LA ENORME NECESIDAD DE LA EDUCACIÓN EN MÉXICO. (primera parte).
Como el país más importante de la
Colonia, durante 300 años En muchas ocasiones nos preguntamos cuales son las
causas de los temas que nos perjudican sobremanera como país, aspectos como el
que los feminicidios sean tan altos, que
seamos un país que tiene gobiernos asociados al tráfico de drogas hacia los
EEUU., que nuestros índices de robos
varios: en casas habitación, en transportes públicos y de carga, de
automóviles, etc. sean tan altos, que la irresponsabilidad de los varones
padres de familia sea vergonzosamente abundante, con gran perjuicio para la
mujer y sus vástagos, estas son generalizaciones que, como en todo cuentan con
honrosísimas excepciones, ya que en muchísimos casos y en todos los estratos
sociales se conservan, se viven, los valores cristianos, en una mayoría, si
bien inferior a la que se tuvo de casi el 100% en tiempos anteriores al actual.
Pero en general somos, al compararnos con otros países, un país atrasado y muy
dependiente de lo que nos viene de fuera.
Ej. Remesas de trabajadores en el vecino país del norte, la muy urgente
necesidad de la inversión extranjera, la ausencia de investigación tecnológica
propia de últimas generaciones (“state of the art”), que nos tiene que llegar
de otros. La necesidad de exportar mano de obra para la agricultura
norteamericana, la fuga de cerebros mexicanos, que se han formado aquí y fuera.
La ausencia de cultura general en grupos mayoritarios de nuestra población,
desde el analfabetismo duro y puro hasta la ignorancia supina en materias de
necesidad para el trabajo, y no digamos para la política y su enorme caparazón
de empleomanía. Contamos con muchas
industrias, que generan las grandes utilidades fuera de nuestro país,
pues aquí solo invierten en nuestra mano de obra y pocos productos asociados, y
los precios con recargo (Mark Up) pertenecen a sistemas de ventas hechas fuera
de aquí, las maquilas, en el exterior
donde generan más impuestos.
En fin que para nosotros, que del
1521 al 1810, durante 238 años, fuimos el México de la Nueva España, en este
continente los más cultos, adelantados, industriosos, exportadores e
importadores de las américas, pero tan solo 38 años después de nuestra
independencia, ya tuvimos que vender el 55% de nuestro territorio, “más de la mitad del país”, ante la imposibilidad de
gobernarnos debidamente. Todo el enorme
y fructífero trabajo de la cristianización y desarrollo integral empezó a dejar
de ser lo fructífero de su reciente pasado, nuestro declive había comenzado e
iba empeorando, alcanzando su cumbre de sub-desarrollo en la época de Plutarco
Elías Calles, que habiendo prometido respetar la Constitución del 17 se ensañó
en la persecución religiosa, quitándole las oportunidades de educación con las
que colaboraba muy fructíferamente en su capacidad, y para mayor colmo de la
traición a la patria y estulticia malévola, bajó a menos de la mitad los presupuestos de
educación pública. Considerando en su torva mentalidad que la Constitución del
1917 en su artículo 130, secularista, anticristiano consideró la torcida idea
de que la Iglesia Católica por ser muy rica presentaba un problema que se
podría convertir en enemigo político.
La realidad es que la Iglesia
colaboraba en la educación de los mexicanos, pues enseñaba artes y oficios,
educaba en valores morales, tan
indispensables en todo sistema de desarrollo humanista. Y por supuesto hacía
muchísimo apostolado entre estudiantes, investigadores, profesores, etc. esto
llenaba, a pesar de sus bondadosos resultados muy formativos del carácter y criterios,
en forma generalizada a personas honestas, trabajadoras y altamente
productivas. Siempre ha sido sino del cristianismo lo que menciono, la Iglesia
es apostólica, y lo aplica en la educación formativa del humanismo de la más
alta calidad y rango, en esta materia nada se le puede comparar, no se trata de
adiestramientos o enseñanzas simples o de un sentido puramente materialista,
sino de una educación púbica integral. En México la educación en general sufrió
la pérdida mayor de su historia, la cual hubiera sido mucho peor si no fuera
por LA CRISTIADA, O GUERRA DE LOS
CRISTEROS desde 1926 al 29, que parcialmente detuvo los desmanes, asesinatos,
robos, expropiaciones injustas, abusos de toda clase, enfocados en contra dela
Iglesia, aparte de los que se hicieron en contra de los inversionistas del
extranjero, sembrando odios y malas interpretaciones de la realidad en la
ciudadanía inculta, que era la gran mayoría. Todo por el gobierno de Calles y
sus secuaces.
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