viernes, 14 de abril de 2023

EL REINO DE DIOS EN LA TIERRA

 ENTRADA    127   EL REINO DE DIOS, AQUÍ EN LA TIERRA.

Lo que el pueblo judío que Dios había escogido para los sucesos que estamos por mencionar esperaba en cuanto al Mesías que debía de venir, EN SU INTERPRETACIÓN de las Escrituras y la Tradición, a un poderoso personaje que fuera un gran rey, gran legislador de lo político, que formara un poderoso ejército, que se sacudiera el sometimiento a los romanos que padecían y que hiciera de su pueblo una nación reconocida, fuerte, autónoma en el concierto internacional.

La realidad de la DECISIÓN DIVINA es muy diferente, el plan de Dios es el acontecimiento más grande que este planeta en su conjunto nunca hubiera podido imaginar, y su realización no necesitaba de ejércitos poderosos, personajes de talla política internacional, legislaciones sorprendentes, ni cosa parecida. La Decisión Divina fue el envío de su Hijo, la Segunda Persona de la Santísima Trinidad, EL LOGOS, que vino de la manera más humilde, y armado tan solo de su palabra a ese pueblo pobre, inculto de pastores y agricultores al que el propio Dios había guiado y concedido tierras prometidas de antemano a sus generaciones anteriores, y a quienes había ayudado a poseerlas, venciendo a sus previos ocupantes.

El REINO QUE ETABLECE  El CREADOR, es milenario y no fenecerá sino hasta el fin de los tiempos, los más poderosos imperios y sobresalientes naciones son conquistadas  con la sola palabra, gozarán de sus enseñanzas novedosas, sus valores humanos que se harán tradicionales, contarán con una moral nueva cuya aceptación se generaliza, abarcará con el tiempo todos los rincones de la tierra. Ningún otro período de la historia humana tendrá sus dimensiones, ante estas palidecen la Grecia Clásica, el Imperio Greco-Romano, el Siglo de las Luces, el Renacimiento, etc. es el período de la mayor belleza, la salida de las tinieblas a la esplendorosa luz de la verdad y del valor del hombre, criatura ahora considerada su hechura a imagen y semejanza de la DIVINIDAD CREADORA.

Se vuelca sobre la humanidad un motivo nuevo, grandioso, la  vida humana tiene un valor, un sentido una finalidad de la mayor importancia posible, una Vida perdurable eterna que es continuación de la vida terrenal. El único Dios, el verdadero, el Creador, el que nos ama desde la eternidad ya no solo es conocido por el cerrado pueblo escogido, ahora los escogidos son todos los seres humanos, los que fueron, los que son y los que serán. El anuncio primero surgirá de un personaje que predica en el desierto y bautiza a los que se arrepienten de sus pecados, su amplia prédica se concentra en una frase, misteriosa y enorme: “ESTE ES EL CORDERO DE DIOS, EL QUE QUITA LOS PECADOS DEL MUNDO”.

En efecto a quien anuncia es a Dios encarnado, que será víctima, como el cordero lo era en los sacrificios de la época. Y quien escogerá a doce hombres a los que hará sus apóstoles, hombres con defectos, sin conocimientos de élite, en su mayoría pescadores rudos, pero once de ellos con fe en Él, le siguen, son formados personalmente por Él mismo, y lo verdaderamente fantástico es que sus actos moverán al mundo, una vez que su Maestro ha sido muerto por la ley romana a instancias de jerarcas judíos, ha resucitado para no morir jamás, y su ESPÍRITU PARÁCLITO CELESTIAL los acompañará en el resto de sus vidas apostólicas, y a la Iglesia que les deja fundada Jesucristo, la que permanecerá al cuidado de su ESPÍRITU SANTO hasta el fin de los tiempos.

Es así como la esperanza del pueblo judío que buscaba  la independencia de Palestina, solo en una parte de su pueblo lo entendió, y creyó que el Reino de Dios, estaba para siempre en esta tierra. Los arrogantes jerarcas de ese pueblo están en el basurero de la historia, mientras los humildes que si creyeron supieron buscar su eterna salvación en el Reino Perdurable, que contempla como pasan los imperios, terrenales para no sobrevivir. Sus promesas consisten en predicar la verdad, el perdón, el servicio a los demás, la justicia, la misericordia, el amor, la paz, y la más grande de todas LA GRACIA DE DIOS. Este reino REINA EN NUESTRAS ALMAS, cuando consideramos que Él es el camino, la verdad y la vida, cuando amamos a nuestro prójimo, y somos misericordiosos con los demás como Cristo lo es con nosotros.

Jordi Casas.

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