martes, 22 de marzo de 2022

PARA PARTICIPAR MEJOR EN LA SANTA MISA.

 

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 Para participar mejor en la Santa Misa.

PARA PARTICIPAR MEJOR DE LA SANTA MISA. (Conviene utilizarlo en varias celebraciones, hasta obtener mejor participación, o examinarlo previo a la Celebración).

La Santa Misa es el centro, debe ser el centro, de toda la vida cristiana. De la vida propia de cada uno de nosotros, esta es  una realidad, que no es fácil de comprender a primera vista, pero que a través de vivir cada Santa Misa en la que participamos, y ayudados con la profunda meditación de lo que sucede en cada una de las celebraciones de la Santa Misa, sin importar si es celebrada en la austeridad de una alejada ermita, presidida por un humilde sacerdote solitario, o si se lleva a cabo con la participación de un grupo de Cardenales, con el Santo Padre al frente, en la celebración grandiosa de un acontecimiento religioso en la Basílica del Vaticano, o en alguna gran Catedral, acompañada de grandes coros, orquesta sinfónica, y multitud de sacramentales, ropajes y ornamentos litúrgicos, pantallas muy grande, equipos sofisticados de sonido, etc. en su milagrosa realidad es en todas sus celebraciones: la conmemoración incruenta del Sacrificio de Nuestro Señor Jesucristo, es la acción con la que Dios Padre santifica al mundo en Cristo. Culto en el que los hombres adoramos a Dios, Trinidad Santa en su Iglesia y, en todos los casos el de la ermita o el del gran templo, la celebración es de un valor infinito.

 Es, y esto es de gran importancia la más suprema muestra del amor que Jesucristo nos tiene desde la eternidad, cuando por su inconmensurable poder trinitario se ofrece en el Sacramento Eucarístico, que es el milagro que realiza al convertir las especies en su Cuerpo y Sangre, (Transubstanciación) o sea en Él Mismo, con toda su Divinidad su Humanidad, su Alma Humana, su Cuerpo y su Sangre, derramada por nuestros pecados personales de cada uno de nosotros, sin excepción, para quedarse, para estar en nosotros, para abarcarnos con su Gracia Salvífica, en su presencia trinitaria.

Con esto en consideración, veamos lo que es más indicado para nuestra participación:

Conviene, por respeto y muestra de amor a Dios llegar unos minutos antes del comienzo la celebración a modo de participar fervorosamente con nuestra Fe, Esperanza y Caridad, que se alimentarán en la propia celebración. Es de gran ayuda el uso del misal para mejor seguimiento y comprensión de las lecturas. O el haberlas leído y meditado antes de la celebración.

El pueblo es convocado, y el sacerdote preside, actuando en la persona de Cristo y celebrando su Sacrificio Eucarístico. Por lo que Jesucristo está real y verdaderamente presente, de manera sustancial y permanente en las especies consagradas.

La Misa consta de dos partes con sus ritos, tan estrechamente unidos que forman una sola liturgia, son: Liturgia de la Palabra y Liturgia Eucarística.

  RITO INICIAL. (Antífona de entrada). Todos nos santiguamos, el sacerdote nos desea: EL SEÑOR ESTÉ CON USTEDES,  a lo que contestamos, deseándole lo mismo. Tiene lugar el acto penitencial, y el rezo del Yo Pecador, en el que nos reconocemos pecadores y pedimos arrepentidos y con dolor el perdón de nuestras faltas. Se nos perdonan los pecados veniales. (los pecados mortales solo se perdonan con el Sacramento de la Confesión), para obtener el estado de gracia y poder comulgar.

GLORIA, Se reza en  las Misas de precepto y dominicales. Venerable oración a la Santísima Trinidad, con la que concluye el rito inicial. Y nos sentamos.

COLECTA, El sacerdote invita a orar, y todos por un momento tomamos conciencia de estar en la presencia de Dios, el sacerdote dice dicha oración Colecta.

LITURGIA DE LA PALABRA. Las lecturas son lo que Dios nos comunica a través de las Escrituras,   merecen nuestra mejor atención. Se trata de lecturas orantes que con la homilía del sacerdote se comprenden mejor. Empiezan con la oración del sacerdote llamada Plegaria Eucarística, a la que se han añadido las oraciones Colecta y Sobre las Ofrendas.

Por el carácter comunitario de la celebración, los  del pueblo participan en las lecturas y el salmo responsorial.

Antes de  que sean proclamadas,  el Sacerdote  realiza las Oraciones Secretas, y los fieles en voz muy baja pedimos que Dios penetre, con su palabra, nuestro corazón y entendimiento.

El canto es muy importante, y recomendado en las Misas dominicales y de precepto. Es en los Salmos en el Aleluya y en el resto de la liturgia, la expresión del gozo de nuestro espíritu, se alienta a que haya coros en los templos, sin afán de espectáculo, sino con la devoción propia del caso, dando preferencia a la tradición cristiana, sobre la moda en la manera de cantar.

EL EVANGELIO es el culmen de la Liturgia de la Palabra, lo escuchamos con suma veneración, en tanto reconocemos y proclamamos la presencia de Jesucristo, que nos habla. Así mismo veneramos al libro Evangeliario.

 HOMILIA. Es parte de la Liturgia de la Palabra, muy importante y recomendable en tanto necesaria como alimento de la vida cristiana.

PROFESIÓN DE FE (CREDO). Se reza en las Misas dominicales y de precepto, usualmente es proclamado por la feligresía o puede ser contestatario a preguntas del celebrante.

ORACIÓN UNIVERSAL. Es la oración de los fieles, a la que contestamos como acto de fe, se ofrecen fórmulas salvíficas universales.

LITURGIA EUCARÍSTICA. Ofertorio. Se llevan al altar los dones que se convertirán en el Cuerpo y la Sangre de Cristo. El sacerdote dice lo  que son, pide con humildad todo  lo que va  a ofrecer, como en la última cena con  sus apóstoles en que Cristo instituyó el Sacrificio y Banquete Pascual, lo hace representándolo, como lo quiso Él,  y pidió  a sus apóstoles que lo hicieran en conmemoración suya. El sacerdote se  lava las manos, con este rito se expresa su deseo de purificación interior.

Oración sobre las ofrendas, tiene por objeto recomendar a Dios los dones presentes en el altar y pedirle los bendiga y acepte como ofrecidos que son por la Iglesia, por el Papa, el Obispo y todos los fieles.

PREFACIO, Es el inicio de la Oración Eucarística, el sacerdote invita: “levantemos el corazón” y termina con el Santo, Santo, Santo.

PLEGARIA EUCARÍSTICA. Nota: puede tener lugar la procesión de algunos fieles con las ofertas, las que recibe el sacerdote en el presbiterio  y los lleva al altar.

También se pueden incensar los dones.

Es el culmen de toda la celebración, el sacerdote se dirige a Dios Padre, por medio de Jesucristo y el Espíritu Santo, en nombre de toda la comunidad. Debemos escucharla con la mayor devoción.

 El sacerdote con las manos extendidas nos invita a pedirle a Dios Padre, que por mediación de su hijo Jesucristo acepte los dones que se ofrecen por la Iglesia, por el Papa, por el Obispo, los fieles y alguna petición extraordinaria, por la unidad, por la paz, etc.

El sacerdote ofrece y recibe de los fieles (mío y vuestro) sus peticiones. Dar y recibir, no estamos como simples espectadores sino como participantes.

Pide nuestra oración, -“orad hermanos”- contestamos: -“que el Señor reciba de tus manos…”- Nos recuerda que pidamos por los vivos, (memento de vivos).

El sacerdote ora a Dios Padre, pidiendo que convierta las especies (pan y vino) en su cuerpo y en su sangre y pronuncia las palabras del ritual: En la confección mezcla unas gotas de agua al vino, el vino representa a Jesucristo estable y grandioso el agua a los hombres, unidos a Él, en amor.

Cristo tomó en sus manos el pan y el cáliz, dio gracias, lo partió y lo dio a sus discípulos, el sacerdote pronuncia las palabras de Jesucristo en la Ultima Cena con sus apóstoles acorde a las propias palabras que el Señor pronunció.

Es así como se realiza el MILAGRO EUCARÍSTICO que llamamos LA TRANSUBSTANCIACIÓN, el sacerdote eleva primero el Cuerpo,  después el Cáliz con la Sangre  de Nuestro Señor Jesucristo, ADORÁNDOLO ÉL Y PARA QUE NOSOTROS Lo ADOREMOS. TAMBIÉN, a partir de ese momento Jesucristo está real y verdaderamente presente, Cristo vivo, glorioso, sacramentado en el altar, recordamos a nuestros seres queridos que han pasado a la otra vida, rogando a Dios por su salvación, (memento de difuntos).

 En la Plegaria Eucarística se dan gracias a Dios por toda la obra salvífica. Por la fracción del Pan Consagrado, y por la Comunión de los fieles, por muchos que seamos recibimos todos el Cuerpo, y de un solo cáliz la Sangre del Señor, del mismo modo que sus apóstoles lo recibieron de sus propias manos.

Los elementos de que consta esta plegaria son :

.- Acción de gracias, aclamación que culmina con el Santo, Santo…,

.-Epíclesis, que implora la consagración al Espíritu Santo, Narración de la Institución, y Consagración.

.- Anámnesis que realiza el memorial de la Pasión, Resurrección y Ascensión, de Cristo.

.- Oblación que la Iglesia en especial la reunida aquí, ofrece al Padre, en este memorial, en el Espíritu Santo, la víctima inmaculada y a nosotros mismos.

.- Intercesiones, la celebración incluye a la Iglesia terrena y celeste, con todos sus miembros vivos y difuntos.

.-Doxología final, Expresa la glorificación de Dios, concluye con el Amén.

 . Oración que pide, entre otras cosas, el pan, que implica en primer lugar el Pan Eucarístico, y el cotidiano, alimento para todos los hombres de la tierra, especialmente los pobres que carecen de este.

FRACCIÓN DEL PAN. Es sacerdote parte el Pan eucarístico,  Se reza o canta el Cordero de Dios. Cristo en la última cena, partió el pan, este gesto se imita, significando que siendo muchos, comulgamos de un solo Pan de vida, que es Cristo resucitado. Se reza o canta el Cordero de Dios…

 

 RITO DE LA COMUIÓN. . . Oración que pide, entre otras cosas, el pan, que implica en primer lugar el Pan Eucarístico, y también el cotidiano, alimento para todos los hombres de la tierra, especialmente los pobres que carecen de este. Convite pascual en el que Cristo se nos ofrece Él mismo como alimento espiritual, la Gracia Santificante se nos otorga en forma superabundante, conviene, según mandato del Señor, que su Cuerpo y su Sangre, sean recibidos por los fieles que estén en Estado de Gracia. Solo deben comulgar los que estén en Estado de Gracia.  Rezamos o cantamos comunitariamente EL PADRENUESTRO, a cuyo término el sacerdote solo reza la oración complementaria, y solo al final de esta decimos todos: amén.

 El significado de la fracción del Pan Eucarístico es del sufrimiento de Cristo al ser lastimadas sus carnes nobilísimas. A continuación se reza o canta el CORDERO DE DIOS  QUE QUITAS EL PECADO DEL MUNDO, el sacerdote muestra para su adoración el Cuerpo de Cristo, invitándonos al banquete de Cristo---este es el Cordero de Dios que quita los pecados del mundo--- a lo que contestamos con la mención evangélica del centurión---Señor yo no soy digno de que entres en mi casa……(no digna).

Comulga el sacerdote, y se da la comunión a los fieles. Es momento de recogimiento, y agradecimiento al Señor. El sacerdote pronuncia la oración de después de la Comunión, pidiendo que se obtengan los frutos del misterio celebrado. Se dan gracias por la Gracia Santificante recibida por el Sacramento. Se trata de la Comunión de los Santos, que por virtud de la presencia real y verdadera de Cristo en la Comunión nos une al Magisterio, incluido el Santo Padre, a todos los clérigos y a los seglares que lo hayan realizado. Siendo además in-habitación trinitaria en cada uno de nosotros. No debemos de perder la capacidad de asombro ante la magnitud del Sacramento, y meditar en este profundamente.

RITO DE CONCLUSIÓN. Consta de los avisos, si los hay. El sacerdote extendiendo las manos a los fieles dice, “el Señor esté con ustedes”, a lo que contestamos: y con tu espíritu, y nos da la Bendición, recordamos a nuestra Madre la Virgen con una Salve  o Ave María, después nos despide, para que vayamos a realizar nuestras honestas actividades.

Compiló: JCS.                                                                        

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