BREVE CURSO DE FILOSOFÍA CRISTIANA-XV-
En San Agustín tenemos al mas grande teólogo hasta la Escolástica
de Santo Tomás, es el lazo que une a los Padres de la Iglesia con la gran síntesis cristiana de todos los tiempos,
la Summa Teológica del Doctor Común, como la historia ha designado al Aquinate.
Son muchas las enseñanzas de San
Agustín, cuya vida como es sabido se trata de una conversión tardía, pero tan
fructífera que la Iglesia nunca dejará de recurrir a sus enseñanzas doctrinales
y teológicas, para él la razón es usada por la fe para desarrollar nuestras
creencias, lo que da a la razón una entidad eminente y no debe ser despreciada
pues es necesaria para desarrollar la
propia fe. El ve en la filosofía un camino hacia Dios, a la felicidad plena la
encuentra en el propio Dios, fuera de Él no hay felicidad completa, el
verdadero filósofo es el que ama a Dios, es el que ha encontrado la verdad y la
posesión de la verdad, es el conocimiento, hasta donde esto nos es
posible, de Dios. Por ello nos enseña
que nadie puede ser más feliz que el buen cristiano, que es quien ha encontrado,
a Dios, lo conoce y lo ama. Todo el significado del mundo y el universo señalan
al conocimiento de Dios.
La razón nos enseña,
puede conocer todas las verdades naturales de Dios, con la fe podemos
conocer las sobrenaturales, de ahí que
la razón debe ayudar a la fe, y así el
cristiano halla la suprema felicidad en el conocimiento de Dios. San Agustín
tuvo una influencia platónica fuerte, que le llevó a concebir a Dios como una
esencia inmutable, idea que mas tarde cambiará por la de el “ser subsistente”,
no podemos considerar la filosofía de San Agustín como una filosofía completa y
perfecta, tiene algunas fallas que se
corregirán con el tiempo, es necesario comprender que toda filosofía en tanto
de procedencia humana es perfectible, la filosofía ha tenido que irse afinando
como toda ciencia humana, del
estoicismo, por ejemplo, él sostenía que las ideas estaban todas en Dios y que
Él las sembraba en el mundo material, lo
que es herencia de un error de Platón.
A pesar de sus pocas
fallas se le considera el gran sintetizador de la Filosofía Patrística es el
gran maestro, de cuya grandiosa producción se alimentará la civilización
occidental, veamos algunos de sus conceptos, los que hoy día no nos parecerán
novedosos pero que en su tiempo su influencia fue aportación de nuevo cuño.
PERSONA.- En cuanto a la persona humana y la unión del alma y cuerpo sus ideas no fueron
completas, pues consideraba al alma como algo que usa un cuerpo, lo que es
también platónico, y en ello nos muestra un desconocimiento de lo que ya
Aristóteles había explicado con su teoría de que el alma es la “forma” del
cuerpo (hilemorfismo) según esta teoría todo lo que existe está compuesto de
“materia” y “forma”, siendo que no puede
existir una sin la otra, el filósofo los llama principios, y al alma la
considera la forma del cuerpo, esta es la teoría aceptada por la Escolástica. A
la materia se le llama “materia prima” y no tiene forma es un sustrato en el
que la forma se da solo con este otro principio. Aquí lo complicado de entender
consiste en que en el lenguaje común que todos utilizamos estos dos vocablos de materia prima y forma nos dan una idea
física siendo que en filosofía cristiana los “principios” son conceptos abstractos,
propios de la metafísica aristotélica y escolástica.
VERDAD.- Los escépticos de su época, que tenían mucha
aceptación decían:
“no existe verdad, de todo se puede dudar”
A lo que San Agustín replica:
“se podrá
dudar de todo los que se quiera; de lo que no se puede dudar es de la misma
duda”.
Así refuta al escepticismo y demuestra que si existe la
verdad, que es aquello de lo que no se puede dudar, y añadirá:
“no busques
a la verdad fuera de ti con los sentidos y el mundo sensible, búscala en tu
interior, allí la encontrarás allí reside”.
Esto lo sustenta en que usamos la experiencia como
herramienta pero la fuente interior de la verdad es una iluminación. Esta es su
teoría de la iluminación, que no debemos confundir con la Gracia Divina, para
San Agustín es: Índole natural de nuestro espíritu que cuenta con esta y otras
capacidades naturales.
DIOS.- Dios es la verdad, esa verdad gracias a la cual todo
lo verdadero es verdadero, todo lo bueno es bueno, el ser es todo ser, todo lo
creado es símil es imagen, todos los arquetipos. Toda imagen y ejemplo tienen
su sede en Dios.
CREACIÓN.- Refuta la teoría de la emanación, a la que
considera panteísta y que algunos Padres de la Iglesia siguiendo a Plotino
habían sostenido, porque ello significaría mutabilidad en Dios, y el asegura
que Dios es inmutable y sostiene que la Creación es un acto libre de la
voluntad de Dios, y no es por tanto una procesión necesaria, -- que ¿Cuándo ocurrió ello?-- Evidentemente fuera del tiempo, ya que el
tiempo no surge sino de la Creación, y expone no literalmente sino como un
símil el relato bíblico de la obra de
los seis días. Y nos completa esto con la belleza de este pensamiento, “ la
decisión divina puede ser eterna pero no la realización” lo que viene a refutar
la teoría panteísta de la existencia eterna del universo, y a demostrar que el
universo es finito. Y ve a la eternidad como algo distinto del tiempo.
ALMA.- Lo que San
Agustín sostuvo fue la primacía del alma sobre el cuerpo, y nos dejó dicho
cosas como esta: “a Dios y al alma deseo conocer” para él el hombre es
propiamente el alma, un alma que tiene a su disposición un cuerpo mortal,
trabajó mucho en la inmaterialidad e inmortalidad del alma. Estas
especulaciones tienen hoy día gran actualidad a pesar de los siglos que han
pasado.
EL BIEN.- Cuando San Agustín habla del bien se refiere a la
voluntad de Dios y lo relaciona con la Ley Eterna, que son las ideas eternas en
la mente de Dios, y dice también que todos los hombres tenemos impresa en
nosotros esa ley, y que es bueno el que actúa conforme a dicha impresión en su
propia mente. Allí ve la honda razón metafísica de la razón humana, y la
voluntad de Dios conocida por nuestra conciencia, lo que tiende a voluntarizar
el orden moral a veces hasta el extremo de que Dios viene a ser mas voluntad
que razón y sabiduría, con el podemos contar, mas no con las leyes de la razón
sino sometiéndose a Él por la fe.
El alma no solo piensa, nos ensaña, sino que ama y suspira
por el bien, él ve en ella un instinto por el bien y todo errar y afanarse
ocurra por el concepto objetivo y universalmente vigente de la felicidad, lo
que tiene al hombre desasosegado hasta que llega a dominar este afán y
errabundeo y alcanza la verdadera felicidad. El corazón humano tiene su LUGAR
NATURAL, y hacia él gravita hacia el
UNO, que es la verdad y el bien en una palabra. “NOS HAS CREADO PARA TI SEÑOR Y
NUESTRO CORAZÓNESTÁ INQUIETO HASTA QUE DESCANSA EN TI” cuando el ser humano es
capaz de amar a Dios y este es verdaderamente de gran calado, encuentra a Dios y lo adora encontrándose con
Él y su verdad. Estas eran las convicciones mas sólidas de este gran doctor de
la Iglesia.
Jorge Casas y Sánchez.
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