MONOPARENTALIDAD.
Permítanme insistir en una
particularidad de las ENTRADAS que semanalmente procuro publicar, como bien
saben se trata de ensayos que preparo para las personas que están interesadas
en mejorar su formación, y que no siguen una línea de texto, por el
contrario, procuro que sean disímbolos
los temas, a forma de que precisamente no se ajusten a una especie de curso,
pues tratándose de ello en cualquier librería se pueden encontrar obras
valiosísimas, que yo nunca podría igualar. Además supongo que por las
necesidades a que los textos obligan, al sacar de ellos todo el provecho
posible, resultan más una obligación que una lectura suelta, que es la que procuro
lograr invitando a la meditación de sus temas. La variedad incluye principalmente
temas catequéticos, doctrinales, familiares, y civiles.
MONOPARENTALIDAD. Nadie puede negar que se ha convertido en un
problema cuyas estadísticas de crecimiento, al día de hoy son alarmantemente
altas, pues esta paternidad o maternidad, ejercida por una sola persona está
aumentando, dentro de la sociedad, por desgracia a gran velocidad, y ¿qué es lo
normal, lo natural, lo querido por el Creador? pues que sea la pareja humana de
una mujer y un hombre que debidamente casados, sean la base del matrimonio de
su descendencia y forjadores de la familia. Ésta es, ha sido y será una regla
de oro en la pedagogía humana, sin embargo dadas estas circunstancias tenemos
que revisar sus implicaciones sociales, nos es obligatorio. Siendo el primer
planteamiento el que la monoparentalidad femenina es mucho mayor que la
masculina, es por lo tanto más un problema para las mujeres que para los
varones, los porcentajes que se manejan son: 90% para las mujeres y 10% para
los hombres.
Que sean los padres y madres los educadores primeros y de mayor excelencia
que puede tener la generación humana, es de extrema importancia. Pero se dan casos en los que la mujer se
embaraza durante el noviazgo y el varón no es capaz de sostener el hogar
necesario y huye de su responsabilidad, lo que desembocará en una madre
soltera, a cargo de toda la responsabilidad, implícita en la manutención y
educación del vástago. Como también pero con muchísima menos frecuencia, se da
el caso de la mujer desnaturalizada que no acepta su responsabilidad de madre y
deja abandonados a cónyuge, o pareja y descendencia. Dicho sea de paso que la
Doctrina de Jesucristo que nos enseña la Iglesia Católica, no está de acuerdo
en la convivencia de las “parejas” que por alguna razón huyen de la naturalidad
y preciosa responsabilidad del matrimonio cristiano.
Asistencia social a la monoparentalidad.
La humanidad se encuentra en búsqueda constante de las soluciones que esta
problemática produce en la calidad de las vidas particulares y del tejido
social, pero nunca se encontrará el sustituto perfecto, la única manera de
lograr todas las potencialidades del desarrollo humano ideal en matera de la
educación y formación de los hijos, se da en el matrimonio católico, (en otras
confesiones religiosas, esto se deja a la Justicia Divina) avenido que se ama
con amor de entrega y que es extensivo a los hijos.
Consideramos que hay muchos casos
que se pueden tipificar, sin dejar de considerar que cada caso es irrepetible y
exclusivo, como son irrepetibles las propias personas en cada ocasión. Los que
podríamos considerar típicos son aquellos en que él o ella tiene derechos de
visita e incluso hay casos en que los fines de semana lo pasan con el cónyuge
separado. Otros casos en que se cumplen las obligaciones económicas que
proporcionan el mantenimiento, educación, salud, (con o sin seguro). Conviene
aquí mencionar que se dan casos en que la dedicación, habilidad, amor ha
permitido logros educativos ejemplares, que no han afectado seriamente a los
vástagos, por ello es muy aconsejable que pidan antes que nada la ayuda de Dios que
necesitan, que recurran a la Santísima Virgen como Omnipotencia Suplicante e
Intercesora Universal nuestra, y que esperen de la sociedad y otros familiares la
ayuda que les es necesaria.
Esta problemática no es
desconocida de los legisladores de los países y aquellos que aún no lo han
hecho deberán encontrar formas de ayuda para los casos de monoparentalidad, en
especial a través de una verdadera calidad en las guarderías infantiles que
cuidan a los pequeños en las horas en que la madre o el padre no esté en
posibilidad de hacerlo, así como en casos en que la ayuda económica se pueda
proporcionar, vía tasas de impuestos reducidas u otro métodos asistenciales.
Son muchos los problemas que se
presentan en la monoparentalidad, y siempre las víctimas principales son los de
la descendencia, que pueden sufrir desajustes psicológicos, aun siendo buena la labor del padre o la madre. Estos
desajustes pueden dejarse sentir en varios rubros, como la dificultad de las
relaciones amistosas con sus compañeros, un rendimiento incompleto en sus
estudios, al ser y sentirse diferente a
la mayoría. Su referencia familiar puede impulsarle a conductas impropias de la
edad, agresividad, tristeza, introspección, apego en demasía o en carencia con
otros familiares cercanos, y muchos problemas más, que sería largo comentar.
El aspecto económico afecta a las
familias monoparentales, al verse el responsable privado de oportunidades de
trabajo al aumentar sus responsabilidades parentales, y disminuir su tiempo
para trabajar en busca de mejores ingresos, lo que se maximiza al ser las
mujeres las que mas padecen la monoparentalidad. Un grave problema es el aumento notable de actividades de trabajo,
al tener que administrar el hogar, con todas las múltiples necesidades que
tiene, además del trabajo fuera de casa para sostenimiento de esta. Lo que
puede pasar factura, con el tiempo en la salud del responsable, con sus
consecuencias. Esta es una de las razones que nos llevan a considerar el que
los vástagos lo tomen en consideración. Otros problemas de la familia
monoparental se pueden dar por la confusión de los menores sobre su punto
referencial, o sea el núcleo familiar al que pertenecen, es indispensable para
la persona humana el saber cuál es el sitio al que pertenece, del que viene y
al que regresa constantemente, donde obtiene el apoyo necesario, el lugar de
identificación social, el núcleo familiar, si bien monoparental.
Si bien se mencionan como los más
graves problemas del núcleo familiar monoparental los económicos, que afectan
trabajo del cónyuge encargado de la prole, en materia de vivienda, educación,
mantenimiento, salud, etc. hay otro que
de alguna manera rompe a la familia monoparental; se trata de un nuevo arreglo
del cónyuge encargado con una nueva persona con la que decide compartir su núcleo
familiar, ya sea con o sin casamiento de por medio, y en ocasiones se trata de
dos núcleos familiares que se convierten en un tercer núcleo nuevo. La verdad
que se trata de temas muy controversiales y de difícil si no imposible solución.
Pidamos a nuestra Señora del Cielo que ayude a todos los que han caído en este
problema, tan grande. JCS.
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