- EL GRAN VALOR DE LA ORACIÓN CRISTIANA.
Empecemos con dos frases
estupendas de dos ingleses católicos de fama mundial por ser verdaderos
talentos:
“NO HAY MEJOR FORMA DE USAR
NUESTRO TIEMPO QUE HACIENDO ORACIÓN”, Shakespeare.
“EL HOMBRE ES MAS GRANDE CUANDO
ESTÁ DE RODILLAS”, Chesterton.
Lo primero que hay que decir de
la oración a Dios es que es darle Gloria, y por tanto es un acto espiritual de
amor a Dios, uno de los valores más grandes de la Religión Católica, junto con el amor al prójimo, el
arrepentimiento de nuestros pecados y el propósito de enmienda que por supuesto
son forma de oración.
LA SANTA MISA ES, al participar
con devoción y conocimiento de lo que es el Sacrificio de Nuestro Señor
Jesucristo, que conlleva una serie de oraciones y
podríamos decir que en su conjunto es la mayor oración que podemos realizar, por
supuesto cuando en ella se incorpora la Comunión Eucarística estando en estado
de Gracia. Es de tal valor la Santa Misa
porque en ella al reconocerle a Dios, su supremo dominio realizamos el mayor
acto de adoración, (acto Letráutico). Le
ofrecemos acción de gracias por los
beneficios recibidos, (acto
Eucarístico). Le pedimos en ella, ofreciéndola a Dios Padre, por los
méritos de su Hijo Jesucristo, para
obtener nuevos beneficios, (acto
Impetratorio o Deprecatorio). Es nuestra intención expiar y
pedir, para obtener, perdón de nuestros pecados y remisión de la pena por ellos
debida, (acto propiciatorio) Y participamos en la Comunión de los
Santos, que por virtud de la presencia real y verdadera de Jesucristo en las
especies consagradas nos hermana a toda la cristiandad que comulga, laicos,
personas consagradas, sacerdotes consagrados, obispos, cardenales incluido el
Santo Padre, es la “Comunión de los Santos” que nos menciona el Credo de los
Apóstoles.
Otras formas de oración nos son accesibles, las
tres más caracterizadas para con Dios, son: de agradecimiento, por todo lo que
nos concede, empezando con el don de la Fe. De petición, donde pedimos algo, o
de contemplación en la que le adoramos, el hablar con Dios, platicarle nuestras
cuitas, necesidades, intenciones, planes,
y el solicitar su ayuda, ya que solos no somos capaces de nada, pero con
su ayuda podemos remontarnos mucho. La oración contemplativa, o con intenciones
varias, que donde mejor podemos llevarlas
a cabo es en los Sagrarios o frente al Santísimo expuesto, pero también en toda
circunstancia de nuestro existir, muy aconsejable es el recluirse en la
recámara o el oratorio, para evitar las
distracciones y mejorar la concentración, como nos lo aconseja San Josemaría.
Hay otras Personas Sagradas a las
que orar, aparte de las tres Personas de la Unidad Santísima de la Trinidad,
son: en primerísimo lugar La Santísima Virgen, quien es nuestra omnipotencia
intercesora, y mediadora de todas las gracias, nuestra madre del cielo, podemos
y debemos orar también a los ángeles de nuestra guardia a los arcángeles, a los
ángeles y a los santos, a los beatos, a otras personas humanas que consideremos
que se han salvado, pidiendo a Dios que permita que escuchen nuestra oración, siendo
todos los anteriores intercesores ante
Dios Padre. San Josemaría, en su predicación maravillosa nos decía que de la
mano de Pedro con la Virgen, por Jesucristo, al Padre, como el mejor camino.
Son infinidad los motivos de
oración, adicionales a los mencionados en los
párrafos anteriores, solo doy unos ejemplos importantes, en la
inteligencia de que deben de estar en concordia con las normas divinas:
Al iniciar la Santa Misa. O su
preparación remota.
Dar gracias al término de la
Santa Misa. Y prolongarla hasta la preparación remota de la siguiente.
Por el Santo Padre, su persona y
sus intenciones.
Por el aumento de nuestra fe.
Por la fortaleza que necesitamos
para resistir el mal y acometer el bien.
Por la paz del mundo.
Al iniciar la jornada, y al
terminarla.
Al pedir por la salud, ajena y
propia.
Por la solución de los grandes
problemas de la humanidad, como la pobreza extrema. Y las guerras.
Por las catástrofes naturales y
pandemias que producen víctimas
sufrientes y mortales.
Por los bienes espirituales y
materiales de nuestros seres queridos.
Por nuestras propias carencias
espirituales y materiales.
Que la Santísima Virgen nos
acompañe a lo largo de nuestra existencia, que le tengamos una gran devoción y
amor y que inspire nuestras acciones. AMEN:
Jorge Casas y Sánchez.
Versículos clave acerca del tema de la oración:
Hch. 1:14 “Todos
éstos perseveraban unánimes en oración y ruego, con las mujeres, y con María la
madre de Jesús, y con sus hermanos.” –
Hch. 6:4 “Y nosotros persistiremos en la oración y en el
ministerio de la palabra.” –
Ro. 12:12 “gozosos en la esperanza; sufridos en la
tribulación; constantes en la oración” –
2 Co. 9:14 “asimismo en la oración de ellos por vosotros, a
quienes aman a causa de la superabundante gracia de Dios en vosotros.” –
Ef. 6:18 “orando en todo tiempo con toda
oración y súplica en el Espíritu, y velando en ello con toda perseverancia y
súplica por todos los santos” –
Fil. 4:6 “Por nada
estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en
toda oración y ruego, con acción de gracias.” –
1 Ti. 4:4-6 “Porque
todo lo que Dios creó es bueno, y nada es de desecharse, si se toma con acción
de gracias; porque por la palabra de Dios y por la oración es santificado. Si
esto enseñas a los hermanos, serás buen ministro de Jesucristo, nutrido con las
palabras de la fe y de la buena doctrina que has seguido.”
- Stg 5:13, 15-16 “¿Está alguno entre vosotros afligido?
Haga oración. ¿Está alguno alegre? Cante alabanzas. Y la oración de fe salvará
al enfermo, y el Señor lo levantará; y si hubiere cometido pecados, le serán
perdonados. Confesaos vuestras ofensas unos a otros, y orad unos por otros,
para que seáis sanados. La oración eficaz del justo puede mucho.” –
1 P. 4:7 “Mas el fin
de todas las cosas se acerca; sed, pues, sobrios, y velad en oración.”
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