DOCTRINA NECESARIA Y CONVENIENTE.
La falta de
Doctrina en nuestros tiempos.
Estos tiempos actuales sin duda son seductores,
tienen gran capacidad de atracción, son claro, equivocados en muchos aspectos,
corren desaforadamente en busca de
sucedáneos de la felicidad, desprecian valores, algunas verdaderas tradiciones y cultura
anteriores a su tiempo, y escuchan a los nuevos “profetas” aquellos que prometen
un corto atajo hacia la comodidad, lo fácil, lo útil, pero que está desprovisto
de la verdadera calidad, la clase, la auténtica dignidad humana. Que carece de
valores humanos auténticos y ofrece contravalores falsos. Lo que es en realidad
necesario y es lo que a la humanidad conviene, está contenido en la doctrina de
Jesucristo y la interpretación que desde que la pronunció y a través de los
tiempos, incluso los actuales y futuros, el Magisterio de la Iglesia viene realizando
con la ayuda imprescindible del Espíritu Santo. En Juan-14, 15-31 está la
promesa de Jesucristo a los Apóstoles, que entre otras cosas nos dice: “….Y yo
le pediré a Dios el Padre que les envíe al Espíritu Santo, para que SIEMPRE los ayude y SIEMPRE
esté con ustedes. Él les enseñará la verdad”.
Es preciso que no
caigamos en las huestes que se realizan por las malas influencias, sino que
conservemos, renovemos, los grandes valores cristianos que tan heroicos
ejemplos nos han dejado nuestros antepasados. Es difícil a veces nadar contra
la corriente principal, pero recordemos que hay contracorrientes que nos ayudan
a no dejarnos llevar a estos estados marginados de la buena doctrina, ¿tenemos
que luchar?, sí, y sin olvidar que el premio es muy grande y eterno.
Es una verdadera
pena que nos debe causar inconformidad, el que la doctrina cristiana que tienen
los jóvenes de hoy día sea tan deficiente, lo que debe ser motivo y oportunidad
de buscar y aprovechar la circunstancia de tener a los jóvenes y críos, sean
hijos o sean alumnos del o la catequista, frente a nosotros, dispuestos a
escucharnos sobre algo que les interesa sobremanera, y para lo que están en
esos momentos de sus vidas muy sensibilizados,
debido al interés natural que el ser humano tiene por saber de la
divinidad. Y para nosotros es ocasión catequética única para aprovecharla
apostólicamente, poniendo sobre la mesa temas de doctrina llamémosles paralelos
a lo que es, en sí, su vida, pues de poco servirían charlas que se ciñeran
en forma exclusiva a lo que ofrece el mundo, es, conveniente ponerlo en el contexto de lo
que debe ser un buen cristiano.
Comunicación
Personalizada.
Escogí, como
recomendación el método de tener con ellos charlas amistosas, pláticas
en forma personal y exclusiva, como
a la medida de cada uno, y confeccionándolas sobre la marcha, nunca será
superado lo más fresco, espontaneo de
una sola persona, escuchando y preguntando sobre sus dudas. Lo vital por su
importancia es que medie la confianza amistosa, sin corset, sino con
tranquilidad, mesura y livianamente, los dos solos, con el objeto de dar
Doctrina Católica, a la altura del oyente, dando preferencia a los temas que
los jóvenes prefieren, además de los temas obligados de la doctrina básica, lo
que por ser una comunicación que se establece en forma tan cercana y personal,
nos permite introducir los temas adecuados en cada caso y con la
intencionalidad que a cada persona va correspondiendo sobre la marcha. Así se
pueden tratar los temas que más urgentes son para cada quién, por ejemplo el de
no faltar a la Santa Misa los Domingos y fiestas de guardar, o el de acercarse
más al Sacramento de la Confesión, y por supuesto en la insistencia de comulgar
solo estando en Gracia de Dios, es sorprendente la frecuencia, por desgracia,
que en tantas ocasiones haya desconocimientos muy lamentables en estos temas
que son básicos de todo buen católico. Muy conveniente e indispensable lo es en
las charlas pre-sacramentales, su necesidad es básica, pues sin una base doctrinal no van
a poder entender el valor sacramental. Que toma más tiempo, sí, por supuesto, pero
no hay tiempo de mayor riqueza espiritual que ese.
Este método permite una comunicación mucho más
íntima, una adecuación del lenguaje a la cultura del joven o crio, la
oportunidad de que hagan más preguntas, el que las citas se hagan a
conveniencia, en cuanto a día lugar y hora, el lugar más adecuado es variable,
puede ser un café o una heladería, en una banca del parque, incluso el auto, estacionándose en lugar atractivo y apropiado,
o en la casa por supuesto, si se presta como lugar adecuado, sin interrupciones,
en el templo es muy aconsejable pues el estar tan cerca de la Casa de Dios
dignifica cualquier actividad, las horas más adecuadas son las que las
actividades de ambos sean adecuadas, así como la frecuencia. Y los días los
decidimos de acuerdo a necesidades específicas de cada uno procurando no ser
impositivo, incluyendo los domingos, para personas con horarios conflictivos debemos ser pacientes y buscar
las mejores oportunidades.
Por supuesto que, y
esto es lo más importante, toda charla previamente se tiene que ofrecer a
Nuestra Señora la Virgen Santísima, para que interceda con su Hijo y pida al
Espíritu Santo que no solo ponga en nuestros labios las palabras adecuadas,
sino que abra las almas de los que nos van a escuchar y para que nos inspire lo
más adecuado de cada caso, en cada entrevista, para que el Señor obre en ellos
y nosotros. Nunca está de más que recurramos a
nuestro Ángel Guardián para que se ocupe de los Ángeles Guardianes de la
persona con la que tendremos la charla. Y no
podemos descuidar la preparación de la plática, esto es de vital
importancia didáctica. Nunca hay dos charlas iguales, por supuesto que el
fundamento doctrinal es siempre el mismo, la Doctrina de Jesucristo, y el amor
a Él, como nos la enseña la Santa Madre
Iglesia, no por el hecho de que se da múltiples veces el tema tal, se trata de
una repetición idéntica, por supuesto que hay multitud de conceptos doctrinales
que se tratan siempre, pues no nos podemos desviar ni un ápice de la Doctrina
de Cristo y las enseñanzas del Magisterio, pero recordemos que cada ser es irrepetible,
y cada persona también, así como todos somos exclusivos e irrepetibles cada uno
necesita, requiere, de una forma de comunicación adecuada a su particular talante.
Ojalá que cada hogar tuviera progenitores preparados adecuadamente con ánimo
de formar en casa, con este método personalizado.
Nuestra misión es
la de sembrar, la de poner los medios, la tarea es del Espíritu Santo, El obrará
cuando nosotros hayamos hecho nuestra parte. Nuestra misión es la de poner sobre la mesa la
Doctrina de la Santa Iglesia, y sus valores tradicionales, los argumentos que
tenemos a nuestro alcance, y ponerlos claramente, con amor materno-paterno, o
con el del maestro(a) por sus pupilos, con interés de servir a Nuestro Señor
y esas almas que ha puesto frente a
nosotros, porque a ellos como a nosotros nos quiere santos, y el Sacramento del
Matrimonio es “Camino de Santidad”, como lo es la pedagogía cristiana. Si las
cosas se dan como es de esperarse, los beneficiados serán los propios progenitores
y su prole, y en su caso los alumnos del catequista, y este(a) mismo al lograr
por medio de su propio convencimiento primero, para poder dar lo que ya se
tiene, la adquisición de la doctrina propia, presidida por nuestro amor
trinitario y el amor a la Iglesia y los Sacramentos, que nos permita a nosotros
al cumplir con nuestra santa obligación apostólica. No olvidemos acudir al
empezar a preparar la charla recurrir al Espíritu Santo y a María Santísima, pidiendo la divina inspiración.
JCS.
ENTRADA 97.- DOCTRINA NECESARIA Y CONVENIENTE.
La falta de
Doctrina en nuestros tiempos.
Estos tiempos actuales sin duda son seductores,
tienen gran capacidad de atracción, son claro, equivocados en muchos aspectos,
corren desaforadamente en busca de
sucedáneos de la felicidad, desprecian valores, algunas verdaderas tradiciones y cultura
anteriores a su tiempo, y escuchan a los nuevos “profetas” aquellos que prometen
un corto atajo hacia la comodidad, lo fácil, lo útil, pero que está desprovisto
de la verdadera calidad, la clase, la auténtica dignidad humana. Que carece de
valores humanos auténticos y ofrece contravalores falsos. Lo que es en realidad
necesario y es lo que a la humanidad conviene, está contenido en la doctrina de
Jesucristo y la interpretación que desde que la pronunció y a través de los
tiempos, incluso los actuales y futuros, el Magisterio de la Iglesia viene realizando
con la ayuda imprescindible del Espíritu Santo. En Juan-14, 15-31 está la
promesa de Jesucristo a los Apóstoles, que entre otras cosas nos dice: “….Y yo
le pediré a Dios el Padre que les envíe al Espíritu Santo, para que SIEMPRE los ayude y SIEMPRE
esté con ustedes. Él les enseñará la verdad”.
Es preciso que no
caigamos en las huestes que se realizan por las malas influencias, sino que
conservemos, renovemos, los grandes valores cristianos que tan heroicos
ejemplos nos han dejado nuestros antepasados. Es difícil a veces nadar contra
la corriente principal, pero recordemos que hay contracorrientes que nos ayudan
a no dejarnos llevar a estos estados marginados de la buena doctrina, ¿tenemos
que luchar?, sí, y sin olvidar que el premio es muy grande y eterno.
Es una verdadera
pena que nos debe causar inconformidad, el que la doctrina cristiana que tienen
los jóvenes de hoy día sea tan deficiente, lo que debe ser motivo y oportunidad
de buscar y aprovechar la circunstancia de tener a los jóvenes y críos, sean
hijos o sean alumnos del o la catequista, frente a nosotros, dispuestos a
escucharnos sobre algo que les interesa sobremanera, y para lo que están en
esos momentos de sus vidas muy sensibilizados,
debido al interés natural que el ser humano tiene por saber de la
divinidad. Y para nosotros es ocasión catequética única para aprovecharla
apostólicamente, poniendo sobre la mesa temas de doctrina llamémosles paralelos
a lo que es, en sí, su vida, pues de poco servirían charlas que se ciñeran
en forma exclusiva a lo que ofrece el mundo, es, conveniente ponerlo en el contexto de lo
que debe ser un buen cristiano.
Comunicación
Personalizada.
Escogí, como
recomendación el método de tener con ellos charlas amistosas, pláticas
en forma personal y exclusiva, como
a la medida de cada uno, y confeccionándolas sobre la marcha, nunca será
superado lo más fresco, espontaneo de
una sola persona, escuchando y preguntando sobre sus dudas. Lo vital por su
importancia es que medie la confianza amistosa, sin corset, sino con
tranquilidad, mesura y livianamente, los dos solos, con el objeto de dar
Doctrina Católica, a la altura del oyente, dando preferencia a los temas que
los jóvenes prefieren, además de los temas obligados de la doctrina básica, lo
que por ser una comunicación que se establece en forma tan cercana y personal,
nos permite introducir los temas adecuados en cada caso y con la
intencionalidad que a cada persona va correspondiendo sobre la marcha. Así se
pueden tratar los temas que más urgentes son para cada quién, por ejemplo el de
no faltar a la Santa Misa los Domingos y fiestas de guardar, o el de acercarse
más al Sacramento de la Confesión, y por supuesto en la insistencia de comulgar
solo estando en Gracia de Dios, es sorprendente la frecuencia, por desgracia,
que en tantas ocasiones haya desconocimientos muy lamentables en estos temas
que son básicos de todo buen católico. Muy conveniente e indispensable lo es en
las charlas pre-sacramentales, su necesidad es básica, pues sin una base doctrinal no van
a poder entender el valor sacramental. Que toma más tiempo, sí, por supuesto, pero
no hay tiempo de mayor riqueza espiritual que ese.
Este método permite una comunicación mucho más
íntima, una adecuación del lenguaje a la cultura del joven o crio, la
oportunidad de que hagan más preguntas, el que las citas se hagan a
conveniencia, en cuanto a día lugar y hora, el lugar más adecuado es variable,
puede ser un café o una heladería, en una banca del parque, incluso el auto, estacionándose en lugar atractivo y apropiado,
o en la casa por supuesto, si se presta como lugar adecuado, sin interrupciones,
en el templo es muy aconsejable pues el estar tan cerca de la Casa de Dios
dignifica cualquier actividad, las horas más adecuadas son las que las
actividades de ambos sean adecuadas, así como la frecuencia. Y los días los
decidimos de acuerdo a necesidades específicas de cada uno procurando no ser
impositivo, incluyendo los domingos, para personas con horarios conflictivos debemos ser pacientes y buscar
las mejores oportunidades.
Por supuesto que, y
esto es lo más importante, toda charla previamente se tiene que ofrecer a
Nuestra Señora la Virgen Santísima, para que interceda con su Hijo y pida al
Espíritu Santo que no solo ponga en nuestros labios las palabras adecuadas,
sino que abra las almas de los que nos van a escuchar y para que nos inspire lo
más adecuado de cada caso, en cada entrevista, para que el Señor obre en ellos
y nosotros. Nunca está de más que recurramos a
nuestro Ángel Guardián para que se ocupe de los Ángeles Guardianes de la
persona con la que tendremos la charla. Y no
podemos descuidar la preparación de la plática, esto es de vital
importancia didáctica. Nunca hay dos charlas iguales, por supuesto que el
fundamento doctrinal es siempre el mismo, la Doctrina de Jesucristo, y el amor
a Él, como nos la enseña la Santa Madre
Iglesia, no por el hecho de que se da múltiples veces el tema tal, se trata de
una repetición idéntica, por supuesto que hay multitud de conceptos doctrinales
que se tratan siempre, pues no nos podemos desviar ni un ápice de la Doctrina
de Cristo y las enseñanzas del Magisterio, pero recordemos que cada ser es irrepetible,
y cada persona también, así como todos somos exclusivos e irrepetibles cada uno
necesita, requiere, de una forma de comunicación adecuada a su particular talante.
Ojalá que cada hogar tuviera progenitores preparados adecuadamente con ánimo
de formar en casa, con este método personalizado.
Nuestra misión es
la de sembrar, la de poner los medios, la tarea es del Espíritu Santo, El obrará
cuando nosotros hayamos hecho nuestra parte. Nuestra misión es la de poner sobre la mesa la
Doctrina de la Santa Iglesia, y sus valores tradicionales, los argumentos que
tenemos a nuestro alcance, y ponerlos claramente, con amor materno-paterno, o
con el del maestro(a) por sus pupilos, con interés de servir a Nuestro Señor
y esas almas que ha puesto frente a
nosotros, porque a ellos como a nosotros nos quiere santos, y el Sacramento del
Matrimonio es “Camino de Santidad”, como lo es la pedagogía cristiana. Si las
cosas se dan como es de esperarse, los beneficiados serán los propios progenitores
y su prole, y en su caso los alumnos del catequista, y este(a) mismo al lograr
por medio de su propio convencimiento primero, para poder dar lo que ya se
tiene, la adquisición de la doctrina propia, presidida por nuestro amor
trinitario y el amor a la Iglesia y los Sacramentos, que nos permita a nosotros
al cumplir con nuestra santa obligación apostólica. No olvidemos acudir al
empezar a preparar la charla recurrir al Espíritu Santo y a María Santísima, pidiendo la divina inspiración.
JCS.
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