martes, 23 de marzo de 2021

UN MANDAMIENTO NUEVO OS DOY.

 

  UN MANDAMIENTO NUEVO OS DOY. Que os ameis unos a los otros.....

Nuestro Señor Jesucristo escogió la solemnidad de su última cena con sus apóstoles, para darnos a todos los hombres un NUEVO MANDAMIENTO, que debemos añadir a los diez  que en las Tablas de la Ley, le fueron entregadas a Moisés en el monte Sinaí, y que generalmente añadimos al Primero de estos. Juan nos lo participa en Juan 13, 34-35.

¿Por que es nuevo?, ahora ya no solo es el prójimo, (en el sentido de próximo), sino que incluye al extranjero, al pagano, al enemigo, al lejano, esto lo vemos con claridad diáfana en el libro de los Hechos, “a Pedro le buscan  en Joppe, de parte del centurión Cornelio”  como sabemos a los judíos de esa época les estaba prohibido juntarse o acercarse a un extranjero, pero Dios me ha enseñado a no llamar profano o impuro a ningún hombre, por  eso he venido sin vacilación al ser llamado……  ahora Dios nos sigue llamando a desarmarnos los pueblos y naciones, llamamiento general. Pero no hemos entendido esto, el mundo está lleno de egoísmo que raya en odio, la causa es la falta de evangelización, y por tanto la falta de amor entre las criaturas de Dios, entre  los hombres, existe  amor y mucho, pero a lo terreno, al coloniaje, al poder, al sometimiento, a la tiranía, al capital, a los mercados. Esto tiene solución, que se encuentra en el conocimiento. El amar sigue, viene tras el conocer, Dios nos ama porque nos conoce con una perfección que los humanos no podemos tener, y nosotros  para querer, para amar, y seguir a Dios, necesitamos conocerle más, siempre mas, porque es inabarcable, y amar a Dios implica amar la idea de la salvación y amar a sus criaturas, en especial sus criaturas mas queridas, las que hizo a su imagen y semejanza, las personas humanas.

La imitación de Jesucristo es algo que se nos enseña, se nos participa, pero ¿como?, ¿como nosotros simples criaturas llenos de defectos, de ignorancia, de imperfecciones podemos imitar a Jesucristo que es el dechado mayor de toda perfección?.  Aquí se mencionan varios caminos, para imitarle:

 El primero consiste en imitarle en su amor a las personas humanas, todas, ya que tanto buenas como malas son criaturas de Él, libres por supuesto, de ahí que unas escojan el mal camino y otras sigan su buen ejemplo. Él amó a sus detractores, enemigos y asesinos que le ejecutaron, amó profundamente a sus apóstoles, seguidores, indiferentes y contrarios a sus enseñanzas. Mateo 5, 43 y 44.

Lo segundo. Ser humildes, Jesús desde su cuna de su nacimiento nos lo enseña, y lo vemos a lo largo de toda su vida.

otro,  es el perdonar a los que nos ofende. En la Oración del Padrenuestro, lo ofrecemos a Nuestro Señor, la pregunta que nos tenemos que formular es: ¿lo cumplimos?, no es fácil perdonar de todo corazón, lo que incluso nos lleva a encomendar a los que nos ofenden, y muy especialmente a los que lo hacen injustamente, y sin motivos por nuestra parte.

Mas, practicar la mansedumbre, Él fue gran maestro en esta virtud.

Seguimos, en la oración, Jesucristo nos deja grandes ejemplos, enseñanzas que da a sus apóstoles para que nos las transmitieran. Sed almas de oración nos enseña San Josemaría.

Como se ve podríamos continuar haciendo mención de las formas de imitar a Nuestro Señor, tenemos las vidas ejemplares de los Santos, y el criterio personal de lo bueno y lo malo, lo que nos permite ser buenos imitadores de Cristo, si perseguimos el bien y evitamos el mal.

Si Cristo hubiese venido en esta época tecnológica, seguro que no hubiese viajado en burro, hubiera usado el automóvil, esto es un pequeño ejemplo para que nos podamos plantear lo siguiente, cuando nos encontremos en las encrucijadas de la vida, ya sean tan solo espirituales o de índole socioeconómica o familiar,  si Jesucristo hubiere estado en esta especial circunstancia en que me encuentro, ¿qué hubiera hecho, como hubiera actuado? Toda conciencia bien formada tiene la respuesta. Jesús hubiera actuado anteponiendo el amor a los hombres, sus criaturas,

nosotros deberemos también anteponer el amor al prójimo en busca de las soluciones.

Preparó Jorge Casas.

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