JESUCRISTO .(preparó Jorge Casas, junio 2020)
El género humano, ya
no podía salvarse después del pecado de Adán y Eva. Pero Nuestro Señor tuvo una
especial Misericordia para nosotros, le dio compasión ver al hombre caído, y
desde el propio paraíso de donde los expulsa, también les hace una promesa, nos
enviará un redentor. La ofensa había sido muy grande, y el ofendido era
Dios, nadie sino Él era capaz de lavar dicha ofensa, y Dios en su magnanimidad
nos mandará a su hijo, la Segunda Persona de la Santísima Trinidad, nuestro
Salvador. Y cuando esto, Él quiere que suceda, nos lo mandará en forma
milagrosa, por obra de su Espíritu, que nacerá de la criatura humana mas
perfecta de la Creación, la Santísima Virgen. Cosa que en su revelación a
Isaías, siglos antes de que sucediera, le concedió al profeta que lo anunciara
con lujo de detalles.
Al venir Jesucristo al mundo nos
da su primera lección de humildad, en tanto poderosísimo, podría haber venido
con gran oropel y manifestaciones de grandeza, pero no lo hace así, sino que
por las circunstancias que fuesen, nace en un pesebre, con testigos de
pastorcillos y animales, un burrito y una res
algunas ovejas, y desde luego sus progenitores. Poco después a los ocho
días de haber nacido tendrá lugar La
Circuncisión, que en la ley Mosaica, que regía sobre el pueblo judío,
era el rito de iniciación al pueblo escogido, este rito Jesucristo lo
sustituirá por el Bautismo Sacramental, en su momento. Poco después es honrado
con la visita de unos hombres del oriente, la historia sagrada los llama Reyes
Magos y a su visita, la Epifanía, que significa manifestación, pues vienen a
adorarlo, habiendo sido avisados misteriosamente y siendo guiados por una
estrella. Estos personajes, no judíos, son entrevistados por Herodes el rey,
que tiene curiosidad y temor por haber oído que había tenido lugar el
nacimiento de un Rey de los judíos. Nosotros festejamos, aparte de la Navidad,
la venida de Nuestro Señor, todos los años el 6 de Enero. Estos acontecimientos
tuvieron lugar el Belén, porque San José fué para cumplir con la obligación de
empadronarse en el censo que se había ordenado por la autoridad civil.
Unos días después tendrían lugar
otros episodios de la infancia de Jesús, tales como su presentación en el
templo a los cuarenta días de haber venido al mundo, este es un acontecimiento
que está registrado en el Evangelio, de Lucas, 2, 21-38, no nos es posible en
este papel extendernos pero se recomienda leerlo, y la huida a Egipto, que tienen que realizar,
debido a que Herodes ha dado orden de que maten a todos los bebés de dos años o
menores, en Belén y sus alrededores, este personaje era sanguinario, torvo
asesino, cobarde, repugnante, avaro y supersticioso. Esa cruel matanza, lo que
hace por temor a la amenaza que siente de que se pierda su reinado, se conoce
esta masacre como: la matanza de los Niños Inocentes.
La Sagrada Familia, de La
Santísima Virgen, San José y el Niño, permanecerán en Egipto hasta que San José
en sueños recibe la instrucción de regresar a su tierra, lo que harán, pero
dado que el hijo de Herodes reinaba, es en sueños aconsejado que se dirijan a
Nazaret, y allí pondrán su hogar.
Los primeros años de vida de
Nuestro Señor transcurrirán, tranquilamente en el hogar de Nazaret, donde irá
aprendiendo como cualquier otro niño de su entorno, lo propio de su edad, será
educado por sus padres e irá incursionando en el oficio de San José, quien
pacientemente le irá enseñando el trabajo de carpintero. La Virgen, cuando su
trabajo se lo permita, pues tenía que tejer, confeccionar prendas, lavar,
limpiar, ir por agua al pozo, en fin desarrollar los quehaceres propios de su
tiempo y lugar, lo contemplará con
amorosa ternura en su desarrollo humano. Los Santos Evangelios no nos hacen
relación de estos años, pero entre líneas se develan sus actividades, la
develación nos viene cuando Jesús tiene 12 años, y le llevan a la peregrinación
anual a Jerusalén. Mas jovencitos se quedaban en casa encargados con alguien
que no peregrinase.
Los judíos que eran piadosos al
acercarse las fechas de La Pascua, se preparan para la peregrinación, son mas
de 140 kilómetros a recorrer a pié,
varios días, y los peregrinos se organizan en grupos que tienen diferente
velocidad al caminar y se van reuniendo a lo largo de las jornadas en lugares
preestablecidos, al regresar después de las celebraciones en las que tienen
lugar, procesiones, ofrendas, cánticos etc. la última reunión se da en el
Templo, de donde parten muchos grupos de diferentes lugares que se van a
despedir en el Templo antes de partir, reina por tanto gran confusión, mientras
los diferentes grupos se van reuniendo y emprenden la salida.
Era costumbre que los grupos y
sub-grupos se hicieran de mujeres y de hombres por separado, y los menores, los
niños se unían indistintamente al grupo de su mamá o de su papá. Ese día al
terminar la jornada y estar todos los grupos ya reunidos, La Virgen y San José
notaron la ausencia de Jesús, habiendo creído cada uno que habría peregrinado
con el grupo del otro. Preguntan, apurados con todo mundo y nada, nadie le ha
visto, por lo que deciden desandar la jornada buscándole en el camino, y así
llegan hasta Jerusalén sin encontrarle. Finalmente lo localizan en el Templo,
sentado con los doctores de la Ley, en muy interesante coloquio.
Azorados se quedan perplejos
observando al corro, y llegado el momento apropiado, a pregunta de la Virgen responderá Jesús, con
esta misteriosa sentencia: “que no sabíais que debo ocuparme de las cosas de mi
Padre”, a este episodio de la vida de Jesucristo se la conoce como: El Niño
perdido y hallado en el Templo. Son las primeras palabras que los Evangelios
registran de Jesucristo, y son señal de lo que sería su vida. En las
meditaciones sobre este episodio del Niño perdido en el templo podemos meditar
en los dolores de María y José mientras estaba perdido y en los gozos después
de haberlo encontrado. Los Evangelios nos dicen claramente que después de su
regreso a Nazaret, Jesús, que tendría entonces unos 10 o 12 años, se quedó con ellos y les estaba sujeto.
Los Evangelios no nos
narran nada sobre la vida de Jesucristo, en forma específica, durante los 18
años siguientes, pero se pueden deducir varias cuestiones con la poca
información con que contamos: Que los
tres, La Virgen, San José y el propio Jesús, la Sagrada Familia, vivían juntos
y que Jesús aprendió, en cuanto Hombre,
el oficio de San José, trabajando con él y se hizo por lo tanto también
carpintero.
Al regreso a casa, reanudará la
Sagrada Familia, su vida de trabajo y oración. El Evangelista nos dice:
“Después bajó con ellos a Nazaret, y estaba sujeto a ellos”. Así lo resume, no
se nos dice mas, que; crecía en gracia, sabiduría, y en edad, delante de Dios y
de los hombres. Por lo que entre líneas entendemos que trabaja con San José,
que se convierte en un carpintero hecho y derecho, que a la muerte de San José,
de la que no tenemos información en los Evangelios, se encargaría del taller
continuando con su vida durante un período de tiempo que desconocemos. Y así
transcurren algunos años hasta que a los 30 de edad, en que comenzará su vida
pública.
Vemos en su vida un período como
de preparación, antes de empezar su vida de predicación, enseñanzas y formación
de sus Apóstoles. Así es como el episodio de su bautismo se da, resulta que un
personaje extraordinario de nombre Juan y primo suyo, predicador de renombre,
que es escuchado y respetado, por sacerdotes, levitas, personas de la
comunidad, asistían al otro lado del rio Jordán a ser bautizados por él, de
allí su sobrenombre de El Bautista, hombre forjado en el desierto de piel
requemada por el sol, vestido con burda tela de pelo de camello, mirada
penetrante, voz de trueno, realizaba un bautismo de arrepentimiento, al que
acudían todos incluidos sacerdotes y demás personajes del pueblo judío, en su
bautismo las personas que lo recibían se arrepentían y pedían a Dios perdón por
sus pecados. (Nota: el Bautismo Sacramental será instituido mas adelante por
Jesucristo).
Cierto día observó a Jesús que se
acercaba a ser bautizado, apenas le conocía, se habrían encontrado en su tierna
infancia, y lleno del Espíritu Santo le reconoce y le dice, ¿bautizarte yo a
ti, mas bien eres Tu el que me debe de bautizar a mi?, a lo que Jesús le
responde: “Deja ahora, es conveniente cumplir con toda justicia”. Por supuesto
que nuestro Señor no tenía nada de que
arrepentirse, pero no quiso dejar de dar el ejemplo dado su talante de humildad,
y se realiza la Teofanía, (manifestación de Dios), al ser bautizado por San
Juan Bautista, el Espíritu Santo en forma de paloma se posa en la cabeza de
Jesucristo y del cielo se escucha la voz de Dios que dice, ”Este es mi hijo en
quien tengo puestas mis
complacencias.
Este personaje de Juan Bautista es el profeta que anuncia a
Jesucristo diciendo “este es el Cordero de Dios, el que quita los
pecados del mundo”, y añadirá: yo no soy digno ni de atarle la cinta de
sus sandalias, esto lo dijo para que quedara claro que él no es el esperado, el
Mesías, sino que lo es Cristo a quien está señalando.
Aún sin que aún se le hubiera secado el pelo, es llevado
Jesucristo por el Espíritu Santo al desierto para ser tentado por el diablo,
allí vive entre animales salvajes y ángeles le sirven, como toda gran empresa
debe de haber un tiempo de preparación, allí pasará cuarenta días en los que
medita sobre la lucha que debe entablar para establecer la gloria de su Padre,
son cuarenta días de ayuno, y en los que su cuerpo se va debilitando por las
privaciones, por lo que será entonces
cuando es tentado por el demonio quien
se presenta con forma humana y le tienta por tres ocasiones.
La primera tentación, sabedor Satanás del hambre que está
padeciendo, le dice: “Haz que estas piedras se conviertan en pan” a lo que la
respuesta de Jesús es: NO SOLO DE PAN
VIVE EL HOMBRE , SINO DE TODA PALABRA QUE SALE DE LA BOCA DE DIOS.
La segunda tentación, es llevado Jesucristo al pináculo del
Templo de Jerusalén y le dice: “si eres hijo de
Dios, échate de aquí abajo, porque escrito está: Dará órdenes a sus
ángeles respecto a ti, para que te guarden y te reciban en sus manos y no
permitan que tropieces contra las piedras. También está escrito, contesta: “NO
TENTARÁS AL SEÑOR TU DIOS.”
La tercera tentación, lo lleva el demonio al punto mas alto
y le muestra los reinos de la tierra y le dice, “todo esto es mío y se lo daré
a quien quiera; es tuyo si me adoras postrado en tierra”. A lo que Jesús contesta:
“ADORARÁS AL SEÑOR, TU DIOS, Y A ÉL SOLO SERVIRÁS”. Para finalizar esta reunión
Jesucristo le ordena: Vete de aquí Satanás.
Lo mas importante del
conocimiento sobre Nuestro Señor Jesucristo, salvador nuestro es que nuestro
amor por Él aumente al conocerle mejor, y así tratarle más y mas íntimamente.
Conocer a Jesucristo no es solo cuestión de leer estos papeles, es cuestión de
oración, lectura de los Evangelios y alguna buena biografía de su vida es muy
recomendable. Hoy veremos el principio de otro episodio de su vida a la que se
llama su
VIDA PÚBLICA. De esta podemos decir que comienza después de las
tentaciones y que está relacionada con Juan el Bautista su precursor, hombre
íntegro, de grandeza de alma, que ve con
profundo respeto al Salvador, del que ha profetizado que bautizará con el
Espíritu, que anuncia el Reino de Dios, que perdona los pecados, y le llama
Cordero en alusión a las víctimas de los sacrificios de la antigua ley mosaica,
pues al saber que es el Mesías anunciado, sabe también que se ofrecerá en
sacrificio por la salvación de los hombres. Esto en especial se lo hace saber a
sus seguidores cercanos, los cuales serán llamados a seguirle por el propio
Jesucristo.
A los dos primeros, que le
seguirán, los conoce Jesús en ocasión de pasar caminando cerca de donde Andrés
y Juan están con el Bautista, quien señalando a Jesucristo les dice: - ese es a
quien deben seguir-. Estos dos pescadores, rudos trabajadores que manejan
remos, cuerdas, redes y demás cuestiones de pescadores, no son personas cultas
o destacadas, son común y corrientes, del pueblo en su estrato bajo, honestos
trabajadores, responsables, pero gente humilde,
con olor a pescado, y curtidos por los vientos y el sol, tímidamente
siguen al Señor, sin atreverse a abordarle, pero Él al notar que le seguían les
dice: ¿Qué buscáis?, a lo que le contestan; Rabí, ¿Dónde vives?—vengan y lo
verán, fue su respuesta. Serían las cuatro de la tarde cuando llegaron a la
vivienda del Señor y permanecieron charlando hasta que se acabó el día. Pero
Andrés lleno de emoción corrió a donde estaba su hermano Simón y le dijo
llanamente—hemos encontrado al Mesías—y cogiéndole del brazo lo llevó a la
presencia de Jesucristo, quién al verlo, con su figura notable de franca
mirada, hirsuta su barba y toda su apariencia alegre y sorprendida, le dice:
“Tu eres Simón, hijo de Jonás, pero en adelante te llamarás Cefás”, (Pedro)
esto quiere decir en arameo piedra, y añadió: -en adelante serás pescador de
hombres-, este, azorado, no comprendió de momento el porqué
de esto. Pero decidió seguirle.
Al día siguiente los tres
primeros discípulos, que iban con él, se dirigían hacia Galilea y se encuentran
con Felipe a quien conocían y lo presentan con el Maestro, quien le dice
“sígueme”. Lo que bastó para que convencido le siguiera. De manera parecida
irán uniéndose algunos discípulos mas. En su desplazamiento de Judea a Galilea,
es invitado con sus discípulos a una boda en Caná, coincidiendo casualmente
allí, con su madre la Santísima Virgen, que es una invitada también. Este
episodio de la vida de Nuestro Señor, es de gran importancia por los sucesos
que allí tendrán lugar.
Imaginemos la escena en aquel
tiempo, cultura y entorno, y veremos a los invitados ir llegando, a la reunión
de la boda, algunos de lugares lejanos, que llevarían varios días de jornada y
que arriban cansados , hambrientos y sedientos, una boda judía en esa época era
un acontecimiento social al que se concurría debido a los lazos familiares o de
tribu, y se trataba de ofrecer descanso, alimento y bebida a los invitados
según iban llegando, esos eventos en ocasiones acordes a las circunstancias
podían durar varios días. A la Virgen la vemos diligente, obviamente tiene
amistad cercana con los familiares de los novios, y ayuda y observa. El caso es
que se da cuenta de que se está
terminando el vino, lo cual era algo serio, podríamos decir que, grave, para el
buen desarrollo de la celebración, porque el vino restaura las fuerzas de los
que arriban cansados, porque alegra el ambiente de festejo, propio de una boda,
porque sin este ¿Cómo se va a brindar por los novios?, ¿cómo se va a conservar
el buen ambiente?, etc. La virgen en su viveza, preocupada y en su interés por
la familia y su festejo, al observar la falta del vino, y queriéndoles evitar a
los anfitriones la pena de no poder ofrecer el imprescindible vino, ve la
solución en su hijo, Ella sabe que Él es capaz de resolverlo, por lo que decide
encargarle la solución. Es así como Jesucristo después de un intercambio de
frases con su Madre, realiza su primer milagro, convirtiendo agua en vino.
Imaginemos la sorpresa de sus seguidores al ver este poder sobrehumano, (Nota,
las tinajas llenas de agua que Jesús convierte en vino son en total unos seis
cientos litros). En el Evangelio de Juan, Cap. 1 versículos 1 al 12 podemos
leer, este suceso.
Después bajó rumbo a Jerusalén
porque se acercaba la Pascua.
Al salir de Caná, acompañado de sus
familiares, y de sus primeros apóstoles, Jesús que había decidido que Cafarnaún
fuese su habitual lugar de residencia, se dirige allí. Hará de este lugar algo
como su patria adoptiva, lugar situado junto al mar de Galilea, o Lago Genesaret,
o Lago de Tiberiades, como se le prefiera llamar, pues decide que es el sitio
mas adecuado para realizar la misión que el padre le ha encomendado es el lugar
de pesca de sus primeros apóstoles, que son habitantes de allí. La casa de la
suegra de Pedro, por ejemplo, que será lugar que Jesús Frecuenta. Pero, de
momento su decisión es la de bajar a Jerusalén.
Pues se acerca la Pascua de los judíos.
Hago una pequeña descripción de la situación geográfica de
estos lugares, para que se entienda mejor el tránsito de Nuestro Señor. En la
vieja Galilea de aquellos tiempos, el lago de Genesaret o Tiberiades se alimenta principalmente de las aguas del
Jordán y de manantiales interiores, tiene unos 12.5 Km. de largo. Caná estaba situado en la Fenicia de aquel tiempo, entre el lago, en su parte mas ancha y el Mar
Mediterráneo, mas o menos en medio, a
unos 40 Km. (dos jornadas) de Cafarnaún
el cual está situado junto al lago en la parte mas angosta hacia el Norte de
este, en la antigua Galilea, de acuerdo
a la geografía de la época. Jerusalén está a unos 120 Km. hacia el sur en la
Judea de entonces, a una altura sobre el mar de unos 750 metros. Nazaret está
al sur de Caná, a una o dos jornadas, Belén está al sur de Jerusalén a una
jornada.
Antes de la ida a Jerusalén,
Jesús iba a las sinagogas, donde los maestros enseñaban, y allí dio sus
primeras instrucciones y causaba gran impresión por su manera de enseñar, que
tenía gran autoridad. Esto unido a los actos de poder que mostraba al realizar
milagros de curaciones, incluso de leprosos y expulsión de demonios, causaba
tales aglomeraciones que tenían que tomar medidas, para poder comer y para
realizar sus oraciones. Esta fue siempre una característica de Cristo se
retiraba a la soledad e invertía horas en oración con su Padre celestial.
Unos días después se dirigirá a
Jerusalén, donde indignado correrá a los que han profanado el Templo,
habiéndose instalado en sus pórticos con mercancías, ganado, mesas de cambio,
etc. y los corre, lo que provocará la reclamación de los sacerdotes, que allí
hacían de todo, desde enseñar hasta comerciar, y sus intereses se ven
amenazados. El estupor de estos pasará sin que se atrevan a decir que el acto
es injusto, por lo que apelarán preguntándole; con que autoridad hacía eso.
Recomiendo leer: Juan, Capítulo 2, versículos 13 al 25.
Jesús causó gran admiración por
sus enseñanzas a las cuales añadía milagros, y era mucha la gente que le
admiraba y seguía. Se dan además,
escenas sobresalientes como la de Nicodemo, se recomienda leer: Juan
cap.3, versículos 1 al 21. Y el conocido episodio de La Samaritana. La
verdadera lucha, en especial de los fariseos en su contra, se da por la amenaza
a los intereses creados de las clases sacerdotales, que ven amenazadas sus
prerrogativas, y le empiezan a acusar de
cuestiones como el de perdonar los pecados. Y entre ellos empiezan a
planear el como deshacerse de Él. ¿Quién perdona los pecados si no Dios?
A los Diez Mandamientos de la Ley
de Dios que el propio Creador había entregado, debemos añadir las enseñanzas de
Jesucristo, son las que desde entonces influirán en la humanidad como ninguna
otra enseñanza. En el SERMÓN DE LA
MONTAÑA tenemos una de los mayores
ejemplos que nos dejó. Este imponente discurso comienza con la
Bienaventuranzas, que son como el preámbulo de gran solemnidad, y continúa
con la predicación mas sublime que
contamos en nuestra historia, sus declaraciones de moral, su carácter
espiritual, son de la mayor ayuda para nuestra salvación, aluden tanto a los
pobres como a las personas de toda condición.
El conocimiento, y meditación de
este gran discurso lo debemos de conocer especialmente en el Evangelio de
Mateo, el cual está contenido en los capítulos 5-6 y 7.
Así irán transcurriendo los días, meses y años, de este
grupo feliz, que recibe del propio Jesucristo su doctrina, a pesar de que
muchas cosas no las entienden, mas adelante como veremos las recordarán y
entenderán con precisión absoluta. El dolor no dejará sin embargo de sentirse,
con el crimen inaudito del Bautista que es decapitado por orden de Herodes para
complacer a la hija de su cuñada y concubina, que bailó una danza que le agradó
y la premia con semejante homicidio con todas las agravantes y mas. También los odios, insidias y ataques del
Sanedrín no dejan de darse, pero Él, muchas veces en Parábolas, va haciendo su
santísima predicación y formando a su pequeño grupo de Apóstoles, a quienes en
particular, ya lejos de las multitudes, da explicaciones adicionales de los
significados de sus parábolas y discursos.
Es muy conveniente que nosotros también conozcamos estas
famosas parábolas que se conocen con los nombres que la piedad popular les ha
dado, por Ej: la del Sembrador, la de la Semilla de la Mostaza, la de la
Levadura, el Tesoro y la Perla, la Red Barredera, la Samaritana, la Tempestad y
los Vientos, la Pesca Milagrosa, el Buen Samaritano, el Hijo Pródigo, y tantas
otras que Uds. Conocen e irán meritando en la lectura de los Evangelios. Muchos
de sus milagros también deben de ser considerados por nosotros, por ser motivos
no solo de enseñanzas, sino de meditación, tenemos como ejemplo: el Centurión,
el Paralítico, el Ciego de nacimiento, los leprosos, la mano seca, la Suegra de
Pedro, la parábola de los talentos, la resurrección de Lázaro su amigo y
hermano de Marta y María, y tantos mas.
Le vida de Nuestro Señor va pasando en medio de sucesos por
demás importantes, su fama ha crecido y como algunos milagros han sido
atestiguados por multitudes, como la multiplicación de los panes, es muy popular
y van aumentando sus seguidores, lo que no gusta nada a la clase sacerdotal de
los judíos, por lo que los enfrentamientos, no dejan de dirigírselos. Él a los
apóstoles les participa que sufrirá pasión y muerte. Cuando llega
el día en que les pide que preparen lo necesario para la Cena Pascual.
Cristo continúa el anuncio de la llegada del Reino
de Dios. Ante sus enseñanzas, entre la que podemos señalar, como ejemplo
maravilloso, el ya mencionado Sermón de la Montaña, tenemos junto con los
Diez Mandamientos del Antiguo Testamento, un protocolo de lo que es su
doctrina, sus enseñanzas, no solo para los creyentes, sino para todos los
hombres, de todos lugares, razas , condiciones y tiempos. Es considerado la
perla de sus discursos por el contenido moral que contiene, su sabiduría , verdades absolutas, originalidad por lo
novedoso, y en el que hay que considerar expresiones propias de la época y del
idioma original en que se pronunció, el arameo. Algunas expresiones como la de “córtate
la mano, o pon la otra mejilla, deben de sernos explicadas por los
especialistas, y no ser simplemente tomadas literalmente.
Por tres veces Jesucristo ha
anunciado a sus apóstoles que deberá ser entregado a las autoridades judías y
condenado a morir. Cuando este tiempo se va acercando, se celebra la Pascua,
por lo que pide a unos de sus discípulos, dándoles instrucciones muy precisas
sobre el lugar, que deben de preparar la Cena Pascual. Los encargados llevan a
cabo las instrucciones.
Hay siete, (entre otros), pormenores a tomar
en cuenta en relación a los sucesos que se avecinan, y son los que vamos a
examinar, se trata de : La Traición, La Sentencia del Sanedrín, la intervención
del poder romano, la Flagelación, la Cruz a Cuestas camino del Calvario, la
Crucifixión muerte y resurrección, la Ascensión, antes de los cuales Jesús he
estado predicando en el Templo, y mucha gente se ha acercado a escucharle. Los
sacerdotes le hacían preguntas capciosas y difíciles, pero sus respuestas eran
de tal sabiduría que ellos quedaban en ridículo, una de ellas que se repite
constantemente desde entonces hasta la
actualidad es la de:…… “ dad al cesar lo
que es del cesar y a Dios lo que es de Dios”.
Se puede considerar como el punto
final de las controversias con los jefes del pueblo, especialmente con los
fariseos, hipócritas que predicaban aquello que les convenía, que ellos no
practicaban, pero obligaban al sometido pueblo, debemos consultar: Mateo
capítulo 23 completo. ¡Como soportar, siendo tan orgullosos y falsos, que se
les desenmascarara! -Esto es lo que los
lleva a conjurarse en el matar a Jesucristo-.
Pasamos ahora al primer pormenor
de los siete mencionados arriba, La Traición, esta tiene lugar en uno de los
episodios mas importantes de la vida de Nuestro Señor Jesucristo, la Cena
pascual. La última cena con sus discípulos amados, en la que no solo anuncia,
veladamente, la traición de Judas
Iscariote, sino, que, y esto es de lo más relevante, instituye los Sacramentos
de la Eucaristía y el del Sacerdocio. Previamente les ha dicho a sus discípulos:
Ardientemente he deseado, comer esta Pascua con vosotros. Y en un acto sublime
de humildad lava a sus discípulos los pies. En Lucas Cap.22, 7-20, podemos leer
un resumen de estas instituciones de los Sacramentos, el que unge como sacerdotes a sus discípulos
es la frase que dice: Haced esto en memoria mía.
Después de la Cena van al Huerto
de Getsemaní, episodio en el que tienen lugar varios acontecimientos, Nuestro
Señor sufre una agonía profundamente humana, Dios Padre ha querido que pase su
Hijo por esa prueba también, pasan pocos minutos y Judas Iscariote, el traidor,
señala con un beso a Jesús para que el
grupo armado de palos y espadas, que incluye algunos soldados le tome preso.
Son momentos de confusión Pedro el arrojado de siempre tomando una espada ataca
y corta a un tal Malco y le cercena una oreja, Jesucristo le detiene diciéndole guarda esa espada, porque quien a
espada mata a espada muere, y realiza el último milagro antes de morir, curando
la oreja del agredido, pide que dejen en libertad a sus acompañantes y es
tomado preso para ser conducido ante Anás, eh aquí el segundo
pormenor, suegro de Caifás que es el sumo sacerdote de los Judíos ese año, allí
son presentados jueces falsos y se dan las falsas acusaciones, y la bofetada
que recibe, ante la que reclama el Señor, diciendo, “ he hablado públicamente y
todos me han escuchado, ¿por cual de mis dichos me pegáis?. Le declaran reo de
muerte. Las negaciones de Pedro se han dado.
Después es trasladado a la casa
contigua, que es la de Caifás, y de allí, tan temprano como les fue posible al
pretorio de Poncio Pilato, donde es interrogado, tercer pormenor, por este que
es el procurador romano, quien dirá que no encuentra en Él culpa alguna, que
deben de arreglar el asunto entre ellos. Ante esta situación el odio y la sed
de castigo que les domina los sacerdotes alegan que es reo de muerte y que solo
los romanos lo pueden condenar, pues la ley se lo prohíbe a ellos. Hipócritas,
piden a gritos la Crucifixión, hasta lograrlo, por el temor que le han infringido
al procurador. Quien se lava las manos quitándose la responsabilidad, lo manda
flagelar, cuarto pormenor, y se los entrega para ser crucificado por los
propios romanos. Solo, abandonado de sus amigos, injuriado, golpeado, flagelado
brutalmente, juzgado con mentiras y acusaciones falsas, todo lo sufre por
nuestra salvación. Ver Juan, cap.18,
28-37.
Se dijo que narraríamos siete pormenores, ( los repito: La Traición,
la Sentencia del Sanedrín, la intervención del poder romano, La
Flagelación, la Cruz a cuestas camino del Calvario, la Crucifixión Muerte
y Resurrección, y la Ascensión ), de los que nos falta
narrar, aún tres. Después de la flagelación que Pilatos ordena que se le
infrinja a Jesucristo, en la que ha sido además insultado, abofeteado,
escupido, coronado con espinas, todo ello atado a una columna
en el pretorio del procurador, --lo que soporta por amor a los humanos,
pues quiere que todos nos salvemos--, a
continuación tiene que cargar con su propio patíbulo, la Cruz en la que va
a ser clavado, hasta el lugar de la ejecución que es un montecillo, fuera
de la ciudad al que llaman Monte Calvario, en el camino recibirá un poco
de ayuda del Cirineo, pero bajo el peso de la Cruz, caerá tres veces,
recibirá mas latigazos, en fin que su sufrimiento redentor, no solo, no
termina, sino que va en aumento. Al llegar al lugar de la ejecución será
clavado en la cruz, entre dos criminales a los que se crucifica también.
Tres horas de terrible agonía le esperan crucificado, hasta que finalmente
entrega su alma a Dios Padre. Durante estas horas de intenso
sufrimiento, es que, a través del Apóstol Juan, allí presente,
nos entrega a su madre, como Madre Nuestra, nuestra Madre en el Cielo,
realiza la primera canonización de la historia con el ladrón San Dimas, y
nos deja el mas maravilloso ejemplo de entrega de su alma a Dios Padre.
Una vez que ha sido bajado de
la Cruz el cuerpo inerte de Jesús, José de Arimatea, un prominente
judío convertido a la doctrina de Jesucristo, testigo presencial de la
Crucifixión, y que tiene un sepulcro nuevo, lo ofrece para que allí sea
depositado el Santo Cuerpo, muerto, frio, de Nuestro Salvador. Todo esto
ha tenido lugar el Viernes. El segundo día Sábado, el Sepulcro del Señor
es solo vigilado por una guardia romana que han pedido los judíos a
Pilato, nadie lo visita, pues hay que guardar la quietud que la Ley
Mosaica indica para ese día. Pero al tercer día, Domingo, muy
temprano van las mujeres María Magdalena y otras y se encuentran la pesada
piedra que guardaba la sepultura, movida, y el sepulcro vacío. Jesús ha
resucitado y ya no está allí.
Son muchos los episodios que
se dan de la Resurrección, están consignados magistralmente en los Santos
Evangelios: Mateo 28, Marcos, 16, Lucas 24 y Juan 20. Sobresalen los
relatos sobre María Magdalena, Pedro y Juan, los caminantes de Emaús, la
sobremesa de los Apóstoles, y varios mas. Es de
notarse que a la Madre de Jesús no se le menciona para nada en estas
partes de los Evangelios, y la Misma Virgen no aparece en la búsqueda de
su cuerpo en el sepulcro, la razón nos dicen los teólogos es que la Virgen
sabía de la Resurrección, y había recibido la visita de su hijo
resucitado, es por tanto sabedora que en el sepulcro no está.
Son cuarenta días los que pasará
nuestro Señor dejándose ver en varias ocasiones por sus Apóstoles y
discípulos, a los que seguirá formando y aleccionando e incluso
instituyendo el Sacramento del Perdón de los pecados. Al cabo de estos
cuarenta días ascenderá a los Cielos en Cuerpo y alma, prometiendo
previamente a los Apóstoles la Venida del Espíritu Santo, lo que tendrá
lugar diez días después de su Ascensión, cuando estaba teniendo lugar la
fiesta de Pentecostés.
La Iglesia tiene varias
oraciones relativas a la Pasión del Señor, entre las que destaca la
llamada “VIA CRUCIS”, esta es una contemplación en las llamadas catorce
Estaciones, que va recorriendo, Jesús, diferentes etapas
de la Pasión Redentora de nuestro Salvador, es un acto divino de amor
salvífico, se trata de una oración que se realiza solemnemente en la Liturgia
de la Iglesia los Viernes Santos de las Semanas Santas, pero que es muy
recomendable su meditación varias veces cada año. Nos muestra el gran amor
que Jesucristo nos tiene, y por lo tanto nos ayuda a amarle nosotros, más,
a Él.
Merece por lo tanto, como
los Santos Evangelios, nuestra veneración y conocimiento. Nunca se cansará
la Iglesia de recomendarnos la lectura meditada de los Evangelios porque
han sido escritos para nuestro aprovechamiento espiritual.
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