CULTIVAR
INTERIORIDAD Y SILENCIO EN ERA DIGITAL.
Nuestra nueva
realidad de vida moderna incluye cuestiones que es necesario que aprendamos a
dominar, o seremos dominados por ellas, lo que no estaría bien, vamos a
examinar algunas de ellas:
TELEFONIA CELULAR:
La comunicación
telefónica mundial y nacional, personal y popular, con y sin imágenes, se da en
varias aplicaciones cibernéticas a saber; Internet, What´s App, Facebook,
Youtube, news letters, películas, mensajes, twitter, impresiones, correos electrónicos,
kindle, epub, enciclopedias, Instagram, bibliotecas enormes, toda clase de
música, GPS, mapas, guías turísticas listados mundiales de hoteles,
restaurantes, hospitales, aeropuertos, vademécums de medicinas, procesadores de
la palabra, fotografía, enormes archivos cibernéticos, notificaciones y
muchísimo mas, y todo ello es posible incluso en la palma de tu mano. Se
considera una genialidad de Steve Jobs, el haber juntado dos aspectos en un
solo aparato que denominamos teléfono inteligente, móvil, o simplemente,
celular, esta genialidad consistió en dar accesibilidad al teléfono el
Internet. Lo que ¡modificó nuestra forma de vida!.
LAS COMPUTADORAS,
Nuestra vida
de trabajo, el desempeño de los oficios, prácticamente todos los de cuello
blanco, y muchos de cuello azul, dependen, se apoyan, se practican con
ordenadores, los hay minúsculos en el celular, en tabletas, en lap tops, desk
tops, también las hay mayores en las instancias gubernamentales, como las
armadas, los ejércitos, las Secretarías de Estado, en ocasiones enormes y
rapidísimas. Que nos proporcionan información útil, necesaria, actual, rápida
en sentido instantáneo.
También por
desgracia existen sitios que sin moral alguna publican no solo opiniones sino fotos llenas
de maldades, como el porno, la pedofilia ,la homosexualidad, las noticias
“fake”etc.
Estas nuevas
tecnologías han aumentado considerablemente, la facilidad, la rapidez, el
volumen de información, al grado de convertirse en soluciones de gran utilidad
al mismo tiempo que han creado ciertos problemas.
Esta
cantidad de información disponible, debe imponernos a cada uno de nosotros la
necesidad de reflexionar, es decir de discernir aquellos datos, esa información
que nos es valiosa y útil de la que nos significa pérdida de tiempo y nos llena
de información inútil. Esto no es fácil debido a la cantidad y a la velocidad
con que los sucesos tienen lugar, además de que son familiares, nacionales, y globales,
nuestra capacidad de discernimiento se pone a prueba en este renglón, en que
por necesidad tenemos que ser extremadamente cuidadosos para no caer en una
“informología” que nos puede quitar tiempo de mas importancia, como: tiempo de
orar, de estar con la familia, de hacer deporte, de disfrutar a los amigos, de
lectura culta, etc. además de que la velocidad
y variedad en que la información se da, supera nuestra capacidad de
reflexión, y por lo tanto nuestro discernimiento.
Y en la
comunicación que emitimos no debemos dejar de ser: juiciosos, mesurados y
correctos. Debemos pensar muy bien lo queremos decir, y lo que esperamos del otro. Hoy la juventud
ha caído en verdaderos vicios, a veces muy perjudiciales, es necesario
enseñarles a no ser esclavos del celular en casos como el chateo e intercambio
fotográfico. La comunicación horizontal que establecen puede ser muy útil y
constructiva en su uso ordenado, pero en su desorden les es sumamente
perjudicial, y necesitan mucha ayuda paciente, pues no han madurado aún para poder
discernir adecuadamente.
Algo de
mucha importancia es, el que no sea esta tecnología de la comunicación, algo
que nos interrumpa cuando estamos realizando cosas importantes, como lo son, la
tarea escolar, el tiempo de comer en familia, las pláticas de sobremesa, es
conveniente enseñar el orden en cuanto al tiempo mas indicado para contestar
mensajes, y discernir cuales merecen contestación y cuales son inútiles y por
tanto perjudiciales.
El silencio en la vida cristiana
juega un papel importantísimo, por lo que es conveniente un orden en cuanto y cuando
ejecutarlo, y me refiero al silencio cibernético también. Es durante el
silencio que cultivamos nuestra interioridad, que nos permite escuchar la voz
del Espíritu Santo y así conocer sus mociones. La falta de estos momentos son
pérdida valiosísima para nuestra interioridad.
El papa
actual, Francisco ha pedido oraciones para que se redescubra el valor del
silencio, en estos tiempos en que nos abruma el bullicio, así lo llama, para que sepamos escuchar a Dios y a los
hermanos. Y se pregunta: ¿Cómo conseguir esta interioridad en un ambiente
marcado por las tecnologías?
En tiempos
anteriores a los actuales, cuando aún no se tenían las técnicas actuales de
comunicación, y con seguridad para cuando, estas, actuales, hayan superado en
el futuro lo que se maneja hoy día, viene muy al caso lo que San Josemaría nos
dejó enseñado sobre la interioridad, es por tanto conveniente citarlo, nos dejó
dicho: “ La Virtud de la Templanza, es una buena aliada, (señala San Josemaría),
como una experiencia con la que es fácil identificarse nos lo dice con estas
palabras: “Me bullen en la cabeza los asuntos en los momentos mas inoportunos…”,
dices. Por eso te he recomendado que trates de lograr unos tiempos de silencio
interior,…..y la guarda de los sentidos externos e internos. Para
alcanzar un recogimiento que lleve a meter las potencias en la tarea que
realizamos, y así poder santificarlas, es preciso ejercitarse en la guarda de
los sentidos. Y esto aplica de modo especial al uso de los recursos
informáticos, que -como todos los bienes materiales- se deben emplear con
moderación”.
La virtud de
la templanza en muy buena aliada cuando nos movemos en los ambientes digitales,
TEMPLANZA ES SEÑORÍO, porque ordena nuestras inclinaciones al bien, en el uso
de los instrumentos con los que contamos. Nos lleva a obrar con rectitud, dando
el justo valor a estos instrumentos, nos pone en la tesitura de hijos de Dios,
y no de esclavos de la tecnología.
La compra. Otro
aspecto que debemos de cuidar es el de la utilidad de los equipos evitando esa
tendencia desmedida en muchas ocasiones que nos lleva a tener , o procurar obtener
la tecnología mas nueva, mas reciente, cuando en verdad para nuestras
necesidades la que tenemos en ese momento cubre adecuadamente nuestras
necesidades. Y por tanto no hay una buena justificación para la nueva compra.
El ideal de
la santidad implica en no ir mas allá de lo que es lícito, y cabe por lo tanto
en primer término, ¿realmente esto me acerca mas a Dios?, ¿me va a ayudar a que
mi vida sea mejor en algún sentido, que sea mas útil mi actividad,? Frente a
Dios , a los demás y a mi mismo, estos razonamientos nos ayudarán incluso a
hacer mas productivo lo que tengamos invertido en aparatos, no solo los de uso
personal, también los de uso profesional. Recordemos lo que San Pablo les dice
a los de Corinto: “ todo me es lícito. Pero no todo conviene, todo me es lícito
. Pero no me dejaré dominar por nada”. Esta autoafirmación del apóstol tiene
una actualidad muy indicada, al igual que la de San Josemaría, para los tiempos
actuales. El seguir estos sabios consejos nos evitará fenómenos como la
ansiedad e incluso la dependencia. Un breve consejo es aquel que dice: acostúmbrate
a decir que no. El seguirnos nos concede paz interior, y esta la
llevamos a nuestros hogares, a la sociedad, al mundo.
Hay varios
consejos que son muy apropiados para que logremos y enseñemos a lograr un buen
orden en el uso de las tecnologías, en especial la de la comunicación, por
supuesto que ello está en cada caso sujeto a las condiciones propias y las
necesidades personales, tenemos por ejemplo: el uso templado de los mensajes
con los amigos, preguntémonos si estamos comunicando y recibiendo cuestiones
realmente necesarias e importantes, o estamos , en ocasiones, perdiendo el
tiempo, incluso interrumpiendo otras actividades, si productivas, como el
estudio, la investigación, la conversación con los presentes, en casos como este el fijar horario de recepción
y de contestación, puede ser conveniente. Claro que hay comunicaciones que son
de mayor o menor urgencia en su contestación, pero no son banales. El fijarse
horarios en estos casos son simple autodominio, muy conveniente. Otro ejemplo
es el de la información noticiosa, a esta le podemos fijar horarios a lo largo
del día, de acuerdo a nuestras necesidades, desde luego que la buena educación
se debe de mostrar cuando estamos en compañía de otras personas, evitando en lo
posible el uso del teléfono móvil, lo cual a ojos vista es falta de buenos modales,
basta ver su uso indiscriminado en los restaurantes y otros lugares, lo que nos
muestra la falta de templanza de tantas personas, especialmente jóvenes. A mi me
ha parecido vergonzoso que incluso en la Iglesia a la hora en que se está
celebrando la Santa Misa, haya personas que no solo no han apagado su móvil,
sino que no se abstienen de darle click. Esta es verdaderamente una actitud
reprobable, a pesar de que algunos sacerdotes amablemente hacen la invitación a
que se apaguen mientras se celebra.
Hay otros
consejos muy sabios que conviene recordar, por ejemplo Santo Tomás de Aquino, solía
relacionar al estudio con la templanza, en el sentido de que este era en
ocasiones vencimiento de tendencias a la pereza, a la comodidad, e implicaba
superación al aplicar la mente a cuestiones como el deseo de aprender y saber
mas. Estos afanes son enriquecedores en especial cuando se ponen al servicio de
los demás y contribuyen a fomentar un recto amor al mundo, lo que se traduce en
un legítimo interés por estar al tanto de realidades culturales y sociales, en
las que nos movemos y queremos llevar a Dios. Pero esto es diferente al estar
abocados a una curiosidad que se manifiesta como ansia de estar enterados de
todo y no querer perderse de nada, esta actitud lleva a una superficialidad, a
una dispersión intelectual en vez de lograr una verdadera profundidad en los
aspectos útiles del conocimiento que necesitamos en nuestro caso personal. No debemos de
perder el afán apostólico, y cultivar el trato con Dios. Al realizar ya sea
como estudiantes, como profesionales o como buenos cristianos esta búsqueda de
conocimiento no solo profundizamos en lo mejor de los conocimientos que
necesitamos sino que realizamos el acercamiento al Señor.
Las nuevas
tecnologías nos amplían las fuentes de información constantemente, ejemplos
pueden ser, los sitios a escoger para viajar, vacacionar, donde invertir mejor
el ahorro, que papel tienen las medicinas, cuales son nuestros movimientos
bancarios, el poder pagar impuestos, hacer transferencias de fondos,
mundialmente, comprar o vender cibernéticamente, y un largo etcétera, pero lo
que también proporcionan y en forma amplia, veraz, clara, cuestiones de
formación católica, verdadera, por fortuna. Con los ordenadores, y los móviles,
podemos escuchar, homilías, seguir el itinerario del Santo Padre, oir la Santa
Misa cuando enfermos o muy ancianos, leer los Evangelios y las lecturas del día,
todos los días, ingresar a portales muy amplios con información muy variada
sobre todos los temas de Historia Sagrada, la Palabra Escrita (Biblia),
consultar ese tesoro que es el Catecismo de la Iglesia Católica, solo para
mencionar unos ejemplos.
Lo anterior
nos permite en materia de nuestra religión y nuestra moral, el adquirir
formación, el estar informados, el escuchar homilías, conferencias, charlas,
solo mencionaré a algunos, de los que son activos en Youtube, y de los cuales
no deberíamos de prescindir. En primer término está el Santo Padre, de quien se
trasmiten multitud de sus actividades en vivo, se tienen videos de sus
participaciones en diferentes lugares del mundo, se trasmiten sus Misas, y rezo
del Ángelus, otro muy importante es el Padre Raniero Cantalamessa, predicador
de la Santa Sede, desde hace varios lustros. El obispo de San Sabastian, de
apellido Munilla, el padre boliviano Nelson, Fraynelson le llaman, gran predicador, el mexicano: padre Espinosa
de los Monteros, que habla mucho sobre el matrimonio y la familia con un gran
sentido del buen humor, y por supuesto que se pueden consultar infinidad de
blogs y grabaciones y páginas preparadas por sacerdotes del Opus Dei. Sobre
esto lo que se nos aconseja es el no caer en lo que Santo Tomás consideraba
“INQUIETUD ERRENTE DEL ESPÍRITU”, por lo que tenemos que analizar
cuidadosamente lo que es nuestra vocación, lo que debe ser nuestra relación con
Dios y el trato con nuestros prójimos, a
modo que podamos evitar esa inestabilidad interior y dirigir nuestra
investigación y esfuerzo adecuadamente,
para nuestra propia formación y ayuda a los otros. Lo mas conveniente será
obtener buenos hábitos de estudio y de oración personal, debidamente
diferenciados. Solo así podremos cumplir con el pequeño deber de cada momento:
haciendo lo que debemos y estando en lo que hacemos, esto nos lucrará Gracia
Divina, nos ayudará en nuestra tarea de santidad personal.
Beber , no
en cualquier charca, sino en el sabio manantial cristiano, con la voluntad
avivada, la mente puesta en las cosas del Señor, ordenadamente, venciendo los
obstáculos que se nos atraviesan. Los hijos de Dios debemos ser contemplativos,
personas que en medio del fragor de la muchedumbre, sabemos encontrar el silencio
del alma en coloquio con la Trinidad Santísima. Se nos aconseja el
buscar, obtener y usar momentos de mayor recogimiento, compatibles con el resto
de nuestras actividades, por intensas que estas sean. Se da especial
importancia a la preparación de la Santa Misa, y al agradecimiento de la visita
de nuestro Señor Jesucristo en la Comunión. Aprendamos a desconectarnos de otras actividades que llaman, que
requieren nuestra atención, dediquemos en la forma mas perfecta nuestra
atención y voluntad al coloquio con
Dios, esto requiere no solo el aspecto mental sino también el físico. Es allí
donde dirigimos todo nuestro ser al Señor y le dejamos a Él, en sus manos, el
resto.
Muy
importante resulta el que aprendamos a manejar el silencio, para ser mas
atentos con los demás, y a obtener momentos de silencio personal, en el que nos
miremos a nosotros mismos que nos interioricemos, que hagamos silencios dentro
nuestro, en este mundo en que tal parece que nuestro tiempo se llena de
iniciativas y de actividades, de ruido, llamadas, acciones a realizar, que
parecen llenar todo nuestro tiempo disponible. A esta respecto el Papa
Francisco nos invita a: RECUPERAR UN CIERTO SENTIDO DE LENTITUD Y DE CALMA. Es
bueno por lo tanto seguir este sabio consejo, que para los tiempos actuales nos
ayudará a abrirnos a los demás y a la acción de las mociones del Espíritu
Santo. Pidamos a nuestra madre la Virgen Santísima que nos ayude a lograr
nuestros propósitos, dentro de estas nuevas formas de uso de nuestro tiempo, en
la información, estudio e investigación, pero muy especialmente en nuestra
oración. (compiló Jorge Casas y Sánchez).
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