EL 2021 preparó Jorge Casas.
Estamos viviendo una época
convulsa, el sosiego tradicional de estas fiestas de fin de año y recepción del
nuevo no conllevan las alegrías tradicionales, por el contrario se ha sentido
tensión y nerviosismo en muchas personas, y es que es difícil despegarse de la
realidad que nos rodea, que nos influye, que nos fuerza a cambios en nuestras
maneras de existir, nuestras actividades
se ven forzadas porque si no logramos la paz interior, que solo nos da nuestro
sentido de la filiación divina, que tiene la característica de que las cosas
que no podemos resolver las tenemos que poner en manos de Dios. Es sorprendente
la paz interior y la fortaleza para seguir luchando que logramos al sentir, al
saber que Dios aprieta pero no ahorca, a veces nos pone pruebas que apreciamos
insuperables, y el curso de la vida nos muestra que siempre hay nuevos senderos
que tomar para lograr llegar a donde debemos.
No perdamos intensidad en nuestro
quehacer diario, el fragor de la vida debe continuar sin rendirse, es lo que
Dios y los demás esperan de nosotros, la personalidad individual se forja a
diario, nuestra coherencia en tiempos difíciles nos madura, nos hace mejores
cuando la lucha es mayor y los beneficios aparente, solo aparentemente son
menores. Pongamos en ello lo mejor de nuestro amor, que es el mayor impulsor
que hay, por encima de las preocupaciones, de los malos augurios. Ya vendrán
tiempos mejores. Las cosas mas importantes del momento las mas necesariamente
humanas se están dando en el campo científico medicinal, el aspecto de la
vacunación ante la pandemia, es de esperarse que los poderosos del mundo estén
a favor de los beneficios humanos y no de los intereses políticos o económicos.
Sabemos que se trata de una logística nueva, difícil, pero los gobiernos y los
grandes laboratorios tienen que dar lo mejor de si mismos para ayudar a la
población. ”AHORA ES CUANDO” el mundo agradecerá y reconocerá cuando hay
verdadera entrega, no politiquería y negocio.
Es una
conjugación difícil, es penoso pero no bien comenzó la distribución de las
vacunas empezaron los abusos, ¡que vergüenza!.
También unos politólogos han dicho que quieren aprovechar la vacunación
como elemento electorero, ¡peor y mas vergüenza aún! ¿será posible que ya no
existe el amor al prójimo? Y es su lugar el egocentrismo y el amor al poder y
el dinero han tomado su lugar. Lo que es “deshumanizante”.
La ciencia
médica logrará sacar el mal del mal, o sea vencer al virus (mal) sacándolo de
la pandemia (mal), lo que es en su resultado un bien. Y del mal se extrae el
bien, siendo un bien espiritual el que surge del mal, que es la enfermedad. ¿
Cual es el bien espiritual ?, el que muchas personas alcancen la salvación
antes de morir, por la posibilidad y poder sacramental, otras por el peligro a
que se ven expuestas, otras por la simple reflexión razonada, que les permite
ejercer un sanísimo acercamiento a Dios Creador y sus Sacramentos salvíficos.
Pedir a trav´s
Algo
interesante de ver, e independiente de las estadísticas es que este virus no
distingue entre razas, edades, lugares, posiciones sociales, actividades, nos
iguala a los hombres, lo que desde el aspecto humano es de gran riqueza, caemos
en la cuenta de que todos venimos del mismo lugar y al mismo nos dirigimos, e
insisto, todos. Aquellos que no han logrado antes admitir este aspecto, ahora
tienen la oportunidad de comprobarlo, somos, como afirmó San Josemaría una sola
raza, la humana. Por eso ahora suenan con timbre mucho mas fuerte frases
lapidarias como:
Ser mas pobres en armamentos y mas ricos en amor.
Construir puentes y no muros.
Si no hubiera valor en el dolor,
Jesucristo no hubiera sufrido.
La virtud de la humildad permite
ver las verdades divinas.
La soberbia nos ciega ante la
Revelación Divina.
Adán quiso ser dios, Jesucristo
siendo Dios, se hizo hombre.
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