ENTRADA 75, CUATRO NOCHES DE JESUCRISTO.
Las cuatro noches a
las que me voy a referir son:
La Noche Buena de su nacimiento,
La noche de la huida a Egipto,
La noche de su prendimiento por traición de Judas Iscariote,
Y la noche de su Resurrección.
LA NOCHE BUENA DE SU
NACIMIENTO, es una noche de alegría, nada en este mundo
había ocurrido, que a algunos, por desgracia no a todos, nos pueda causar más
alegría que la Navidad, la Virgen santísima ha dado a luz a nuestro Salvador.
Las tinieblas se disiparán y la deslumbrante verdad y esplendorosa luz de la cumbre
de la Revelación Cristiana, han dado comienzo en el mundo, de ahora en adelante
está la Segunda Persona de la Divina Trinidad, hecho Hombre entre nosotros, simples mortales hechos de
polvo, pero para la eternidad, gracias al soplo divino que nos infunde nuestra
alma inmortal. Estaba profetizado y se cumplen los detalles de la profecía, no
podemos imaginar la felicidad de su santísima Madre y de san José al ver al
Niño Dios, a quienes acompañan inocentes pastorcillos, conocedores de que les
ha nacido el Salvador, por boca del Ángel que se los dio a conocer:
__ “no teman, porque yo vengo a comunicarles una buena nueva que será
motivo de mucha alegría para todo el pueblo. Hoy ha nacido para ustedes en la
ciudad de David un Salvador, que es Cristo Señor. En esto lo reconocerán:
hallarán un niño recién nacido, envuelto en pañales y acostado en una
pesebrera”, De pronto una multitud de seres celestiales aparecieron en
torno al ángel, y cantaban a Dios: Gloria
a Dios en lo más alto del cielo, y en la tierra, gracia y paz a los hombres”__.
( Lucas 2, 10-14). Los pastorcillos después de escuchar al ángel y ser
testigos de los seres celestiales corrieron al lugar donde había nacido el
Niño.
LA NOCHE LA HUIDA A EGIPTO, unos
Magos, no judíos que procedían de países de oriente a quienes, de manera
misteriosa, informados que el Rey de los judíos había nacido habían visto su
estrella. En Jerusalén preguntaron que
donde nacería, a lo que fueron informados por Herodes, que en Belén de Judá,
quien les pidió que le avisaran después de haberlo visto para, él, ir a
adorarle. La estrella les guió hasta el pesebre. Allí estaba el niño con sus
padres y le adoraron y ofrecieron obsequios de oro incienso y mirra. Regresaron
después evitando a Herodes, pues en sueños así se les advirtió.
Después de la partida de los
Magos el Ángel del Señor se le apareció en sueños a José y le dijo: “Levántate,
toma al niño y a su madre y huye a Egipto. Quédate allí hasta que yo te avise,
porque Herodes buscará al niño para matarlo,” (Mateo, 2- 13,15) así lo hizo
José y esa noche cumplió lo que se le indicó. Es Jesucristo aún un bebito
recién nacido y con sus padres debe huir de noche, para salvar su vida.
LA NOCHE DE SU PRENDIMIENTO
POR TRAICIÓN DE JUDAS ISCARIOTE.- Jesucristo está sufriendo la
agonía en el huerto de los Olivos, sufre al ver en su divina visión, todos
nuestros pecados, olvidos, desprecios, pero su amor por nosotros, la humanidad
entera, es tan perfecto, tan completo que lo lleva a decirle a su Padre “si
quieres aparta de mi esta prueba, pero no se haga mi voluntad, sino la tuya. (Lucas
22, 42). Después se levantó y vio a sus apóstoles dormidos y les dijo: ¿Cómo
pueden dormir?, levántense y oren para que no caigan en tentación.
No había terminado de hablar
cuando un grupo de gente armada, encabezados por Judas, con un beso, como
señal, beso traicionero, lo entregó. Esa misma noche, contra toda
reglamentación fue procesado por las autoridades judías quienes presentaban
testigos falsos que se contradecían. Finalmente lo llevarán ante Pilatos, quien
lo procesa y manda azotar sin encontrar culpa que amerita pena de muerte, pero
atemorizado por la furia de los judíos lo entrega a sus soldados para que lo
ejecuten. Ha pasado la noche despierto, azotado, coronado de espinas, ha
sufrido bofetadas, insultos, escupitajos, por supuesto sin alimento ni agua,
abandonado de sus discípulos amados, traicionado por las turbas que lo
glorificaban poco antes. Noche de gran sufrimiento, noche redentora, en la que,
lo que se gesta, es su crucifixión y muerte. Noche de Jueves Santo.
LA NOCHE DE SU RESURRECCIÓN.- Jesucristo
ha permanecido muerto y sepultado, la noche del viernes a la del sábado y la de
este al domingo. Noches de Viernes Santo,
y Sábado de Gloria, al Domingo de Resurrección: “El primer día de la semana,
muy temprano cuando todavía estaba oscuro, María Magdalena fue a visitar el sepulcro.
Vio que la piedra estaba removida”. (Juan, 20, 1)
Noche de gran tristeza, noche de
llanto, de espera, con un amanecer glorioso, HA RESUCITADO JESUCRISTO, hacía unos treinta y tres años que el
acontecimiento del serviam de María Santísima se había dado, así como el de su venida, a este mundo, nueve meses después, ha
nacido el Salvador, son estos los más grandes acontecimientos de la
humanidad. Él cuarto acontecimiento incomparable, está por suceder, y solo La Trinidad
Santísima conoce el cuándo, La Parusía, que está por realzarse.
Jorge Casas y Sánchez.
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