lunes, 28 de junio de 2021

LAS SAGRADAS ESCRITURAS, LA BIBLIA.

 

 LAS SAGRADAS ESCRITURAS. LA BIBLIA.

En la palabra escrita que Dios ha querido ir revelando al hombre, con palabras humanas, a través de los tiempos, desde Abraham, y que se empieza a registrar por escrito en tiempos de Moisés, hasta el Apocalipsis de San Juan Evangelista, y a través de diferentes personajes que ha escogido para ello, nos ha dejado conocer mucho de Él, y de su divina voluntad, y paralelamente, la tradición oral, que proviene del Espíritu Santo y que la Santa Iglesia  trae cuidadosamente de generación en generación. Toda la Revelación que comienza en el Antiguo testamento y tiene su cumbre en la palabra de Jesucristo es, por lo tanto, independientemente de los autores humanos  -“Palabra de Dios”-. La  interpretación correcta, acertada, inequívoca pertenece a la única Santa Apostólica Iglesia de Jesús, que tiene una parte visible y otra no-visible, encabezada en lo visible por el VICE-CRISTO, EL PAPA y está cuidada, inspirada, mantenida por la acción del Espíritu Santo, que obra en toda su grey, inspirando y dando a conocer la verdad a través de su Magisterio, con el Papa a la cabeza y responsabilizando únicamente a su Iglesia como maestra, y guardia, de su sagrada palabra, para lo cual la Santa Sede cuenta con las instancias necesarias, como la Prefectura de la Congregación para la Doctrina de la Fe.

Una vez que ha quedado claro que Dios al escoger a talentosos, prestigiados y cultos, autores, pues lo son, con la facultad, concedida de escribir lo que Dios quería, se ha ido formando en lo que se llama CANON BÍBLICO,  el conjunto de libros, (entre muchos otros) que la Iglesia considera inspirados por Dios, estamos frente a la Biblia que es la VERDAD REVELADA, en la palabra escrita, que siempre es paralela a la palabra traída, LA TRADICIÓN, (del latín “traditsio”, traída) y lo que consignan está indicado para nuestra salvación eterna, en la totalidad de sus libros, y Tradición.

 Estos no contienen error alguno, sino que están confeccionados sólidamente y sin equivocación o error posible. Hay sin embargo una aclaración necesaria, nuestra religión no es de libro, el cristianismo es religión de la PALABRA DE DIOS, del verbo encarnado, vivo, de allí que nos es necesaria la acción del Espíritu Santo que nos permite la inteligencia de las mismas. (Lucas 24, 45), que es una de las últimas enseñanzas de nuestro Señor Jesucristo, juntamente a la Tradición. Como también es el Espíritu Santo quien ha inspirado a los autores humanos.

No es fácil la interpretación de las Escrituras, además de que estas están escritas en varios géneros literarios, idiomas diversos, es por lo tanto, tarea de especialistas a los que se conoce como exégetas o hermeneutas, su tarea es científica, deben conocer lenguas que hace muchos siglos se dejaron de usar, dado el conocimiento exacto necesario del significado de cada palabra, el contexto en que fue escrita y el significado que contiene cada palabra y expresión. Al Magisterio de la Iglesia se le considera el intérprete por excelencia de las Escrituras, y como se sabe este es encabezado por el Papa.

Los profesores de Biblia, en general, y esto es lo mas aconsejable, nos enseñan que la mejor manera de leer las Sagradas Escrituras, es comenzando por los Santos Evangelios, o sea por el NUEVO TESTAMENTO,  y las muy válidas razones que esgrimen son: primero, que el Antiguo Testamento es el conjunto de libros que son preparatorios, de lo que sería la venida a este mundo de Nuestro Señor Jesucristo, y por lo tanto para poder entender mejor dicho testamento, es conveniente conocer el nuevo con anterioridad.

Hablar de las Sagradas  Escrituras, o sea de la Biblia, es hacer referencia al libro mas editado en la historia del mundo, son miles de millones los ejemplares que de ella han publicado y se siguen publicando, y esto es porque se considera el libro que mayor influencia benéfica ha tenido sobre múltiples generaciones de la humanidad. Y no tengamos duda de que las soluciones a todos los múltiples problemas actuales y futuros, encontrarán en ella sus soluciones. Debemos de tratar de entender que el cristianismo tiene múltiples enemigos, y por tanto, algunos contenidos bíblicos no son aceptados como deberían, pues en ninguna parte, ninguna ideología, ninguna cultura contiene las explicaciones mas necesarias para que el ser humano sepa de si, de su procedencia, de su destino, y por tanto de como debe vivir esta pasajera vida nuestra, que es preparación para la Vida Eterna, por eso con tanta razón se afirma que somos peregrinos en esta vida terrenal, y que si cumplimos con la voluntad de Dios, seremos felices en el cielo por toda la eternidad.

De allí la necesidad de enterarnos debidamente de los contenidos que el propio Dios Padre a través de Jesucristo, Segunda Persona de la Divina Trinidad, y la intensísima e invalorable asistencia del Espíritu Santo, nos han legado. Los Santos Evangelios, las Epístolas de San Pablo, las Cartas de los Apóstoles y el libro de los Hechos, son el camino mas claro, mas seguro, que se nos enseña a seguir en nuestras vidas, para cumplir la Voluntad Divina, camino de nuestra salvación.

Si al conocimiento de las enseñanzas de los Santos Evangelios añadimos las diferentes catequesis que la Iglesia ofrece, estaremos en el mejor camino de conocer nuestra Doctrina Cristiana, que al cumplir los mandamientos de la Ley de Dios y los de su Iglesia, con el auxilio de María Santísima, nuestra Madre del Cielo nos ayudará a conocer cada día mejor las enseñanzas de Nuestro Señor Jesucristo, que nos llevará al cielo.

Concluyo esta entrada con una bellísima oración de San Josemaría qu encontramos en FORJA 161,

“¡Oh clementísima,  oh piadosa, oh dulce Virgen Santa María!, ruega por mi, para que, cumpliendo la amabilísima Voluntad de tu Hijo, sea digno de alcanzar y gozar las Promesas de Nuestro Señor Jesús”.

Preparó J.C.

No hay comentarios:

Publicar un comentario