Francisco: 'El Derecho Penal respete la dignidad de la
persona humana'
El Santo Padre recibió a la Asociación Internacional de
Derecho Penal. Trata de personas, pena de muerte, cadena perpetua, tortura y
tratos degradantes entre los temas abordados
Por H. Sergio Mora
CIUDAD DEL VATICANO, 23 de octubre de 2014 (Zenit.org) - El
santo padre Francisco recibió este jueves en audiencia a una delegación de la
Asociación Internacional de Derecho Penal, a quien dirigió unas palabras.
Pena de muerte, presos sin condena, encontrar 'un chivo
expiatorio', las condiciones deplorables de los penitenciarios en buena parte
del planeta, la tortura, los tratos degradantes, la trata de personas, la
esclavitud, la corrupción, son los males señalados. En cambio “el respeto de la
dignidad humana” es indicado por el Papa como el punto de referencia para poner
límite a cualquier arbitrariedad.
Entre los puntos que encontraron más eco en los medios de
comunicación figura “la condena absoluta de la pena de muerte, que para un
cristiano es inadmisible”. En este contexto, habló también de las llamadas
''ejecuciones extrajudiciales'', es decir los homicidios deliberados cometidos
por algunos Estados o sus agentes y presentados como consecuencia indeseada del
uso razonable, necesario y proporcional de la fuerza para aplicar la ley.
Asimismo, el Santo Padre recordó que la pena de muerte es
utilizada en los regímenes totalitarios como ''un instrumento de supresión de
la disidencia política o de persecución de las minorías religiosas o culturales''.
Consideró también que la cadena perpetua “es una pena de muerte velada”.
Otro de los puntos indicados por el papa Francisco ha sido
la necesidad de adoptar instrumentos legales y políticos que no caigan en la
lógica mitológica del 'chivo expiatorio', es decir del individuo acusado
injustamente de las desgracias que afectan a una comunidad y por ellos
sacrificado.
Pidió también rechazar la creencia según la cual la sanción
penal conseguiría beneficios, que en cambio se logran sólo con la implementación
de políticas sociales y de inclusión social.
El Pontífice no se olvidó de los encarcelados, entre ellos
los presos sin condena y los condenados sin juicio, afirmando que la prisión
preventiva, cuando se usa de forma abusiva constituye otra forma contemporánea
de pena ilícita oculta, más allá de la legalidad.
También se refirió a las condiciones deplorables de los
penitenciarios en buena parte del planeta, que si a veces se debe a la carencia
de infraestructuras, otras es el resultado del ''ejercicio arbitrario y
despiadado del poder sobre las personas privadas de libertad''.
Francisco habló también de la tortura y de otros tratos
inhumanos y degradantes, afirmando que en nuestros días las torturas se
administran no sólo como un medio para lograr un fin particular, tales como la
confesión o denuncia, sino que constituyen un dolor añadido a los males propios
de la detención.
Señaló que la misma doctrina penal tiene una importante
responsabilidad por haber permitido en ciertos casos, la legitimación de la tortura
en determinadas condiciones, abriendo el camino para abusos posteriores.
No olvidó el Papa la aplicación de sanciones penales a los
niños y ancianos condenando su uso en ambos casos, ni tampoco algunas formas de
criminalidad que hieren gravemente la dignidad de la persona y el bien común,
entre ellas la trata de personas y la esclavitud, ''reconocida como crimen
contra la humanidad y crimen de guerra tanto por el derecho internacional como
en tantas legislaciones nacionales''.
Entre estas formas de criminalidad citó también la pobreza
absoluta en que viven más de mil millones de personas y la corrupción. ''La
escandalosa concentración de la riqueza global es posible a causa de la
connivencia de los responsables de la cosa pública con los poderes fuertes. La
corrupción, es en si misma un proceso de muerte" dijo y precisó que es
"un mal más grande que el pecado. Un mal que más perdonar hay que curar''.
''La cautela en la aplicación de la pena --concluyó-- debe
ser el principio regidor de los sistemas penales” y añadió que “el respeto de
la dignidad humana no sólo debe actuar como límite de la arbitrariedad y los
excesos de los agentes del Estado, sino como criterio de orientación para
perseguir y reprimir las conductas que representan los ataques más graves a la
dignidad e integridad de la persona''.
ME HE PERMITIDO PUBLICAR EN EL BLOG ESTA ENTRADA POR
CONSIDERARLA FORMATIVA PARA TODOS, NO
SOLO PARA LOS JURISTAS. PREPERADO POR H. SERGIO MORA.
Jorge Casas y Sánchez
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