111-113 DISCULPA TODO. Aquí el
Santo Padre, nos comenta bellísimas estampas del debido comportamiento en
relación y entre los cónyuges, entresaco algunos aspectos:
-
Es mejor guardar silencio ante algún aspecto malo de mi cónyuge.
-
Es bueno contenerse de lanzar juicios y/o condenas duras, hay otros
caminos suaves.
-
Detenerme antes de dañar la imagen de otro, en especial con la esperanza
de reforzar la propia, lo que es generalmente descarga de rencores o envidias.
-
La difamación puede ser grave pecado, y muy peligroso cuando se lleva a
cabo del cónyuge ante los hijos.
-
El amor cuida la imagen del otro.
-
El otro no es solo aquello que a mi me molesta es muchas mas cosas.
-
El amor convive con la imperfección, le disculpa y sabe guardar silencio
ante las limitaciones del otro.
114-125. CONFÍA, en el matrimonio debe de existir la confianza, no debe
ninguno ser controlador del otro, querer que en todo momento se esté reportando
o dando explicaciones, nos debemos tener confianza, gozar de nuestra autonomía,
ser y usar ordenadamente de nuestra libertad personal, así los cónyuges en cada
reencuentro, y estos pueden ser varios al día se comunican sus propias
experiencias, novedades, sin ficciones, con transparencia. Una familia donde reine la confianza e identidad
de sus miembros, es de desear. Esta forma de vida contempla la maduración de
todos, recordemos que el ser humano, jamás deja de madurar, y las
potencialidades humanas van germinando.
El amor soporta todo nos dice San Pablo, la paciencia, la comprensión,
la empatía, son virtudes que deben aflorar en la vida familiar, es con amor con
lo que se irán solucionando los problemas, no con la oposición frontal, aunque
parezca a veces la única solución. La luz de la Gracia del Sacramento que Dios
nos otorga por los méritos de Jesucristo es a lo que debemos de recurrir ante
las dificultades, que no dejarán de estar presentes nunca.
La caridad conyugal se fundamenta en ese amor unitivo del que nos habla
Santo Tomás, el amor conyugal después del amor a Dios debe de ser el mas
perfecto en la persona humana, sin olvidar que se trata de dos seres
imperfectos, que tratan de imitar la perfecta unión que se da entre Cristo y su
Iglesia. Pero no podemos pedir a los imperfectos la perfección de los perfectos.
Recurramos a los dos fundamentos del matrimonio, con la constancia necesaria,
el amor y el vínculo indisoluble. Un amor débil o enfermizo no tiene la
capacidad de resolver, de mantener, de valorar las enormes cualidades de un
matrimonio sano, fuerte que sabe ir resolviendo las dificultades que la vida le
presenta que se reinventa tantas veces como sea necesario, y comienza
nuevamente, una y otra vez, hasta el fin de la vida. Si pero lo lograremos con
la gracia de Dios por lo tanto no podemos dejar de pedirla y estar dispuestos a
aceptarla.
La amistad y la pasión se reúnen en los cónyuges, y como lo recuerda el
Concilio Vaticano II son lo divino y lo humano, la respetuosa sexualidad, la
unión, la mutua donación es el sentimiento de ternura que preña toda su vida.
126-130. ALEGRÍA Y BELLEZA. Hay
ventajas enormes en el matrimonio, pero hay peligros también, uno sería el de
la obsesión por lo sexual, que pondría en peligro aspectos indispensables del
matrimonio, como la espiritualidad y sacralidad en la relación, la comunión de
ideales y responsabilidades, nos privaría de otras alegrías que se viven en los
esfuerzos, las tensiones y liberaciones, la amistad conyugal, satisfacciones,
búsquedas, ayuda mutua y servicios. El apreciar al cónyuge no solo por el
atractivo físico, sino por las bellezas de la persona en tanto tal, la ternura
y el amor de caridad que es el de la amistad entre los cónyuges, así cuando los
atractivos físicos van desvaneciéndose, permanecen los demás, y continúa la
alegría del matrimonio. El deseo de posesión egoísta debe desaparecer y se
conservan la ternura y el aprecio de las cualidades propias de la persona,
independientes a la atracción física, se conserva así la libertad y el aprecio
mutuo, así en los matrimonios entrados en años, con la larga vida a cuestas, ya
no cuentan esos malos recuerdos, como: ¡mi mujer ya no me mira, solo tiene ojos
para sus hijos!, sino que vemos reflejados en nuestros hijos, la vida de
dedicación, de amor vertido en ellos,
entonces las alegrías de lo logrado juntos, hacen vernos que la vida ha valido
y sigue valiendo la pena. Pocas alegrías son tan nobles como la compartida, en
el caso, la de juntos haber creado una familia, con todos los defectos que se
quieran, recordando que los humanos si no somos sino imperfectos, también somos
perfectibles. Una buena y muy sabia definición del matrimonio es: DOS PERSONAS
IMPERFECTAS BUSCANDO VIVIR EN ARMONÍA.
131 - 149 .- CASARSE POR AMOR. A los jóvenes quiere decir el Santo Padre
que el unirse en matrimonio es la expresión mas clara del abandono del nido
materno, es la decisión mas libre de cuantas puedan darse, es el abandono de
otros caminos para emprender el propio, juntos con valentía y con confianza en
el otro en si y en la unión entre ambos, es el desafío social, el dar la cara a
las dificultades propias de la vida, juntos, con decisión, la familia perfecta
como las presenta Hollywood, no existe, la familia feliz buena, sólida es la
que se sobrepone y resuelve las dificultades, con lucha, sacrificio, negándose
a sí mismos muchas cosas los cónyuges, se madura viviendo las imperfecciones,
eludiendo las que se pueden eludir, evitando en el hogar el consumismo,
enseñando el orden, siendo felices aún dentro de la precariedad,
El consumo desordenado, la dependencia de las modas, son falacias, y el
control esmerado en los gastos es una realidad formativa, sana. Con los
pequeños no debemos de tener prisas, debemos escuchar todo lo que tienen que
decir, darles tiempo de calidad, no fingiendo sino dándoles la oportunidad de
que se expresen, de que vayan formando su propia autonomía, y nosotros como
padres debemos tener que comunicarles a nuestros hijos, a cada uno lo que le es
mas adecuado.
El amor matrimonial logra la felicidad y el progreso en la familia, y esto
es bueno para la sociedad, es un servicio a la vida común, Dios quiere nuestra
felicidad en esta vida, pero no la del animal sano que predicó San Josemaría,
sino la felicidad que surge de dentro del ser y se derrama sobre los demás.
EROTISMO EN EL MATRIMONIO, experimentar la emoción, sentir la atracción
pasional, no es pecaminoso ni reprochable, lo que puede ser bueno o malo es el
acto que se realice desprendido de esa pasión, por lo tanto debemos procurar
que de nosotros no se desprenda el acto egoísta, esclavisante del cónyuge, sino
el que combina la comunicación amorosa y espiritual. No se debe confundir una
gran necesidad de ser amado con una gran capacidad de amar, esos son
sentimientos que pueden ocultar egocentrismo. Dios nos ha hecho un gran regalo
con la sexualidad, a Juan Pablo II debemos el párrafo a continuación, el cual
comenta el Papa Francisco:
” A
quienes temen que en la educación de las pasiones y de la sexualidad se
perjudique la espontaneidad del amor sexuado, san Juan Pablo II les respondía
que el ser humano «está llamado a la plena y madura espontaneidad de las
relaciones», que «es el fruto gradual del discernimiento de los impulsos del
propio corazón”.
La necesidad
sexual de los esposos, nunca ha sido objeto de crítica o menosprecio por parte
de la Iglesia, lo que esta enseña es el uso adecuado de las relaciones
sexuales, acorde a la doctrina de Jesucristo, que sepamos y seamos coherentes
con lo que es, y no confundamos los instintos con las realidades humano corpóreas
del ser.
150-157 San Juan
Pablo II, rechazó que la Iglesia lleve a una negación del valor del sexo
humano, y añade que la necesidad sexual de los esposos no es objeto de
menosprecio. Todo ser humano debe
aprender con perseverancia los significados del cuerpo y la auténtica dignidad
del don. La corporeidad sexuada no solo es fuente de la vida, sino que tiene la
capacidad de expresión de amor esponsalicio, incluso en su erotismo ordenado,
que en este contexto aparece. Por lo que, afirma, que es don que aparece en la
sublimación del amor, admirado en la dignidad del otro.
En este mismo contexto podemos caer en la despersonalización
sin visión positiva, y aun caer en patologías como la del descarte: Usa y tira,
manipulación, prepotencia, abuso.
No está por demás recordar que la sexualidad dentro del
matrimonio puede convertirse en manipulación y fuente de sufrimiento.
(COSIFICACION). Que deja de ser acto de amor. Se convierte en imposición. No
confundir lo que se nos dice en Efesios, …..la mujer debe de star sujeta…. lo
que sería imposición.
Lo que debe imperar es la dignidad humana, la manera de amar
al cónyuge que busca equilibrio, que no abandona lo espiritual del amor humano.
158-164- La virginidad es un valor, una entrega, una forma de
amar. No la debemos de considerar ni superior, ni inferior al estado
matrimonial, ambos tienen su propio don de Dios, cada uno en su sentido puede
perfeccionarse o no en sus respectivos puntos de vista, son estados diferentes mas
no opuestos.
El celibato corre el peligro de convertirse en una situación
de comodidad, que evita responsabilidades, otorga una supuesta libertad, de tipo personal y
económico, siendo su valor equiparable a otros estados cuando se lleva por amor
a Dios, como entrega generosa al Reino de Dios.
165- - Acoger la nueva vida, los hijos, estos son
amados incluso antes de que lleguen, en el ámbito familiar son acogidos con
gran alegría, por los padres por supuesto y también por hermanos, abuelos, tíos
etc. La Iglesia les da la bienvenida cuando vienen a este mundo.
El embarazo es una época difícil, mas es una época
maravillosa, a los padres los ha acompañado Dios desde el mismo momento de la
concepción de una manera muy especial pues se trata de la más maravillosa
colaboración en la que el Creador hace de la nada un alma inmortal nueva,
irrepetible, la CREACIÓN CONTINÚA EN LA GENERACIÓN DE UN NUEVO SER. Ser padres
es la experiencia mayor del ser humano, precisamente por esa obra conjunta
divina y humana,
Los recién nacidos, empiezan a recibir con los cuidados y la
alimentación la maravilla del amor paterno-maternal, y en ellos empieza a
desarrollarse el amor filial, y se sublima el amor conyugal, que experiencia
mas bella la de conjuntamente participar la familia con Dios en ese binomio
inseparable de la generación y educación de la prole. Es la belleza de la vida
en todo su esplendor.
La ternura, el amparo, la compasión de los padres ayudan a ir
despertando en el bebé la confianza, empieza a experimentar en el mundo, a
conocerlo, desarrolla su autoestima, y va percibiendo los límites de la
realidad. Define su sexo, se da perfecta cuenta de la DIFERENCIA DE GÉNEROS,
conforme crece.
Los problemas que se generan en los contextos presentes son
de la ausencia del padre, por razones de emprese-trabajo-necesidades
económicas, cuando bien, pues puede haber otras razones de ausencia,
“adicciones diversas”.
La presencia masculina es indispensable tanto para las niñas
como para los varoncitos, en juegos, en preocupaciones , en angustias, en
dudas, en necesidades de amor y comunicación. El matrimonio no es solo para la
procreación, es para la complementación del ser humano, en esa vocación
hogareña, pero los hijos son también complemento, de allí que las leyes de
adopción son tan importantes, y sustento es el padre y la madre, no dos
iguales. En la adopción se suple la infecundidad y a veces se complementa a la
familia fecunde, “maravilla de amor humano”.
El ejemplo de LA SAGRADA FAMILIA, ¿no es este el hijo de
María, ¿ no es el hijo de José el carpintero? Nos habla de la familia NORMAL,
huyamos de las familias raras, seamos normales, que nuestros hijos vayan a escuelas
normales, que sean comunes y corrientes, que ya con el tiempo florecerán sus
talentos.
199-258 En este Capítulo el Papa aborda orientaciones
para construir familias sólidas, fecundas, que son no solo objeto sino sujeto
de evangelización y se queja de la falta de preparación adecuada en muchos de
los ministros ordenados, aconsejando que se incluya en su formación la cuestión
familiar.
En cuanto a los novios aconseja el que se les guíe en su
preparación para el matrimonio, así como en los primeros años de la vida
matrimonial.
Otra perspectiva de la pastoral familiar nos habla de las
personas abandonadas, separadas, divorciadas, poniendo en relieve el
sufrimiento de los hijos. Siendo la pastoral una que ayude a prevenir y mas
bien, fortalecer los vínculos, en
especial el del amor.
Toca después las situaciones de los matrimonios mixtos, y los
casos en que se dan dentro de la familia casos con tendencias homosexuales.
CAPÍTULO SEPTIMO: 259-290, aquí toca lo relacionado a la
educación de los hijos, su formación en la ética, la educación sexual, y la
transmisión de la fe.
Le da importancia a le maduración en la libertad de los
hijos, sin la obsesión de controlar todos sus movimientos, mas bien se debe
cultivar su auténtica autonomía, y muy particular atención le presta a la
educación sexual, que fuera de casa o la banaliza o le da una importancia por
encima de la que realmente debe tener. Debe enseñarse en el cuadro del amor, de
la recíproca donación. En cuanto a la expresión “sexo seguro” la considera una
cosa negativa en cuanto va en contra de la finalidad procreativa natural que
cierra las puertas de la vida, viendo e esta como un enemigo del que hay que
protegerse.
CAPITULO OCTAVO:291-312, este es el mas controvertido de toda
esta pastoral del papa y de los sínodos, aún antes de que estos comenzaran,
pues es un tema candente que involucra muchos aspectos pero sobre todos ellos
los doctrina de Jesucristo. Es una invitación a la MISERICORDIA y al
DISCERNIMIENTO, este último es un término que toma relevancia al afrontar las
situaciones.
Estas situaciones consisten en las analogías que se dan en
matrimonios que no son el ideal de la doctrina cristiana. No es posible
desconocer totalmente dichas analogías, pero por encima de ellas debe prevalecer
la Doctrina de Nuestro Señor Jesucristo, en ellas se dan complejas
irregularidades de diferentes grados, pero no se debe de dejar de considerar
las similitudes, que muchas veces contienen elementos constructivos.
Los divorciados que han realizado una nueva unión, cada caso
es diferente, y en su fuero interno sufren y viven a causa de su condición. Se
trata de integrar a cada uno a la comunidad eclesial para que se sientan objeto
de la Misericordia, que como sabemos es incondicional, inmerecida y gratuita,
por lo que hay que considerarlos sujetos de un adecuado discernimiento personal
y pastoral. Que no se sientan excomulgados sino que puedan vivir y madurar como
miembros vivos de la Iglesia. Esta integración es también muy importante para la
educación cristiana de sus hijos, los cuales deben ser considerados los mas
importantes.
No es una propuesta romántica o una respuesta
débil ante el amor de Dios, que siempre quiere promover a las personas, ya que
« la misericordia es la viga maestra que sostiene la vida de la Iglesia. Todo
en su acción pastoral debería estar revestido por la ternura con la que se
dirige a los creyentes; nada en su anuncio y en su testimonio hacia el mundo
puede carecer de misericordia ».361 Es verdad que a veces « nos comportamos
como controladores de la gracia y no como facilitadores. Pero la Iglesia no es
una aduana, es la casa paterna donde hay lugar para cada uno con su vida a
cuestas »
La ternura nos complica la vida maravillosamente. La Iglesia nos trata
con ternura, y con ternura debemos tratar a los demás. Creo que es difícil
encontrar un matrimonio donde no se haya dado la ternura, que se haya
desvanecido, es muy posible, pero la hubo, y a ella tendremos que recurrir y de
lo que de ella quede, se reavivará el fuego, nuevamente nos encontramos con la
vieja historia humana, donde lo propio es caer, pero siempre hay que recuperarse
de la caída, en ello se basa el cristiano, pues todos somos pecadores.
Papa
Francisco. Foto: Daniel Ibáñez / ACI Prensa.
VATICANO,
13 Sep. 16 / 09:16 am (ACI).- L’Osservatore Romano, el diario del
Vaticano, publicó un artículo sobre una reciente carta del Papa Francisco a los
obispos de la región pastoral de Buenos Aires en Argentina. La misiva, explicó
el periódico, respondía a unos “criterios básicos” propuestos por los prelados
para el acompañamiento pastoral de los divorciados en nueva unión, en base a la
exhortación apostólica Amoris Laetitia.
Los
obispos de la región pastoral de Buenos Aires elaboraron un escrito, dirigido a
sus sacerdotes, titulado “Criterios básicos para la aplicación del capítulo VIII de
Amoris Laetitia”. El documento busca “acordar algunos criterios
mínimos” sobre “el posible acceso a los sacramentos
de algunos ‘divorciados en nueva unión’”.
La
guía de los obispos bonaerenses fue remitida al Papa Francisco, quien aseguró
que el documento “es muy bueno y explicita cabalmente el sentido del
capítulo VIII de Amoris Laetitia”.
“No
hay otras interpretaciones”, aseguró el Santo Padre, expresando su
confianza en que la guía “hará mucho bien”.
En
su documento, los obispos precisaron que “no conviene hablar de ‘permisos’ para
acceder a los sacramentos, sino de un proceso de discernimiento acompañado por
un pastor”.
“Este
camino no acaba necesariamente en los sacramentos, sino que puede
orientarse a otras formas de integrarse más en la vida
de la Iglesia: una mayor presencia en la comunidad, la
participación en grupos de oración o reflexión, el compromiso en diversos
servicios eclesiales, etc.”, precisaron.
La
guía dirigida a los sacerdotes de Buenos Aires indica además que “cuando las
circunstancias concretas de una pareja lo hagan factible, especialmente cuando
ambos sean cristianos con un camino de fe, se puede proponer el empeño de
vivir en continencia”.
“Si
se llega a reconocer que, en un caso concreto, hay limitaciones que atenúan la
responsabilidad y la culpabilidad, particularmente cuando una persona considere
que caería en una ulterior falta dañando a los hijos de la nueva unión, Amoris
Laetitia abre la posibilidad del acceso a los sacramentos de la
Reconciliación y la Eucaristía. Estos a su vez disponen a la persona a seguir
madurando y creciendo con la fuerza de la gracia”.
Sin
embargo, advirtieron los obispos, “hay que evitar entender esta posibilidad
como un acceso irrestricto a los sacramentos, o como si cualquier situación
lo justificara. Lo que se propone es un discernimiento que distinga
adecuadamente cada caso”.
El
documento explica a los sacerdotes que “puede ser conveniente que un eventual
acceso a los sacramentos se realice de manera reservada, sobre todo
cuando se prevean situaciones conflictivas”.
“Pero
al mismo tiempo no hay que dejar de acompañar a la comunidad para que crezca en
un espíritu de comprensión y de acogida, sin que ello implique crear
confusiones en la enseñanza de la Iglesia acerca del matrimonio
indisoluble”, señalaron los obispos de Buenos Aires.
No hay que mal interpretar este documento de los CRITERIOS BÁSICOS, que
los obispos de Argentina realizaron, especialmente en relación a los casos de PROCESO
DE DISCERNIMIENTO, pues hay quien ha pensado en la posibilidad de excepciones a
la Doctrina Católica, no hay tal. La doctrina no hace excepciones, la doctrina
se aplica como siempre, es la misma, real y sustancialmente que desde antiguo.
CAPÍTULO NOVENO.-313- La espiritualidad tiene diversos matices según
donde se viva, y el matrimonio no es excepción, el Concilio Vaticano Segundo
nos enseña que los laicos la podemos vivir en el matrimonio, y en la vida
familiar de una manera muy especial, llevando la intercomunicación, la
interdependencia, las relaciones todas, las verticales y las horizontales, de
manera santificable, la inhabitación trinitaria se da dentro de la familia.
El hogar y la familia son las mas
ideales maneras de vida del ser humano en cualquier edad, es escuela de los
menores es el mejor hospital cuando alguien enferma, es el mejor asilo en la
vejez, a imitación de Jesús, en el seno familiar se debe mirar por las
necesidades del otro y atenderlas, ningún abrigo es mas amable que el que el
amor familiar otorga en su seno a todos en la familia, es una pena que esto en
lugar de entenderse, y procurarse, se ataque, ninguna hospitalidad es superior
a la de la familia. Y este ambiente de amor de fraternidad, de caridad, debe
salir a la calle y ayudar al pobre y necesitado, porque siendo la célula de la
sociedad, no debe ser tan solo su dedicación a lo interno, se debe ocupar de la
ayuda caritativa.
Pero las familias deben de madurar en busca de perfeccionarse, aunque
nunca llegarán a la perfección absoluta que solo se alcanza en el reino celestial,
su fraternidad, amor, oportunidad de desarrollo, se irán logrando con esfuerzo
compartido, interrelación, intercomunicación y experiencias. TERMINAMOS CON LA
ORACIÓN QUE TERMINA LA EXHORTACIÓN.
Oración a la Sagrada
Familia
Jesús, María y José
en vosotros contemplamos
el esplendor del verdadero amor,
a vosotros, confiados, nos dirigimos.
en vosotros contemplamos
el esplendor del verdadero amor,
a vosotros, confiados, nos dirigimos.
Santa Familia de Nazaret,
haz también de nuestras familias
lugar de comunión y cenáculo de oración,
auténticas escuelas del Evangelio
y pequeñas iglesias domésticas.
haz también de nuestras familias
lugar de comunión y cenáculo de oración,
auténticas escuelas del Evangelio
y pequeñas iglesias domésticas.
Santa Familia de Nazaret,
que nunca más haya en las familias episodios
de violencia, de cerrazón y división;
que quien haya sido herido o escandalizado
sea pronto consolado y curado.
que nunca más haya en las familias episodios
de violencia, de cerrazón y división;
que quien haya sido herido o escandalizado
sea pronto consolado y curado.
Santa Familia de Nazaret,
haz tomar conciencia a todos
del carácter sagrado e inviolable de la familia,
de su belleza en el proyecto de Dios.
haz tomar conciencia a todos
del carácter sagrado e inviolable de la familia,
de su belleza en el proyecto de Dios.
Jesús, María y José,
escuchad, acoged nuestra súplica.
escuchad, acoged nuestra súplica.
Amén.
No hay comentarios:
Publicar un comentario