CAUSA DE LAS
CAUSAS. La Creación.
Existimos desde
hace pocos años como parte integrante de un inmenso universo que a su vez
existe, desde hace muchos millones de años, de acuerdo
a como nosotros medimos el tiempo en nuestro planeta, a sabiendas de que no es
eterno, sino que comenzó de alguna manera y ha devenido en lo que ahora podemos
observar de él. Nosotros en lo personal somos nuevos, recientes huéspedes y
además por solo un corto tiempo en comparación con su edad. Ante este
planteamiento que nos impacta, es que se nos presentan las milenarias
preguntas, íntimas, importantes, que nos abruman, mientras no tenemos la
respuesta.
Hay aspectos
muy claros, son las respuestas simples, infantiles, incompletas, ¡vengo de mis papás!. Pero no conformes con
esa respuesta la llevamos a ultranza y nos topamos con falta de respuestas
científicas, realmente convincentes, y es que no las hay.
Por lo tanto
al hombre antiguo, solo, al no encontrar solución a su incógnita, no le queda mas camino que pensar en unas
divinidades poderosas, desconocidas, que de alguna manera aquí nos tienen y de
esa divinidad misteriosa y desconocida, en cierto momento de la historia humana
vendrá la respuesta. Y vendrá con lo que llamamos la Revelación Divina.
Por razones
que no es posible que entendamos, dicha respuesta nos llega con la sencillez de lo grandioso, a través de un
hombre de grandísima fe, de nombre Abram
(que cambiará mas adelante a Abraham) que creé con la inmensa fuerza de su fuerte
corazón, y obedece, aquello se le va ordenando
por la divinidad que con él se comunica.
Antes que nada dicha Divinidad se manifiesta como único Dios y le da
instrucciones a este hombre a la vez que le promete algo muy importante para
los varones de la época: una gran descendencia.
Se trata de la única y verdadera divinidad, que ha decidido en ese
momento de la historia de la humanidad y a ese hombre en particular escogerle
como el receptor de su DIVINA REVELACIÓN. Y lo va guiando hacia una tierra que
le promete. Pero eso no es todo le va haciendo poco a poco REVELACIONES directamente. Aquí convendría recordar lo que es la Revelación
que proviene de Dios; y esta consiste en algo que Dios comunica, en este sentido,
por primera vez a los humanos, primero a Abraham después directamente a ciertos
hombres, como veremos mas adelante. Por supuesto que se trata de actos
sobrenaturales que Dios decide llevar a
cabo con las personas que Él escoge y en los momentos que Él decide. Por lo que
se trata de lo que Él quiere que los hombres sepamos de Él mismo, y que se
trata de algunas cuestiones que el hombre por sus fuerzas naturales nunca podría
haber conocido. Aquello que Dios ha
revelado son verdades absolutas, y
para irlas comunicando escoge en un principio a ciertas personas que pertenecen
a la descendencia de Abraham, (pueblo escogido por Dios) a los que en las
Sagradas Escrituras se conocen como:
Profetas, siendo los primeros del tiempo llamado de los Patriarcas, y al
último de estos, en el Antiguo Testamento lo considera la Iglesia en San Juan
Bautista, quien profetiza a Nuestro Señor Jesucristo cuando dice que “entre
ustedes está”, ahora como primer profeta del Nuevo Testamento, y yo no soy
digno de atar los cordones de sus sandalias, yo los bautizo con agua, pero Él
los bautizará con el Espíritu Santo. Es el Cordero de Dios que quita los pecados del
mundo.
Hoy la
ciencia lo confirma, pero de antaño los cristianos lo sabemos por Revelación, el universo no ha
existido siempre, tuvo un principio, al
que llamamos LA CREACIÓN. Las primeras palabras del Génesis, primer libro de la
Biblia, son: “Al principio Dios creó el
cielo y la tierra. Gen 1,1 enseñanza primera de las verdades que Dios nos
revela. Esta CREACIÓN no solo se refiere
a las cosas que podemos ver sino que incluye aquellas que no vemos, pero de cuya
existencia sabemos a través de la Revelación, como lo son el Cielo, y los
ángeles, arcángeles, dominaciones, etc.
Los que cierran
la cadena de la Creación son los hombres, únicos con cuerpo mortal y alma
espiritual creada para la eternidad. Cada ser humano concebido, precisamente en
ese momento grandioso en que consiste la concepción, lo es porque Dios Creador
interviene dotando a ese nuevo ser, a esa nueva persona humana de un alma
eterna a partir de ese preciso instante. Es por ello que con todo acierto se
dice que la generación es cosa de tres: un hombre, una mujer y Dios Creador. De
allí que cada persona humana es irrepetible, no solo por la generación
producida por nuestros padres sino porque es dotada de un alma singular única,
que no existía antes, sino que viene a la existencia por un acto creador que
tiene lugar en el preciso instante de la concepción.
La Creación,
o sea el que las cosas hayan empezado a existir, es lo grandioso e
incomprensible de la Creación, porque vienen a la existencia a partir de la
NADA. Este en un concepto imposible de ser comprendido por la mente humana, no
somos capaces de imaginar lo que la nada es, queda fuera de nuestro mas
desarrollado razonamiento. Pero para Dios no hay imposibles así lo que Él ha
querido crear lo realiza a partir de la nada. El devenir de las cosas, la
manera en que se ha formado y sigue en su proceso el universo procede de una
creación inicial que a partir de la nada Dios realizó cuando le vino en gana. Y
de la misma manera creó a nuestros primeros padres Adán y Eva, de los que
procedemos todos los hombres. La
Creación de Dios se entiende como traer a la existencia algo, sin presupuesto
previo alguno. Esto se diferencia de la creación humana que presupone algo
previo, como el David de Miguel Ángel que presupone el mármol del que fue
esculpido.
En nuestro
mundo han ido apareciendo criaturas y no sabemos con certeza el como. Es
posible, pero no está plenamente demostrado que unas criaturas provengan de
otras a través de una lenta “evolución” pero esto es aún algo hipotético, y en
todo caso en su origen son criaturas de Dios que les ha dado la capacidad de evolucionar en otras distintas. Pero lo que es falso de toda falsedad es el
evolucionismo materialista absoluto, es
decir que el universo procede de la pura evolución de una materia inicial
increada y eterna. Esto es teoría atea equivocada, que no se puede ni siquiera
tomar como hipótesis. Esto no solo es evidente para las personas que tienen fe,
sino para todas las que son capaces de razonar acertadamente que comprenden que
nos es posible que lo que vemos y conocemos proceda de la materia solamente, y
que no haya una inteligencia superior que lo ordena todo y a quien llamamos
Dios. Hay una causa superior que permite que las cosas sean de la manera que
son, en un orden no caótico. Nada se puede dar a si mismo la existencia, toda
cosa o planta, o animal o persona es causada por algo previo a esta.
Por sencilla
que sea una criatura, por ejemplo una piedra se asemeja al Creador aunque sea
por el solo hecho de existir, las semejanzas van aumentando conforme las cosas
son mas perfectas, como las plantas que existen pero tienen vida, y en el caso de las flores participan de la
belleza, los árboles frutales en la capacidad de producir frutos, y así
ontológicamente, hasta llegar al hombre que es el que mas se asemeja a Dios por
los hechos de poder pensar, y gozar de libre albedrío, la Sagrada Biblia enseña
que el ser humano es creado a imagen y semejanza de Dios. Sin embargo a pesar
de esta semejanza la desemejanza es mucho mayor, dado que Dios es infinitamente
perfecto.
Todos
dependemos d Dios para existir. Contrariamente a una cuestión creada por el
hombre, por ejemplo un libro escrito, o una escultura realizada, no dependen
del autor para continuar existiendo una vez que ha terminado su realización.
Pero para continuar nosotros en la existencia es porque estamos en la mente
divina. De no ser así volveríamos a la nada.
Dios además
de alguna manera está presente en todas las cosas, San Agustín así lo explica:
“Dios es mas íntimo a las cosas, que las coas mismas”. Y San Pablo dice: “en Él vivimos, nos movemos
y existimos”. Todas las cosas son buenas, el mal que tanto se atribuye a Dios por los ignorantes, (esto no es fácil
de entender) no es sino la ausencia del bien, por ejemplo la enfermada es la
falta de salud. Y Dios permite que esas ausencias existan precisamente para
mostrar lo que es la Bondad Infinita, que solo a Él corresponde, además permite
los males en atención a bienes mayores. El único mal absoluto es el pecado,
pues otros males como la enfermedad, un terremoto, no son males absolutos, pues
no impiden la salvación como el pecado. Ni siquiera la muerte es mal absoluto,
pues el alma inmortal tiende a la salvación eterna.
Tratándose
del hombre este puede dar gloria a Dios si se lo propone, cumpliendo la ley
moral, en uso de su libertad, el resto de las cosas creadas por el simple hecho
de existir dan gloria a su Creador. El hombre está en este mundo precisamente
para dar gloria Dios, y Él quiere que lo hagamos libremente, por decisión
propia, y nos ha dado con su palabra, su Iglesia, su doctrina, su ejemplo y la
ayuda del Espíritu Santo todo lo
necesario para que vivamos de acuerdo a su ley moral. Podemos concluir que el
único mal absoluto que existe es el pecado, o sea las faltas a la Ley Moral, lo
que conlleva en si, el caer en el mal eterno, en lugar de la salvación eterna,
que es lo que Dios quiere para todos los hombres, pero en uso de su libertad
hay quienes esto lo desprecian, y caen en el mal eterno. El incumplimiento de
las leyes morales además en esta vida incluyen injusticias, opresión, guerras,
situaciones no queridas por Dios, pero que los hombres producimos.
Desde que
pecaron nuestros primeros padres existe el pecado en el mundo, claramente lo
vemos en Caín, cuando Dios creó el cielo y los ángeles, estos tuvieron y tienen
inteligencia y voluntad, , siendo seres
espirituales. Algunos se rebelaron
contra Él y permanecen apartados de Dios, quien les ha permitido
conservar algunos poderes que influyen
malamente en los hombres, aunque Dios mismo le concede al hombre la capacidad
de defenderse de las insinuaciones del demonio, pero hace falta la voluntad
para ello, y en ocasiones el hombre cae en las insinuaciones demoníacas, y
comete actos en contra de la recta
moral.
Dios que nos
es invisible, se nos presenta con la realidad mas evidente en las cosas
creadas, no solo las de este cosmos nuestro, sino en el maravilloso y ordenado firmamento,
del que somos parte pequeñita, pero que no puede dejar de maravillarnos con
solo contemplar, la rotación de nuestro planeta, y la puntualidad de la luna en sus periplos a
nuestro alrededor, solo la estulticia impide
constatar esta maravillosa realidad, todo nos narra la existencia de
Dios, lo que contemplemos ya sea en los seres vivos, como en cuestiones como el
ciclo del agua, y de toda esta creación el hombre es la cumbre, la criatura mas
perfecta, la única que goza de la misericordia divina, de un cuidado amoroso si
se permanece dentro de su Iglesia, allí percibimos también su presencia, la que
se extiende a todos los acontecimientos.
En nuestro
comportamiento personal debemos de demostrar nuestro amor a Dios, amor filial,
de respeto y obediencia que tiene altos vuelos, superando a los amores de la
tierra, porque en cuanto a Dios el amor nos debe de llevar a la adoración. En
la tierra mostramos respeto y comportamiento digno en la presencia de aquellas
personas que lo merecen, ante Dios que nos acompaña siempre, que está siempre a
nuestro lado , por decirlo de alguna manera, nuestro respeto amoroso y
deferencia deben ser cosa de siempre. Pues Él todo lo ve , lo conoce. Así es
que en toda circunstancia de nuestra vida debemos de saber que es lo que Él
espera de nosotros. En todas las situaciones de nuestra vida, en el trabajo, la
vida familiar, en el deporte, en el ocio, en el descanso, no digamos en la
oración o en el templo. Al tomar las decisiones de nuestra existencia. Tanto
las importantes como las que lo son menos, es necesario que consideremos se
estas son acordes a su voluntad, a lo que Él espera de nosotros.
Para
terminar hoy vamos a considerar otra de las grandes ayudas que Dios nos ofrece
y a veces no lo consideramos, ya sea por olvido o por desconocimiento, se trata
del ángel guardián que cada uno de nosotros tiene, que Él lo ha enviado para
que nos ayude, desde luego a cumplir con la voluntad del Padre, pero que nos protege
de tantas cosas y situaciones, muchas de ellas que ni siquiera percibimos,
otras que se dan porque hemos requerido su ayuda, él es el mensajero que gratuitamente se nos ha
designado. Debemos de saber tratarle, es parte de la Creación que está para auxiliarnos.
Jorge Casas
y Sánchez.
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