PROPIEDAD Y JUSTICIA.
Preparó Jordi Casas.
En estos
tiempos en que hay signos como siempre, existe la necesidad de aclarar los
puntos de vista recurriendo a la gran sabiduría de la Iglesia, pues resulta que
algunas de las diferentes legislaciones con tendencias totalitarias pretenden
y nos pueden llevar a sistemas de propiedad injustos, que
van contra los derechos naturales del hombre. Los derechos humanos aceptados
globalmente, nos otorgan claramente, las que se refieren a la impartición de la
Justicia, y a la propiedad privada, y por tanto, las legislaciones que no los
toman en cuenta, o que las quieren modificar, desapareciéndolas de la las leyes
actuales, pueden estar, plenas de
injusticias. Esperamos que los grandes conocimientos de la Doctrina Cristiana,
que son de inspiración divina, que por medio del Espíritu Santo, que es el
elemento apropiado para poder influir en las equivocadas mentalidades
totalitaristas, se nos otorgan, y que de algunas maneras estas son ajenas a la
verdad, creen que así se logra un mundo mas justo, cuando la realidad ya
demostrada en muchos casos, en que se han aplicado esas ideologías, vemos el
fracaso de poder obtener igualdad, y eso sí, aumento de la pobreza y de la
cantidad de pobres. La aplicación de la ley por desgracia favorece,
interesadamente perversa, al rico y poderoso, mientras castiga con firmeza al
que carece de recursos abundantes.
Cada
país, cada comunidad humana, cada familia debe de recurrir a sus mejores
raíces, a las de sus mejores épocas, y allí alimentar sus formas de vida
presente y futura, no podemos diseñar lo que vendrá olvidando nuestros
fundamentos morales, cristianos, nuestras tradicionales costumbres familiares,
con esto como base, como plataforma de lanzamiento se diría en lenguaje mas
moderno, debemos proyectarnos a un futuro mas acorde a los avances mundiales en
materia tecnológica, científica, artística, legal, médica, de
enseñanza-aprendizaje, etc.
Me
permito trascribir unos párrafos de la Encíclica Fratteli Tutti del Papa
Francisco, que nos aclaran ciertos puntos muy importantes, veamos aspectos de
las naciones, entre las ricas y pobres.,
la necesidad de la armónica fraternidad entre la ciudadanía de cada
nación, evitando la separación entre pueblo y explotadores, pues no hay tal,
cada persona debe de acuerdo a sus conocimientos, capacidades, y bienes, en
correlación y coexistencia fraterna con los demás ciudadanos, labrarse su propia forma de existencia y
manejo de su economía personal. Y de manera extremadamente importante está la
propiedad privada, derecho natural, reconocido además por los “Derechos
inalienables del Hombre”, y su participación en el concierto global al que el
mundo tecnificado actual fatalmente nos acarrea. Los gobiernos en este rubro
tienen forma y deber de ayudar a los que mas lo necesitan, con educación y adiestramiento,
mas no con dádivas que se esfuman después de dar tan solo un pequeño respiro. Y
las empresas que son las personas morales, llevan a cabo un papel preponderante
en la economía no solo de los propietarios, sino de todos los involucrados
directa e indirectamente en sus operaciones, como parte del sistema económico
de las naciones.
Creo que
nos ayudarán a tener criterios mas claros sobre estos asuntos de la propiedad y
de la justicia, algunos extractos de la mas reciente Encíclica del Papa Francisco,
por lo que me permito transcribir tres apuntes tomados de la Encíclica Fratelli
Tutti.
138. Si esto
fue siempre cierto, hoy lo es más que nunca debido a la realidad de un mundo
tan conectado por la globalización. Necesitamos que un ordenamiento mundial
jurídico, político y económico «incremente y oriente la colaboración
internacional hacia el desarrollo solidario de todos los pueblos»[120]. Esto finalmente beneficiará a todo el planeta,
porque «la ayuda al desarrollo de los países pobres» implica «creación de
riqueza para todos»[121]. Desde el punto de vista del desarrollo integral,
esto supone que se conceda «también una voz eficaz en las decisiones comunes a
las naciones más pobres»[122] y que se procure «incentivar el acceso al
mercado internacional de los países marcados por la pobreza y el subdesarrollo»[123].
“Por lo tanto, la fraternidad universal y la
amistad social dentro de cada sociedad son dos polos inseparables y
coesenciales. Separarlos lleva a una deformación y a una polarización dañina”.
(tomado de #142 Fratelli Tutti)
“Cada uno ama y cuida con especial responsabilidad su tierra y
se preocupa por su país, así como cada uno debe amar y cuidar su casa para que
no se venga abajo, porque no lo harán los vecinos. También el bien del universo
requiere que cada uno proteja y ame su propia tierra. De lo contrario, las
consecuencias del desastre de un país terminarán afectando a todo el planeta.
Esto se fundamenta en el sentido positivo que tiene el derecho de propiedad:
cuido y cultivo algo que poseo, de manera que pueda ser un aporte al bien de
todos. (# 143, Fratelli Tutti)
Los mandamientos séptimo y décimo, nos mandan respetar
los bienes ajenos, esto nos lleva a comprender el derecho al Bien Común, que
debe ser campo de cultivo para el desarrollo de todos, absolutamente todos los
seres humanos, y el derecho natural a la propiedad privada que debe ser
respetada de todos y para todos. Este es el orden querido por Dios, no el que
predican los materialistas totalitarios, que niegan el sentido social de la
propiedad privada. Esta cumple con el sentido económico, jurídico y político,
que es el que ayuda a la buena conservación de los bienes y evita luchas entre
los hombres, los bienes de propiedad común acaban siendo objeto de descuido.
En estos “derechos” a la propiedad privada, están
incluidos los salarios, que nunca deben ser retenidos, lo que es una
injusticia, como lo es el engaño en pesas y medidas, documentos falsos, la
usura, los intereses desorbitados, cuestiones atentatorias contra los derechos.
La justicia conmutativa, no solo obliga a la
devolución de lo robado, sino que reprueba al ladrón, a su cómplice, al que
pudiendo impedirlo no lo hace, al que debe por ley de evitarlo.
Por último mencionaré como malos hábitos que se
relacionan, a la avaricia, al acaparamiento con intenciones de ganancias por
encima de lo normal, y recodemos que es de absoluta obligación : “DAR A CADA
UNO LO QUE LE CORRESPONDE”, siempre, y en forma completa, lo que es la Virtud
de la Justicia, que además incluye la libertad de culto.
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