BREVE CURSO DE FILOSOFÍA CRISTIANA –IX-
Del conjunto de verdades que nos han sido reveladas por Dios, y que están contenidas en la palabra escrita y en la palabra traída, y que se entienden con perfección a través de las interpretaciones del Magisterio de la Iglesia, muchas de ellas son consideradas DOGMAS y por lo tanto gracias a nuestra Fe las creemos en forma absoluta. Quien tuviese algún problema en la creencia absoluta de algún Dogma de Fe tiene seria obligación de salir de esa duda, para lo cual el mejor camino después de la oración en la que se pide que el Señor nos ayude a entender para creer y creer para entender, es el recurrir a un sacerdote bien capacitado que nos ayude con sus explicaciones, con la recomendación de las lecturas apropiadas sobre el tema, y con seguridad se saldrá de la duda.
La Iglesia a través de la Teología Dogmática ha venido, a lo largo de mas de dos mil años ocupándose de estudiar a fondo los Dogmas de Fe, campo en el que es INFALIBLE, por lo tanto libre de error, la infalibilidad es un don que Dios nos otorga y que comenzó con los Apóstoles de Jesucristo y se conserva con la inspiración y cuidado del Espíritu Santo, que obra sobre los seguidores de los apóstoles que constituyeron el primer Magisterio de la Iglesia, mismo que continúa y continuará hasta el fin de los tiempos, siempre inspirado y cuidado por el Espíritu de Dios.
Vamos a hacer un breve recorrido de estos dogmas, y en el contenido de este Breve Curso se irán viendo en cada caso, bajo el criterio de la filosofía cristiana, con mayor amplitud:
Comenzamos con la existencia eterna de Dios, cuya existencia podemos comprobar no solo por su propia revelación sino por las luces naturales de la razón, mas hay misterios de Dios que solo por la Divina Revelación podemos conocer como es el hecho de la Santísima Trinidad, las tres Personas de esa, una sola Naturaleza Divina.
Continuamos con la Creación, cuando Él lo decide las cosas empiezan a existir, pues a partir de la nada con su inconmensurable poder les da la existencia, a todo lo que existe en el Cielo, en la Tierra, en el Universo y en todo lugar.
Los ángeles son parte de esta Creación, así como la caída de Luzbel y sus seguidores, quienes son los demonios.
Entre los ángeles buenos, hay aquellos que ha designado como custodios nuestros.
Como final de esa parte de la Creación Dios crea al hombre, a imagen y semejanza suya, con alma creada en forma individual, después crea a la mujer, y entre ambos, engañados por el demonio caen en gravísimo pecado, y es esta primera pareja humana, la que origina al resto de la humanidad, mujeres y varones que contamos con un alma individual, creada por Dios en cada caso y cuerpo mortal, que resucitará. La creación de cada una de las almas que Dios crea en el momento de la concepción de cada ser humano es esta otra parte de la Creación, que aún no termina.
Nace preservada de todo pecado, concebida en forma inmaculada la Santísima Virgen, quien será la Madre de Jesucristo, por tanto Madre de Dios hecho hombre.
Nuestro Señor Jesucristo Segunda Persona de la Trinidad, viene a este mundo, a redimirnos. Es perfecto Dios y perfecto Hombre en cuanto nacido de una mujer.
Es concebido en el vientre inmaculado de la Virgen, quien lo pare sin perder su virginidad en el Portal de Belén.
Este Salvador nuestro, muere en la Cruz y al tercer día resucita. Fue necesaria su pasión y muerte para que mediante el Sacramento del Bautismo se nos perdonara el pecado de origen heredado de Adán y Eva.
Jesucristo funda su única Iglesia, le da su Jerarquía, Doctrina, Sacramentos, Gracia, Sabiduría, y le promete al Espíritu Santo para que la asista hasta el fin de los tiempos.
Esta única Iglesia tiene la misión dar gloria a Dios y de de santificarnos, y por su sucesión apostólica cuenta con su Magisterio.
Todas las personas de la humanidad, tienen un destino común, que consiste en morir y después de ello tendremos uno solo de los dos destinos: el de la salvación o condenación, ambas para la eternidad, la primera es la bienaventuranza celestial con la Visión Beatífica y eterna felicidad, la segunda de sufrimiento como castigo de nuestras faltas y oposición a la Divina Voluntad.
La Resurrección será universal, cada alma volverá a tomar carne, unos para la gloria eterna otros para la condenación.
El mundo tendrá fin, y tendrá lugar la segunda venida de Nuestro Señor Jesucristo.
Jorge Casas y Sánchez.
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