jueves, 10 de febrero de 2011


ATAQUES SIN RAZÓN A LA IGLESIA CATÓLICA.
Se de antemano que algunos me atacarán por lo que voy a decir, se dirá que si se trata de doble moral, porque se cae en contradicciones y que se predica la humildad como virtud y no se vive realmente, pero estoy convencido de que lo que voy a comentar hoy es verdadero y está fundamentado en una realidad visible, fáctica, para todos. Desde luego que no se deben hacer generalizaciones y menos cuando se trata de personas humanas, esto porque no hay grupos homogéneos, sean de políticos, de religiosos, de intelectuales, de militares, o de cualquier grupo social, y yo voy a procurar no hacerlas. Pero no podemos dejar de ver que existe la intolerancia,  el ataque, la injuria, la discriminación en contra de todo lo que se relacione con el catolicismo, ya sea su Iglesia, la Doctrina Cristiana, o los propios observantes. A esto podemos añadir la indiferencia que incluso dentro de nuestras propias familias sufrimos los creyentes.
En la mayoría de las ocasiones estos ataques provienen de personas o mal informadas o desinformadas totalmente, ignorantes, fracasados espiritualmente, ya sean de otras religiones o sin religión alguna, esta es una de las razones por la que la Iglesia es apostólica, en su afán de sacar de la obscuridad, de la ignorancia a los otros, darles la oportunidad de ver la verdadera luz interior, de conocer a Cristo. Y este es el meollo del asunto, pero veamos que es lo que Cristo enseña, en unos cuantos brochazos, estoy consiente de que  la sabiduría del catolicismo es muy amplio,  implica conocimientos profundos, y es muy poco lo que en unas cuantas pinceladas se puede decir.
Empecemos con lo que nos deja Jesucristo como mandamiento nuevo, propio de la Nueva Alianza, EL AMOR DE UNOS A LOS OTROS. Bien vistas las cosas la humanidad es una sola familia, si bien hemos inventado las fronteras, los idiomas diferentes, las costumbres propias de las regiones,  y un sinfín de cuestiones que nos diferencian al grado de enemistarnos, de atacarnos y de derramar sangre humana. Todo por que no hemos practicado el amor entre nosotros. Somos también contendientes en el comercio, interno, externo y global y lo llevamos a niveles también de derramamiento de sangre. Ahora estamos viviendo un tiempo en México en que se derrama mucha sangre de jóvenes ignorantes que por esa razón han caído como víctimas de: en primer término de la manipulación de que han sido objeto para pertenecer a cierto cártel, y en segundo por la “defensa” de un territorio que otro cártel reclama como exclusivo. Vemos en esto una gran ausencia de amor humano, no solo por la lucha horizontal entre cárteles, sino el aspecto de lesionar la salud social por la oferta de estupefacientes, con todo el perjuicio que acarrea a la víctima del consumo, que víctima es. Nuevamente vemos que esto no ocurriría si se practicara el amor humano entre nosotros.
Aparte del amor ¿que mas predican Cristo y su Iglesia?, pues la estabilidad familiar, el matrimonio como un vínculo indisoluble, la educación de los hijos en lo espiritual y en lo material.  La ayuda a los menesterosos, el procurar la salud a los enfermos, la honrradez, el respeto al conyuge de otra persona, y muchos aspectos positivos mas. ¿y por eso somos odiados?. Bien vistas las cosas si hoy se quisiera definir un PARADIGMA del hombre, que tuviera las capacidades para lograr las soluciones que el mundo tiene, tendría que ser, y por no generalizar lo digo así, UN BUEN CRISTIANO.
Jorge Casas y Sánchez.

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