Este artículo es colaboración de Francisco de
La Selva.
LA CATEQUESIS ES UNA EDUCACIÒN EN LA FE,
INTIMAMENTE CON LA VIDA DE LA IGLESIA.
El último catecismo es el de San Juan Pablo
II, dado en el 30 aniversario del Concilio Vaticano II, el día 30 de Octubre de
1992.
La vida del hombre es conocer y amar a Dios. Llama
a todos a ser hijos de adopción y herederos de su gloria ò vida bienaventurada.
Cristo escogió
a los apóstoles para anunciar el Evangelio. La revelación se dirige al
hombre y por la fe, el hombre se dirige a Dios. La fe en un solo Dios y
Jesucristo nuestro salvador
Primera parte: La profesión de la fe. El
CREDO.
Segunda: Los Sacramentos
Tercera: La vida según la fe
Cuarta: La oración en la vida de la fe
Siempre aparece el amor de nuestro señor
Jesucristo. El deseo de Dios está inscrito en el corazón del hombre, porque el
hombre ha sido creado por Dios y para Dios y solo en Dios encontrará el hombre
la verdad y la dicha.
Las facultades del hombre le hacen capaz de
conocer la existencia de Dios, las pruebas de la existencia de Dios pueden
disponer a la fe y ayudar a ver que la fe no se opone a la razón humana.
El hombre necesita ser iluminado por la
revelación de Dios, no solo de lo que supera su entendimiento, sino también
sobre las verdades religiosas y morales que de suyo no son inaccesibles a la
razón, a fin de que sean conocidas con una certeza firme y sin mezcla de error.
¿Cómo HABLAR DE DIOS? Al defender la capacidad de la razón humana
para conocer a Dios, la iglesia expresa su confianza de hablar de Dios a todos
los hombres y con todos los hombres.
Todas las criaturas poseen una cierta
semejanza con Dios (su verdad, su bondad, su belleza) reflejan la perfección
infinita de Dios. Es preciso recordar en efecto que entre el Creador y la
criatura no se puede señalar una semejanza tal que la desemejanza entre ellos
no sea mayor todavía y que no podemos captar de Dios lo que El es.
DIOS AL ENCUENTRO DEL HOMBRE. Mediante la
razón natural, el hombre puede conocer a Dios con certeza a partir de sus
obras. Pero existe otro orden de conocimiento que el hombre no puede de ningún
modo alcanzar por sus propias fuerzas el de la revelación divina.
Revela plenamente su designio enviando a su
hijo amado, nuestro señor Jesucristo y al Espíritu Santo, para hacer de los
hombres, en su hijo único, hijos adoptivos.
LA PROFESION DE LA FE CRISTIANA. Quien alguien
dice “YO CREO” dice yo me adhiero a lo que dice EL CREDO CRISTIANO.
La primera profesión de la fe se hace en el
bautismo, el símbolo bautismal. El símbolo se divide en tres partes. El Padre
la primera persona divina es autor de la obra admirable de la creación, la
segunda persona divina del misterio de la redención y la tercera persona divina
el espíritu santo es fuente y principio de nuestra santificación.
Al revelar su nombre misterioso de YHAVE “yo soy el que soy” y el nombre de Jesús que
significa Dios Salva. Se revela como el Dios que está siempre allí, presente
junto a nosotros para salvarnos.
La revelación de Dios como Trinidad. Por eso
los apóstoles confiesan a Jesús como el VERBO que en un principio estaba junto
a Dios y que era Dios, el resplandor de su gloria y la impronta de su esencia.
El origen eterno del Espíritu Santo se revela en su misión
temporal. Es enviado a los apóstoles y a la iglesia tanto por el Padre en
nombre del hijo, como por el hijo en persona una vez que vuelve al Padre. El
envió de la persona del Espíritu Santo tras la glorificación de Jesús, revela
en plenitud el misterio de la Santísima Trinidad.
ESCRITURAS.- Lo que Cristo confió a los
apóstoles, estos lo transmitieron por su predicación y por escrito, bajo la
inspiración del Espíritu Santo a todas
las generaciones hasta el glorioso retorno de Cristo.
En virtud de su sentido sobrenatural de la fe,
todo el pueblo de Dios no cesa de acoger el don de la revelación divina, de
penetrarla más profundamente y de vivirla de modo más pleno.
El canon de las escrituras comprende para el
Antiguo Testamento 46 escritos y 27 para el nuevo. La iglesia recibe y venera
como inspirados ambos testamentos.
La unidad de los dos testamentos se deriva de
la unidad del plan de Dios y su revelación.
LA RESPUESTA DEL HOMBRE A DIOS.-
El hombre se somete libremente a la palabra escuchada,
porque su verdad está garantizada por Dios.
Tanto Abraham y en especial la santísima Virgen
María realizan de la manera más perfecta la obediencia de la fe. En la fe María
acogió el anuncio de la promesa que le traía el Arcángel Gabriel. Creyendo que nada es imposible para
Dios y dando su asentimiento “He aquí la esclava del Señor, hágase en mi según
tu palabra”.
Mayo-2018
CREO EN DIOS, PADRE TODOPODEROSO.
La creación es el comienzo y el fundamento de
todas las obras de Dios. La fe cristiana confiesa que hay un solo Dios por naturaleza, por
substancia y por esencia.
Dios que revela su nombre como “yo Soy”, se
revela como el Dios que está siempre allí, presente junto a su pueblo para
salvarlo.
Dios es rico en amor y fidelidad; estos dos
términos expresan de forma condensada las riquezas del nombre divino.
Creer en Dios es reconocer la grandeza y
majestad de Dios, es vivir en acción de gracias y usar bien de las cosas
creadas y confiar en su divina providencia.
La fe de todos los cristianos se cimenta en la
Santísima Trinidad. La verdad revelada de la Santísima Trinidad ha estado desde
los orígenes en la raíz viva de la iglesia, principalmente en el acto del
bautismo y solo Dios puede dárnoslo a conocer revelándose como Padre, Hijo y
Espíritu Santo.
EL TODOPODEROSO. De todos los atributos
divinos, la omnipotencia de Dios es universal porque Dios que ha creado todo,
rige todo y lo puede todo. Por tanto, nada le es imposible y dispone de su obra
según su voluntad.
Nada es, más propio para afianzar nuestra fe y
nuestra esperanza que la convicción profundamente arraigada en nuestras almas
de que nada es imposible para Dios.
En la medida en que nuestra razón tenga la
idea de la omnipotencia divina, admitirá sin vacilación alguna las más grandes
e incomprensibles cosas que Dios nos quiera revelar.
CREO EN JESUCRISTO HIJO UNIGENITO DE DIOS
El verbo se encarnó para que nosotros conociésemos
así el amor de Dios y para hacernos participes de la naturaleza divina. “Yo soy
el camino, la verdad y la vida”.
La alegre convicción de la iglesia: “El ha
sido manifestado en la carne” Jesucristo es verdadero Dios y verdadero hombre.
El Concilio de Éfeso en el año 431 proclamó
que María es con toda verdad madre de Dios, mediante la concepción humana del
hijo de Dios en su seno.
La encarnación es pues, el misterio de la
admirable unión de la naturaleza divina y de la naturaleza humana en la única
persona del verbo. La iglesia confiesa que Marìa es verdaderamente Madre de Dios
(Teotokos)
Jesús
es el hijo único de María. Pero la maternidad espiritual de María se extiende a todos los
hombres.
San Juan Bautista es el precursor inmediato
del Señor, enviado para prepararle el camino. Decía Juan “Es preciso que Él
crezca y que yo disminuya”.
La vida oculta de Nazaret permite a todos
entrar en comunión con Jesús a través de los caminos más ordinarios de la vida
humana.
CREO EN EL ESPIRITU SANTO Y LA SANTISIMA
TRINIDAD.
La persona humana participa de la luz y la
fuerza del Espíritu divino. Por la razón es capaz de comprender el orden de las cosas establecido por el
creador. Por su voluntad es capaz de dirigirse por si misma a su bien
verdadero. Encuentra su perfección en la
búsqueda y el amor de la verdad y del bien.
FSB
Junio 2018
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