y plantas, todas sus necesidades tanto corporales como espirituales estaban colmadas de gracias recibidas del Creador, con solo una diferencia los únicos verdaderamente libres e inteligentes eran Adán y Eva, pues Dios los creó a imagen y semejanza suya, y en uso de esa libertad decidieron por insidias del diablo que toma forma de serpiente revelarse en contra del que todo les había dado, mal aconsejados por el que nada les había proporcionado, y pensando que podrían vivir de tal manera que pensaban que estaba bien, desobedecen a Dios, lo que es un grave pecado, es un enfrentamiento, una desobediencia, una traición, una deslealtad, una postura de soberbia que incluye desprecio de Dios, este pecado que tomará el nombre de Pecado Original es el que la descendencia de Adán y Eva, que es toda la humanidad, heredamos todos los seres humanos.
Este gravísimo pecado conlleva la separación espiritual de Dios y la muerte física, siendo Dios la más absoluta representación del bien, el pecado es la separación de Él, y ello no puede quedar impune, por tanto es entonces cuando se convierte en finita la vida de nuestros primeros padres, y además el universo también empieza a morir, el castigo de Dios es general la tierra pierde fertilidad, el alimento se tornará escaso, el hombre tendrá que trabajar para comer, la mujer sufrirá al parir sus hijos, la humanidad irá creciendo y con ella el pecado, la lujuria, el crimen, el hurto, estos son los resultados de haber destruido la armonía de la Creación con el pecado, el hombre va adquiriendo responsabilidades y para cumplirlas no siempre actúa bien. El pecado está presente en muchos de los hombres y no la gracia de Dios.
A pesar de que tenemos todos los hombres de todos los tiempos y lugares el mandato de la conciencia, no todos la obedecemos y vamos socavando sus valores e introduciendo en su lugar los vicios, lo que va en sentido contrario a la voluntad divina y por lo tanto se aleja de su Gracia y de su amor, inventándonos excusas, ideologías, viviendo en la mentira.
La venida de Jesús sanará parcialmente nuestros males, en especial el mas grave de todos que es el pecado, así nos muestra el inmenso y perfectísimo amor del Padre para con el género humano, al enseñarnos con toda claridad el camino de la salvación, pero la naturaleza tiene otras heridas que no sanarán nunca, Dios las permite para mostrarnos  que la maldad que el pecado causó no desaparecerá nunca, y permite que este universo ahora finito que muere,  muestre sus síntomas, lo que explica que haya desgracias  naturales, enfermedades etc. que bien vistos no son creados por Dios, sino carencia de bienes, cuya consecuencia ya ha sido explicada. Dios restaurará el paraíso y no habrá más muerte para los salvos.
Los enemigos del cristianismo atacan a nuestra religión diciendo cosas como aquello de que como es posible que Nuestro Dios sea malo con la estipe humana, que le mande sufrimientos, y que si así es como nos muestra su amor, claro que surgen estos pensamientos de la ignorancia y es esto lo que se trata de aclarar más en nuestras mentes, recordemos que es Fe y razón lo que nos es propio y es necesario pensar para creer y creer para pensar.
Invocando  la intercesión de la Santísima Virgen Hija de Dios Padre, Madre de Dios hecho Hombre, y esposa de Dios Espíritu Santo, pidamos a la Santísima Trinidad, Dios Padre creador, Dios Hijo redentor, Dios Espíritu Santo santificador, que sepamos arrepentirnos de nuestros pecados, tener la firme intención de no volver a cometerlos nuevamente y confiados en que todo esfuerzo por nuestra parte por servir a Dios como Él quiere ser servido a través de su Santa Iglesia, será recompensado en la eternidad.
Jorge Casas y Sánchez.

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