jueves, 6 de julio de 2023

ANTROPOLOGIA CATÓLICA

    ANTROPOLOGÍA  CATÓLICA.

Para explicar la antropología a la que nos vamos a referir es indispensable recurrir a la filosofía, y como ésta no es ampliamente conocida, me propongo exponerla  en términos legos, en la seguridad que será fácilmente comprendida.

Los seres vivientes son entes móviles, conocemos a simple vista a las plantas, con la movilidad solo inmanente, la llamamos vida vegetativa, los animales y el hombre, constituyen la vida sensitiva, que posee además de los sentidos, las características de la vegetativa, y a esta se añade la locomoción, pero el hombre va más allá pues tiene además de los sentidos de los animales superiores, la vida intelectiva, lo que hace la enorme diferencia, gracias a la consideración de que contamos con el ALMA ESPIRITUAL E INMORTAL de que nos dota nuestro Creador en el instante en que somos concebidos en el vientre de nuestra madre.  (Hay muchos entes que poseen las características animales,  algunos extintos otros microscópicos de los que NO nos ocuparemos aquí),  por entes móviles entendamos que siguen el ciclo de nacer, crecer, reproducirse y morir. En otras palabras hablamos de biología. Santo Tomás de Aquino define con esa maravillosa capacidad de síntesis que lo distingue: --SUSTANCIA A LA QUE CONVIENE, SEGÚN SU NATURALEZA, MOVERSE A SI MISMA--.  Como término que muestra la movilidad y vitalidad usamos el de “ánima”, incluso para para el hombre en su consideración como ente viviente, y el término: “ALMA” lo reservamos para el alma espiritual del hombre, incluyendo las almas del purgatorio.

En acepción impropia se califica de “agua viva” aunque carece de ánima a la de la fuente, rio, cascada, etc. en contraposición de agua quieta aplicada a la del estanque, tanque, etc. esto lo menciono para distinguir la movilidad y locomoción propia de la ajena, el agua necesita agente externo para  cambiar de localidad. Considerándolo como ejemplo. Es muy importante para ser contemplativos de las inconmensurables bondades y sabiduría divinas, la observación de estos asuntos que pertenecen a la naturaleza, procedentes de la voluntad creacional divina, que al hablarnos de Dios nos acercan agradecidos y admirados a Él. De las máquinas, I.A. y otros artilugios hechos por el hombre se dice de igual manera de las cosas con locomoción, pues ánima no tienen,  que necesitan ser cambiadas de lugar por algo externo e ellas.

Es una realidad que estamos hablando de Psicología filosófica, que es totalmente diferente a la psicología en tanto ciencia médica, lo que aquí nos interesa es la “organización” necesaria para su movilidad, o sea los organismos, (partes). Para que un ente sea vivo le es necesario ser un organismo, siendo por tanto la estructura u organización de sus partes y su cometido es lo que le anima. Este es un punto importante de meditación sobre el conocimiento, sabiduría y poder del Creador. Y esto nos lleva al caso de la persona humana, que aparte del ánima que organiza u movilidad cuenta con un ALMA ESPIRITUAL, que es mucho más importante que el resto de su movilidad humana. De esta ALMA hablaremos después del comentario del ánima humana, de la cual podemos decir que supera a todos los otros entes vivos, con enorme diferencia.

Dios  al crear a nuestros primeros padres los dotó, en tanto a sus ánimas de grandes cualidades ausentes en el resto de la Creación, destacan su maravilloso cerebro y sus manos. Esa es claramente la enorme diferencia, en lo animal, con todos los otros entes móviles, incluso los que gozan de los cinco sentidos. Pero no queda ahí el asunto; al ser hecho a su imagen y semejanza nos dotó de la enormidad del ALMA. Esta no es parte somática de nuestro ser,  en tanto no es orgánica, es absolutamente inútil buscarla en entre las partes integrantes de nuestro organismo, en tanto que es  ESPIRITUAL, lo que la dota de la inigualable característica de la INMORTALIDAD, es lo más activo que poseemos, nos permite ejercer nuestra libertad, es el principio radical de que Dios nos dota. Hay entre algunos académicos equivocados una argumentación que por un lado sostiene que el hombre piensa porque tiene manos y por otro que tiene manos porque piensa, ambas posturas son falsas de toda falsedad, el hombre tiene manos porque así lo creó Dios y alma espiritual y pensante porque estamos hechos a su imagen y semejanza, contamos con la capacidad de pensar porque nos dotó de lo necesario para ejercerlo: un alma espiritual, al crearnos a su imagen y semejanza. (Conviene no dejarse influenciar por el darwinismo, de donde provienen tantas ideologías equivocadas).

Siguiendo a Santo Tomás y a San Agustín son tres las potencias del alma y orientan nuestra vida,  estas son auxiliadas por nuestro cerebro, la MEMORIA, la que se auxilia del cerebro en la creación de imágenes y otros aspectos. Las otras, ENTENDIMIENTO que proviene de nuestra semejanza con el Creador y la VOLUNTAD, que es el libre albedrío, que como don único es con el que regimos lo que somos. Cuando nuestra voluntad es la de cumplir con los deseos de Dios y coincide con nuestra razón,  estamos utilizando de la mejor manera posible esta potencia de nuestra alma, la cual ha sido informada por nuestro señor Jesucristo nuestro Redentor.

Solo en el hombre rigen los actos vitales con motivos y finalidades, en los demás entes con locomoción lo que obra es instinto, no pueden sino seguirlo fatalmente. En nosotros la libertad de acción, nos permite escoger el bien del mal, somos entes morales, capaces de obrar de acuerdo a nuestra libertad, implícita en la potencia del alma de la voluntad. Es por ello que somos capaces, al obrar el bien y agradar a Dios, u obrar el mal y así ofenderle.

Cuando un fin es bueno sus medios deben serlo también, porque un fin bueno se puede buscar con medios malos. Por ello tenemos para seguir la frase: “El fin NO justifica los medios”. (Lo contrario a lo que afirmó Maquiavelo). El hombre busca el fin final, el fin mayor que es su salvación, con actos buenos. Pidamos a nuestra Madre del Cielo la ayuda necesaria para vivir de acuerdo a la moral cristiana, viviendo los valores eternos como medios para lograr nuestro esplendoroso fin final.

Jordi Casas.ANTROPOLOGIA CATÓICA

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