viernes, 7 de septiembre de 2018

PARA CONOCER Y PARTICIPAR MEJOR EN LA SANTA MISA.



PARA PARTICIPAR MEJOR DE LA SANTA MISA.
La Santa Misa es el centro de toda la vida cristiana. Es la conmemoración incruenta del Sacrificio de Nuestro Señor Jesucristo, es la acción con la que Dios Padre santifica al mundo en Cristo. Culto en el que los hombres adoramos a Dios, Trinidad Santa en su Iglesia.
Conviene, por respeto a Dios llegar unos minutos antes del comienzo de la celebración a modo de participar fervorosamente con nuestra Fe, Esperanza y Caridad, que se alimentarán en la propia celebración. Es de gran ayuda el uso del misal para mejor seguimiento y comprensión de las lecturas.
El pueblo es convocado, y el sacerdote preside, actuando en la persona de Cristo y celebrando su Sacrificio Eucarístico. Por lo que Jesucristo está real y verdaderamente presente, de manera sustancial y permanente en las especies consagradas.
La Misa consta de dos partes con sus ritos, tan estrechamente unidos que forman una sola liturgia, son: Liturgia de la Palabra y Liturgia Eucarística.

 RITO INICIAL. (Antífona de entrada).
Todos nos santiguamos, el sacerdote nos desea: EL SEÑOR ESTÉ CON USTEDES,  a lo que contestamos, deseándole lo mismo. Tiene lugar el acto penitencial, y el rezo del Yo Pecador, en el que nos reconocemos pecadores y pedimos arrepentidos y con dolor el perdón de nuestras faltas. Se nos perdonan los pecados veniales. (los pecados mortales solo se perdonan con el sacramento de la Confesión), para obtener el estado de gracia y poder comulgar.
En las misas dominicales se reza el Gloria, alabanza a Dios. Concluye el rito inicial con el rezo de la oración Colecta y nos sentamos.
GLORIA
Se reza en  las Misas de precepto y dominicales, (fuera de los tiempos de Adviento y Cuaresma). Venerable oración a la Santísima Trinidad.
COLECTA
El sacerdote invita a orar, y todos por un momento tomamos conciencia de estar en la presencia de Dios, el sacerdote dice dicha oración Colecta.
LITURGIA DE LA PALABRA.
Las lecturas son lo que Dios nos comunica a través de las Escrituras, de allí su enorme importancia, que merece nuestra mejor atención, siendo lo ideal seguirlas con el misal diario mensual que se puede adquirir fácilmente por poco precio. Se trata de lecturas orantes que con la homilía del sacerdote se comprenden mejor. Empiezan con la oración del sacerdote llamada Plegaria Eucarística, a la que se han añadido las oraciones Colecta y Sobre las Ofrendas.
Por el carácter comunitario de la celebración, el pueblo participa en las lecturas y el salmo responsorial.
Antes de  que sean proclamadas,  el Sacerdote  realiza las Oraciones Secretas, y los fieles en voz muy baja pedimos que Dios penetre, con su palabra, nuestro corazón y entendimiento.
El canto es muy importante, y recomendado en las Misas dominicales y de precepto. Es en los Salmos en el aleluya y en el resto de la liturgia, la expresión del gozo de nuestro espíritu, se alienta a que haya coros en los templos, sin afán de espectáculo, sino con la devoción propia del caso, dando preferencia a la tradición cristiana, sobre la moda en los cantos.
EL EVANGELIO es el culmen de la Liturgia de la Palabra, lo escuchamos con suma veneración, en tanto reconocemos y proclamamos la presencia de Jesucristo, que nos habla. Así mismo veneramos al libro Evangelario.

HOMILIA.
Es parte de la Liturgia de la Palabra, muy importante y recomendable en tanto necesaria como alimento de la vida cristiana.
PROFESIÓN DE FE (CREDO).
Se reza en las Misas dominicales y de precepto, usualmente es proclamado por la feligresía o puede ser contestatario a preguntas del celebrante.
ORACIÓN UNIVERSAL.
Es la oración de los fieles, a la que contestamos como acto de fe, se ofrecen fórmulas salvíficas universales.
LITURGIA EUCARÍSTICA.

Ofertorio.
Se llevan al altar los dones que se convertirán en el Cuerpo y la Sangre de Cristo. El sacerdote dice lo que son, pide con humildad todo lo que va a ofrecer, como en la última cena con sus apóstoles en que Cristo instituyó el Sacrificio y Banquete Pascual, lo hace representándolo, como lo quiso Él, y pidió a sus apóstoles que lo hicieran en memoria suya. El sacerdote se lava las manos, con este rito se expresa su deseo de purificación interior.
Oración sobre las ofrendas, tiene por objeto recomendar a Dios los dones presentes en el altar y pedirle los bendiga y acepte como ofrecidos que son por la Iglesia, por el Papa, el Obispo y todos los fieles.
PREFACIO
Es el inicio de la Oración Eucarística, el sacerdote invita: “levantemos el corazón” y termina con el Santo, Santo, Santo.
PLEGARIA EUCARÍSTICA.
Nota: puede tener lugar la procesión de los fieles con las ofertas, las que recibe el sacerdote en el presbiterio  y los lleva al altar.
También se pueden incensar los dones.
Es el culmen de toda la celebración, el sacerdote se dirige a Dios Padre, por medio de Jesucristo y el Espíritu Santo, en nombre de toda la comunidad. Debemos escucharla con la mayor devoción.

El sacerdote con las manos extendidas nos invita a pedirle a Dios Padre, que por mediación de su hijo Jesucristo acepte los dones que se ofrecen por la Iglesia, por el Papa, por el Obispo, los fieles y alguna petición extraordinaria, por la unidad, por la paz, etc.
El sacerdote ofrece y recibe de los fieles (mío y vuestro) sus peticiones. Dar y recibir, no estamos como simples espectadores sino como participantes.
Pide nuestra oración, -“orad hermanos”- contestamos: -“que el Señor reciba de tus manos…”- Nos recuerda que pidamos por los vivos, (memento de vivos)
El sacerdote ora a Dios Padre, pidiendo que convierta las especies (pan y vino) en su cuerpo y en su sangre y pronuncia las palabras del ritual:
Cristo tomó en sus manos el pan y el cáliz, dio gracias, lo partió y lo dio a sus discípulos. De allí que la Iglesia haya ordenado la Celebración Litúrgica, acorde a las propias palabras que el Señor pronunció.
Es así como se realiza el MILAGRO EUCARÍSTICO que llamamos LA TRANSUBSTANCIACIÓN, el sacerdote eleva primero el Cuerpo,  después el Cáliz con la Sangre  de Nuestro Señor Jesucristo, ADORÁNDOLO ÉL Y PARA QUE NOSOTROS LO ADOREMOS. TAMBIÉN, a partir de ese momento Jesucristo está en el altar, y recordamos a nuestros seres queridos que han pasado a la otra vida, rogando a Dios por su salvación, (memento de difuntos).
 En la Plegaria Eucarística se dan gracias a Dios por toda la obra salvífica. Por la fracción del Pan Consagrado, y por la Comunión de los fieles, por muchos que seamos recibimos todos el Cuerpo, y de un solo cáliz la Sangre del Señor, del mismo modo que sus apóstoles lo recibieron de sus propias manos.
Los elementos de que consta esta plegaria son :
.- Acción de gracias, aclamación que culmina con el Santo, Santo…,
.-Epíclesis, que implora la consagración al Espíritu Santo, Narración de la Institución, y Consagración.
.- Anámnesis que realiza el memorial de la Pasión, Resurrección y Ascensión, de Cristo.
.- Oblación que la Iglesia en especial la reunida aquí, ofrece al Padre, en este memorial, en el Espíritu Santo, la víctima inmaculada y a nosotros mismos.
.- Intercesiones, la celebración incluye a la Iglesia terrena y celeste, con todos sus miembros vivos y difuntos.
.-Doxología final, Expresa la glorificación de Dios, concluye con el Amén.



RITO DE LA COMUNIÓN.
Oración que pide, entre otras cosas, el pan, que implica en primer lugar el Pan Eucarístico, y el cotidiano para todos los hombres de la tierra. Se reza comunitariamente, y el sacerdote solo,  añade el embolismo, el amén se dice por todos al final de este.
RITO DE LA PAZ.
En el que al dar la mano a los que tenemos cerca, expresamos nuestro deseo de paz y unidad para toda la familia humana

FRACCIÓN DEL PAN.
Es sacerdote parte el Pan eucarístico,  Se reza o canta el Cordero de Dios. Cristo en la última cena, partió el pan, este gesto se imita, significando que siendo muchos, comulgamos de un solo Pan de vida, que es Cristo resucitado. Se reza o canta el Cordero de Dios…..

RITO DE LA COMUIÓN.
Convite pascual en el que Cristo se nos ofrece Él mismo como alimento espiritual, la Gracia Santificante se nos otorga en forma super-abundante, conviene, según mandato del Señor, que su Cuerpo y su Sangre, sean recibidos por los fieles que estén en Estado de Gracia. Solo deben comulgar los que estén en Estado de Gracia.
Oración del Padre Nuestro, se pide principalmente el Pan Eucarístico, y evoca también el pan material de toda la humanidad.
Pedimos que venga el Reino de Dios,  por la purificación de nuestros pecados, no se dice amén sino después del embolismo que añade el Sacerdote.

COMUNIÓN.
El significado de la fracción del Pan Eucarístico es del sufrimiento de Cristo al ser lastimadas sus carnes nobilísimas. A continuación se reza o canta el CORDERO DE DIOS QUE QUITA EL PECADO DEL MUNDO, el sacerdote muestra para su adoración el Cuerpo de Cristo, invitándonos al banquete de Cristo---este es el Cordero de Dios que quita los pecados del mundo----- a lo que contestamos con mención evangélica del centurión---Señor yo no soy digno de que entres en mi casa……
Comulga el sacerdote, y se da la comunión a los fieles. Es momento de recogimiento, y agradecimiento al Señor. El sacerdote pronuncia la oración de después de la Comunión, pidiendo que se obtengan los frutos del misterio celebrado. Se dan gracias por la Gracia Santificante recibida por el Sacramento. Se trata de la Comunión de los Santos, que por virtud de la presencia real y verdadera de Cristo en la Comunión nos une al Magisterio, incluido el Santo Padre, a todos los clérigos y a los seglares que lo hayan realizado. Siendo además inhabitación trinitaria en cada uno de nosotros. No debemos de perder la capacidad de asombro ante la magnitud del Sacramento, y meditar en esta profundamente.
RITO DE CONCLUSIÓN.
Consta de los avisos, si los hay. El sacerdote extendiendo las manos a los fieles dice, “el Señor esté con ustedes”, a lo que contestamos: y con tu espíritu, y nos da la Bendición, después nos despide, para que vayamos a realizar nuestras honestas actividades.
Compiló parroquia de Nuestra Señora de la Misericordia. Cuernavaca, Mor.

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