LA VIDA, EL MATRIMONIO, LA
FAMILIA, Y LA DROGADICCIÓN:
Estos cuatro temas, son desde
hace varios lustros y en la actualidad de importancia muy, muy grande, y las
tenemos que traer a la palestra en forma recurrente pues la preocupación de la
Santa Iglesia en general así nos lo indica, en la catequesis del adulto se hace
de primordial importancia, en cuanto estos son (somos) los transmisores de la
doctrina a las generaciones venideras por una parte y porque nosotros mismos
debemos de ser fieles a Nuestro Señor Jesucristo en la praxis de nuestra propia
existencia. El verdadero humanismo, lo que podemos considerar el HUMANISMO
CRISTIANO, que se basa en la doctrina de Jesucristo, lo que es, no solo la
verdad, sino que nos muestra la
naturaleza de la persona humana de acuerdo a su creador, ésta sola razón
deja a los “humanismos modernos” ( que no lo entienden, no lo conocen, pues se
niegan a analizarlo), en terrenos empantanados, aunque en su ignorancia no se
dan cuenta de que están envueltos en él,
pues el sustento de nuestra civilización está en éste y no lo consideran como
debían, si tuvieran la más pequeña voluntad de acercarse a las verdades
supremas de nuestra existencia. Es por
estas poderosas razones de que es necesario insistir en los temas de esta meditación.
Somos amigos de Jesucristo
pero nuestra amistad no es como la amistad humana, por ejemplo a Jesucristo le
obedecemos a un amigo le servimos, le ayudamos, mas no le obedecemos, cuando
mucho le tomamos un consejo, Jesucristo que es la palabra de Dios nos habla
como amigos a través de los Evangelios y nuestra respuesta debe ser la
aceptación por medio de la fe. Porque sus palabras son de vida eterna, llenas
de amor pues quiere nuestra salvación. Creemos por la gracia del Espíritu Santo
pero no es contrario a ello el hecho de que en tanto acto humano que surge de
nuestra voluntad y en uso de nuestra libertad, es la luz de la fe que nos
ilumina que con la cooperación de nuestras facultades y la gracia divina podemos estar en el camino de la salvación eterna,
lo que la Virtud Teologal de la Esperanza nos enseña. Vale aquí recordar el
adagio de San Agustín “creo para comprender y comprendo para creer mejor”.
El gran mal, que es
preocupación de la Santa Sede desde hace muchos lustros es: LA FALTA DE SENTIDO
DEL PECADO, y la cuestión es que en la actualidad se peca mucho contra la vida,
bástenos los ejemplos del aborto, la eugenesia, y la eutanasia. Contra el
matrimonio cristiano, con el divorcismo rampante, la mala educación de los
hijos en la familia, y el uso de los estupefacientes. Debiéndose estos dos
últimos a la educación insuficiente o defectuosa de nuestros hijos cuando
ausente totalmente, responsabilidad de grave necesidad, que o no ejercemos, o
lo hacemos en forma incompleta. Cuando no dando ejemplos malos, de carácter
negativo, que los hijos aprenden por el mal ejemplo recibido. Otro de nuestros males es la popularidad que
va tomando la afición a los estupefacientes, los tradicionales agentes del mal
ahora alimentados por los conocimientos de la distribución mercadotécnica van
obteniendo adeptos que en algunos casos se convertirán en adictos, con las
consecuencias negativas, que ello conlleva. Veamos algunos aspectos cristianos
de los cuatro temas que nos hemos propuesto hoy:
LA VIDA.
LA VIDA, ningún derecho
humano puede estar por encima del derecho a vivir, y nadie excepto DIOS NUESTRO
SEÑOR, puede disponer de la vida, la cual empieza desde el propio momento de la
concepción hasta su muerte natural. Con la preocupación del ABORTO, que en esta
época en el que el permisivismo es arma electorera de los políticos que no
piensan sino en la próxima elección, y sabedores de que el “NO” es menos
popular que el “SI”, se decantan por el permisivismo que les representa votos
pues es un “SI” a la depravación y al crimen, pues eso es, en palabras claras el disponer arbitrariamente
de la vida de otro ser humano, aunque este sea una persona recién concebida en
el seno de una mujer. Bien visto esto, ninguna mujer en sus cabales se
inclinaría naturalmente por asesinar a un hijo de sus entrañas, si algunas lo
realizan es porque han caído, víctimas de los que teniendo influencia y poder
en la sociedad se los han presentado y ofrecen como un “bien”, o una “solución”, pero debidamente informada
la mujer, e incluso hoy apoyada por la ciencia, no solo por la recta moral,
sabría que el nuevo ser que lleva en su seno, sea lo que perversamente han dado en llamar “hijo no deseado” o incluso
en los casos muy dolorosos de embarazos producidos por violación, el hijo tiene
la mitad de sus cromosomas de ella misma,(nos lo dice la ciencia) no es nunca
un ser extraño es siempre sangre de su sangre. Toda concepción debe llevarse
naturalmente a su destino, y existen múltiples instancias que están dispuestas
y deseosas de ayudarles en todos los casos con tal de preservar la vida de ese
nuevo ser que se está gestando en su vientre. Ayudas que consisten en
asistencia a las propias madres o a sus hijos si no pueden hacerse cargo de
estos. Es imperdonable que haya entidades en las que las legislaturas sean tan
torvas e inmorales como para sugerir , apoyar o admitir que sea legal el
aborto, cuando se trata de un crimen, que además cuenta con los agravantes de alevosía
y ventaja, pues se trata de crimen seguro y sobre un inocente indefenso.
No queda fuera de este tema el MICRO-ABORTO, forma en que se definen los
métodos como el de la “píldora del día siguiente” y otros modos de deshacerse
de un posible embarazo, en el que ya hay una persona humana concebida. Aquí la
ley no se ocupa pero la Moral sí, nos tenemos que preocupar dentro de nuestra
propia casuística de actuar de acuerdo a la voluntad de Nuestro Señor, que está
siempre a favor de la vida.
No nos podeos otorgar
poderes a los que no tenemos en lo mas mínimo derecho. En el EVANGELIO DE LA
VIDA, “Evangelium Vitae” que es encíclica de San Juan Pablo II, se nos explican
los grandes temas de la acción creadora de Dios, y otros conceptos muy
convenientes de conocer mas a fondo, lo menciono como lectura indispensable
para formación de criterio todo buen cristiano.
El diagnóstico prenatal es
una serie de diferentes técnicas que tenemos que poner bajo la lupa de la Moral
Cristiana ya que hay técnicas seguras y otras que consideramos ilícitas los
católicos porque son potencialmente abortivas, en si se trata de obtener un
diagnóstico, lo que no es ilícito en si, son las diferentes técnicas las que se
deben de juzgar moralmente. El progreso médico permite incluso hacer curaciones
al concebido, lo que nos debe de maravillar cuando estas corresponden a métodos
seguros que respetan la vida de este. La ilicitud consiste en producir el
aborto de que presentare alguna anomalía, ni este caso es lícito el aborto. El
diagnóstico prenatal en ningún caso debe llevar como finalidad el terminar con
la vida de la persona concebida, si se encontrara malformación, enfermedad
genéticamente heredada, u otro problema cualquiera, en todo caso se lleva a
cabo para intentar la curación desde el seno materno.
Veamos algo sobre la
EUTANASIA, quizás se podría, dados los grandes adelantos de la medicina y las
tendencias perversas de las legislaturas de algunos países, empezar
distinguiendo algunos conceptos, como el de “vida artificial”, “muerte digna”,
compasión, “derecho a la propia vida”, “suicidio ayudado”, y otras expresiones por el estilo. Siendo el primer
concepto a ser explicado el de la propia eutanasia, la que ha sido definida por
el MAGISTERIO, asi:
POR EUTANASIA SE ENTIENDE
UNA ACCIÓN O UNA OMISIÓN QUE POR SU NATURALEZA O EN LA INTENCIÓN, CAUSA LA
MUERTE CON EL FIN DE ELIMINAR CUALQUIER DOLOR.
Pero hay puntos que se deben
aclarar, pues los casos son muy diversos y si en lo personal sucediera dentro
de nuestro propio ámbito familiar, recordemos que no está por demás consultar
el caso con nuestro párroco u obispo. Por ejemplo no es acto eutanásico
desconectar a una persona que no tiene en absoluto la posibilidad de
recuperación y que está viviendo artificialmente, es este el caso en que Dios
decidirá si esa persona puede por sus propios medios vivir o ya ha decidido que
su vida natural termine. Esto se comenta dada la posibilidad que tiene la
técnica médica de prolongar “artificialmente”
la vida sin posibilidades de curación, cayendo
incluso en una situación abusiva, y quizás solo prolongando el sufrimiento del
paciente. Como tampoco es eutanásico el
caso de los enfermos terminales en que por ser inaguantables los dolores se
aplican al paciente dosis de calmantes que podrían acortar su vida, puesto que
se aplican con la intención, no de
acortar la vida sino con la de disminuir un dolor insoportable. Aquí lo que se
deduce es que no es la medicación la que causa la muerte, sino la propia
enfermedad, estamos por supuesto refiriéndonos a casos de enfermos incurables y
que se encuentran sufriendo increíblemente. Como tampoco, nos dice la Doctrina
Cristiana a través de su Congregación para la Doctrina de la Fe, se debe llamar
Eutanasia al caso de no usar métodos que, a criterio de doctores verdaderamente
capacitados, fueren para intentar curaciones cuyos resultados son
desproporcionados a los a los resultados previsibles.
El caso de los enfermos
terminales, en especial ayudándoles a morir debidamente reconciliados con Dios,
proporcionándoles cuidados que les permiten hacer mas soportable su sufrimiento
no se debe considerar eutanásico, sino por lo contrario caritativo.
Lo importante en estos casos
es el tomar en cuenta la DIGNIDAD DE LA PERSONA HUMANA y por un lado no
prolongar inútilmente sus sufrimientos, sino tener un criterio basado en la
ciencia médica y en la conciencia de familiares y doctores, ni tampoco caer en
la eutanasia, acortando artificialmente su vida. Es conveniente que recordemos
que la vida nos la da Dios pero no es nuestra, ni el paciente ni los familiares
ni los doctores son dueños de esta, por lo tanto a sabiendas de que todos tenemos
que morir solo preservamos la dignidad de la persona humana permitiendo QUE SU
MUERTE SEA NATURAL y de ninguna otra manera. No tenemos derecho ni a
prolongarla inútilmente ni a acortarla artificialmente. Dios nos la da y Él nos
la quita, y solo Él.
En 1865 se publicaron los
trabajos del monje católico agustino GREGOR MENDEL al que se conoce por ser el
iniciador de la HERENCIA GENÉTICA, a partir del 1900 se empiezan a realizar
estudios cada vez mas profundos y sorprendentes sobre las células humanas,
llegando en la actualidad a descubrimientos que cada día progresan mas en el
campo científico, aspectos como los que se estudian a partir del ADN, hacen muy
necesaria a la BIOÉTICA, entendida esta como debe de ser, sustentada en los
valores morales cristianos, considerándola como la ética de la vida,
fundamentada en valores humanos y no en intereses mercadológicos como lo son
las clínicas de reproducción:
IN-VITRO, Y las clínicas abortivas.
En este mismo sentido de
ideas, tenemos los adelantos muy
impresionantes desde el punto de vista de las ciencias médicas que a través de
la GENETICA están en posibilidad, a
través de los conocimientos del GENOMA HUMANO, de diagnosticar deformaciones,
enfermedades y estados como el de los
concebidos que sufren desde el seno materno
el Síndrome de Down, aquí cabe la fórmula de “conocer para curar no para
seleccionar”. Es por ello que toda MANIPULACIÓN GENÉTICA que trate de
modificar, ( y la ciencia actual tiene
la posibilidad de realizarlo y de hecho se realiza ), lo que la naturaleza le
ha dado al nuevo ser, a lo que se llama su PATRIMONIO GENÉTICO, debe de
respetarse en cuanto a su constitución, pues hay un abismo entre lo curativo
que pretende auxiliar a la naturaleza respetando su constitución genética y lo
modificante que pretende alterarla, cambiarla, para que sea genéticamente
diferente.
En cuanto a la PROCREACIÓN
ARTIFICIAL, cuando los matrimonios no pueden lograr que la mujer conciba por
los medios naturales debemos tener al menos una idea de las posibilidades que existen y que son ilícitas y una CLARIDAD
ABSOLUTA SOBRE LAS POSIBILIDADES LÍCITAS. Empecemos diciendo que hay un derecho
legítimo a querer procrear pero que no hay un derecho a tener un hijo, porque
una persona humana no es un objeto, hay que respetar la dignidad de la persona,
por lo que no hay derecho de una persona sobre otra a poseerla como la posesión
de algo que es una cosa.
Existen clínicas de
reproducción artificial, que
aprovechándose de la ciencia médica han
creado un mercado lleno de ofertas ilícitas, que mercantilizan diversas
posibilidades como lo son la fecundación heteróloga, que consiste en el uso de
un gameto no de los esposos, la recta moral considera que solo las
posibilidades propias de los esposos dan el derecho de procreación. No debemos
considerar esto en comparación con el acto de amor muy digno y muy humano de la
adopción, son casos diferentes desde su raíz. El acto de concebir a una nueva
persona humana debe de proceder del amor entre los esposos, que quieren que esa
nueva persona provenga de ambos y no de algún extraño(ña), conocido(a) o
desconocido(a). La CONGELACIÓN DE LOS
GAMETOS, es un procedimiento ilícito por muchas razones, de las que podemos
mencionar : la utilización de infinidad
de embriones que están a la venta, esto convierte al ser humano en mercancía,
lo que es intolerable moralmente, es indispensable tener claramente entendido
el concepto de que si bien Dios ha confiado al hombre el don de la procreación,
y lo ha dotado de una ley para llevarlo a cabo, ley que es natural, sigamos los
lineamientos de la naturaleza, evitando aquello que la modifica y alentando
aquello que la auxilia. Dios ha confiado al hombre el don de la vida humana, lo
que nos inbrika sólidamente en la responsabilidad de su manejo, nos hace
responsables del uso que de ella hagamos, por lo que en la vida naciente, los procedimientos
procreativos, el mantenimiento de la propia vida así como toda intervención
artificial, por moderna que sea, por conveniente que aparente ser, debe
someterse a la moral para ser admitida como lícita o declarada abiertamente
ilícita y contraria al espíritu de la
doctrina de Jesucristo.
INSEMINACIÓN
ARTIFICIAL. Hay aspectos de la humanidad que se deben de tratar
científicamente y cuya importancia no se puede superar algunos son como la
salubridad, que las ciencias médicas tratan, como también la búsqueda de la
salud, las ciencias legales que buscan
la justicia, su impartición y legislación etc. pero no todo se le puede
dejar a las ciencias hay aspectos que pertenecen a la Moral y a la Ética, otras
a las costumbres, culturas, tradiciones, siendo los aspectos morales de inmensa
importancia y estos se fundamentan en las religiones en las creencias t las
tradiciones. Es en este punto en el que quiero hacer incapié pues los adelantos
científicos, verdaderamente impresionantes no son siempre morales, o sea que no
tienen mas límites que los presupuestos económicos, y es INDUDABLE QUE LA MORAL
MARQUE SUS LÍMITES, y que estos se traduzcan en legislación apropiada,
especialísimamente en lo que concierne a la procreación, fertilidad,
generación, matrimonio y vida humana.
Con la vida humana no se puede experimentar
ilimitadamente, el respeto a esta es una obligación de primordial importancia
desde su inicio que es el momento de la concepción, por lo que los embriones,
humanos deben de gozar de la protección legal y moral y no ser tratados como
objetos desechables. Aquí la ciencia, experimentando inmoralmente, ha obtenido avances que no dejan de ser
espectaculares pero no por ello legítimos ni éticos y mucho menos morales. Si esta
experimentación se hiciera exclusivamente con animales y con el objeto de
obtener beneficios para el Bien Común de la humanidad no sería censurada por la
moral. Pero el disponer arbitrariamente
de vidas humanas no es lícito, la dignidad de la persona humana hace,
por fuerza y por derecho el que no pueda
ser tratada, -en ningún momento de su existencia- como algo técnico, como sujeto de experimentación y después de
ello desechada como basura inservible.
La vida humana debe de proceder de la donación que un
hombre y una mujer debidamente unidos en matrimonio se hacen mutuamente creando
también el compromiso de la educación de su prole, lo que a esto lo perfecciona
el amor marital y materno-paternal y el
vínculo indisoluble, ésta que viene a ser una de las mas grandes responsabilidades que el ser
humano en unión de su cónyuge asume en
su existencia, y viene a ser, además,
la manera no solo práctica de colaboración a la vida social y familiar
sino que es la manera natural que Dios Creador nos dejó claramente señalado con
nuestros Primeros Padres, y nadie puede decirnos mejor como es nuestra naturaleza que el mismo que nos la ha
concedido.
La inseminación artificial padece de innumerables
defectos que al imperfeccionarla la hacen ilícita, unos de los criterios , no
todos son: se despersonaliza el acto
procreativo lo que es contra la naturaleza, como nos lo señala la
antropología, el hijo es algo que viene
del exterior algo que se introduce a la familia que viene de fuera, extraño a
la procreación natural, en el aspecto legal se dan complicaciones muy serias
con los niños de probeta. pues si el vientre es “alquilado” puede llegar a
tener tres madres, la portadora (vientre alquilado en el que vive nueve meses), la biológica, que es la que ha proporcionado
el óvulo y la legal que es la que ha “pagado” por obtener un hijo. Esto sin mencionar el semen masculino que
puede proceder de la congelación de la simiente de una persona ya muerta, o
desconocida, aunque puede serlo del propio marido. Conviene por tanto ser
consientes de los múltiples trastornos que esto puede causar, a sabiendas de
que hay formas maravillosas de solucionar la infertilidad, bástenos lo mencionado por ser tan humano como lo es
la adopción.
EL MATRIMONIO.
Hablar del Matrimonio
Cristiano en un espacio tan reducido como lo es este solo permite hacer un brevísimo
comentario a cada uno de los temas sobresalientes, que son: A.- De donde proviene la naturaleza del
Matrimonio Cristiano, B.- sus dos fundamentos principales , C.-sus
frutos, sus fines, y D.-su sacralidad.
A.- Su
Naturaleza propia, sin la menor duda proviene de Dios Creador, que decide que
la primera pareja humana, un hombre Adán
y una mujer Eva, inicien a la humanidad, esta es no solo una prueba contundente
para todos los que tienen fe, sino una lección para todos los seres humanos de
todas las épocas y lugares. Es así que el matrimonio es la unión natural de un
hombre y una mujer por lo que toda unión matrimonial solo puede ser así.
Uniones que en mal uso de su libertad realicen hombres con hombres o mujeres
con mujeres son anti-naturales, para los cristianos, y no solo ilegítimas sino pecaminosas.
B.- Los fundamentos del Matrimonio Cristiano son
dos, ambos indispensables, al Amor lo menciono en primer lugar porque es
indispensable para que una relación comience, no porque sea más importante que el otro que es el Vínculo Indisoluble,
sino que en el proceso nace, se da, existe, para que entre ambos se inicie el
interés mutuo, siendo el otro consecuencia de la unión por el casamiento.
Locura, así de simple locura seria intentar un casamiento si no se da entre
ambos el amor, la atracción mutua, el enamoramiento, el deseo de estar juntos,
de tratarse, que vienen a ser propias del noviazgo, tiempo indispensable y
previo a la unión marital. No hay duda por tanto de que el amor es fundamento
del matrimonio, y que es deseable no solo que perdure sino que aumente en la
pareja nupcial al través de los años, motivos los hay, pero como el Amor no
depende enteramente de la voluntad y es por naturaleza voluble, Dios en su
inconmensurable sabiduría da a la pareja unida matrimonialmente el instrumento
que como fundamento también garantiza (si hay verdadera Fe) que esa unión
marital es permanente e indisoluble, así que si la volubilidad del Amor no
permitiese su conservación e incluso se diese su pérdida el matrimonio
fundamentado en el vínculo continúa hasta la muerte de uno de los cónyuges.
C.- Sus frutos son: la
procreación, la felicidad y cooperación de los cónyuges, a la que se llama
comúnmente la ayuda mutua, dentro de esta ayuda no podemos dejar de considerar
a las relaciones íntimas entre marido y mujer, que se deben de considerar
íntegralmente ello es con lo que de espiritualidad conllevan, pues dado el amor mutuo entre ellos, ahí se sublima este,
al realizar el acto que es nada menos
que don gratuito de Dios al género humano, no es solo instintivo sino que está
preñado de cariño mutuo de entrega entre ambos.
No podemos dejar de examinar
el importante ingrediente espiritual de este Sacramento que apunta a la
salvación, no solo la propia sino la del cónyuge, pues viviendo la Virtud
Teologal de la Caridad al vertirse el amor en el ser amado, en este caso, el
marido o la esposa se busca precisamente la santidad de vida conyugal, en tanto
la relación comparte las responsabilidades y obligaciones de la vida de
casados, cumpliendo la vocación de la maternidad y paternidad, en sus roles
cada uno y en caso de que Dios les bendiga con descendencia y para lo cual Dios
nos otorga su Gracia. Es el matrimonio por lo tanto campo fértil para el
apostolado, no solo con el marido o esposa sino con los hijos y ante la
sociedad siendo testigos de buenos cristianos ante la esta.
Destaca entre los frutos del
matrimonio el binomio inseparable de la generación y educación de los
descendientes, debemos partir de la base del acto portentoso en el que Dios
Padre nos brinda a los humanos la posibilidad enorme de participar en el
acontecimiento creativo de los nuevos seres, en el que nosotros aportamos la
parte material y Él el alma espiritual, realización creativa de alguien que no
tenía antecedente alguno, que al ser concebido es alguien que no existía y que
entra en la existencia. Si esto no nos conmueve el alma no lograremos crecer
como personas.
D.-El Matrimonio fue elevado a Sacramento por Nuestro
Señor Jesucristo, quien con su presencia en las bodas de Caná, lo santifica,
por sus enseñanzas a los apóstoles. San Pablo lo califica de magno y por supuesto no exagera porque es un
Sacramento existencial que nos santifica en todas las actividades de la vida de
casados, pues todo el quehacer del casado se enfoca hacia su hogar, hacia su
cónyuge, hacia sus hijos, y la vida familiar, sea profesión, sea vida social,
sean las vacaciones, toda nuestra vida se puede santificar en tanto ofrecida al
Señor como obra que cumple su voluntad, que busca el agradar a Dios y ello en
la consecusión de la felicidad de todos los miembros de la familia.
LA
FAMILIA.
PARAFRASEANDO AL PAPA
FRANCISCO: “La familia es el hospital más cercano, cuando uno
está enfermo lo cuidan ahí, mientras se puede. La familia es la primera escuela
de los niños, es el grupo de referencia imprescindible para los jóvenes, es el
mejor asilo para los ancianos. La familia constituye la gran «riqueza social»,
que otras instituciones no pueden sustituir, que debe ser ayudada y potenciada,
para no perder nunca el justo sentido de los servicios que la sociedad presta a
sus ciudadanos. En efecto, estos servicios que la sociedad presta a los
ciudadanos no son una forma de limosna, sino una verdadera «deuda social»
respecto a la institución familiar, que es la base y la que tanto aporta al
bien común de todos”.
No nos cabe duda que la sociedad moderna está
sufriendo cambios importantes, que necesitan de cuidados muy cercanos por los
ataques que sufre las familias con
estos, y para ello es necesario que los identifiquemos, pues si sencillamente
nos adaptamos, las familias llevan las de perder, es necesario que luchemos por
defender los valores familiares, que tanto afectan en sentido perjudicial, al
grado que no hay familia que deje de ser víctima de alguna manera de dichos
cambios de signo negativo.
Lo primero que tenemos que tener es el paradigma de
la familia ideal, la cual es la que sigue el orden natural, siendo este la
unión marital eclesiástica de un hombre y una mujer, por supuesto, que tienen
descendencia si Dios se los permite, a la que aman y forman de manera cristiana
para, la felicidad de todos los miembros, y la obtención de su autonomía,
llegado el momento. Lo que tenemos que intentar con fundamento en los valores
familiares cristianos y humanos, cosa no fácil en una sociedad como la actual
que ofrece tantas oportunidades negativas y contrarias a los valores que
queremos vivir, y enseñar a nuestros hijos en un ambiente de amor, de respeto,
de comprensión con los sacrificios necesarios por parte de los cónyuges en su
papel de padres, educadores en la fe, en lo social, preparándolos para
enfrentar a las necesidades y retos de la sociedad.
En el ambiente hay intereses no aparentes y en
ocasiones ocultos los hay de diversos tipos, los de carácter económico, o
político e ideológico, algunos van detrás del dinero que gastamos, con ofertas
de bienestar como sucedáneo de felicidad, otros de nuestros votos los que en
ocasiones quieren ganar con políticas negativas como el permisionismo. Otros
con ideologías que rompen todo género de valores cristianos, como el pretendido
“matrimonio entre homosexuales”, y la posibilidad de adopción por los mismos,
matrimonios a prueba, donde la mujer siempre sale perdiendo, son ejemplos, su
virginidad, sojuzgamiento por el “novio” embarazos seguidos de abandono por el
hombre, y que causan angustia en la vida sobre todo ante el peligro de que los
padres se enteren, las uniones libres, con los hijos fuera del matrimonio,
estos dos últimos casos con la falta de seguridad y altas probabilidades de ser
madres solteras o aún mucho peor el caer en el crimen del aborto. Los hijos
fuera del matrimonio no son algo naturalmente bueno, ni para las personas ,
ambas generadores y generados, ni lo son para una sociedad sana, en su
desarrollo queda socavada la benéfica acción de la autoridad paterna, la que
conlleva consigo la crisis de obediencia, por el contrario tenemos dentro de
los matrimonios normales la paternidad responsable, que no solo se ocupa del
espaciamiento y cantidad de hijos a tener, sino de la guía que los hijos
requieren, la salud, su desarrollo psicológico y físico, el clima de la
autoridad moral ejercida por los padres, en el ambiente de amor y ternura,
ejemplo de sociabilidad. La autoridad materno-paterna es imprescindible, si no
son capaces de obedecerla a la que ven,
¿Cómo van a obedecer a Dios a quien no ven? .No hay hijo que no necesite de
correcciones, de sujeción a horario, de vivir los principios de subsidiaridad y
de solidaridad, con padres y hermanos, que no deba tener encargos y que los
cumpla, al que no sea necesario, disciplinarlo y encauzarlo por el buen camino,
en materia de sus amistades, del cumplimiento de sus deberes escolares, de la
manera de vestirse o arreglarse, por dar unos ejemplos. Hoy vemos con pena a
padres que se han dado por vencidos , que han inhibido la autoridad paterna, lo
que no es correcto, quizás haya que reencauzarla cambiándola por la que en cada
caso sea la adecuada, a partir del buen ejemplo que les demos.
Hoy día hay que tener sumo cuidado con las
influencias externas a la familia, lo que no es restringirles libertad, sino
prepararlos para que la ejerzan sanamente, que sepan distinguir las ideologías
subversivas de los valores cristianos y que los antepongan en sus relaciones
con la sociedad.
Son muchas las dificultades que se presentan hoy día a
los padres, y sin duda que es mucho mas difícil educar hoy de lo que fue en el
pasado, y me refiero a los niveles de la economía, del aspecto psicológico, del
social, del educativo, pero esto debe de ser un aliciente no permitiendo que se
nos imponga el derrotismo.
¿Qué es lo que nos
es más necesario a los padres de familia para poder dar cumplimiento a las
indicaciones que provienen de la Doctrina de Cristo?, en primer lugar nos
tenemos que plantear como es que se consideran todas estas cuestiones como
doctrinales, la respuesta nos la da la propia Iglesia en su Magisterio, los escritos papales relacionados con la
familia el matrimonio y la sociedad, la predicación de los obispos, tenemos que
recurrir a esa Santa Literatura, y ¿de donde vamos a obtener lo necesario?, la
respuesta nos la da el propio Jesucristo en su nuevo mandamiento del amor, es
tratando de vivirlo con toda nuestra capacidad, solo con amor, viviéndolo,
manifestándolo, utilizándolo, obtendremos la Gracia de Estado que el propio
Jesucristo nos dona, esa es la mayor ayuda que obtenemos.
DROGADICCIÓN.-
Las adicciones al tabaco, al alcohol y a los
estupefacientes son definitivamente perjudiciales para la humanidad, dejaremos
las dos primeras para otra ocasión y nos ocuparemos hoy de hablar sobre los estupefacientes.
Otro de los males que amenaza a nuestra niñez pues a ese
grado ha llegado la malicia criminal de los traficantes que quieren adeptos
desde la tierna edad de los alumnos de primaria
y no digamos de los miembros de nuestra juventud que son pescados por el
vicio del consumo de estupefacientes. En las edades adultas el consumo por
desgracia parece ir en aumento, quienes caen en su uso son personas que no han
encontrado el verdadero sentido de la vida, y viven atemorizados, o
desorientados, o engañados cayendo en la trampa de tomar por bueno lo que es
malo. La felicidad que por naturaleza buscamos todos los hombres debe de ser
integral, no solo del cuerpo, la verdadera felicidad implica que
espiritualmente estemos de acuerdo a nuestra conciencia, y si esta está bien
formada, mucho mejor, no son las drogas cuyo efecto es además temporal la que
nos brindará la paz del alma, por el contrario corroerá nuestros mas íntimos
sentimientos, y nos degradará en nuestras capacidades, porque el cerebro afectado
por las mismas tiende al aumento del consumo.
Lo primero que tenemos que decir es que puede tratarse de
una enfermedad y se tendrá que tratar debidamente, otro es el aspecto de los
que consumen ocasionalmente por diversas circunstancias, no se trata de adictos
pero esto no quiere decir que estén fuera del peligro de hacerse adictos, por
razones diversas en cuanto a los ya enfermos se deben de curar, pero que como en
otras enfermedades crónicas pueden tener recaídas. Pero no nos vamos a meter en
describir los efectos psicofísicos que esto produce, hay tratados muy completos
sobre ello, que proceden de grandes especialistas, por lo que cada quien de
acuerdo a su interés personal puede hacer las consultas pertinentes de acuerdo
a su interés.
En primer término debemos
de plantearnos el porqué algunas personas pretenden o llegan mal aconsejadas a
buscar una satisfacción, o situación placentera que es producida por el
consumo, y como es lógico se tratará de individuos que necesitan de esa
satisfacción, porque no están en armonía consigo mismos, porque hay algo que
les falta, o que les estorba, que es incómodo y la droga les proporciona el
sucedáneo del alivio, del bienestar, del contento, pero insisto solo en forma
temporal. Estas personas pueden ser víctimas de diferentes circunstancias, las
cuales van desde la herencia genética, pasando por las situaciones personales
que son muchísimas por los que solo mencionaremos algunas de las más
frecuentes: el estrés, el fracaso, las situaciones de disgusto en la vida familiar
o en la profesional, la presión social, la calidad de vida, y muy importante la
mala educación recibida en el hogar.
El problema no solo es personal, familiar, social,
nacional sino mundial, por lo que tenemos, como siempre, que recurrir a la
Doctrina de Cristo en busca de las soluciones, la dimensión es tal que nuestra
responsabilidad se tiene que limitar a nuestra personal área de influencia, y
tomar las enseñanzas que hemos recibido y aplicarlas, recordemos la levadura que fermenta toda la masa, el grano
de pimienta que se convierte en el mas grande de los arbustos. Es por tanto en
nuestro propio hogar donde debemos de comenzar además y si nos es posible en el
lugar de nuestro trabajo, en el círculo social al que pertenecemos, con las
personas de las familias políticas a las que estamos unidos, u otro ámbito en
el que tengamos posibilidad de influir como lo es en nuestra actividad apostolica.
Que es lo que blinda a la persona humana en contra de las
posibles y funestas consecuencias que
trae este problema, pues lo es su propia e …íntima convicción de que no se
trata de un verdadero remedio, sino todo lo contrario, que es un peligro
inminente para los que se le acerquen esto se logra en la propia familia con la
educación, con la creación de un ambiente de amor, respeto y comprensión que
nos enseña lo que es la verdadera tranquilidad personal, que nos prepara para
enfrentar las dificultades que la vida nos va presentando, que nos forma
cristianamente. Es el buen cristiano el que conoce cual es el sentido de su
vida, que esta no es sino la preparación de la que viene después a la que tarde
o temprano trascenderemos. Todos tenemos nuestro lugar en este mundo en el
tiempo y en el espacio, el secreto está en sepamos vivirlo, que conozcamos
cuales son nuestras metas y que las consideremos como lo que son, medios, y no
fines, que las vayamos realizando a nuestro mejor poder y entender, que sean
estas honestas, dirigidas al Bien Común, que nos vayamos realizando en su
cumplimiento, cuando este se logra, y si por las razones que sean, no se nos
cumplen, saber y entender nuestras limitaciones, a sabiendas que lo que el
Hacedor premia es el esfuerzo y no el resultado.
Jorge Casas y Sánchez. LA VIDA, EL MATRIMONIO, LA
FAMILIA, Y LA DROGADICCIÓN:
Estos cuatro temas, son desde
hace varios lustros y en la actualidad de importancia muy, muy grande, y las
tenemos que traer a la palestra en forma recurrente pues la preocupación de la
Santa Iglesia en general así nos lo indica, en la catequesis del adulto se hace
de primordial importancia, en cuanto estos son (somos) los transmisores de la
doctrina a las generaciones venideras por una parte y porque nosotros mismos
debemos de ser fieles a Nuestro Señor Jesucristo en la praxis de nuestra propia
existencia. El verdadero humanismo, lo que podemos considerar el HUMANISMO
CRISTIANO, que se basa en la doctrina de Jesucristo, lo que es, no solo la
verdad, sino que nos muestra la
naturaleza de la persona humana de acuerdo a su creador, ésta sola razón
deja a los “humanismos modernos” ( que no lo entienden, no lo conocen, pues se
niegan a analizarlo), en terrenos empantanados, aunque en su ignorancia no se
dan cuenta de que están envueltos en él,
pues el sustento de nuestra civilización está en éste y no lo consideran como
debían, si tuvieran la más pequeña voluntad de acercarse a las verdades
supremas de nuestra existencia. Es por
estas poderosas razones de que es necesario insistir en los temas de esta meditación.
Somos amigos de Jesucristo
pero nuestra amistad no es como la amistad humana, por ejemplo a Jesucristo le
obedecemos a un amigo le servimos, le ayudamos, mas no le obedecemos, cuando
mucho le tomamos un consejo, Jesucristo que es la palabra de Dios nos habla
como amigos a través de los Evangelios y nuestra respuesta debe ser la
aceptación por medio de la fe. Porque sus palabras son de vida eterna, llenas
de amor pues quiere nuestra salvación. Creemos por la gracia del Espíritu Santo
pero no es contrario a ello el hecho de que en tanto acto humano que surge de
nuestra voluntad y en uso de nuestra libertad, es la luz de la fe que nos
ilumina que con la cooperación de nuestras facultades y la gracia divina podemos estar en el camino de la salvación eterna,
lo que la Virtud Teologal de la Esperanza nos enseña. Vale aquí recordar el
adagio de San Agustín “creo para comprender y comprendo para creer mejor”.
El gran mal, que es
preocupación de la Santa Sede desde hace muchos lustros es: LA FALTA DE SENTIDO
DEL PECADO, y la cuestión es que en la actualidad se peca mucho contra la vida,
bástenos los ejemplos del aborto, la eugenesia, y la eutanasia. Contra el
matrimonio cristiano, con el divorcismo rampante, la mala educación de los
hijos en la familia, y el uso de los estupefacientes. Debiéndose estos dos
últimos a la educación insuficiente o defectuosa de nuestros hijos cuando
ausente totalmente, responsabilidad de grave necesidad, que o no ejercemos, o
lo hacemos en forma incompleta. Cuando no dando ejemplos malos, de carácter
negativo, que los hijos aprenden por el mal ejemplo recibido. Otro de nuestros males es la popularidad que
va tomando la afición a los estupefacientes, los tradicionales agentes del mal
ahora alimentados por los conocimientos de la distribución mercadotécnica van
obteniendo adeptos que en algunos casos se convertirán en adictos, con las
consecuencias negativas, que ello conlleva. Veamos algunos aspectos cristianos
de los cuatro temas que nos hemos propuesto hoy:
LA VIDA.
LA VIDA, ningún derecho
humano puede estar por encima del derecho a vivir, y nadie excepto DIOS NUESTRO
SEÑOR, puede disponer de la vida, la cual empieza desde el propio momento de la
concepción hasta su muerte natural. Con la preocupación del ABORTO, que en esta
época en el que el permisivismo es arma electorera de los políticos que no
piensan sino en la próxima elección, y sabedores de que el “NO” es menos
popular que el “SI”, se decantan por el permisivismo que les representa votos
pues es un “SI” a la depravación y al crimen, pues eso es, en palabras claras el disponer arbitrariamente
de la vida de otro ser humano, aunque este sea una persona recién concebida en
el seno de una mujer. Bien visto esto, ninguna mujer en sus cabales se
inclinaría naturalmente por asesinar a un hijo de sus entrañas, si algunas lo
realizan es porque han caído, víctimas de los que teniendo influencia y poder
en la sociedad se los han presentado y ofrecen como un “bien”, o una “solución”, pero debidamente informada
la mujer, e incluso hoy apoyada por la ciencia, no solo por la recta moral,
sabría que el nuevo ser que lleva en su seno, sea lo que perversamente han dado en llamar “hijo no deseado” o incluso
en los casos muy dolorosos de embarazos producidos por violación, el hijo tiene
la mitad de sus cromosomas de ella misma,(nos lo dice la ciencia) no es nunca
un ser extraño es siempre sangre de su sangre. Toda concepción debe llevarse
naturalmente a su destino, y existen múltiples instancias que están dispuestas
y deseosas de ayudarles en todos los casos con tal de preservar la vida de ese
nuevo ser que se está gestando en su vientre. Ayudas que consisten en
asistencia a las propias madres o a sus hijos si no pueden hacerse cargo de
estos. Es imperdonable que haya entidades en las que las legislaturas sean tan
torvas e inmorales como para sugerir , apoyar o admitir que sea legal el
aborto, cuando se trata de un crimen, que además cuenta con los agravantes de alevosía
y ventaja, pues se trata de crimen seguro y sobre un inocente indefenso.
No queda fuera de este tema el MICRO-ABORTO, forma en que se definen los
métodos como el de la “píldora del día siguiente” y otros modos de deshacerse
de un posible embarazo, en el que ya hay una persona humana concebida. Aquí la
ley no se ocupa pero la Moral sí, nos tenemos que preocupar dentro de nuestra
propia casuística de actuar de acuerdo a la voluntad de Nuestro Señor, que está
siempre a favor de la vida.
No nos podeos otorgar
poderes a los que no tenemos en lo mas mínimo derecho. En el EVANGELIO DE LA
VIDA, “Evangelium Vitae” que es encíclica de San Juan Pablo II, se nos explican
los grandes temas de la acción creadora de Dios, y otros conceptos muy
convenientes de conocer mas a fondo, lo menciono como lectura indispensable
para formación de criterio todo buen cristiano.
El diagnóstico prenatal es
una serie de diferentes técnicas que tenemos que poner bajo la lupa de la Moral
Cristiana ya que hay técnicas seguras y otras que consideramos ilícitas los
católicos porque son potencialmente abortivas, en si se trata de obtener un
diagnóstico, lo que no es ilícito en si, son las diferentes técnicas las que se
deben de juzgar moralmente. El progreso médico permite incluso hacer curaciones
al concebido, lo que nos debe de maravillar cuando estas corresponden a métodos
seguros que respetan la vida de este. La ilicitud consiste en producir el
aborto de que presentare alguna anomalía, ni este caso es lícito el aborto. El
diagnóstico prenatal en ningún caso debe llevar como finalidad el terminar con
la vida de la persona concebida, si se encontrara malformación, enfermedad
genéticamente heredada, u otro problema cualquiera, en todo caso se lleva a
cabo para intentar la curación desde el seno materno.
Veamos algo sobre la
EUTANASIA, quizás se podría, dados los grandes adelantos de la medicina y las
tendencias perversas de las legislaturas de algunos países, empezar
distinguiendo algunos conceptos, como el de “vida artificial”, “muerte digna”,
compasión, “derecho a la propia vida”, “suicidio ayudado”, y otras expresiones por el estilo. Siendo el primer
concepto a ser explicado el de la propia eutanasia, la que ha sido definida por
el MAGISTERIO, asi:
POR EUTANASIA SE ENTIENDE
UNA ACCIÓN O UNA OMISIÓN QUE POR SU NATURALEZA O EN LA INTENCIÓN, CAUSA LA
MUERTE CON EL FIN DE ELIMINAR CUALQUIER DOLOR.
Pero hay puntos que se deben
aclarar, pues los casos son muy diversos y si en lo personal sucediera dentro
de nuestro propio ámbito familiar, recordemos que no está por demás consultar
el caso con nuestro párroco u obispo. Por ejemplo no es acto eutanásico
desconectar a una persona que no tiene en absoluto la posibilidad de
recuperación y que está viviendo artificialmente, es este el caso en que Dios
decidirá si esa persona puede por sus propios medios vivir o ya ha decidido que
su vida natural termine. Esto se comenta dada la posibilidad que tiene la
técnica médica de prolongar “artificialmente”
la vida sin posibilidades de curación, cayendo
incluso en una situación abusiva, y quizás solo prolongando el sufrimiento del
paciente. Como tampoco es eutanásico el
caso de los enfermos terminales en que por ser inaguantables los dolores se
aplican al paciente dosis de calmantes que podrían acortar su vida, puesto que
se aplican con la intención, no de
acortar la vida sino con la de disminuir un dolor insoportable. Aquí lo que se
deduce es que no es la medicación la que causa la muerte, sino la propia
enfermedad, estamos por supuesto refiriéndonos a casos de enfermos incurables y
que se encuentran sufriendo increíblemente. Como tampoco, nos dice la Doctrina
Cristiana a través de su Congregación para la Doctrina de la Fe, se debe llamar
Eutanasia al caso de no usar métodos que, a criterio de doctores verdaderamente
capacitados, fueren para intentar curaciones cuyos resultados son
desproporcionados a los a los resultados previsibles.
El caso de los enfermos
terminales, en especial ayudándoles a morir debidamente reconciliados con Dios,
proporcionándoles cuidados que les permiten hacer mas soportable su sufrimiento
no se debe considerar eutanásico, sino por lo contrario caritativo.
Lo importante en estos casos
es el tomar en cuenta la DIGNIDAD DE LA PERSONA HUMANA y por un lado no
prolongar inútilmente sus sufrimientos, sino tener un criterio basado en la
ciencia médica y en la conciencia de familiares y doctores, ni tampoco caer en
la eutanasia, acortando artificialmente su vida. Es conveniente que recordemos
que la vida nos la da Dios pero no es nuestra, ni el paciente ni los familiares
ni los doctores son dueños de esta, por lo tanto a sabiendas de que todos tenemos
que morir solo preservamos la dignidad de la persona humana permitiendo QUE SU
MUERTE SEA NATURAL y de ninguna otra manera. No tenemos derecho ni a
prolongarla inútilmente ni a acortarla artificialmente. Dios nos la da y Él nos
la quita, y solo Él.
En 1865 se publicaron los
trabajos del monje católico agustino GREGOR MENDEL al que se conoce por ser el
iniciador de la HERENCIA GENÉTICA, a partir del 1900 se empiezan a realizar
estudios cada vez mas profundos y sorprendentes sobre las células humanas,
llegando en la actualidad a descubrimientos que cada día progresan mas en el
campo científico, aspectos como los que se estudian a partir del ADN, hacen muy
necesaria a la BIOÉTICA, entendida esta como debe de ser, sustentada en los
valores morales cristianos, considerándola como la ética de la vida,
fundamentada en valores humanos y no en intereses mercadológicos como lo son
las clínicas de reproducción:
IN-VITRO, Y las clínicas abortivas.
En este mismo sentido de
ideas, tenemos los adelantos muy
impresionantes desde el punto de vista de las ciencias médicas que a través de
la GENETICA están en posibilidad, a
través de los conocimientos del GENOMA HUMANO, de diagnosticar deformaciones,
enfermedades y estados como el de los
concebidos que sufren desde el seno materno
el Síndrome de Down, aquí cabe la fórmula de “conocer para curar no para
seleccionar”. Es por ello que toda MANIPULACIÓN GENÉTICA que trate de
modificar, ( y la ciencia actual tiene
la posibilidad de realizarlo y de hecho se realiza ), lo que la naturaleza le
ha dado al nuevo ser, a lo que se llama su PATRIMONIO GENÉTICO, debe de
respetarse en cuanto a su constitución, pues hay un abismo entre lo curativo
que pretende auxiliar a la naturaleza respetando su constitución genética y lo
modificante que pretende alterarla, cambiarla, para que sea genéticamente
diferente.
En cuanto a la PROCREACIÓN
ARTIFICIAL, cuando los matrimonios no pueden lograr que la mujer conciba por
los medios naturales debemos tener al menos una idea de las posibilidades que existen y que son ilícitas y una CLARIDAD
ABSOLUTA SOBRE LAS POSIBILIDADES LÍCITAS. Empecemos diciendo que hay un derecho
legítimo a querer procrear pero que no hay un derecho a tener un hijo, porque
una persona humana no es un objeto, hay que respetar la dignidad de la persona,
por lo que no hay derecho de una persona sobre otra a poseerla como la posesión
de algo que es una cosa.
Existen clínicas de
reproducción artificial, que
aprovechándose de la ciencia médica han
creado un mercado lleno de ofertas ilícitas, que mercantilizan diversas
posibilidades como lo son la fecundación heteróloga, que consiste en el uso de
un gameto no de los esposos, la recta moral considera que solo las
posibilidades propias de los esposos dan el derecho de procreación. No debemos
considerar esto en comparación con el acto de amor muy digno y muy humano de la
adopción, son casos diferentes desde su raíz. El acto de concebir a una nueva
persona humana debe de proceder del amor entre los esposos, que quieren que esa
nueva persona provenga de ambos y no de algún extraño(ña), conocido(a) o
desconocido(a). La CONGELACIÓN DE LOS
GAMETOS, es un procedimiento ilícito por muchas razones, de las que podemos
mencionar : la utilización de infinidad
de embriones que están a la venta, esto convierte al ser humano en mercancía,
lo que es intolerable moralmente, es indispensable tener claramente entendido
el concepto de que si bien Dios ha confiado al hombre el don de la procreación,
y lo ha dotado de una ley para llevarlo a cabo, ley que es natural, sigamos los
lineamientos de la naturaleza, evitando aquello que la modifica y alentando
aquello que la auxilia. Dios ha confiado al hombre el don de la vida humana, lo
que nos inbrika sólidamente en la responsabilidad de su manejo, nos hace
responsables del uso que de ella hagamos, por lo que en la vida naciente, los procedimientos
procreativos, el mantenimiento de la propia vida así como toda intervención
artificial, por moderna que sea, por conveniente que aparente ser, debe
someterse a la moral para ser admitida como lícita o declarada abiertamente
ilícita y contraria al espíritu de la
doctrina de Jesucristo.
INSEMINACIÓN
ARTIFICIAL. Hay aspectos de la humanidad que se deben de tratar
científicamente y cuya importancia no se puede superar algunos son como la
salubridad, que las ciencias médicas tratan, como también la búsqueda de la
salud, las ciencias legales que buscan
la justicia, su impartición y legislación etc. pero no todo se le puede
dejar a las ciencias hay aspectos que pertenecen a la Moral y a la Ética, otras
a las costumbres, culturas, tradiciones, siendo los aspectos morales de inmensa
importancia y estos se fundamentan en las religiones en las creencias t las
tradiciones. Es en este punto en el que quiero hacer incapié pues los adelantos
científicos, verdaderamente impresionantes no son siempre morales, o sea que no
tienen mas límites que los presupuestos económicos, y es INDUDABLE QUE LA MORAL
MARQUE SUS LÍMITES, y que estos se traduzcan en legislación apropiada,
especialísimamente en lo que concierne a la procreación, fertilidad,
generación, matrimonio y vida humana.
Con la vida humana no se puede experimentar
ilimitadamente, el respeto a esta es una obligación de primordial importancia
desde su inicio que es el momento de la concepción, por lo que los embriones,
humanos deben de gozar de la protección legal y moral y no ser tratados como
objetos desechables. Aquí la ciencia, experimentando inmoralmente, ha obtenido avances que no dejan de ser
espectaculares pero no por ello legítimos ni éticos y mucho menos morales. Si esta
experimentación se hiciera exclusivamente con animales y con el objeto de
obtener beneficios para el Bien Común de la humanidad no sería censurada por la
moral. Pero el disponer arbitrariamente
de vidas humanas no es lícito, la dignidad de la persona humana hace,
por fuerza y por derecho el que no pueda
ser tratada, -en ningún momento de su existencia- como algo técnico, como sujeto de experimentación y después de
ello desechada como basura inservible.
La vida humana debe de proceder de la donación que un
hombre y una mujer debidamente unidos en matrimonio se hacen mutuamente creando
también el compromiso de la educación de su prole, lo que a esto lo perfecciona
el amor marital y materno-paternal y el
vínculo indisoluble, ésta que viene a ser una de las mas grandes responsabilidades que el ser
humano en unión de su cónyuge asume en
su existencia, y viene a ser, además,
la manera no solo práctica de colaboración a la vida social y familiar
sino que es la manera natural que Dios Creador nos dejó claramente señalado con
nuestros Primeros Padres, y nadie puede decirnos mejor como es nuestra naturaleza que el mismo que nos la ha
concedido.
La inseminación artificial padece de innumerables
defectos que al imperfeccionarla la hacen ilícita, unos de los criterios , no
todos son: se despersonaliza el acto
procreativo lo que es contra la naturaleza, como nos lo señala la
antropología, el hijo es algo que viene
del exterior algo que se introduce a la familia que viene de fuera, extraño a
la procreación natural, en el aspecto legal se dan complicaciones muy serias
con los niños de probeta. pues si el vientre es “alquilado” puede llegar a
tener tres madres, la portadora (vientre alquilado en el que vive nueve meses), la biológica, que es la que ha proporcionado
el óvulo y la legal que es la que ha “pagado” por obtener un hijo. Esto sin mencionar el semen masculino que
puede proceder de la congelación de la simiente de una persona ya muerta, o
desconocida, aunque puede serlo del propio marido. Conviene por tanto ser
consientes de los múltiples trastornos que esto puede causar, a sabiendas de
que hay formas maravillosas de solucionar la infertilidad, bástenos lo mencionado por ser tan humano como lo es
la adopción.
EL MATRIMONIO.
Hablar del Matrimonio
Cristiano en un espacio tan reducido como lo es este solo permite hacer un brevísimo
comentario a cada uno de los temas sobresalientes, que son: A.- De donde proviene la naturaleza del
Matrimonio Cristiano, B.- sus dos fundamentos principales , C.-sus
frutos, sus fines, y D.-su sacralidad.
A.- Su
Naturaleza propia, sin la menor duda proviene de Dios Creador, que decide que
la primera pareja humana, un hombre Adán
y una mujer Eva, inicien a la humanidad, esta es no solo una prueba contundente
para todos los que tienen fe, sino una lección para todos los seres humanos de
todas las épocas y lugares. Es así que el matrimonio es la unión natural de un
hombre y una mujer por lo que toda unión matrimonial solo puede ser así.
Uniones que en mal uso de su libertad realicen hombres con hombres o mujeres
con mujeres son anti-naturales, para los cristianos, y no solo ilegítimas sino pecaminosas.
B.- Los fundamentos del Matrimonio Cristiano son
dos, ambos indispensables, al Amor lo menciono en primer lugar porque es
indispensable para que una relación comience, no porque sea más importante que el otro que es el Vínculo Indisoluble,
sino que en el proceso nace, se da, existe, para que entre ambos se inicie el
interés mutuo, siendo el otro consecuencia de la unión por el casamiento.
Locura, así de simple locura seria intentar un casamiento si no se da entre
ambos el amor, la atracción mutua, el enamoramiento, el deseo de estar juntos,
de tratarse, que vienen a ser propias del noviazgo, tiempo indispensable y
previo a la unión marital. No hay duda por tanto de que el amor es fundamento
del matrimonio, y que es deseable no solo que perdure sino que aumente en la
pareja nupcial al través de los años, motivos los hay, pero como el Amor no
depende enteramente de la voluntad y es por naturaleza voluble, Dios en su
inconmensurable sabiduría da a la pareja unida matrimonialmente el instrumento
que como fundamento también garantiza (si hay verdadera Fe) que esa unión
marital es permanente e indisoluble, así que si la volubilidad del Amor no
permitiese su conservación e incluso se diese su pérdida el matrimonio
fundamentado en el vínculo continúa hasta la muerte de uno de los cónyuges.
C.- Sus frutos son: la
procreación, la felicidad y cooperación de los cónyuges, a la que se llama
comúnmente la ayuda mutua, dentro de esta ayuda no podemos dejar de considerar
a las relaciones íntimas entre marido y mujer, que se deben de considerar
íntegralmente ello es con lo que de espiritualidad conllevan, pues dado el amor mutuo entre ellos, ahí se sublima este,
al realizar el acto que es nada menos
que don gratuito de Dios al género humano, no es solo instintivo sino que está
preñado de cariño mutuo de entrega entre ambos.
No podemos dejar de examinar
el importante ingrediente espiritual de este Sacramento que apunta a la
salvación, no solo la propia sino la del cónyuge, pues viviendo la Virtud
Teologal de la Caridad al vertirse el amor en el ser amado, en este caso, el
marido o la esposa se busca precisamente la santidad de vida conyugal, en tanto
la relación comparte las responsabilidades y obligaciones de la vida de
casados, cumpliendo la vocación de la maternidad y paternidad, en sus roles
cada uno y en caso de que Dios les bendiga con descendencia y para lo cual Dios
nos otorga su Gracia. Es el matrimonio por lo tanto campo fértil para el
apostolado, no solo con el marido o esposa sino con los hijos y ante la
sociedad siendo testigos de buenos cristianos ante la esta.
Destaca entre los frutos del
matrimonio el binomio inseparable de la generación y educación de los
descendientes, debemos partir de la base del acto portentoso en el que Dios
Padre nos brinda a los humanos la posibilidad enorme de participar en el
acontecimiento creativo de los nuevos seres, en el que nosotros aportamos la
parte material y Él el alma espiritual, realización creativa de alguien que no
tenía antecedente alguno, que al ser concebido es alguien que no existía y que
entra en la existencia. Si esto no nos conmueve el alma no lograremos crecer
como personas.
D.-El Matrimonio fue elevado a Sacramento por Nuestro
Señor Jesucristo, quien con su presencia en las bodas de Caná, lo santifica,
por sus enseñanzas a los apóstoles. San Pablo lo califica de magno y por supuesto no exagera porque es un
Sacramento existencial que nos santifica en todas las actividades de la vida de
casados, pues todo el quehacer del casado se enfoca hacia su hogar, hacia su
cónyuge, hacia sus hijos, y la vida familiar, sea profesión, sea vida social,
sean las vacaciones, toda nuestra vida se puede santificar en tanto ofrecida al
Señor como obra que cumple su voluntad, que busca el agradar a Dios y ello en
la consecusión de la felicidad de todos los miembros de la familia.
LA
FAMILIA.
PARAFRASEANDO AL PAPA
FRANCISCO: “La familia es el hospital más cercano, cuando uno
está enfermo lo cuidan ahí, mientras se puede. La familia es la primera escuela
de los niños, es el grupo de referencia imprescindible para los jóvenes, es el
mejor asilo para los ancianos. La familia constituye la gran «riqueza social»,
que otras instituciones no pueden sustituir, que debe ser ayudada y potenciada,
para no perder nunca el justo sentido de los servicios que la sociedad presta a
sus ciudadanos. En efecto, estos servicios que la sociedad presta a los
ciudadanos no son una forma de limosna, sino una verdadera «deuda social»
respecto a la institución familiar, que es la base y la que tanto aporta al
bien común de todos”.
No nos cabe duda que la sociedad moderna está
sufriendo cambios importantes, que necesitan de cuidados muy cercanos por los
ataques que sufre las familias con
estos, y para ello es necesario que los identifiquemos, pues si sencillamente
nos adaptamos, las familias llevan las de perder, es necesario que luchemos por
defender los valores familiares, que tanto afectan en sentido perjudicial, al
grado que no hay familia que deje de ser víctima de alguna manera de dichos
cambios de signo negativo.
Lo primero que tenemos que tener es el paradigma de
la familia ideal, la cual es la que sigue el orden natural, siendo este la
unión marital eclesiástica de un hombre y una mujer, por supuesto, que tienen
descendencia si Dios se los permite, a la que aman y forman de manera cristiana
para, la felicidad de todos los miembros, y la obtención de su autonomía,
llegado el momento. Lo que tenemos que intentar con fundamento en los valores
familiares cristianos y humanos, cosa no fácil en una sociedad como la actual
que ofrece tantas oportunidades negativas y contrarias a los valores que
queremos vivir, y enseñar a nuestros hijos en un ambiente de amor, de respeto,
de comprensión con los sacrificios necesarios por parte de los cónyuges en su
papel de padres, educadores en la fe, en lo social, preparándolos para
enfrentar a las necesidades y retos de la sociedad.
En el ambiente hay intereses no aparentes y en
ocasiones ocultos los hay de diversos tipos, los de carácter económico, o
político e ideológico, algunos van detrás del dinero que gastamos, con ofertas
de bienestar como sucedáneo de felicidad, otros de nuestros votos los que en
ocasiones quieren ganar con políticas negativas como el permisionismo. Otros
con ideologías que rompen todo género de valores cristianos, como el pretendido
“matrimonio entre homosexuales”, y la posibilidad de adopción por los mismos,
matrimonios a prueba, donde la mujer siempre sale perdiendo, son ejemplos, su
virginidad, sojuzgamiento por el “novio” embarazos seguidos de abandono por el
hombre, y que causan angustia en la vida sobre todo ante el peligro de que los
padres se enteren, las uniones libres, con los hijos fuera del matrimonio,
estos dos últimos casos con la falta de seguridad y altas probabilidades de ser
madres solteras o aún mucho peor el caer en el crimen del aborto. Los hijos
fuera del matrimonio no son algo naturalmente bueno, ni para las personas ,
ambas generadores y generados, ni lo son para una sociedad sana, en su
desarrollo queda socavada la benéfica acción de la autoridad paterna, la que
conlleva consigo la crisis de obediencia, por el contrario tenemos dentro de
los matrimonios normales la paternidad responsable, que no solo se ocupa del
espaciamiento y cantidad de hijos a tener, sino de la guía que los hijos
requieren, la salud, su desarrollo psicológico y físico, el clima de la
autoridad moral ejercida por los padres, en el ambiente de amor y ternura,
ejemplo de sociabilidad. La autoridad materno-paterna es imprescindible, si no
son capaces de obedecerla a la que ven,
¿Cómo van a obedecer a Dios a quien no ven? .No hay hijo que no necesite de
correcciones, de sujeción a horario, de vivir los principios de subsidiaridad y
de solidaridad, con padres y hermanos, que no deba tener encargos y que los
cumpla, al que no sea necesario, disciplinarlo y encauzarlo por el buen camino,
en materia de sus amistades, del cumplimiento de sus deberes escolares, de la
manera de vestirse o arreglarse, por dar unos ejemplos. Hoy vemos con pena a
padres que se han dado por vencidos , que han inhibido la autoridad paterna, lo
que no es correcto, quizás haya que reencauzarla cambiándola por la que en cada
caso sea la adecuada, a partir del buen ejemplo que les demos.
Hoy día hay que tener sumo cuidado con las
influencias externas a la familia, lo que no es restringirles libertad, sino
prepararlos para que la ejerzan sanamente, que sepan distinguir las ideologías
subversivas de los valores cristianos y que los antepongan en sus relaciones
con la sociedad.
Son muchas las dificultades que se presentan hoy día a
los padres, y sin duda que es mucho mas difícil educar hoy de lo que fue en el
pasado, y me refiero a los niveles de la economía, del aspecto psicológico, del
social, del educativo, pero esto debe de ser un aliciente no permitiendo que se
nos imponga el derrotismo.
¿Qué es lo que nos
es más necesario a los padres de familia para poder dar cumplimiento a las
indicaciones que provienen de la Doctrina de Cristo?, en primer lugar nos
tenemos que plantear como es que se consideran todas estas cuestiones como
doctrinales, la respuesta nos la da la propia Iglesia en su Magisterio, los escritos papales relacionados con la
familia el matrimonio y la sociedad, la predicación de los obispos, tenemos que
recurrir a esa Santa Literatura, y ¿de donde vamos a obtener lo necesario?, la
respuesta nos la da el propio Jesucristo en su nuevo mandamiento del amor, es
tratando de vivirlo con toda nuestra capacidad, solo con amor, viviéndolo,
manifestándolo, utilizándolo, obtendremos la Gracia de Estado que el propio
Jesucristo nos dona, esa es la mayor ayuda que obtenemos.
DROGADICCIÓN.-
Las adicciones al tabaco, al alcohol y a los
estupefacientes son definitivamente perjudiciales para la humanidad, dejaremos
las dos primeras para otra ocasión y nos ocuparemos hoy de hablar sobre los estupefacientes.
Otro de los males que amenaza a nuestra niñez pues a ese
grado ha llegado la malicia criminal de los traficantes que quieren adeptos
desde la tierna edad de los alumnos de primaria
y no digamos de los miembros de nuestra juventud que son pescados por el
vicio del consumo de estupefacientes. En las edades adultas el consumo por
desgracia parece ir en aumento, quienes caen en su uso son personas que no han
encontrado el verdadero sentido de la vida, y viven atemorizados, o
desorientados, o engañados cayendo en la trampa de tomar por bueno lo que es
malo. La felicidad que por naturaleza buscamos todos los hombres debe de ser
integral, no solo del cuerpo, la verdadera felicidad implica que
espiritualmente estemos de acuerdo a nuestra conciencia, y si esta está bien
formada, mucho mejor, no son las drogas cuyo efecto es además temporal la que
nos brindará la paz del alma, por el contrario corroerá nuestros mas íntimos
sentimientos, y nos degradará en nuestras capacidades, porque el cerebro afectado
por las mismas tiende al aumento del consumo.
Lo primero que tenemos que decir es que puede tratarse de
una enfermedad y se tendrá que tratar debidamente, otro es el aspecto de los
que consumen ocasionalmente por diversas circunstancias, no se trata de adictos
pero esto no quiere decir que estén fuera del peligro de hacerse adictos, por
razones diversas en cuanto a los ya enfermos se deben de curar, pero que como en
otras enfermedades crónicas pueden tener recaídas. Pero no nos vamos a meter en
describir los efectos psicofísicos que esto produce, hay tratados muy completos
sobre ello, que proceden de grandes especialistas, por lo que cada quien de
acuerdo a su interés personal puede hacer las consultas pertinentes de acuerdo
a su interés.
En primer término debemos
de plantearnos el porqué algunas personas pretenden o llegan mal aconsejadas a
buscar una satisfacción, o situación placentera que es producida por el
consumo, y como es lógico se tratará de individuos que necesitan de esa
satisfacción, porque no están en armonía consigo mismos, porque hay algo que
les falta, o que les estorba, que es incómodo y la droga les proporciona el
sucedáneo del alivio, del bienestar, del contento, pero insisto solo en forma
temporal. Estas personas pueden ser víctimas de diferentes circunstancias, las
cuales van desde la herencia genética, pasando por las situaciones personales
que son muchísimas por los que solo mencionaremos algunas de las más
frecuentes: el estrés, el fracaso, las situaciones de disgusto en la vida familiar
o en la profesional, la presión social, la calidad de vida, y muy importante la
mala educación recibida en el hogar.
El problema no solo es personal, familiar, social,
nacional sino mundial, por lo que tenemos, como siempre, que recurrir a la
Doctrina de Cristo en busca de las soluciones, la dimensión es tal que nuestra
responsabilidad se tiene que limitar a nuestra personal área de influencia, y
tomar las enseñanzas que hemos recibido y aplicarlas, recordemos la levadura que fermenta toda la masa, el grano
de pimienta que se convierte en el mas grande de los arbustos. Es por tanto en
nuestro propio hogar donde debemos de comenzar además y si nos es posible en el
lugar de nuestro trabajo, en el círculo social al que pertenecemos, con las
personas de las familias políticas a las que estamos unidos, u otro ámbito en
el que tengamos posibilidad de influir como lo es en nuestra actividad apostolica.
Que es lo que blinda a la persona humana en contra de las
posibles y funestas consecuencias que
trae este problema, pues lo es su propia e …íntima convicción de que no se
trata de un verdadero remedio, sino todo lo contrario, que es un peligro
inminente para los que se le acerquen esto se logra en la propia familia con la
educación, con la creación de un ambiente de amor, respeto y comprensión que
nos enseña lo que es la verdadera tranquilidad personal, que nos prepara para
enfrentar las dificultades que la vida nos va presentando, que nos forma
cristianamente. Es el buen cristiano el que conoce cual es el sentido de su
vida, que esta no es sino la preparación de la que viene después a la que tarde
o temprano trascenderemos. Todos tenemos nuestro lugar en este mundo en el
tiempo y en el espacio, el secreto está en sepamos vivirlo, que conozcamos
cuales son nuestras metas y que las consideremos como lo que son, medios, y no
fines, que las vayamos realizando a nuestro mejor poder y entender, que sean
estas honestas, dirigidas al Bien Común, que nos vayamos realizando en su
cumplimiento, cuando este se logra, y si por las razones que sean, no se nos
cumplen, saber y entender nuestras limitaciones, a sabiendas que lo que el
Hacedor premia es el esfuerzo y no el resultado.
Jorge Casas y Sánchez. LA VIDA, EL MATRIMONIO, LA
FAMILIA, Y LA DROGADICCIÓN:
Estos cuatro temas, son desde
hace varios lustros y en la actualidad de importancia muy, muy grande, y las
tenemos que traer a la palestra en forma recurrente pues la preocupación de la
Santa Iglesia en general así nos lo indica, en la catequesis del adulto se hace
de primordial importancia, en cuanto estos son (somos) los transmisores de la
doctrina a las generaciones venideras por una parte y porque nosotros mismos
debemos de ser fieles a Nuestro Señor Jesucristo en la praxis de nuestra propia
existencia. El verdadero humanismo, lo que podemos considerar el HUMANISMO
CRISTIANO, que se basa en la doctrina de Jesucristo, lo que es, no solo la
verdad, sino que nos muestra la
naturaleza de la persona humana de acuerdo a su creador, ésta sola razón
deja a los “humanismos modernos” ( que no lo entienden, no lo conocen, pues se
niegan a analizarlo), en terrenos empantanados, aunque en su ignorancia no se
dan cuenta de que están envueltos en él,
pues el sustento de nuestra civilización está en éste y no lo consideran como
debían, si tuvieran la más pequeña voluntad de acercarse a las verdades
supremas de nuestra existencia. Es por
estas poderosas razones de que es necesario insistir en los temas de esta meditación.
Somos amigos de Jesucristo
pero nuestra amistad no es como la amistad humana, por ejemplo a Jesucristo le
obedecemos a un amigo le servimos, le ayudamos, mas no le obedecemos, cuando
mucho le tomamos un consejo, Jesucristo que es la palabra de Dios nos habla
como amigos a través de los Evangelios y nuestra respuesta debe ser la
aceptación por medio de la fe. Porque sus palabras son de vida eterna, llenas
de amor pues quiere nuestra salvación. Creemos por la gracia del Espíritu Santo
pero no es contrario a ello el hecho de que en tanto acto humano que surge de
nuestra voluntad y en uso de nuestra libertad, es la luz de la fe que nos
ilumina que con la cooperación de nuestras facultades y la gracia divina podemos estar en el camino de la salvación eterna,
lo que la Virtud Teologal de la Esperanza nos enseña. Vale aquí recordar el
adagio de San Agustín “creo para comprender y comprendo para creer mejor”.
El gran mal, que es
preocupación de la Santa Sede desde hace muchos lustros es: LA FALTA DE SENTIDO
DEL PECADO, y la cuestión es que en la actualidad se peca mucho contra la vida,
bástenos los ejemplos del aborto, la eugenesia, y la eutanasia. Contra el
matrimonio cristiano, con el divorcismo rampante, la mala educación de los
hijos en la familia, y el uso de los estupefacientes. Debiéndose estos dos
últimos a la educación insuficiente o defectuosa de nuestros hijos cuando
ausente totalmente, responsabilidad de grave necesidad, que o no ejercemos, o
lo hacemos en forma incompleta. Cuando no dando ejemplos malos, de carácter
negativo, que los hijos aprenden por el mal ejemplo recibido. Otro de nuestros males es la popularidad que
va tomando la afición a los estupefacientes, los tradicionales agentes del mal
ahora alimentados por los conocimientos de la distribución mercadotécnica van
obteniendo adeptos que en algunos casos se convertirán en adictos, con las
consecuencias negativas, que ello conlleva. Veamos algunos aspectos cristianos
de los cuatro temas que nos hemos propuesto hoy:
LA VIDA.
LA VIDA, ningún derecho
humano puede estar por encima del derecho a vivir, y nadie excepto DIOS NUESTRO
SEÑOR, puede disponer de la vida, la cual empieza desde el propio momento de la
concepción hasta su muerte natural. Con la preocupación del ABORTO, que en esta
época en el que el permisivismo es arma electorera de los políticos que no
piensan sino en la próxima elección, y sabedores de que el “NO” es menos
popular que el “SI”, se decantan por el permisivismo que les representa votos
pues es un “SI” a la depravación y al crimen, pues eso es, en palabras claras el disponer arbitrariamente
de la vida de otro ser humano, aunque este sea una persona recién concebida en
el seno de una mujer. Bien visto esto, ninguna mujer en sus cabales se
inclinaría naturalmente por asesinar a un hijo de sus entrañas, si algunas lo
realizan es porque han caído, víctimas de los que teniendo influencia y poder
en la sociedad se los han presentado y ofrecen como un “bien”, o una “solución”, pero debidamente informada
la mujer, e incluso hoy apoyada por la ciencia, no solo por la recta moral,
sabría que el nuevo ser que lleva en su seno, sea lo que perversamente han dado en llamar “hijo no deseado” o incluso
en los casos muy dolorosos de embarazos producidos por violación, el hijo tiene
la mitad de sus cromosomas de ella misma,(nos lo dice la ciencia) no es nunca
un ser extraño es siempre sangre de su sangre. Toda concepción debe llevarse
naturalmente a su destino, y existen múltiples instancias que están dispuestas
y deseosas de ayudarles en todos los casos con tal de preservar la vida de ese
nuevo ser que se está gestando en su vientre. Ayudas que consisten en
asistencia a las propias madres o a sus hijos si no pueden hacerse cargo de
estos. Es imperdonable que haya entidades en las que las legislaturas sean tan
torvas e inmorales como para sugerir , apoyar o admitir que sea legal el
aborto, cuando se trata de un crimen, que además cuenta con los agravantes de alevosía
y ventaja, pues se trata de crimen seguro y sobre un inocente indefenso.
No queda fuera de este tema el MICRO-ABORTO, forma en que se definen los
métodos como el de la “píldora del día siguiente” y otros modos de deshacerse
de un posible embarazo, en el que ya hay una persona humana concebida. Aquí la
ley no se ocupa pero la Moral sí, nos tenemos que preocupar dentro de nuestra
propia casuística de actuar de acuerdo a la voluntad de Nuestro Señor, que está
siempre a favor de la vida.
No nos podeos otorgar
poderes a los que no tenemos en lo mas mínimo derecho. En el EVANGELIO DE LA
VIDA, “Evangelium Vitae” que es encíclica de San Juan Pablo II, se nos explican
los grandes temas de la acción creadora de Dios, y otros conceptos muy
convenientes de conocer mas a fondo, lo menciono como lectura indispensable
para formación de criterio todo buen cristiano.
El diagnóstico prenatal es
una serie de diferentes técnicas que tenemos que poner bajo la lupa de la Moral
Cristiana ya que hay técnicas seguras y otras que consideramos ilícitas los
católicos porque son potencialmente abortivas, en si se trata de obtener un
diagnóstico, lo que no es ilícito en si, son las diferentes técnicas las que se
deben de juzgar moralmente. El progreso médico permite incluso hacer curaciones
al concebido, lo que nos debe de maravillar cuando estas corresponden a métodos
seguros que respetan la vida de este. La ilicitud consiste en producir el
aborto de que presentare alguna anomalía, ni este caso es lícito el aborto. El
diagnóstico prenatal en ningún caso debe llevar como finalidad el terminar con
la vida de la persona concebida, si se encontrara malformación, enfermedad
genéticamente heredada, u otro problema cualquiera, en todo caso se lleva a
cabo para intentar la curación desde el seno materno.
Veamos algo sobre la
EUTANASIA, quizás se podría, dados los grandes adelantos de la medicina y las
tendencias perversas de las legislaturas de algunos países, empezar
distinguiendo algunos conceptos, como el de “vida artificial”, “muerte digna”,
compasión, “derecho a la propia vida”, “suicidio ayudado”, y otras expresiones por el estilo. Siendo el primer
concepto a ser explicado el de la propia eutanasia, la que ha sido definida por
el MAGISTERIO, asi:
POR EUTANASIA SE ENTIENDE
UNA ACCIÓN O UNA OMISIÓN QUE POR SU NATURALEZA O EN LA INTENCIÓN, CAUSA LA
MUERTE CON EL FIN DE ELIMINAR CUALQUIER DOLOR.
Pero hay puntos que se deben
aclarar, pues los casos son muy diversos y si en lo personal sucediera dentro
de nuestro propio ámbito familiar, recordemos que no está por demás consultar
el caso con nuestro párroco u obispo. Por ejemplo no es acto eutanásico
desconectar a una persona que no tiene en absoluto la posibilidad de
recuperación y que está viviendo artificialmente, es este el caso en que Dios
decidirá si esa persona puede por sus propios medios vivir o ya ha decidido que
su vida natural termine. Esto se comenta dada la posibilidad que tiene la
técnica médica de prolongar “artificialmente”
la vida sin posibilidades de curación, cayendo
incluso en una situación abusiva, y quizás solo prolongando el sufrimiento del
paciente. Como tampoco es eutanásico el
caso de los enfermos terminales en que por ser inaguantables los dolores se
aplican al paciente dosis de calmantes que podrían acortar su vida, puesto que
se aplican con la intención, no de
acortar la vida sino con la de disminuir un dolor insoportable. Aquí lo que se
deduce es que no es la medicación la que causa la muerte, sino la propia
enfermedad, estamos por supuesto refiriéndonos a casos de enfermos incurables y
que se encuentran sufriendo increíblemente. Como tampoco, nos dice la Doctrina
Cristiana a través de su Congregación para la Doctrina de la Fe, se debe llamar
Eutanasia al caso de no usar métodos que, a criterio de doctores verdaderamente
capacitados, fueren para intentar curaciones cuyos resultados son
desproporcionados a los a los resultados previsibles.
El caso de los enfermos
terminales, en especial ayudándoles a morir debidamente reconciliados con Dios,
proporcionándoles cuidados que les permiten hacer mas soportable su sufrimiento
no se debe considerar eutanásico, sino por lo contrario caritativo.
Lo importante en estos casos
es el tomar en cuenta la DIGNIDAD DE LA PERSONA HUMANA y por un lado no
prolongar inútilmente sus sufrimientos, sino tener un criterio basado en la
ciencia médica y en la conciencia de familiares y doctores, ni tampoco caer en
la eutanasia, acortando artificialmente su vida. Es conveniente que recordemos
que la vida nos la da Dios pero no es nuestra, ni el paciente ni los familiares
ni los doctores son dueños de esta, por lo tanto a sabiendas de que todos tenemos
que morir solo preservamos la dignidad de la persona humana permitiendo QUE SU
MUERTE SEA NATURAL y de ninguna otra manera. No tenemos derecho ni a
prolongarla inútilmente ni a acortarla artificialmente. Dios nos la da y Él nos
la quita, y solo Él.
En 1865 se publicaron los
trabajos del monje católico agustino GREGOR MENDEL al que se conoce por ser el
iniciador de la HERENCIA GENÉTICA, a partir del 1900 se empiezan a realizar
estudios cada vez mas profundos y sorprendentes sobre las células humanas,
llegando en la actualidad a descubrimientos que cada día progresan mas en el
campo científico, aspectos como los que se estudian a partir del ADN, hacen muy
necesaria a la BIOÉTICA, entendida esta como debe de ser, sustentada en los
valores morales cristianos, considerándola como la ética de la vida,
fundamentada en valores humanos y no en intereses mercadológicos como lo son
las clínicas de reproducción:
IN-VITRO, Y las clínicas abortivas.
En este mismo sentido de
ideas, tenemos los adelantos muy
impresionantes desde el punto de vista de las ciencias médicas que a través de
la GENETICA están en posibilidad, a
través de los conocimientos del GENOMA HUMANO, de diagnosticar deformaciones,
enfermedades y estados como el de los
concebidos que sufren desde el seno materno
el Síndrome de Down, aquí cabe la fórmula de “conocer para curar no para
seleccionar”. Es por ello que toda MANIPULACIÓN GENÉTICA que trate de
modificar, ( y la ciencia actual tiene
la posibilidad de realizarlo y de hecho se realiza ), lo que la naturaleza le
ha dado al nuevo ser, a lo que se llama su PATRIMONIO GENÉTICO, debe de
respetarse en cuanto a su constitución, pues hay un abismo entre lo curativo
que pretende auxiliar a la naturaleza respetando su constitución genética y lo
modificante que pretende alterarla, cambiarla, para que sea genéticamente
diferente.
En cuanto a la PROCREACIÓN
ARTIFICIAL, cuando los matrimonios no pueden lograr que la mujer conciba por
los medios naturales debemos tener al menos una idea de las posibilidades que existen y que son ilícitas y una CLARIDAD
ABSOLUTA SOBRE LAS POSIBILIDADES LÍCITAS. Empecemos diciendo que hay un derecho
legítimo a querer procrear pero que no hay un derecho a tener un hijo, porque
una persona humana no es un objeto, hay que respetar la dignidad de la persona,
por lo que no hay derecho de una persona sobre otra a poseerla como la posesión
de algo que es una cosa.
Existen clínicas de
reproducción artificial, que
aprovechándose de la ciencia médica han
creado un mercado lleno de ofertas ilícitas, que mercantilizan diversas
posibilidades como lo son la fecundación heteróloga, que consiste en el uso de
un gameto no de los esposos, la recta moral considera que solo las
posibilidades propias de los esposos dan el derecho de procreación. No debemos
considerar esto en comparación con el acto de amor muy digno y muy humano de la
adopción, son casos diferentes desde su raíz. El acto de concebir a una nueva
persona humana debe de proceder del amor entre los esposos, que quieren que esa
nueva persona provenga de ambos y no de algún extraño(ña), conocido(a) o
desconocido(a). La CONGELACIÓN DE LOS
GAMETOS, es un procedimiento ilícito por muchas razones, de las que podemos
mencionar : la utilización de infinidad
de embriones que están a la venta, esto convierte al ser humano en mercancía,
lo que es intolerable moralmente, es indispensable tener claramente entendido
el concepto de que si bien Dios ha confiado al hombre el don de la procreación,
y lo ha dotado de una ley para llevarlo a cabo, ley que es natural, sigamos los
lineamientos de la naturaleza, evitando aquello que la modifica y alentando
aquello que la auxilia. Dios ha confiado al hombre el don de la vida humana, lo
que nos inbrika sólidamente en la responsabilidad de su manejo, nos hace
responsables del uso que de ella hagamos, por lo que en la vida naciente, los procedimientos
procreativos, el mantenimiento de la propia vida así como toda intervención
artificial, por moderna que sea, por conveniente que aparente ser, debe
someterse a la moral para ser admitida como lícita o declarada abiertamente
ilícita y contraria al espíritu de la
doctrina de Jesucristo.
INSEMINACIÓN
ARTIFICIAL. Hay aspectos de la humanidad que se deben de tratar
científicamente y cuya importancia no se puede superar algunos son como la
salubridad, que las ciencias médicas tratan, como también la búsqueda de la
salud, las ciencias legales que buscan
la justicia, su impartición y legislación etc. pero no todo se le puede
dejar a las ciencias hay aspectos que pertenecen a la Moral y a la Ética, otras
a las costumbres, culturas, tradiciones, siendo los aspectos morales de inmensa
importancia y estos se fundamentan en las religiones en las creencias t las
tradiciones. Es en este punto en el que quiero hacer incapié pues los adelantos
científicos, verdaderamente impresionantes no son siempre morales, o sea que no
tienen mas límites que los presupuestos económicos, y es INDUDABLE QUE LA MORAL
MARQUE SUS LÍMITES, y que estos se traduzcan en legislación apropiada,
especialísimamente en lo que concierne a la procreación, fertilidad,
generación, matrimonio y vida humana.
Con la vida humana no se puede experimentar
ilimitadamente, el respeto a esta es una obligación de primordial importancia
desde su inicio que es el momento de la concepción, por lo que los embriones,
humanos deben de gozar de la protección legal y moral y no ser tratados como
objetos desechables. Aquí la ciencia, experimentando inmoralmente, ha obtenido avances que no dejan de ser
espectaculares pero no por ello legítimos ni éticos y mucho menos morales. Si esta
experimentación se hiciera exclusivamente con animales y con el objeto de
obtener beneficios para el Bien Común de la humanidad no sería censurada por la
moral. Pero el disponer arbitrariamente
de vidas humanas no es lícito, la dignidad de la persona humana hace,
por fuerza y por derecho el que no pueda
ser tratada, -en ningún momento de su existencia- como algo técnico, como sujeto de experimentación y después de
ello desechada como basura inservible.
La vida humana debe de proceder de la donación que un
hombre y una mujer debidamente unidos en matrimonio se hacen mutuamente creando
también el compromiso de la educación de su prole, lo que a esto lo perfecciona
el amor marital y materno-paternal y el
vínculo indisoluble, ésta que viene a ser una de las mas grandes responsabilidades que el ser
humano en unión de su cónyuge asume en
su existencia, y viene a ser, además,
la manera no solo práctica de colaboración a la vida social y familiar
sino que es la manera natural que Dios Creador nos dejó claramente señalado con
nuestros Primeros Padres, y nadie puede decirnos mejor como es nuestra naturaleza que el mismo que nos la ha
concedido.
La inseminación artificial padece de innumerables
defectos que al imperfeccionarla la hacen ilícita, unos de los criterios , no
todos son: se despersonaliza el acto
procreativo lo que es contra la naturaleza, como nos lo señala la
antropología, el hijo es algo que viene
del exterior algo que se introduce a la familia que viene de fuera, extraño a
la procreación natural, en el aspecto legal se dan complicaciones muy serias
con los niños de probeta. pues si el vientre es “alquilado” puede llegar a
tener tres madres, la portadora (vientre alquilado en el que vive nueve meses), la biológica, que es la que ha proporcionado
el óvulo y la legal que es la que ha “pagado” por obtener un hijo. Esto sin mencionar el semen masculino que
puede proceder de la congelación de la simiente de una persona ya muerta, o
desconocida, aunque puede serlo del propio marido. Conviene por tanto ser
consientes de los múltiples trastornos que esto puede causar, a sabiendas de
que hay formas maravillosas de solucionar la infertilidad, bástenos lo mencionado por ser tan humano como lo es
la adopción.
EL MATRIMONIO.
Hablar del Matrimonio
Cristiano en un espacio tan reducido como lo es este solo permite hacer un brevísimo
comentario a cada uno de los temas sobresalientes, que son: A.- De donde proviene la naturaleza del
Matrimonio Cristiano, B.- sus dos fundamentos principales , C.-sus
frutos, sus fines, y D.-su sacralidad.
A.- Su
Naturaleza propia, sin la menor duda proviene de Dios Creador, que decide que
la primera pareja humana, un hombre Adán
y una mujer Eva, inicien a la humanidad, esta es no solo una prueba contundente
para todos los que tienen fe, sino una lección para todos los seres humanos de
todas las épocas y lugares. Es así que el matrimonio es la unión natural de un
hombre y una mujer por lo que toda unión matrimonial solo puede ser así.
Uniones que en mal uso de su libertad realicen hombres con hombres o mujeres
con mujeres son anti-naturales, para los cristianos, y no solo ilegítimas sino pecaminosas.
B.- Los fundamentos del Matrimonio Cristiano son
dos, ambos indispensables, al Amor lo menciono en primer lugar porque es
indispensable para que una relación comience, no porque sea más importante que el otro que es el Vínculo Indisoluble,
sino que en el proceso nace, se da, existe, para que entre ambos se inicie el
interés mutuo, siendo el otro consecuencia de la unión por el casamiento.
Locura, así de simple locura seria intentar un casamiento si no se da entre
ambos el amor, la atracción mutua, el enamoramiento, el deseo de estar juntos,
de tratarse, que vienen a ser propias del noviazgo, tiempo indispensable y
previo a la unión marital. No hay duda por tanto de que el amor es fundamento
del matrimonio, y que es deseable no solo que perdure sino que aumente en la
pareja nupcial al través de los años, motivos los hay, pero como el Amor no
depende enteramente de la voluntad y es por naturaleza voluble, Dios en su
inconmensurable sabiduría da a la pareja unida matrimonialmente el instrumento
que como fundamento también garantiza (si hay verdadera Fe) que esa unión
marital es permanente e indisoluble, así que si la volubilidad del Amor no
permitiese su conservación e incluso se diese su pérdida el matrimonio
fundamentado en el vínculo continúa hasta la muerte de uno de los cónyuges.
C.- Sus frutos son: la
procreación, la felicidad y cooperación de los cónyuges, a la que se llama
comúnmente la ayuda mutua, dentro de esta ayuda no podemos dejar de considerar
a las relaciones íntimas entre marido y mujer, que se deben de considerar
íntegralmente ello es con lo que de espiritualidad conllevan, pues dado el amor mutuo entre ellos, ahí se sublima este,
al realizar el acto que es nada menos
que don gratuito de Dios al género humano, no es solo instintivo sino que está
preñado de cariño mutuo de entrega entre ambos.
No podemos dejar de examinar
el importante ingrediente espiritual de este Sacramento que apunta a la
salvación, no solo la propia sino la del cónyuge, pues viviendo la Virtud
Teologal de la Caridad al vertirse el amor en el ser amado, en este caso, el
marido o la esposa se busca precisamente la santidad de vida conyugal, en tanto
la relación comparte las responsabilidades y obligaciones de la vida de
casados, cumpliendo la vocación de la maternidad y paternidad, en sus roles
cada uno y en caso de que Dios les bendiga con descendencia y para lo cual Dios
nos otorga su Gracia. Es el matrimonio por lo tanto campo fértil para el
apostolado, no solo con el marido o esposa sino con los hijos y ante la
sociedad siendo testigos de buenos cristianos ante la esta.
Destaca entre los frutos del
matrimonio el binomio inseparable de la generación y educación de los
descendientes, debemos partir de la base del acto portentoso en el que Dios
Padre nos brinda a los humanos la posibilidad enorme de participar en el
acontecimiento creativo de los nuevos seres, en el que nosotros aportamos la
parte material y Él el alma espiritual, realización creativa de alguien que no
tenía antecedente alguno, que al ser concebido es alguien que no existía y que
entra en la existencia. Si esto no nos conmueve el alma no lograremos crecer
como personas.
D.-El Matrimonio fue elevado a Sacramento por Nuestro
Señor Jesucristo, quien con su presencia en las bodas de Caná, lo santifica,
por sus enseñanzas a los apóstoles. San Pablo lo califica de magno y por supuesto no exagera porque es un
Sacramento existencial que nos santifica en todas las actividades de la vida de
casados, pues todo el quehacer del casado se enfoca hacia su hogar, hacia su
cónyuge, hacia sus hijos, y la vida familiar, sea profesión, sea vida social,
sean las vacaciones, toda nuestra vida se puede santificar en tanto ofrecida al
Señor como obra que cumple su voluntad, que busca el agradar a Dios y ello en
la consecusión de la felicidad de todos los miembros de la familia.
LA
FAMILIA.
PARAFRASEANDO AL PAPA
FRANCISCO: “La familia es el hospital más cercano, cuando uno
está enfermo lo cuidan ahí, mientras se puede. La familia es la primera escuela
de los niños, es el grupo de referencia imprescindible para los jóvenes, es el
mejor asilo para los ancianos. La familia constituye la gran «riqueza social»,
que otras instituciones no pueden sustituir, que debe ser ayudada y potenciada,
para no perder nunca el justo sentido de los servicios que la sociedad presta a
sus ciudadanos. En efecto, estos servicios que la sociedad presta a los
ciudadanos no son una forma de limosna, sino una verdadera «deuda social»
respecto a la institución familiar, que es la base y la que tanto aporta al
bien común de todos”.
No nos cabe duda que la sociedad moderna está
sufriendo cambios importantes, que necesitan de cuidados muy cercanos por los
ataques que sufre las familias con
estos, y para ello es necesario que los identifiquemos, pues si sencillamente
nos adaptamos, las familias llevan las de perder, es necesario que luchemos por
defender los valores familiares, que tanto afectan en sentido perjudicial, al
grado que no hay familia que deje de ser víctima de alguna manera de dichos
cambios de signo negativo.
Lo primero que tenemos que tener es el paradigma de
la familia ideal, la cual es la que sigue el orden natural, siendo este la
unión marital eclesiástica de un hombre y una mujer, por supuesto, que tienen
descendencia si Dios se los permite, a la que aman y forman de manera cristiana
para, la felicidad de todos los miembros, y la obtención de su autonomía,
llegado el momento. Lo que tenemos que intentar con fundamento en los valores
familiares cristianos y humanos, cosa no fácil en una sociedad como la actual
que ofrece tantas oportunidades negativas y contrarias a los valores que
queremos vivir, y enseñar a nuestros hijos en un ambiente de amor, de respeto,
de comprensión con los sacrificios necesarios por parte de los cónyuges en su
papel de padres, educadores en la fe, en lo social, preparándolos para
enfrentar a las necesidades y retos de la sociedad.
En el ambiente hay intereses no aparentes y en
ocasiones ocultos los hay de diversos tipos, los de carácter económico, o
político e ideológico, algunos van detrás del dinero que gastamos, con ofertas
de bienestar como sucedáneo de felicidad, otros de nuestros votos los que en
ocasiones quieren ganar con políticas negativas como el permisionismo. Otros
con ideologías que rompen todo género de valores cristianos, como el pretendido
“matrimonio entre homosexuales”, y la posibilidad de adopción por los mismos,
matrimonios a prueba, donde la mujer siempre sale perdiendo, son ejemplos, su
virginidad, sojuzgamiento por el “novio” embarazos seguidos de abandono por el
hombre, y que causan angustia en la vida sobre todo ante el peligro de que los
padres se enteren, las uniones libres, con los hijos fuera del matrimonio,
estos dos últimos casos con la falta de seguridad y altas probabilidades de ser
madres solteras o aún mucho peor el caer en el crimen del aborto. Los hijos
fuera del matrimonio no son algo naturalmente bueno, ni para las personas ,
ambas generadores y generados, ni lo son para una sociedad sana, en su
desarrollo queda socavada la benéfica acción de la autoridad paterna, la que
conlleva consigo la crisis de obediencia, por el contrario tenemos dentro de
los matrimonios normales la paternidad responsable, que no solo se ocupa del
espaciamiento y cantidad de hijos a tener, sino de la guía que los hijos
requieren, la salud, su desarrollo psicológico y físico, el clima de la
autoridad moral ejercida por los padres, en el ambiente de amor y ternura,
ejemplo de sociabilidad. La autoridad materno-paterna es imprescindible, si no
son capaces de obedecerla a la que ven,
¿Cómo van a obedecer a Dios a quien no ven? .No hay hijo que no necesite de
correcciones, de sujeción a horario, de vivir los principios de subsidiaridad y
de solidaridad, con padres y hermanos, que no deba tener encargos y que los
cumpla, al que no sea necesario, disciplinarlo y encauzarlo por el buen camino,
en materia de sus amistades, del cumplimiento de sus deberes escolares, de la
manera de vestirse o arreglarse, por dar unos ejemplos. Hoy vemos con pena a
padres que se han dado por vencidos , que han inhibido la autoridad paterna, lo
que no es correcto, quizás haya que reencauzarla cambiándola por la que en cada
caso sea la adecuada, a partir del buen ejemplo que les demos.
Hoy día hay que tener sumo cuidado con las
influencias externas a la familia, lo que no es restringirles libertad, sino
prepararlos para que la ejerzan sanamente, que sepan distinguir las ideologías
subversivas de los valores cristianos y que los antepongan en sus relaciones
con la sociedad.
Son muchas las dificultades que se presentan hoy día a
los padres, y sin duda que es mucho mas difícil educar hoy de lo que fue en el
pasado, y me refiero a los niveles de la economía, del aspecto psicológico, del
social, del educativo, pero esto debe de ser un aliciente no permitiendo que se
nos imponga el derrotismo.
¿Qué es lo que nos
es más necesario a los padres de familia para poder dar cumplimiento a las
indicaciones que provienen de la Doctrina de Cristo?, en primer lugar nos
tenemos que plantear como es que se consideran todas estas cuestiones como
doctrinales, la respuesta nos la da la propia Iglesia en su Magisterio, los escritos papales relacionados con la
familia el matrimonio y la sociedad, la predicación de los obispos, tenemos que
recurrir a esa Santa Literatura, y ¿de donde vamos a obtener lo necesario?, la
respuesta nos la da el propio Jesucristo en su nuevo mandamiento del amor, es
tratando de vivirlo con toda nuestra capacidad, solo con amor, viviéndolo,
manifestándolo, utilizándolo, obtendremos la Gracia de Estado que el propio
Jesucristo nos dona, esa es la mayor ayuda que obtenemos.
DROGADICCIÓN.-
Las adicciones al tabaco, al alcohol y a los
estupefacientes son definitivamente perjudiciales para la humanidad, dejaremos
las dos primeras para otra ocasión y nos ocuparemos hoy de hablar sobre los estupefacientes.
Otro de los males que amenaza a nuestra niñez pues a ese
grado ha llegado la malicia criminal de los traficantes que quieren adeptos
desde la tierna edad de los alumnos de primaria
y no digamos de los miembros de nuestra juventud que son pescados por el
vicio del consumo de estupefacientes. En las edades adultas el consumo por
desgracia parece ir en aumento, quienes caen en su uso son personas que no han
encontrado el verdadero sentido de la vida, y viven atemorizados, o
desorientados, o engañados cayendo en la trampa de tomar por bueno lo que es
malo. La felicidad que por naturaleza buscamos todos los hombres debe de ser
integral, no solo del cuerpo, la verdadera felicidad implica que
espiritualmente estemos de acuerdo a nuestra conciencia, y si esta está bien
formada, mucho mejor, no son las drogas cuyo efecto es además temporal la que
nos brindará la paz del alma, por el contrario corroerá nuestros mas íntimos
sentimientos, y nos degradará en nuestras capacidades, porque el cerebro afectado
por las mismas tiende al aumento del consumo.
Lo primero que tenemos que decir es que puede tratarse de
una enfermedad y se tendrá que tratar debidamente, otro es el aspecto de los
que consumen ocasionalmente por diversas circunstancias, no se trata de adictos
pero esto no quiere decir que estén fuera del peligro de hacerse adictos, por
razones diversas en cuanto a los ya enfermos se deben de curar, pero que como en
otras enfermedades crónicas pueden tener recaídas. Pero no nos vamos a meter en
describir los efectos psicofísicos que esto produce, hay tratados muy completos
sobre ello, que proceden de grandes especialistas, por lo que cada quien de
acuerdo a su interés personal puede hacer las consultas pertinentes de acuerdo
a su interés.
En primer término debemos
de plantearnos el porqué algunas personas pretenden o llegan mal aconsejadas a
buscar una satisfacción, o situación placentera que es producida por el
consumo, y como es lógico se tratará de individuos que necesitan de esa
satisfacción, porque no están en armonía consigo mismos, porque hay algo que
les falta, o que les estorba, que es incómodo y la droga les proporciona el
sucedáneo del alivio, del bienestar, del contento, pero insisto solo en forma
temporal. Estas personas pueden ser víctimas de diferentes circunstancias, las
cuales van desde la herencia genética, pasando por las situaciones personales
que son muchísimas por los que solo mencionaremos algunas de las más
frecuentes: el estrés, el fracaso, las situaciones de disgusto en la vida familiar
o en la profesional, la presión social, la calidad de vida, y muy importante la
mala educación recibida en el hogar.
El problema no solo es personal, familiar, social,
nacional sino mundial, por lo que tenemos, como siempre, que recurrir a la
Doctrina de Cristo en busca de las soluciones, la dimensión es tal que nuestra
responsabilidad se tiene que limitar a nuestra personal área de influencia, y
tomar las enseñanzas que hemos recibido y aplicarlas, recordemos la levadura que fermenta toda la masa, el grano
de pimienta que se convierte en el mas grande de los arbustos. Es por tanto en
nuestro propio hogar donde debemos de comenzar además y si nos es posible en el
lugar de nuestro trabajo, en el círculo social al que pertenecemos, con las
personas de las familias políticas a las que estamos unidos, u otro ámbito en
el que tengamos posibilidad de influir como lo es en nuestra actividad apostolica.
Que es lo que blinda a la persona humana en contra de las
posibles y funestas consecuencias que
trae este problema, pues lo es su propia e …íntima convicción de que no se
trata de un verdadero remedio, sino todo lo contrario, que es un peligro
inminente para los que se le acerquen esto se logra en la propia familia con la
educación, con la creación de un ambiente de amor, respeto y comprensión que
nos enseña lo que es la verdadera tranquilidad personal, que nos prepara para
enfrentar las dificultades que la vida nos va presentando, que nos forma
cristianamente. Es el buen cristiano el que conoce cual es el sentido de su
vida, que esta no es sino la preparación de la que viene después a la que tarde
o temprano trascenderemos. Todos tenemos nuestro lugar en este mundo en el
tiempo y en el espacio, el secreto está en sepamos vivirlo, que conozcamos
cuales son nuestras metas y que las consideremos como lo que son, medios, y no
fines, que las vayamos realizando a nuestro mejor poder y entender, que sean
estas honestas, dirigidas al Bien Común, que nos vayamos realizando en su
cumplimiento, cuando este se logra, y si por las razones que sean, no se nos
cumplen, saber y entender nuestras limitaciones, a sabiendas que lo que el
Hacedor premia es el esfuerzo y no el resultado.
Jorge Casas y Sánchez. LA VIDA, EL MATRIMONIO, LA
FAMILIA, Y LA DROGADICCIÓN:
Estos cuatro temas, son desde
hace varios lustros y en la actualidad de importancia muy, muy grande, y las
tenemos que traer a la palestra en forma recurrente pues la preocupación de la
Santa Iglesia en general así nos lo indica, en la catequesis del adulto se hace
de primordial importancia, en cuanto estos son (somos) los transmisores de la
doctrina a las generaciones venideras por una parte y porque nosotros mismos
debemos de ser fieles a Nuestro Señor Jesucristo en la praxis de nuestra propia
existencia. El verdadero humanismo, lo que podemos considerar el HUMANISMO
CRISTIANO, que se basa en la doctrina de Jesucristo, lo que es, no solo la
verdad, sino que nos muestra la
naturaleza de la persona humana de acuerdo a su creador, ésta sola razón
deja a los “humanismos modernos” ( que no lo entienden, no lo conocen, pues se
niegan a analizarlo), en terrenos empantanados, aunque en su ignorancia no se
dan cuenta de que están envueltos en él,
pues el sustento de nuestra civilización está en éste y no lo consideran como
debían, si tuvieran la más pequeña voluntad de acercarse a las verdades
supremas de nuestra existencia. Es por
estas poderosas razones de que es necesario insistir en los temas de esta meditación.
Somos amigos de Jesucristo
pero nuestra amistad no es como la amistad humana, por ejemplo a Jesucristo le
obedecemos a un amigo le servimos, le ayudamos, mas no le obedecemos, cuando
mucho le tomamos un consejo, Jesucristo que es la palabra de Dios nos habla
como amigos a través de los Evangelios y nuestra respuesta debe ser la
aceptación por medio de la fe. Porque sus palabras son de vida eterna, llenas
de amor pues quiere nuestra salvación. Creemos por la gracia del Espíritu Santo
pero no es contrario a ello el hecho de que en tanto acto humano que surge de
nuestra voluntad y en uso de nuestra libertad, es la luz de la fe que nos
ilumina que con la cooperación de nuestras facultades y la gracia divina podemos estar en el camino de la salvación eterna,
lo que la Virtud Teologal de la Esperanza nos enseña. Vale aquí recordar el
adagio de San Agustín “creo para comprender y comprendo para creer mejor”.
El gran mal, que es
preocupación de la Santa Sede desde hace muchos lustros es: LA FALTA DE SENTIDO
DEL PECADO, y la cuestión es que en la actualidad se peca mucho contra la vida,
bástenos los ejemplos del aborto, la eugenesia, y la eutanasia. Contra el
matrimonio cristiano, con el divorcismo rampante, la mala educación de los
hijos en la familia, y el uso de los estupefacientes. Debiéndose estos dos
últimos a la educación insuficiente o defectuosa de nuestros hijos cuando
ausente totalmente, responsabilidad de grave necesidad, que o no ejercemos, o
lo hacemos en forma incompleta. Cuando no dando ejemplos malos, de carácter
negativo, que los hijos aprenden por el mal ejemplo recibido. Otro de nuestros males es la popularidad que
va tomando la afición a los estupefacientes, los tradicionales agentes del mal
ahora alimentados por los conocimientos de la distribución mercadotécnica van
obteniendo adeptos que en algunos casos se convertirán en adictos, con las
consecuencias negativas, que ello conlleva. Veamos algunos aspectos cristianos
de los cuatro temas que nos hemos propuesto hoy:
LA VIDA.
LA VIDA, ningún derecho
humano puede estar por encima del derecho a vivir, y nadie excepto DIOS NUESTRO
SEÑOR, puede disponer de la vida, la cual empieza desde el propio momento de la
concepción hasta su muerte natural. Con la preocupación del ABORTO, que en esta
época en el que el permisivismo es arma electorera de los políticos que no
piensan sino en la próxima elección, y sabedores de que el “NO” es menos
popular que el “SI”, se decantan por el permisivismo que les representa votos
pues es un “SI” a la depravación y al crimen, pues eso es, en palabras claras el disponer arbitrariamente
de la vida de otro ser humano, aunque este sea una persona recién concebida en
el seno de una mujer. Bien visto esto, ninguna mujer en sus cabales se
inclinaría naturalmente por asesinar a un hijo de sus entrañas, si algunas lo
realizan es porque han caído, víctimas de los que teniendo influencia y poder
en la sociedad se los han presentado y ofrecen como un “bien”, o una “solución”, pero debidamente informada
la mujer, e incluso hoy apoyada por la ciencia, no solo por la recta moral,
sabría que el nuevo ser que lleva en su seno, sea lo que perversamente han dado en llamar “hijo no deseado” o incluso
en los casos muy dolorosos de embarazos producidos por violación, el hijo tiene
la mitad de sus cromosomas de ella misma,(nos lo dice la ciencia) no es nunca
un ser extraño es siempre sangre de su sangre. Toda concepción debe llevarse
naturalmente a su destino, y existen múltiples instancias que están dispuestas
y deseosas de ayudarles en todos los casos con tal de preservar la vida de ese
nuevo ser que se está gestando en su vientre. Ayudas que consisten en
asistencia a las propias madres o a sus hijos si no pueden hacerse cargo de
estos. Es imperdonable que haya entidades en las que las legislaturas sean tan
torvas e inmorales como para sugerir , apoyar o admitir que sea legal el
aborto, cuando se trata de un crimen, que además cuenta con los agravantes de alevosía
y ventaja, pues se trata de crimen seguro y sobre un inocente indefenso.
No queda fuera de este tema el MICRO-ABORTO, forma en que se definen los
métodos como el de la “píldora del día siguiente” y otros modos de deshacerse
de un posible embarazo, en el que ya hay una persona humana concebida. Aquí la
ley no se ocupa pero la Moral sí, nos tenemos que preocupar dentro de nuestra
propia casuística de actuar de acuerdo a la voluntad de Nuestro Señor, que está
siempre a favor de la vida.
No nos podeos otorgar
poderes a los que no tenemos en lo mas mínimo derecho. En el EVANGELIO DE LA
VIDA, “Evangelium Vitae” que es encíclica de San Juan Pablo II, se nos explican
los grandes temas de la acción creadora de Dios, y otros conceptos muy
convenientes de conocer mas a fondo, lo menciono como lectura indispensable
para formación de criterio todo buen cristiano.
El diagnóstico prenatal es
una serie de diferentes técnicas que tenemos que poner bajo la lupa de la Moral
Cristiana ya que hay técnicas seguras y otras que consideramos ilícitas los
católicos porque son potencialmente abortivas, en si se trata de obtener un
diagnóstico, lo que no es ilícito en si, son las diferentes técnicas las que se
deben de juzgar moralmente. El progreso médico permite incluso hacer curaciones
al concebido, lo que nos debe de maravillar cuando estas corresponden a métodos
seguros que respetan la vida de este. La ilicitud consiste en producir el
aborto de que presentare alguna anomalía, ni este caso es lícito el aborto. El
diagnóstico prenatal en ningún caso debe llevar como finalidad el terminar con
la vida de la persona concebida, si se encontrara malformación, enfermedad
genéticamente heredada, u otro problema cualquiera, en todo caso se lleva a
cabo para intentar la curación desde el seno materno.
Veamos algo sobre la
EUTANASIA, quizás se podría, dados los grandes adelantos de la medicina y las
tendencias perversas de las legislaturas de algunos países, empezar
distinguiendo algunos conceptos, como el de “vida artificial”, “muerte digna”,
compasión, “derecho a la propia vida”, “suicidio ayudado”, y otras expresiones por el estilo. Siendo el primer
concepto a ser explicado el de la propia eutanasia, la que ha sido definida por
el MAGISTERIO, asi:
POR EUTANASIA SE ENTIENDE
UNA ACCIÓN O UNA OMISIÓN QUE POR SU NATURALEZA O EN LA INTENCIÓN, CAUSA LA
MUERTE CON EL FIN DE ELIMINAR CUALQUIER DOLOR.
Pero hay puntos que se deben
aclarar, pues los casos son muy diversos y si en lo personal sucediera dentro
de nuestro propio ámbito familiar, recordemos que no está por demás consultar
el caso con nuestro párroco u obispo. Por ejemplo no es acto eutanásico
desconectar a una persona que no tiene en absoluto la posibilidad de
recuperación y que está viviendo artificialmente, es este el caso en que Dios
decidirá si esa persona puede por sus propios medios vivir o ya ha decidido que
su vida natural termine. Esto se comenta dada la posibilidad que tiene la
técnica médica de prolongar “artificialmente”
la vida sin posibilidades de curación, cayendo
incluso en una situación abusiva, y quizás solo prolongando el sufrimiento del
paciente. Como tampoco es eutanásico el
caso de los enfermos terminales en que por ser inaguantables los dolores se
aplican al paciente dosis de calmantes que podrían acortar su vida, puesto que
se aplican con la intención, no de
acortar la vida sino con la de disminuir un dolor insoportable. Aquí lo que se
deduce es que no es la medicación la que causa la muerte, sino la propia
enfermedad, estamos por supuesto refiriéndonos a casos de enfermos incurables y
que se encuentran sufriendo increíblemente. Como tampoco, nos dice la Doctrina
Cristiana a través de su Congregación para la Doctrina de la Fe, se debe llamar
Eutanasia al caso de no usar métodos que, a criterio de doctores verdaderamente
capacitados, fueren para intentar curaciones cuyos resultados son
desproporcionados a los a los resultados previsibles.
El caso de los enfermos
terminales, en especial ayudándoles a morir debidamente reconciliados con Dios,
proporcionándoles cuidados que les permiten hacer mas soportable su sufrimiento
no se debe considerar eutanásico, sino por lo contrario caritativo.
Lo importante en estos casos
es el tomar en cuenta la DIGNIDAD DE LA PERSONA HUMANA y por un lado no
prolongar inútilmente sus sufrimientos, sino tener un criterio basado en la
ciencia médica y en la conciencia de familiares y doctores, ni tampoco caer en
la eutanasia, acortando artificialmente su vida. Es conveniente que recordemos
que la vida nos la da Dios pero no es nuestra, ni el paciente ni los familiares
ni los doctores son dueños de esta, por lo tanto a sabiendas de que todos tenemos
que morir solo preservamos la dignidad de la persona humana permitiendo QUE SU
MUERTE SEA NATURAL y de ninguna otra manera. No tenemos derecho ni a
prolongarla inútilmente ni a acortarla artificialmente. Dios nos la da y Él nos
la quita, y solo Él.
En 1865 se publicaron los
trabajos del monje católico agustino GREGOR MENDEL al que se conoce por ser el
iniciador de la HERENCIA GENÉTICA, a partir del 1900 se empiezan a realizar
estudios cada vez mas profundos y sorprendentes sobre las células humanas,
llegando en la actualidad a descubrimientos que cada día progresan mas en el
campo científico, aspectos como los que se estudian a partir del ADN, hacen muy
necesaria a la BIOÉTICA, entendida esta como debe de ser, sustentada en los
valores morales cristianos, considerándola como la ética de la vida,
fundamentada en valores humanos y no en intereses mercadológicos como lo son
las clínicas de reproducción:
IN-VITRO, Y las clínicas abortivas.
En este mismo sentido de
ideas, tenemos los adelantos muy
impresionantes desde el punto de vista de las ciencias médicas que a través de
la GENETICA están en posibilidad, a
través de los conocimientos del GENOMA HUMANO, de diagnosticar deformaciones,
enfermedades y estados como el de los
concebidos que sufren desde el seno materno
el Síndrome de Down, aquí cabe la fórmula de “conocer para curar no para
seleccionar”. Es por ello que toda MANIPULACIÓN GENÉTICA que trate de
modificar, ( y la ciencia actual tiene
la posibilidad de realizarlo y de hecho se realiza ), lo que la naturaleza le
ha dado al nuevo ser, a lo que se llama su PATRIMONIO GENÉTICO, debe de
respetarse en cuanto a su constitución, pues hay un abismo entre lo curativo
que pretende auxiliar a la naturaleza respetando su constitución genética y lo
modificante que pretende alterarla, cambiarla, para que sea genéticamente
diferente.
En cuanto a la PROCREACIÓN
ARTIFICIAL, cuando los matrimonios no pueden lograr que la mujer conciba por
los medios naturales debemos tener al menos una idea de las posibilidades que existen y que son ilícitas y una CLARIDAD
ABSOLUTA SOBRE LAS POSIBILIDADES LÍCITAS. Empecemos diciendo que hay un derecho
legítimo a querer procrear pero que no hay un derecho a tener un hijo, porque
una persona humana no es un objeto, hay que respetar la dignidad de la persona,
por lo que no hay derecho de una persona sobre otra a poseerla como la posesión
de algo que es una cosa.
Existen clínicas de
reproducción artificial, que
aprovechándose de la ciencia médica han
creado un mercado lleno de ofertas ilícitas, que mercantilizan diversas
posibilidades como lo son la fecundación heteróloga, que consiste en el uso de
un gameto no de los esposos, la recta moral considera que solo las
posibilidades propias de los esposos dan el derecho de procreación. No debemos
considerar esto en comparación con el acto de amor muy digno y muy humano de la
adopción, son casos diferentes desde su raíz. El acto de concebir a una nueva
persona humana debe de proceder del amor entre los esposos, que quieren que esa
nueva persona provenga de ambos y no de algún extraño(ña), conocido(a) o
desconocido(a). La CONGELACIÓN DE LOS
GAMETOS, es un procedimiento ilícito por muchas razones, de las que podemos
mencionar : la utilización de infinidad
de embriones que están a la venta, esto convierte al ser humano en mercancía,
lo que es intolerable moralmente, es indispensable tener claramente entendido
el concepto de que si bien Dios ha confiado al hombre el don de la procreación,
y lo ha dotado de una ley para llevarlo a cabo, ley que es natural, sigamos los
lineamientos de la naturaleza, evitando aquello que la modifica y alentando
aquello que la auxilia. Dios ha confiado al hombre el don de la vida humana, lo
que nos inbrika sólidamente en la responsabilidad de su manejo, nos hace
responsables del uso que de ella hagamos, por lo que en la vida naciente, los procedimientos
procreativos, el mantenimiento de la propia vida así como toda intervención
artificial, por moderna que sea, por conveniente que aparente ser, debe
someterse a la moral para ser admitida como lícita o declarada abiertamente
ilícita y contraria al espíritu de la
doctrina de Jesucristo.
INSEMINACIÓN
ARTIFICIAL. Hay aspectos de la humanidad que se deben de tratar
científicamente y cuya importancia no se puede superar algunos son como la
salubridad, que las ciencias médicas tratan, como también la búsqueda de la
salud, las ciencias legales que buscan
la justicia, su impartición y legislación etc. pero no todo se le puede
dejar a las ciencias hay aspectos que pertenecen a la Moral y a la Ética, otras
a las costumbres, culturas, tradiciones, siendo los aspectos morales de inmensa
importancia y estos se fundamentan en las religiones en las creencias t las
tradiciones. Es en este punto en el que quiero hacer incapié pues los adelantos
científicos, verdaderamente impresionantes no son siempre morales, o sea que no
tienen mas límites que los presupuestos económicos, y es INDUDABLE QUE LA MORAL
MARQUE SUS LÍMITES, y que estos se traduzcan en legislación apropiada,
especialísimamente en lo que concierne a la procreación, fertilidad,
generación, matrimonio y vida humana.
Con la vida humana no se puede experimentar
ilimitadamente, el respeto a esta es una obligación de primordial importancia
desde su inicio que es el momento de la concepción, por lo que los embriones,
humanos deben de gozar de la protección legal y moral y no ser tratados como
objetos desechables. Aquí la ciencia, experimentando inmoralmente, ha obtenido avances que no dejan de ser
espectaculares pero no por ello legítimos ni éticos y mucho menos morales. Si esta
experimentación se hiciera exclusivamente con animales y con el objeto de
obtener beneficios para el Bien Común de la humanidad no sería censurada por la
moral. Pero el disponer arbitrariamente
de vidas humanas no es lícito, la dignidad de la persona humana hace,
por fuerza y por derecho el que no pueda
ser tratada, -en ningún momento de su existencia- como algo técnico, como sujeto de experimentación y después de
ello desechada como basura inservible.
La vida humana debe de proceder de la donación que un
hombre y una mujer debidamente unidos en matrimonio se hacen mutuamente creando
también el compromiso de la educación de su prole, lo que a esto lo perfecciona
el amor marital y materno-paternal y el
vínculo indisoluble, ésta que viene a ser una de las mas grandes responsabilidades que el ser
humano en unión de su cónyuge asume en
su existencia, y viene a ser, además,
la manera no solo práctica de colaboración a la vida social y familiar
sino que es la manera natural que Dios Creador nos dejó claramente señalado con
nuestros Primeros Padres, y nadie puede decirnos mejor como es nuestra naturaleza que el mismo que nos la ha
concedido.
La inseminación artificial padece de innumerables
defectos que al imperfeccionarla la hacen ilícita, unos de los criterios , no
todos son: se despersonaliza el acto
procreativo lo que es contra la naturaleza, como nos lo señala la
antropología, el hijo es algo que viene
del exterior algo que se introduce a la familia que viene de fuera, extraño a
la procreación natural, en el aspecto legal se dan complicaciones muy serias
con los niños de probeta. pues si el vientre es “alquilado” puede llegar a
tener tres madres, la portadora (vientre alquilado en el que vive nueve meses), la biológica, que es la que ha proporcionado
el óvulo y la legal que es la que ha “pagado” por obtener un hijo. Esto sin mencionar el semen masculino que
puede proceder de la congelación de la simiente de una persona ya muerta, o
desconocida, aunque puede serlo del propio marido. Conviene por tanto ser
consientes de los múltiples trastornos que esto puede causar, a sabiendas de
que hay formas maravillosas de solucionar la infertilidad, bástenos lo mencionado por ser tan humano como lo es
la adopción.
EL MATRIMONIO.
Hablar del Matrimonio
Cristiano en un espacio tan reducido como lo es este solo permite hacer un brevísimo
comentario a cada uno de los temas sobresalientes, que son: A.- De donde proviene la naturaleza del
Matrimonio Cristiano, B.- sus dos fundamentos principales , C.-sus
frutos, sus fines, y D.-su sacralidad.
A.- Su
Naturaleza propia, sin la menor duda proviene de Dios Creador, que decide que
la primera pareja humana, un hombre Adán
y una mujer Eva, inicien a la humanidad, esta es no solo una prueba contundente
para todos los que tienen fe, sino una lección para todos los seres humanos de
todas las épocas y lugares. Es así que el matrimonio es la unión natural de un
hombre y una mujer por lo que toda unión matrimonial solo puede ser así.
Uniones que en mal uso de su libertad realicen hombres con hombres o mujeres
con mujeres son anti-naturales, para los cristianos, y no solo ilegítimas sino pecaminosas.
B.- Los fundamentos del Matrimonio Cristiano son
dos, ambos indispensables, al Amor lo menciono en primer lugar porque es
indispensable para que una relación comience, no porque sea más importante que el otro que es el Vínculo Indisoluble,
sino que en el proceso nace, se da, existe, para que entre ambos se inicie el
interés mutuo, siendo el otro consecuencia de la unión por el casamiento.
Locura, así de simple locura seria intentar un casamiento si no se da entre
ambos el amor, la atracción mutua, el enamoramiento, el deseo de estar juntos,
de tratarse, que vienen a ser propias del noviazgo, tiempo indispensable y
previo a la unión marital. No hay duda por tanto de que el amor es fundamento
del matrimonio, y que es deseable no solo que perdure sino que aumente en la
pareja nupcial al través de los años, motivos los hay, pero como el Amor no
depende enteramente de la voluntad y es por naturaleza voluble, Dios en su
inconmensurable sabiduría da a la pareja unida matrimonialmente el instrumento
que como fundamento también garantiza (si hay verdadera Fe) que esa unión
marital es permanente e indisoluble, así que si la volubilidad del Amor no
permitiese su conservación e incluso se diese su pérdida el matrimonio
fundamentado en el vínculo continúa hasta la muerte de uno de los cónyuges.
C.- Sus frutos son: la
procreación, la felicidad y cooperación de los cónyuges, a la que se llama
comúnmente la ayuda mutua, dentro de esta ayuda no podemos dejar de considerar
a las relaciones íntimas entre marido y mujer, que se deben de considerar
íntegralmente ello es con lo que de espiritualidad conllevan, pues dado el amor mutuo entre ellos, ahí se sublima este,
al realizar el acto que es nada menos
que don gratuito de Dios al género humano, no es solo instintivo sino que está
preñado de cariño mutuo de entrega entre ambos.
No podemos dejar de examinar
el importante ingrediente espiritual de este Sacramento que apunta a la
salvación, no solo la propia sino la del cónyuge, pues viviendo la Virtud
Teologal de la Caridad al vertirse el amor en el ser amado, en este caso, el
marido o la esposa se busca precisamente la santidad de vida conyugal, en tanto
la relación comparte las responsabilidades y obligaciones de la vida de
casados, cumpliendo la vocación de la maternidad y paternidad, en sus roles
cada uno y en caso de que Dios les bendiga con descendencia y para lo cual Dios
nos otorga su Gracia. Es el matrimonio por lo tanto campo fértil para el
apostolado, no solo con el marido o esposa sino con los hijos y ante la
sociedad siendo testigos de buenos cristianos ante la esta.
Destaca entre los frutos del
matrimonio el binomio inseparable de la generación y educación de los
descendientes, debemos partir de la base del acto portentoso en el que Dios
Padre nos brinda a los humanos la posibilidad enorme de participar en el
acontecimiento creativo de los nuevos seres, en el que nosotros aportamos la
parte material y Él el alma espiritual, realización creativa de alguien que no
tenía antecedente alguno, que al ser concebido es alguien que no existía y que
entra en la existencia. Si esto no nos conmueve el alma no lograremos crecer
como personas.
D.-El Matrimonio fue elevado a Sacramento por Nuestro
Señor Jesucristo, quien con su presencia en las bodas de Caná, lo santifica,
por sus enseñanzas a los apóstoles. San Pablo lo califica de magno y por supuesto no exagera porque es un
Sacramento existencial que nos santifica en todas las actividades de la vida de
casados, pues todo el quehacer del casado se enfoca hacia su hogar, hacia su
cónyuge, hacia sus hijos, y la vida familiar, sea profesión, sea vida social,
sean las vacaciones, toda nuestra vida se puede santificar en tanto ofrecida al
Señor como obra que cumple su voluntad, que busca el agradar a Dios y ello en
la consecusión de la felicidad de todos los miembros de la familia.
LA
FAMILIA.
PARAFRASEANDO AL PAPA
FRANCISCO: “La familia es el hospital más cercano, cuando uno
está enfermo lo cuidan ahí, mientras se puede. La familia es la primera escuela
de los niños, es el grupo de referencia imprescindible para los jóvenes, es el
mejor asilo para los ancianos. La familia constituye la gran «riqueza social»,
que otras instituciones no pueden sustituir, que debe ser ayudada y potenciada,
para no perder nunca el justo sentido de los servicios que la sociedad presta a
sus ciudadanos. En efecto, estos servicios que la sociedad presta a los
ciudadanos no son una forma de limosna, sino una verdadera «deuda social»
respecto a la institución familiar, que es la base y la que tanto aporta al
bien común de todos”.
No nos cabe duda que la sociedad moderna está
sufriendo cambios importantes, que necesitan de cuidados muy cercanos por los
ataques que sufre las familias con
estos, y para ello es necesario que los identifiquemos, pues si sencillamente
nos adaptamos, las familias llevan las de perder, es necesario que luchemos por
defender los valores familiares, que tanto afectan en sentido perjudicial, al
grado que no hay familia que deje de ser víctima de alguna manera de dichos
cambios de signo negativo.
Lo primero que tenemos que tener es el paradigma de
la familia ideal, la cual es la que sigue el orden natural, siendo este la
unión marital eclesiástica de un hombre y una mujer, por supuesto, que tienen
descendencia si Dios se los permite, a la que aman y forman de manera cristiana
para, la felicidad de todos los miembros, y la obtención de su autonomía,
llegado el momento. Lo que tenemos que intentar con fundamento en los valores
familiares cristianos y humanos, cosa no fácil en una sociedad como la actual
que ofrece tantas oportunidades negativas y contrarias a los valores que
queremos vivir, y enseñar a nuestros hijos en un ambiente de amor, de respeto,
de comprensión con los sacrificios necesarios por parte de los cónyuges en su
papel de padres, educadores en la fe, en lo social, preparándolos para
enfrentar a las necesidades y retos de la sociedad.
En el ambiente hay intereses no aparentes y en
ocasiones ocultos los hay de diversos tipos, los de carácter económico, o
político e ideológico, algunos van detrás del dinero que gastamos, con ofertas
de bienestar como sucedáneo de felicidad, otros de nuestros votos los que en
ocasiones quieren ganar con políticas negativas como el permisionismo. Otros
con ideologías que rompen todo género de valores cristianos, como el pretendido
“matrimonio entre homosexuales”, y la posibilidad de adopción por los mismos,
matrimonios a prueba, donde la mujer siempre sale perdiendo, son ejemplos, su
virginidad, sojuzgamiento por el “novio” embarazos seguidos de abandono por el
hombre, y que causan angustia en la vida sobre todo ante el peligro de que los
padres se enteren, las uniones libres, con los hijos fuera del matrimonio,
estos dos últimos casos con la falta de seguridad y altas probabilidades de ser
madres solteras o aún mucho peor el caer en el crimen del aborto. Los hijos
fuera del matrimonio no son algo naturalmente bueno, ni para las personas ,
ambas generadores y generados, ni lo son para una sociedad sana, en su
desarrollo queda socavada la benéfica acción de la autoridad paterna, la que
conlleva consigo la crisis de obediencia, por el contrario tenemos dentro de
los matrimonios normales la paternidad responsable, que no solo se ocupa del
espaciamiento y cantidad de hijos a tener, sino de la guía que los hijos
requieren, la salud, su desarrollo psicológico y físico, el clima de la
autoridad moral ejercida por los padres, en el ambiente de amor y ternura,
ejemplo de sociabilidad. La autoridad materno-paterna es imprescindible, si no
son capaces de obedecerla a la que ven,
¿Cómo van a obedecer a Dios a quien no ven? .No hay hijo que no necesite de
correcciones, de sujeción a horario, de vivir los principios de subsidiaridad y
de solidaridad, con padres y hermanos, que no deba tener encargos y que los
cumpla, al que no sea necesario, disciplinarlo y encauzarlo por el buen camino,
en materia de sus amistades, del cumplimiento de sus deberes escolares, de la
manera de vestirse o arreglarse, por dar unos ejemplos. Hoy vemos con pena a
padres que se han dado por vencidos , que han inhibido la autoridad paterna, lo
que no es correcto, quizás haya que reencauzarla cambiándola por la que en cada
caso sea la adecuada, a partir del buen ejemplo que les demos.
Hoy día hay que tener sumo cuidado con las
influencias externas a la familia, lo que no es restringirles libertad, sino
prepararlos para que la ejerzan sanamente, que sepan distinguir las ideologías
subversivas de los valores cristianos y que los antepongan en sus relaciones
con la sociedad.
Son muchas las dificultades que se presentan hoy día a
los padres, y sin duda que es mucho mas difícil educar hoy de lo que fue en el
pasado, y me refiero a los niveles de la economía, del aspecto psicológico, del
social, del educativo, pero esto debe de ser un aliciente no permitiendo que se
nos imponga el derrotismo.
¿Qué es lo que nos
es más necesario a los padres de familia para poder dar cumplimiento a las
indicaciones que provienen de la Doctrina de Cristo?, en primer lugar nos
tenemos que plantear como es que se consideran todas estas cuestiones como
doctrinales, la respuesta nos la da la propia Iglesia en su Magisterio, los escritos papales relacionados con la
familia el matrimonio y la sociedad, la predicación de los obispos, tenemos que
recurrir a esa Santa Literatura, y ¿de donde vamos a obtener lo necesario?, la
respuesta nos la da el propio Jesucristo en su nuevo mandamiento del amor, es
tratando de vivirlo con toda nuestra capacidad, solo con amor, viviéndolo,
manifestándolo, utilizándolo, obtendremos la Gracia de Estado que el propio
Jesucristo nos dona, esa es la mayor ayuda que obtenemos.
DROGADICCIÓN.-
Las adicciones al tabaco, al alcohol y a los
estupefacientes son definitivamente perjudiciales para la humanidad, dejaremos
las dos primeras para otra ocasión y nos ocuparemos hoy de hablar sobre los estupefacientes.
Otro de los males que amenaza a nuestra niñez pues a ese
grado ha llegado la malicia criminal de los traficantes que quieren adeptos
desde la tierna edad de los alumnos de primaria
y no digamos de los miembros de nuestra juventud que son pescados por el
vicio del consumo de estupefacientes. En las edades adultas el consumo por
desgracia parece ir en aumento, quienes caen en su uso son personas que no han
encontrado el verdadero sentido de la vida, y viven atemorizados, o
desorientados, o engañados cayendo en la trampa de tomar por bueno lo que es
malo. La felicidad que por naturaleza buscamos todos los hombres debe de ser
integral, no solo del cuerpo, la verdadera felicidad implica que
espiritualmente estemos de acuerdo a nuestra conciencia, y si esta está bien
formada, mucho mejor, no son las drogas cuyo efecto es además temporal la que
nos brindará la paz del alma, por el contrario corroerá nuestros mas íntimos
sentimientos, y nos degradará en nuestras capacidades, porque el cerebro afectado
por las mismas tiende al aumento del consumo.
Lo primero que tenemos que decir es que puede tratarse de
una enfermedad y se tendrá que tratar debidamente, otro es el aspecto de los
que consumen ocasionalmente por diversas circunstancias, no se trata de adictos
pero esto no quiere decir que estén fuera del peligro de hacerse adictos, por
razones diversas en cuanto a los ya enfermos se deben de curar, pero que como en
otras enfermedades crónicas pueden tener recaídas. Pero no nos vamos a meter en
describir los efectos psicofísicos que esto produce, hay tratados muy completos
sobre ello, que proceden de grandes especialistas, por lo que cada quien de
acuerdo a su interés personal puede hacer las consultas pertinentes de acuerdo
a su interés.
En primer término debemos
de plantearnos el porqué algunas personas pretenden o llegan mal aconsejadas a
buscar una satisfacción, o situación placentera que es producida por el
consumo, y como es lógico se tratará de individuos que necesitan de esa
satisfacción, porque no están en armonía consigo mismos, porque hay algo que
les falta, o que les estorba, que es incómodo y la droga les proporciona el
sucedáneo del alivio, del bienestar, del contento, pero insisto solo en forma
temporal. Estas personas pueden ser víctimas de diferentes circunstancias, las
cuales van desde la herencia genética, pasando por las situaciones personales
que son muchísimas por los que solo mencionaremos algunas de las más
frecuentes: el estrés, el fracaso, las situaciones de disgusto en la vida familiar
o en la profesional, la presión social, la calidad de vida, y muy importante la
mala educación recibida en el hogar.
El problema no solo es personal, familiar, social,
nacional sino mundial, por lo que tenemos, como siempre, que recurrir a la
Doctrina de Cristo en busca de las soluciones, la dimensión es tal que nuestra
responsabilidad se tiene que limitar a nuestra personal área de influencia, y
tomar las enseñanzas que hemos recibido y aplicarlas, recordemos la levadura que fermenta toda la masa, el grano
de pimienta que se convierte en el mas grande de los arbustos. Es por tanto en
nuestro propio hogar donde debemos de comenzar además y si nos es posible en el
lugar de nuestro trabajo, en el círculo social al que pertenecemos, con las
personas de las familias políticas a las que estamos unidos, u otro ámbito en
el que tengamos posibilidad de influir como lo es en nuestra actividad apostolica.
Que es lo que blinda a la persona humana en contra de las
posibles y funestas consecuencias que
trae este problema, pues lo es su propia e …íntima convicción de que no se
trata de un verdadero remedio, sino todo lo contrario, que es un peligro
inminente para los que se le acerquen esto se logra en la propia familia con la
educación, con la creación de un ambiente de amor, respeto y comprensión que
nos enseña lo que es la verdadera tranquilidad personal, que nos prepara para
enfrentar las dificultades que la vida nos va presentando, que nos forma
cristianamente. Es el buen cristiano el que conoce cual es el sentido de su
vida, que esta no es sino la preparación de la que viene después a la que tarde
o temprano trascenderemos. Todos tenemos nuestro lugar en este mundo en el
tiempo y en el espacio, el secreto está en sepamos vivirlo, que conozcamos
cuales son nuestras metas y que las consideremos como lo que son, medios, y no
fines, que las vayamos realizando a nuestro mejor poder y entender, que sean
estas honestas, dirigidas al Bien Común, que nos vayamos realizando en su
cumplimiento, cuando este se logra, y si por las razones que sean, no se nos
cumplen, saber y entender nuestras limitaciones, a sabiendas que lo que el
Hacedor premia es el esfuerzo y no el resultado.
Jorge Casas y Sánchez. LA VIDA, EL MATRIMONIO, LA
FAMILIA, Y LA DROGADICCIÓN:
Estos cuatro temas, son desde
hace varios lustros y en la actualidad de importancia muy, muy grande, y las
tenemos que traer a la palestra en forma recurrente pues la preocupación de la
Santa Iglesia en general así nos lo indica, en la catequesis del adulto se hace
de primordial importancia, en cuanto estos son (somos) los transmisores de la
doctrina a las generaciones venideras por una parte y porque nosotros mismos
debemos de ser fieles a Nuestro Señor Jesucristo en la praxis de nuestra propia
existencia. El verdadero humanismo, lo que podemos considerar el HUMANISMO
CRISTIANO, que se basa en la doctrina de Jesucristo, lo que es, no solo la
verdad, sino que nos muestra la
naturaleza de la persona humana de acuerdo a su creador, ésta sola razón
deja a los “humanismos modernos” ( que no lo entienden, no lo conocen, pues se
niegan a analizarlo), en terrenos empantanados, aunque en su ignorancia no se
dan cuenta de que están envueltos en él,
pues el sustento de nuestra civilización está en éste y no lo consideran como
debían, si tuvieran la más pequeña voluntad de acercarse a las verdades
supremas de nuestra existencia. Es por
estas poderosas razones de que es necesario insistir en los temas de esta meditación.
Somos amigos de Jesucristo
pero nuestra amistad no es como la amistad humana, por ejemplo a Jesucristo le
obedecemos a un amigo le servimos, le ayudamos, mas no le obedecemos, cuando
mucho le tomamos un consejo, Jesucristo que es la palabra de Dios nos habla
como amigos a través de los Evangelios y nuestra respuesta debe ser la
aceptación por medio de la fe. Porque sus palabras son de vida eterna, llenas
de amor pues quiere nuestra salvación. Creemos por la gracia del Espíritu Santo
pero no es contrario a ello el hecho de que en tanto acto humano que surge de
nuestra voluntad y en uso de nuestra libertad, es la luz de la fe que nos
ilumina que con la cooperación de nuestras facultades y la gracia divina podemos estar en el camino de la salvación eterna,
lo que la Virtud Teologal de la Esperanza nos enseña. Vale aquí recordar el
adagio de San Agustín “creo para comprender y comprendo para creer mejor”.
El gran mal, que es
preocupación de la Santa Sede desde hace muchos lustros es: LA FALTA DE SENTIDO
DEL PECADO, y la cuestión es que en la actualidad se peca mucho contra la vida,
bástenos los ejemplos del aborto, la eugenesia, y la eutanasia. Contra el
matrimonio cristiano, con el divorcismo rampante, la mala educación de los
hijos en la familia, y el uso de los estupefacientes. Debiéndose estos dos
últimos a la educación insuficiente o defectuosa de nuestros hijos cuando
ausente totalmente, responsabilidad de grave necesidad, que o no ejercemos, o
lo hacemos en forma incompleta. Cuando no dando ejemplos malos, de carácter
negativo, que los hijos aprenden por el mal ejemplo recibido. Otro de nuestros males es la popularidad que
va tomando la afición a los estupefacientes, los tradicionales agentes del mal
ahora alimentados por los conocimientos de la distribución mercadotécnica van
obteniendo adeptos que en algunos casos se convertirán en adictos, con las
consecuencias negativas, que ello conlleva. Veamos algunos aspectos cristianos
de los cuatro temas que nos hemos propuesto hoy:
LA VIDA.
LA VIDA, ningún derecho
humano puede estar por encima del derecho a vivir, y nadie excepto DIOS NUESTRO
SEÑOR, puede disponer de la vida, la cual empieza desde el propio momento de la
concepción hasta su muerte natural. Con la preocupación del ABORTO, que en esta
época en el que el permisivismo es arma electorera de los políticos que no
piensan sino en la próxima elección, y sabedores de que el “NO” es menos
popular que el “SI”, se decantan por el permisivismo que les representa votos
pues es un “SI” a la depravación y al crimen, pues eso es, en palabras claras el disponer arbitrariamente
de la vida de otro ser humano, aunque este sea una persona recién concebida en
el seno de una mujer. Bien visto esto, ninguna mujer en sus cabales se
inclinaría naturalmente por asesinar a un hijo de sus entrañas, si algunas lo
realizan es porque han caído, víctimas de los que teniendo influencia y poder
en la sociedad se los han presentado y ofrecen como un “bien”, o una “solución”, pero debidamente informada
la mujer, e incluso hoy apoyada por la ciencia, no solo por la recta moral,
sabría que el nuevo ser que lleva en su seno, sea lo que perversamente han dado en llamar “hijo no deseado” o incluso
en los casos muy dolorosos de embarazos producidos por violación, el hijo tiene
la mitad de sus cromosomas de ella misma,(nos lo dice la ciencia) no es nunca
un ser extraño es siempre sangre de su sangre. Toda concepción debe llevarse
naturalmente a su destino, y existen múltiples instancias que están dispuestas
y deseosas de ayudarles en todos los casos con tal de preservar la vida de ese
nuevo ser que se está gestando en su vientre. Ayudas que consisten en
asistencia a las propias madres o a sus hijos si no pueden hacerse cargo de
estos. Es imperdonable que haya entidades en las que las legislaturas sean tan
torvas e inmorales como para sugerir , apoyar o admitir que sea legal el
aborto, cuando se trata de un crimen, que además cuenta con los agravantes de alevosía
y ventaja, pues se trata de crimen seguro y sobre un inocente indefenso.
No queda fuera de este tema el MICRO-ABORTO, forma en que se definen los
métodos como el de la “píldora del día siguiente” y otros modos de deshacerse
de un posible embarazo, en el que ya hay una persona humana concebida. Aquí la
ley no se ocupa pero la Moral sí, nos tenemos que preocupar dentro de nuestra
propia casuística de actuar de acuerdo a la voluntad de Nuestro Señor, que está
siempre a favor de la vida.
No nos podeos otorgar
poderes a los que no tenemos en lo mas mínimo derecho. En el EVANGELIO DE LA
VIDA, “Evangelium Vitae” que es encíclica de San Juan Pablo II, se nos explican
los grandes temas de la acción creadora de Dios, y otros conceptos muy
convenientes de conocer mas a fondo, lo menciono como lectura indispensable
para formación de criterio todo buen cristiano.
El diagnóstico prenatal es
una serie de diferentes técnicas que tenemos que poner bajo la lupa de la Moral
Cristiana ya que hay técnicas seguras y otras que consideramos ilícitas los
católicos porque son potencialmente abortivas, en si se trata de obtener un
diagnóstico, lo que no es ilícito en si, son las diferentes técnicas las que se
deben de juzgar moralmente. El progreso médico permite incluso hacer curaciones
al concebido, lo que nos debe de maravillar cuando estas corresponden a métodos
seguros que respetan la vida de este. La ilicitud consiste en producir el
aborto de que presentare alguna anomalía, ni este caso es lícito el aborto. El
diagnóstico prenatal en ningún caso debe llevar como finalidad el terminar con
la vida de la persona concebida, si se encontrara malformación, enfermedad
genéticamente heredada, u otro problema cualquiera, en todo caso se lleva a
cabo para intentar la curación desde el seno materno.
Veamos algo sobre la
EUTANASIA, quizás se podría, dados los grandes adelantos de la medicina y las
tendencias perversas de las legislaturas de algunos países, empezar
distinguiendo algunos conceptos, como el de “vida artificial”, “muerte digna”,
compasión, “derecho a la propia vida”, “suicidio ayudado”, y otras expresiones por el estilo. Siendo el primer
concepto a ser explicado el de la propia eutanasia, la que ha sido definida por
el MAGISTERIO, asi:
POR EUTANASIA SE ENTIENDE
UNA ACCIÓN O UNA OMISIÓN QUE POR SU NATURALEZA O EN LA INTENCIÓN, CAUSA LA
MUERTE CON EL FIN DE ELIMINAR CUALQUIER DOLOR.
Pero hay puntos que se deben
aclarar, pues los casos son muy diversos y si en lo personal sucediera dentro
de nuestro propio ámbito familiar, recordemos que no está por demás consultar
el caso con nuestro párroco u obispo. Por ejemplo no es acto eutanásico
desconectar a una persona que no tiene en absoluto la posibilidad de
recuperación y que está viviendo artificialmente, es este el caso en que Dios
decidirá si esa persona puede por sus propios medios vivir o ya ha decidido que
su vida natural termine. Esto se comenta dada la posibilidad que tiene la
técnica médica de prolongar “artificialmente”
la vida sin posibilidades de curación, cayendo
incluso en una situación abusiva, y quizás solo prolongando el sufrimiento del
paciente. Como tampoco es eutanásico el
caso de los enfermos terminales en que por ser inaguantables los dolores se
aplican al paciente dosis de calmantes que podrían acortar su vida, puesto que
se aplican con la intención, no de
acortar la vida sino con la de disminuir un dolor insoportable. Aquí lo que se
deduce es que no es la medicación la que causa la muerte, sino la propia
enfermedad, estamos por supuesto refiriéndonos a casos de enfermos incurables y
que se encuentran sufriendo increíblemente. Como tampoco, nos dice la Doctrina
Cristiana a través de su Congregación para la Doctrina de la Fe, se debe llamar
Eutanasia al caso de no usar métodos que, a criterio de doctores verdaderamente
capacitados, fueren para intentar curaciones cuyos resultados son
desproporcionados a los a los resultados previsibles.
El caso de los enfermos
terminales, en especial ayudándoles a morir debidamente reconciliados con Dios,
proporcionándoles cuidados que les permiten hacer mas soportable su sufrimiento
no se debe considerar eutanásico, sino por lo contrario caritativo.
Lo importante en estos casos
es el tomar en cuenta la DIGNIDAD DE LA PERSONA HUMANA y por un lado no
prolongar inútilmente sus sufrimientos, sino tener un criterio basado en la
ciencia médica y en la conciencia de familiares y doctores, ni tampoco caer en
la eutanasia, acortando artificialmente su vida. Es conveniente que recordemos
que la vida nos la da Dios pero no es nuestra, ni el paciente ni los familiares
ni los doctores son dueños de esta, por lo tanto a sabiendas de que todos tenemos
que morir solo preservamos la dignidad de la persona humana permitiendo QUE SU
MUERTE SEA NATURAL y de ninguna otra manera. No tenemos derecho ni a
prolongarla inútilmente ni a acortarla artificialmente. Dios nos la da y Él nos
la quita, y solo Él.
En 1865 se publicaron los
trabajos del monje católico agustino GREGOR MENDEL al que se conoce por ser el
iniciador de la HERENCIA GENÉTICA, a partir del 1900 se empiezan a realizar
estudios cada vez mas profundos y sorprendentes sobre las células humanas,
llegando en la actualidad a descubrimientos que cada día progresan mas en el
campo científico, aspectos como los que se estudian a partir del ADN, hacen muy
necesaria a la BIOÉTICA, entendida esta como debe de ser, sustentada en los
valores morales cristianos, considerándola como la ética de la vida,
fundamentada en valores humanos y no en intereses mercadológicos como lo son
las clínicas de reproducción:
IN-VITRO, Y las clínicas abortivas.
En este mismo sentido de
ideas, tenemos los adelantos muy
impresionantes desde el punto de vista de las ciencias médicas que a través de
la GENETICA están en posibilidad, a
través de los conocimientos del GENOMA HUMANO, de diagnosticar deformaciones,
enfermedades y estados como el de los
concebidos que sufren desde el seno materno
el Síndrome de Down, aquí cabe la fórmula de “conocer para curar no para
seleccionar”. Es por ello que toda MANIPULACIÓN GENÉTICA que trate de
modificar, ( y la ciencia actual tiene
la posibilidad de realizarlo y de hecho se realiza ), lo que la naturaleza le
ha dado al nuevo ser, a lo que se llama su PATRIMONIO GENÉTICO, debe de
respetarse en cuanto a su constitución, pues hay un abismo entre lo curativo
que pretende auxiliar a la naturaleza respetando su constitución genética y lo
modificante que pretende alterarla, cambiarla, para que sea genéticamente
diferente.
En cuanto a la PROCREACIÓN
ARTIFICIAL, cuando los matrimonios no pueden lograr que la mujer conciba por
los medios naturales debemos tener al menos una idea de las posibilidades que existen y que son ilícitas y una CLARIDAD
ABSOLUTA SOBRE LAS POSIBILIDADES LÍCITAS. Empecemos diciendo que hay un derecho
legítimo a querer procrear pero que no hay un derecho a tener un hijo, porque
una persona humana no es un objeto, hay que respetar la dignidad de la persona,
por lo que no hay derecho de una persona sobre otra a poseerla como la posesión
de algo que es una cosa.
Existen clínicas de
reproducción artificial, que
aprovechándose de la ciencia médica han
creado un mercado lleno de ofertas ilícitas, que mercantilizan diversas
posibilidades como lo son la fecundación heteróloga, que consiste en el uso de
un gameto no de los esposos, la recta moral considera que solo las
posibilidades propias de los esposos dan el derecho de procreación. No debemos
considerar esto en comparación con el acto de amor muy digno y muy humano de la
adopción, son casos diferentes desde su raíz. El acto de concebir a una nueva
persona humana debe de proceder del amor entre los esposos, que quieren que esa
nueva persona provenga de ambos y no de algún extraño(ña), conocido(a) o
desconocido(a). La CONGELACIÓN DE LOS
GAMETOS, es un procedimiento ilícito por muchas razones, de las que podemos
mencionar : la utilización de infinidad
de embriones que están a la venta, esto convierte al ser humano en mercancía,
lo que es intolerable moralmente, es indispensable tener claramente entendido
el concepto de que si bien Dios ha confiado al hombre el don de la procreación,
y lo ha dotado de una ley para llevarlo a cabo, ley que es natural, sigamos los
lineamientos de la naturaleza, evitando aquello que la modifica y alentando
aquello que la auxilia. Dios ha confiado al hombre el don de la vida humana, lo
que nos inbrika sólidamente en la responsabilidad de su manejo, nos hace
responsables del uso que de ella hagamos, por lo que en la vida naciente, los procedimientos
procreativos, el mantenimiento de la propia vida así como toda intervención
artificial, por moderna que sea, por conveniente que aparente ser, debe
someterse a la moral para ser admitida como lícita o declarada abiertamente
ilícita y contraria al espíritu de la
doctrina de Jesucristo.
INSEMINACIÓN
ARTIFICIAL. Hay aspectos de la humanidad que se deben de tratar
científicamente y cuya importancia no se puede superar algunos son como la
salubridad, que las ciencias médicas tratan, como también la búsqueda de la
salud, las ciencias legales que buscan
la justicia, su impartición y legislación etc. pero no todo se le puede
dejar a las ciencias hay aspectos que pertenecen a la Moral y a la Ética, otras
a las costumbres, culturas, tradiciones, siendo los aspectos morales de inmensa
importancia y estos se fundamentan en las religiones en las creencias t las
tradiciones. Es en este punto en el que quiero hacer incapié pues los adelantos
científicos, verdaderamente impresionantes no son siempre morales, o sea que no
tienen mas límites que los presupuestos económicos, y es INDUDABLE QUE LA MORAL
MARQUE SUS LÍMITES, y que estos se traduzcan en legislación apropiada,
especialísimamente en lo que concierne a la procreación, fertilidad,
generación, matrimonio y vida humana.
Con la vida humana no se puede experimentar
ilimitadamente, el respeto a esta es una obligación de primordial importancia
desde su inicio que es el momento de la concepción, por lo que los embriones,
humanos deben de gozar de la protección legal y moral y no ser tratados como
objetos desechables. Aquí la ciencia, experimentando inmoralmente, ha obtenido avances que no dejan de ser
espectaculares pero no por ello legítimos ni éticos y mucho menos morales. Si esta
experimentación se hiciera exclusivamente con animales y con el objeto de
obtener beneficios para el Bien Común de la humanidad no sería censurada por la
moral. Pero el disponer arbitrariamente
de vidas humanas no es lícito, la dignidad de la persona humana hace,
por fuerza y por derecho el que no pueda
ser tratada, -en ningún momento de su existencia- como algo técnico, como sujeto de experimentación y después de
ello desechada como basura inservible.
La vida humana debe de proceder de la donación que un
hombre y una mujer debidamente unidos en matrimonio se hacen mutuamente creando
también el compromiso de la educación de su prole, lo que a esto lo perfecciona
el amor marital y materno-paternal y el
vínculo indisoluble, ésta que viene a ser una de las mas grandes responsabilidades que el ser
humano en unión de su cónyuge asume en
su existencia, y viene a ser, además,
la manera no solo práctica de colaboración a la vida social y familiar
sino que es la manera natural que Dios Creador nos dejó claramente señalado con
nuestros Primeros Padres, y nadie puede decirnos mejor como es nuestra naturaleza que el mismo que nos la ha
concedido.
La inseminación artificial padece de innumerables
defectos que al imperfeccionarla la hacen ilícita, unos de los criterios , no
todos son: se despersonaliza el acto
procreativo lo que es contra la naturaleza, como nos lo señala la
antropología, el hijo es algo que viene
del exterior algo que se introduce a la familia que viene de fuera, extraño a
la procreación natural, en el aspecto legal se dan complicaciones muy serias
con los niños de probeta. pues si el vientre es “alquilado” puede llegar a
tener tres madres, la portadora (vientre alquilado en el que vive nueve meses), la biológica, que es la que ha proporcionado
el óvulo y la legal que es la que ha “pagado” por obtener un hijo. Esto sin mencionar el semen masculino que
puede proceder de la congelación de la simiente de una persona ya muerta, o
desconocida, aunque puede serlo del propio marido. Conviene por tanto ser
consientes de los múltiples trastornos que esto puede causar, a sabiendas de
que hay formas maravillosas de solucionar la infertilidad, bástenos lo mencionado por ser tan humano como lo es
la adopción.
EL MATRIMONIO.
Hablar del Matrimonio
Cristiano en un espacio tan reducido como lo es este solo permite hacer un brevísimo
comentario a cada uno de los temas sobresalientes, que son: A.- De donde proviene la naturaleza del
Matrimonio Cristiano, B.- sus dos fundamentos principales , C.-sus
frutos, sus fines, y D.-su sacralidad.
A.- Su
Naturaleza propia, sin la menor duda proviene de Dios Creador, que decide que
la primera pareja humana, un hombre Adán
y una mujer Eva, inicien a la humanidad, esta es no solo una prueba contundente
para todos los que tienen fe, sino una lección para todos los seres humanos de
todas las épocas y lugares. Es así que el matrimonio es la unión natural de un
hombre y una mujer por lo que toda unión matrimonial solo puede ser así.
Uniones que en mal uso de su libertad realicen hombres con hombres o mujeres
con mujeres son anti-naturales, para los cristianos, y no solo ilegítimas sino pecaminosas.
B.- Los fundamentos del Matrimonio Cristiano son
dos, ambos indispensables, al Amor lo menciono en primer lugar porque es
indispensable para que una relación comience, no porque sea más importante que el otro que es el Vínculo Indisoluble,
sino que en el proceso nace, se da, existe, para que entre ambos se inicie el
interés mutuo, siendo el otro consecuencia de la unión por el casamiento.
Locura, así de simple locura seria intentar un casamiento si no se da entre
ambos el amor, la atracción mutua, el enamoramiento, el deseo de estar juntos,
de tratarse, que vienen a ser propias del noviazgo, tiempo indispensable y
previo a la unión marital. No hay duda por tanto de que el amor es fundamento
del matrimonio, y que es deseable no solo que perdure sino que aumente en la
pareja nupcial al través de los años, motivos los hay, pero como el Amor no
depende enteramente de la voluntad y es por naturaleza voluble, Dios en su
inconmensurable sabiduría da a la pareja unida matrimonialmente el instrumento
que como fundamento también garantiza (si hay verdadera Fe) que esa unión
marital es permanente e indisoluble, así que si la volubilidad del Amor no
permitiese su conservación e incluso se diese su pérdida el matrimonio
fundamentado en el vínculo continúa hasta la muerte de uno de los cónyuges.
C.- Sus frutos son: la
procreación, la felicidad y cooperación de los cónyuges, a la que se llama
comúnmente la ayuda mutua, dentro de esta ayuda no podemos dejar de considerar
a las relaciones íntimas entre marido y mujer, que se deben de considerar
íntegralmente ello es con lo que de espiritualidad conllevan, pues dado el amor mutuo entre ellos, ahí se sublima este,
al realizar el acto que es nada menos
que don gratuito de Dios al género humano, no es solo instintivo sino que está
preñado de cariño mutuo de entrega entre ambos.
No podemos dejar de examinar
el importante ingrediente espiritual de este Sacramento que apunta a la
salvación, no solo la propia sino la del cónyuge, pues viviendo la Virtud
Teologal de la Caridad al vertirse el amor en el ser amado, en este caso, el
marido o la esposa se busca precisamente la santidad de vida conyugal, en tanto
la relación comparte las responsabilidades y obligaciones de la vida de
casados, cumpliendo la vocación de la maternidad y paternidad, en sus roles
cada uno y en caso de que Dios les bendiga con descendencia y para lo cual Dios
nos otorga su Gracia. Es el matrimonio por lo tanto campo fértil para el
apostolado, no solo con el marido o esposa sino con los hijos y ante la
sociedad siendo testigos de buenos cristianos ante la esta.
Destaca entre los frutos del
matrimonio el binomio inseparable de la generación y educación de los
descendientes, debemos partir de la base del acto portentoso en el que Dios
Padre nos brinda a los humanos la posibilidad enorme de participar en el
acontecimiento creativo de los nuevos seres, en el que nosotros aportamos la
parte material y Él el alma espiritual, realización creativa de alguien que no
tenía antecedente alguno, que al ser concebido es alguien que no existía y que
entra en la existencia. Si esto no nos conmueve el alma no lograremos crecer
como personas.
D.-El Matrimonio fue elevado a Sacramento por Nuestro
Señor Jesucristo, quien con su presencia en las bodas de Caná, lo santifica,
por sus enseñanzas a los apóstoles. San Pablo lo califica de magno y por supuesto no exagera porque es un
Sacramento existencial que nos santifica en todas las actividades de la vida de
casados, pues todo el quehacer del casado se enfoca hacia su hogar, hacia su
cónyuge, hacia sus hijos, y la vida familiar, sea profesión, sea vida social,
sean las vacaciones, toda nuestra vida se puede santificar en tanto ofrecida al
Señor como obra que cumple su voluntad, que busca el agradar a Dios y ello en
la consecusión de la felicidad de todos los miembros de la familia.
LA
FAMILIA.
PARAFRASEANDO AL PAPA
FRANCISCO: “La familia es el hospital más cercano, cuando uno
está enfermo lo cuidan ahí, mientras se puede. La familia es la primera escuela
de los niños, es el grupo de referencia imprescindible para los jóvenes, es el
mejor asilo para los ancianos. La familia constituye la gran «riqueza social»,
que otras instituciones no pueden sustituir, que debe ser ayudada y potenciada,
para no perder nunca el justo sentido de los servicios que la sociedad presta a
sus ciudadanos. En efecto, estos servicios que la sociedad presta a los
ciudadanos no son una forma de limosna, sino una verdadera «deuda social»
respecto a la institución familiar, que es la base y la que tanto aporta al
bien común de todos”.
No nos cabe duda que la sociedad moderna está
sufriendo cambios importantes, que necesitan de cuidados muy cercanos por los
ataques que sufre las familias con
estos, y para ello es necesario que los identifiquemos, pues si sencillamente
nos adaptamos, las familias llevan las de perder, es necesario que luchemos por
defender los valores familiares, que tanto afectan en sentido perjudicial, al
grado que no hay familia que deje de ser víctima de alguna manera de dichos
cambios de signo negativo.
Lo primero que tenemos que tener es el paradigma de
la familia ideal, la cual es la que sigue el orden natural, siendo este la
unión marital eclesiástica de un hombre y una mujer, por supuesto, que tienen
descendencia si Dios se los permite, a la que aman y forman de manera cristiana
para, la felicidad de todos los miembros, y la obtención de su autonomía,
llegado el momento. Lo que tenemos que intentar con fundamento en los valores
familiares cristianos y humanos, cosa no fácil en una sociedad como la actual
que ofrece tantas oportunidades negativas y contrarias a los valores que
queremos vivir, y enseñar a nuestros hijos en un ambiente de amor, de respeto,
de comprensión con los sacrificios necesarios por parte de los cónyuges en su
papel de padres, educadores en la fe, en lo social, preparándolos para
enfrentar a las necesidades y retos de la sociedad.
En el ambiente hay intereses no aparentes y en
ocasiones ocultos los hay de diversos tipos, los de carácter económico, o
político e ideológico, algunos van detrás del dinero que gastamos, con ofertas
de bienestar como sucedáneo de felicidad, otros de nuestros votos los que en
ocasiones quieren ganar con políticas negativas como el permisionismo. Otros
con ideologías que rompen todo género de valores cristianos, como el pretendido
“matrimonio entre homosexuales”, y la posibilidad de adopción por los mismos,
matrimonios a prueba, donde la mujer siempre sale perdiendo, son ejemplos, su
virginidad, sojuzgamiento por el “novio” embarazos seguidos de abandono por el
hombre, y que causan angustia en la vida sobre todo ante el peligro de que los
padres se enteren, las uniones libres, con los hijos fuera del matrimonio,
estos dos últimos casos con la falta de seguridad y altas probabilidades de ser
madres solteras o aún mucho peor el caer en el crimen del aborto. Los hijos
fuera del matrimonio no son algo naturalmente bueno, ni para las personas ,
ambas generadores y generados, ni lo son para una sociedad sana, en su
desarrollo queda socavada la benéfica acción de la autoridad paterna, la que
conlleva consigo la crisis de obediencia, por el contrario tenemos dentro de
los matrimonios normales la paternidad responsable, que no solo se ocupa del
espaciamiento y cantidad de hijos a tener, sino de la guía que los hijos
requieren, la salud, su desarrollo psicológico y físico, el clima de la
autoridad moral ejercida por los padres, en el ambiente de amor y ternura,
ejemplo de sociabilidad. La autoridad materno-paterna es imprescindible, si no
son capaces de obedecerla a la que ven,
¿Cómo van a obedecer a Dios a quien no ven? .No hay hijo que no necesite de
correcciones, de sujeción a horario, de vivir los principios de subsidiaridad y
de solidaridad, con padres y hermanos, que no deba tener encargos y que los
cumpla, al que no sea necesario, disciplinarlo y encauzarlo por el buen camino,
en materia de sus amistades, del cumplimiento de sus deberes escolares, de la
manera de vestirse o arreglarse, por dar unos ejemplos. Hoy vemos con pena a
padres que se han dado por vencidos , que han inhibido la autoridad paterna, lo
que no es correcto, quizás haya que reencauzarla cambiándola por la que en cada
caso sea la adecuada, a partir del buen ejemplo que les demos.
Hoy día hay que tener sumo cuidado con las
influencias externas a la familia, lo que no es restringirles libertad, sino
prepararlos para que la ejerzan sanamente, que sepan distinguir las ideologías
subversivas de los valores cristianos y que los antepongan en sus relaciones
con la sociedad.
Son muchas las dificultades que se presentan hoy día a
los padres, y sin duda que es mucho mas difícil educar hoy de lo que fue en el
pasado, y me refiero a los niveles de la economía, del aspecto psicológico, del
social, del educativo, pero esto debe de ser un aliciente no permitiendo que se
nos imponga el derrotismo.
¿Qué es lo que nos
es más necesario a los padres de familia para poder dar cumplimiento a las
indicaciones que provienen de la Doctrina de Cristo?, en primer lugar nos
tenemos que plantear como es que se consideran todas estas cuestiones como
doctrinales, la respuesta nos la da la propia Iglesia en su Magisterio, los escritos papales relacionados con la
familia el matrimonio y la sociedad, la predicación de los obispos, tenemos que
recurrir a esa Santa Literatura, y ¿de donde vamos a obtener lo necesario?, la
respuesta nos la da el propio Jesucristo en su nuevo mandamiento del amor, es
tratando de vivirlo con toda nuestra capacidad, solo con amor, viviéndolo,
manifestándolo, utilizándolo, obtendremos la Gracia de Estado que el propio
Jesucristo nos dona, esa es la mayor ayuda que obtenemos.
DROGADICCIÓN.-
Las adicciones al tabaco, al alcohol y a los
estupefacientes son definitivamente perjudiciales para la humanidad, dejaremos
las dos primeras para otra ocasión y nos ocuparemos hoy de hablar sobre los estupefacientes.
Otro de los males que amenaza a nuestra niñez pues a ese
grado ha llegado la malicia criminal de los traficantes que quieren adeptos
desde la tierna edad de los alumnos de primaria
y no digamos de los miembros de nuestra juventud que son pescados por el
vicio del consumo de estupefacientes. En las edades adultas el consumo por
desgracia parece ir en aumento, quienes caen en su uso son personas que no han
encontrado el verdadero sentido de la vida, y viven atemorizados, o
desorientados, o engañados cayendo en la trampa de tomar por bueno lo que es
malo. La felicidad que por naturaleza buscamos todos los hombres debe de ser
integral, no solo del cuerpo, la verdadera felicidad implica que
espiritualmente estemos de acuerdo a nuestra conciencia, y si esta está bien
formada, mucho mejor, no son las drogas cuyo efecto es además temporal la que
nos brindará la paz del alma, por el contrario corroerá nuestros mas íntimos
sentimientos, y nos degradará en nuestras capacidades, porque el cerebro afectado
por las mismas tiende al aumento del consumo.
Lo primero que tenemos que decir es que puede tratarse de
una enfermedad y se tendrá que tratar debidamente, otro es el aspecto de los
que consumen ocasionalmente por diversas circunstancias, no se trata de adictos
pero esto no quiere decir que estén fuera del peligro de hacerse adictos, por
razones diversas en cuanto a los ya enfermos se deben de curar, pero que como en
otras enfermedades crónicas pueden tener recaídas. Pero no nos vamos a meter en
describir los efectos psicofísicos que esto produce, hay tratados muy completos
sobre ello, que proceden de grandes especialistas, por lo que cada quien de
acuerdo a su interés personal puede hacer las consultas pertinentes de acuerdo
a su interés.
En primer término debemos
de plantearnos el porqué algunas personas pretenden o llegan mal aconsejadas a
buscar una satisfacción, o situación placentera que es producida por el
consumo, y como es lógico se tratará de individuos que necesitan de esa
satisfacción, porque no están en armonía consigo mismos, porque hay algo que
les falta, o que les estorba, que es incómodo y la droga les proporciona el
sucedáneo del alivio, del bienestar, del contento, pero insisto solo en forma
temporal. Estas personas pueden ser víctimas de diferentes circunstancias, las
cuales van desde la herencia genética, pasando por las situaciones personales
que son muchísimas por los que solo mencionaremos algunas de las más
frecuentes: el estrés, el fracaso, las situaciones de disgusto en la vida familiar
o en la profesional, la presión social, la calidad de vida, y muy importante la
mala educación recibida en el hogar.
El problema no solo es personal, familiar, social,
nacional sino mundial, por lo que tenemos, como siempre, que recurrir a la
Doctrina de Cristo en busca de las soluciones, la dimensión es tal que nuestra
responsabilidad se tiene que limitar a nuestra personal área de influencia, y
tomar las enseñanzas que hemos recibido y aplicarlas, recordemos la levadura que fermenta toda la masa, el grano
de pimienta que se convierte en el mas grande de los arbustos. Es por tanto en
nuestro propio hogar donde debemos de comenzar además y si nos es posible en el
lugar de nuestro trabajo, en el círculo social al que pertenecemos, con las
personas de las familias políticas a las que estamos unidos, u otro ámbito en
el que tengamos posibilidad de influir como lo es en nuestra actividad apostolica.
Que es lo que blinda a la persona humana en contra de las
posibles y funestas consecuencias que
trae este problema, pues lo es su propia e …íntima convicción de que no se
trata de un verdadero remedio, sino todo lo contrario, que es un peligro
inminente para los que se le acerquen esto se logra en la propia familia con la
educación, con la creación de un ambiente de amor, respeto y comprensión que
nos enseña lo que es la verdadera tranquilidad personal, que nos prepara para
enfrentar las dificultades que la vida nos va presentando, que nos forma
cristianamente. Es el buen cristiano el que conoce cual es el sentido de su
vida, que esta no es sino la preparación de la que viene después a la que tarde
o temprano trascenderemos. Todos tenemos nuestro lugar en este mundo en el
tiempo y en el espacio, el secreto está en sepamos vivirlo, que conozcamos
cuales son nuestras metas y que las consideremos como lo que son, medios, y no
fines, que las vayamos realizando a nuestro mejor poder y entender, que sean
estas honestas, dirigidas al Bien Común, que nos vayamos realizando en su
cumplimiento, cuando este se logra, y si por las razones que sean, no se nos
cumplen, saber y entender nuestras limitaciones, a sabiendas que lo que el
Hacedor premia es el esfuerzo y no el resultado.
Jorge Casas y Sánchez.
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