SEMANA SANTA.
El objeto de estos comentarios sobre Semana Santa, día a día,
es con el objeto de ir al Nuevo Testamento y personalmente leer la Pasión de Nuestro
Señor Jesucristo.
PRIMER DÍA, DOMINGO DE RAMOS.
Entrada triunfal de
Nuestro Señor Jesucristo a la ciudad de Jerusalén, lo hace humildemente,
montando un borriquillo, se cumple la profecía de Zacarías: 9.9 Las personas le
dan la bienvenida multitudinariamente, con ramos de palmas en las manos.
Sus cánticos son HOSANA AL HIJO DE DAVID, HOSANA EN LAS
ALTURAS, BENDITO SEA EL QUE VIENE EN NOMBRE DEL SEÑOR, HOSANA EN LAS ALTURAS.
La noche previa la ha pasado en Betania, donde vivía Lázaro
su amigo querido, a quien había resucitado y sus hermanas Marta y María.
Regocíjense hijas de Sion, regocíjense hijas de Israel, vean
que viene el salvador, es su Rey que viene a Uds. Montando un borrico.
SEGUNDO DÍA, LUNES
SANTO, JESÚS LIMPIA DE MERCADERES EL TEMPLO.
Regresan Jesús y sus Apóstoles el lunes siguiente a
Jerusalén, se supone que estos días pernoctaban en Betania en casa de Lázaro, a
unos tres kilómetros de distancia, camino al Templo maldice a una verde higuera
que no le ofrece fruto alguno. Al entrar al templo, se indigna Jesús al ver las
transacciones mercantiles que se están llevando a cabo en este. Y enojado los
corre, a los cambistas les tira las mesas, e indignado les reprime, no es el
templo del Señor el lugar para realizar comercio, las Escrituras indican que es
un sitio de oración y ustedes lo han convertido en una cueva de ladrones.
TERCER DÍA, MARTES
SANTO. JESÚS VA AL MONTE DE LOS OLIVOS.
El martes Jesús y sus discípulos, regresaron a
Jerusalén, al pasar observaron la higuera seca. En el Templo los sacerdote,
fariseos y demás líderes de los judíos, decían que porque se atribuía autoridad
espiritual, con lo que no estaban de acuerdo, por lo que decidieron una
estrategia para apresarlo. Cristo los evadió y les dijo: “guías ciegos, que
sois como tumbas, blanqueadas por fuera pero dentro tenéis la podredumbre,
aparentáis ser personas correctas, pero en sus corazones habita la maldad y la
hipocresía, sois disolutos, víboras.
Mas tarde se dirigieron al Monte de
los Olivos, que se encuentra al Este del templo y desde el que se contempla
Jerusalén. Aquí Jesucristo da su “Discurso de los Olivos”, que los Sinópticos
nos dejan. Se trata de una profecía en la que habla de la tribulación y persecución antes del último triunfo del Reino
de Dios, el él refiere la destrucción del Templo de Jerusalén. Fue un día
tumultuoso y de confrontaciones. Después, cansados regresarán a Betania a pasar la noche.
CUARTO DÍA, MIÉRCOLES SANTO.
Las Santas Escrituras, no narran
nada sobre acontecimientos del Miércoles Santo, algunos especialistas piensan
que fue un día de descanso, esperando la Pascua Judía, en la casa de Lázaro y
las hermanas Marta y María.
QUINTO DIA, JUEVES SANTO.
Desde Betania, Jesucristo mandó a
Pedro y a Juan, para que prepararan el salón alto, en el que celebrarían la
Cena Pascual. Esa tarde a la puesta del sol, antes de la Cena Pascual
Jesucristo lavó los pies de los apóstoles, en una lección de humildad para sus
apóstoles en ese momento, y para toda la cristiandad, hasta el fin de los
tiempos. Esta ceremonia que recuerda el amor de Jesucristo por la humanidad,
enseñándonos el amor que debemos de tener entre nosotros, se lleva a cabo en la Liturgia de la Iglesia,
todos los Jueves Santos.
Después al disponerse a la que
sería su Última Cena con ellos les
dijo: Intensamente he deseado comer esta
Pascua con vosotros, antes de padecer, porque os digo que nunca mas volveré a
comerla hasta que se cumpla en el Reino de Dios.
Jesucristo, como Cordero de Dios,
estaba a punto de dar a conocer el verdadero sentido de la Pascua, su Cuerpo
sería torturado en extremo y su Sangre derramada, en dolorosísimo Sacrificio,
para perdonar nuestros pecados y para lucrarnos salvación eterna. Posibilidad,
que aceptamos, pero que en nuestra intrínseca libertad podemos rechazar. Les
pide también, en forma adelantada que
utilizando las especies de pan y vino que Él consagra, el pan primero y
el vino al último, convirtiéndolos mediante el Milagro de la Consagración en su
Cuerpo y Sangre divinos. Les pide (en forma adelantada) que sea su Sacrificio conmemorado, y a ellos los
consagra para que en su representación lo lleven a cabo, ellos y sus sucesores
hasta el final de los tiempos.
Después de la Cena Pascual, los
lleva el Huerto de Getsemaní, donde será entregado por Judas Iscariote, el que
lo traicionó, a las autoridades. En esta ocasión su oración y agonía son tan
profundas, que suda gotas de sangre.
Será llevado esa noche ante Anás y
después ante Caifás, para el juicio. Pedro en las altas horas de la noche le
negará tres veces, mientras se ventilaba el caso, estas negaciones las había profetizado el propio Jesús, y temprano
a la mañana siguiente ya Viernes, será llevado ante el gobernador, Poncio
Pilatos.
SEXTO DÍA, VIERNES DE DOLORES.
Las horas que se avecinan serán las
mas dolorosas de la Pasión de Nuestro Señor Jesucristo, después de varios
juicios injustos, Jesucristo es azotado, coronado de espinas, vejado, se han
burlado de Él, lo han escupido, abofeteado, y él no había hecho mas que el
bien, curando, enseñando, consolando, sirviendo, amando a los demás. Le
condenan a la muerte de cruz, la pena capital mas oprobiosa de la época, además
le cargan su propia cruz, el vergonzante patíbulo, lo tiene que acarrear en
hombros.
Al llegar al Monte Calvario le
quitan sus ropas las que echan a suertes, le clavan en la Cruz, Mientras sufre lo indecible clavado en la
Cruz, dirigirá a todos los humanos palabras
en siete ocasiones, las primeras son dirigiéndose al Padre, en que suplica el
perdón de sus verdugos, “…porque no saben lo que hacen”, inmensa enseñanza cristiana. Las últimas palabras, dichas con su último
aliento fueron: “Padre en tus manos
encomiendo mi Espíritu”. Serían las
tres de la tarde cuando Dios hecho hombre, muere por la salvación de los
hombres. Un fiel del Señor, José de
Arimatea, pedirá permiso a Pilatos de bajar al Señor de la Cruz, y le entierra
en un sepulcro nuevo.
Nicodemo, otro fiel del Salvador,
participa en el entierro, lleva una mezcla de mirra y aloe, cosa de cien
libras. Está a punto de comenzar el Sabath,
en el que los judíos no trabajan, ni realizan tarea alguna, por lo que solo
alcanzan a envolver el cuerpo muerto de Jesucristo con las especies aromáticas
y cierran la tumba. Una guardia romana es asignada para que no se vaya a sacar
el cuerpo de la tumba.
SEPTIMO DÍA, SÁBADO, JESÚS EN LA
TUMBA.
Una guardia romana permanece frente
a la tumba . A la puesta del sol, que termina
el tiempo de guardar del Sabath y
acordes a los ritos del judaísmo de la época, José de Arimatea y Nicodemo llevan
a cabo la envoltura del cadáver de Jesucristo, en largos lienzos de lino y con
aromas en abundancia.
Jesucristo, muerto y enterrado está
pagando por nuestros pecados y asegurando
nuestra salvación.
OCTAVO DÍA. DOMINGO DE
RESURRECCIÓN.
El mas importante acontecimiento de
la fe cristiana, el Domingo de Resurrección, y es donde culmina la Semana Santa,
siendo el fundamento de toda la Doctrina de Jesucristo. Muy de mañana ese Domingo
María Magdalena fue al sepulcro y vió quitada la piedra, lo que corrió a
informar a Pedro y a Juan : “se han llevado del sepulcro al Señor y no sabemos
dónde le han puesto” corren estos hacia el lugar y encuentran solo los lienzos.
Regresan a los suyos, aún sin entender que era necesario que resucitase. La Magdalena
llora junto al sepulcro, dos ángeles le dicen: mujer ¿porque lloras?, porque se
han llevado a mi Señor y no se donde lo han puesto, les contestó. Se volvió y
vio a alguien pensando que sería el hortelano, quien le dice ¿a quien buscas?, contesta ella: Señor si te lo has llevado
dime donde lo has puesto.
Jesús le dijo !!!María!!! volviéndose ella le dice !!! Raboni !!!, que quiere decir, Maestro. Y la instruyó
para que informara a sus discípulos, lo siguiente: “Subo a mi Padre y a vuestro Padre, a mi Dios y a vuestro
Dios”.
Jesús realizó otras apariciones, Teólogos
muy seguros nos dicen que aunque las Escrituras no lo registran debió de
aparecerse en primer lugar a su Madre la Virgen Santísima, otras que se
registran son: a los dos discípulos en el camino de Emaús, en la tarde, y a sus
discípulos esa misma noche. Al aparecerse sin necesidad de que le abrieran la
puerta atrancada por seguridad, les dice “la Paz sea con vosotros”, les enseñó
su costado abierto y las heridas de los clavos, y soplando sobre ellos les dijo:
Recibid el Espíritu Santo. A quienes les remitiereis los pecados, les son
remitidos; y a quienes se los retuviereis, les son retenidos.
Compiló: Jorge Casas y Sánchez.
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