martes, 20 de junio de 2023

AMOR DE DIOS

  ENTRADA   135   AMOR DE DIOS.

 

Se afirma y con toda razón que no hay amor mayor a aquel que da su vida por el ser amado, Dios Trino y Uno,  nos da la vida de la Segunda Persona de la Santísima Trinidad y a su vez esta Segunda Persona la ofrece por amor a nosotros, y no de una manera normal, sino que la ofrece con inimaginables dolores físicos y agonías anímicas,  sin perder su divinidad se hace hombre, y ese hombre está destinado a dar hasta la última gota de su sangre, en dolorosísima pasión, por el amor que nos tiene a cada uno de los seres humanos. Y ¿la razón para esto? pues porque la humanidad entera tenía una deuda pendiente, un perdón que recibir, pues la ofensa de nuestros primeros padres, se midió no por el ofensor, sino por el ofendido, y solo un Dios podía cancelarla. Así se da otro acto perfectísimo de amor; el padre que entrega a su hijo para que se convierta en la víctima DEL MAS VALIOSO SACRIFICIO a que pueda haber lugar, y mediante este que se cancele la deuda,  cumple así la promesa hecha a nuestros primeros padres de que nos enviaría un Salvador.

 

 Pero estos actos de amor que recibimos los humanos van aún mucho más allá de lo imaginable instituye su Iglesia y esta como nuestra guía y maestra con misiones apostólicas incomparables, dedicadas a toda la humanidad, dentro de esta que es el Cuerpo Místico del propio Jesucristo encontramos los siete Sacramentos que nos proporcionan la gracia santificante. Y va  más allá, no se concreta a rescindir la deuda sino que nos proporciona con su Sacrificio  los obsequios más preciados que se pueden efectuar, el Cristo, el Redentor, el hijo de Dios, por instrucciones de su Padre, nos deja una doctrina de salvación, una Iglesia que nos la enseña, y continuará enseñando hasta el fin de los tiempos, nos lucra también la filiación divina, nada se puede comparar en riqueza espiritual que esto último, pues se trata de la voluntad del Padre, la realización del Hijo y la acción del Espíritu Santo.   En especial el Sacramento Eucarístico que nos invita a participar de la Comunión de los Santos. Cuya recepción nos llena de gracia santificante, gracia que salva. Mateo, 26-26. Lucas 22, 14-20. A Jesús lo encontramos al estar dos o más reunidos en su nombre, mateo, 18 – 20, también nos ha dejado dicho que está presente en los pobres,  los enfermos, los presos Mateo 25, 31-46, pero su presencia en la Eucaristía es la más completa.   En su sentido más profundo, nos hace hijos adoptivos de Dios Padre, al unirnos en esa intimidad incomparable con su hijo, por supuesto que median dos aspectos de suma importancia en todo ello, el milagro de la Transubstanciación y el hecho de la recepción eucarística, por los fieles,  en las condiciones de gracia debidas.

No dejemos nunca de agradecer a Dios  trino y uno esta enorme oportunidad salvífica, y con el auxilio perene de la Virgen, nuestra Madre del Cielo, recibámoslo con todo nuestro amor


Jorge Casas y Sánchez

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