miércoles, 24 de julio de 2013

CONOCER MAS A LA SANTÍSIMA VIRGEN MARÍA.
Cuando el hombre se pone delante de Dios, lo que debe de sucedernos con la mayor frecuencia, la relación obligada a examinarse es la de:   “ Creador – criatura “  es allí donde debemos de meditar sobre la inconmensurable grandeza del Señor y nuestra pequeñez, y en esa relación de amor del Creador por sus criaturas humanas, al grado de no solo habernos creado a su imagen y semejanza, sino el habernos situado en la más alta cúspide de toda la creación, con el objeto de que la cuidemos, la protejamos y nos sirvamos respetuosamente de ella, y lo más importante que,  en su amor por nosotros, perfectísimo en tanto que proviene del propio Dios, nos ofrece a su hijo hecho hombre para que sufra por nosotros y nos pueda ser lavada la culpa original, se nos abran las puertas del Cielo, se nos otorgue la filiación divina,  nos adopta como hijos suyos, lo que es lucrado por Jesucristo Nuestro Señor como parte de su Pasión Redentora. ¡somos hijos de Dios!  -sus amadísimos hijos adoptados. Para que nuestra cercanía a Jesucristo sea mayor, importante es,  que sepamos, y meditemos más sobre su madre y madre nuestra, la Virgen Santísima.

Como no aprender a amar más a Dios si Él nos ama desde la eternidad, esto nos lleva al tema de las criaturas, todas amadas de Dios, pues no hay otra razón en el mundo que la obra creadora del Señor, hecha por amor y lo primero y de mayor importancia del tema es la criatura más perfecta de toda la Creación, y Ella es la Santísima Madre de Dios, la Virgen María.  No puede haber criatura más grande, más santa, más importante que ella, pues su designio es el de ser la portadora en tanto madre de la Segunda Persona de la Santísima Trinidad en su venida a este mundo al hacerse hombre como nosotros, (excepto en su perfectísima santidad y ausencia absoluta de pecado),   lo que lleva a cabo para ofrecer la salvación de todos los miembros del género humano. No deberíamos poder salir de nuestro asombro, la Madre de Dios Hijo hecho hombre.

Nuestro Señor tenía desde siempre escogida por sus perfecciones humanas a esa doncella de sangre real, que le amaba y cumplía con las leyes que nos había dado a través de Moisés y los profetas, que se consideraba en su humildad adquirida esclava del Señor, y no vivía sino para cumplir su voluntad. Nunca nos cesará la Iglesia de predicar el amor que debemos tener por la Virgen, la veneración que le debemos, las prácticas piadosas que existen en relación a como la venera la Santa Madre Iglesia, y que debemos practicar devotamente  en relación a Ella, lo que señala el interés que debemos de tener por conocerla mejor y por entender más a fondo las grandiosas singularidades de que es dueña,  entre las cuales resalta la de su intercesión por nosotros frente al Señor, Ella es OMNIPOTENCIA INTERCESORA, nadie es más cercana a la Santísima Trinidad que Ella, Reina del Universo, de los Cielos y la Tierra, y en tanto madre de Jesucristo, nuestro salvador y redentor, corredentora, y mediadora de todos los bienes que recibimos, siendo el mejor camino para llegar a su hijo, Jesucristo. Por lo que en esta ocasión y para irla tratando más y para algunos el conocerla mejor, estoy proponiendo que hagamos  esta meditación de los Dogmas Marianos.

DOGMA DE LA MATERNIDAD DE DIOS.
El primero que contemplamos es el de su Divina Maternidad,  lo que ha sido definido después de haber estado en la Santa Tradición  desde los Apóstoles,  que fueron testigos presenciales, que la trataron, que estuvieron bajo su esplendorosa presencia después de la muerte de su hijo y hasta Pentecostés. Esta definición se da en el Concilio de Éfeso en el año 431, y posteriormente en la Constitución Dogmática “LUMEN GENTIUM” se asienta que la Santísima Virgen ha sido venerada como Madre de Dios Hijo, desde la antigüedad.  Esta absoluta verdad consiste simplemente en que la Virgen María es madre de Jesucristo y este es verdadero Dios y verdadero hombre, dos naturalezas, la divina y la humana en una sola persona, el Hijo de Dios hecho hombre, lo que los teólogos llaman: Unión Hipostática. Es por ello que desde tiempos muy remotos la devoción popular ha recurrido a suplicar su intersesión . Si no hemos caído en la pérdida de la capacidad de asombro, aquí nuestra admiración por Ella debe de ser muy grande, pues al recordar el “SERVIAM” que es la expresión que usó para contestar al arcángel Gabriel, dando su aceptación de ser la madre del Mesías, en esa escena gratísima para la Iglesia y su historia en la que después de recibir el saludo del arcángel Gabriel, es informada de la misión que le aguarda, cuestión que consiste en la entrega  de si misma más grande que puede tenerse, por tratarse de un compromiso una responsabilidad asumidos existencialmente  para el resto de su vida, ambas cuestiones que en la grandeza de su corazón, acepta siendo perfecta conocedora del gran compromiso y tarea altísima , que aceptaba en ese instante y que la comprometía de por vida y por entero, desde ese instante en adelante hasta el fin de sus días. Este momento histórico en el que se empieza a gestar el mayor acontecimiento que la familia humana ha tenido y tendrá hasta el fin de los tiempos, el de la venida a este mundo de la segunda persona de la Santísima Trinidad hecho hombre para iniciar la Economía de nuestra Salvación.

DOGMA DE LA INMACULADA CONCEPCIÓN.
Este hecho único y de tal relevancia que no admite comparación es el DOGMA que establece el que haya sido preservada del Pecado Original, el que por haber sido cometido por nuestros primeros padres y que nos lo heredan a toda la familia humana, pues de ellos descendemos, Ella por especialísimo privilegio es concebida sin esta herencia, única criatura humana que goza de este extraordinario privilegio siendo que es de toda lógica el comprenderlo, pues como iba a ser concebido Jesús en las entrañas de la que tuviera una mancha hereditaria.  Recordemos que dicho pecado se borra con el Sacramento del Bautismo y este aún no existía pues fue el propio Jesucristo quien lo fundará en su vida adulta. A su vez como iba a ser posible que se diera la transmisión hereditaria de la Madre del Salvador al propio hijo,  Dios Redentor del Mundo.
La proclamación del Dogma  nos es dado por el Papa Pio IX el 8 de Diciembre de 1854, día en que conmemoramos precisamente a la advocación de la INMACULADA CONCEPCIÓN en todo el mundo.
DOGMA DE LA PERPETUA VIRGINIDAD DE LA SANTÍSIMA VIRGEN.
Ya el Antiguo Testamento nos lo profetizó en palabras de Isaías y de Miqueas, cientos de años antes de que se dieran los sucesos (Is.7,14; Miq. 5,2-3). Como importantísima parte de la economía de la salvación tenemos en el hecho de la anunciación en el que el arcángel San Gabriel le comunica y le deja claro, ante la pregunta de  la Virgen, que el Espíritu Santo bajará sobre ella y la hará concebir sin asistencia de varón, al anunciarle que será la Madre del Mesías. Podemos deducir que el efecto que esto produciría en la Virgen fue enorme, pero no podemos saber a ciencia cierta todo su alcance,  podemos si deducir que Ella aquilató de inmediato el compromiso mayúsculo que esto suponía, pues era versada en las Escrituras, y sin duda conocía los profetas mencionados, esto en cuanto al Antiguo Testamento, en cuanto al nuevo al de su época y que proviene de personas que la conocieron y trataron tenemos a Mt.1 , 22-23.
 San Juan Damasceno que es reconocidísimo en la Santa Tradición y los escritos de los apóstoles en especial a las menciones sobre la Virgen, nos asegura que su virginal parto fue sin dolor, y que era por fuerza, de necesidad que se conservase intacto su cuerpo, no solo en su vida terrenal, sino hasta su entrada al cielo, pues había sido recinto del Salvador del Mundo. Como la luz atraviesa el cristal sin afectarlo así fue el alumbramiento inmaculado de Jesús, al darlo a luz la Santísima Virgen. Su parto fue sin dolor alguno, recordemos que el parir a los hijos, fue parte del castigo a nuestros primeros padres, pero la Virgen estuvo desde su concepción preservada del pecado original y de sus consecuencias.

DOGMA DE LA ASUNCIÓN DE NUESTRA SEÑORA.
Cuando El Señor tenía decidido que el destino,  la vida, de la Virgen en esta tierra debía de terminar, ello se llevó a cabo, no en la forma que nosotros los otros mortales. Su lugar en el Cielo le estaba esperando, estaba destinada desde la eternidad a estar con la Trinidad Santísima, en cuanto: Hija de Dios Padre,  Madre de Dios Hijo y Esposa de Dios Espíritu Santo, fue así que preservada de la corrupción, su vida terrenal llegó a su fin y Ella en el estado que llamamos de DORMICIÓN fue asunta por los ángeles a su glorioso destino eterno  al lado de su hijo, en cuerpo y alma. (Dormición de la Virgen o Tránsito  de María.) Donde sería coronada Reina del Cielo, de la Tierra y de todo el Universo. Y desde su trono junto al de su hijo está como intercesora nuestra, Ella es el mejor camino para llegar por Jesucristo vivo hecho hombre a  Dios Trino y Uno.

Jorge Casas y Sánchez.