viernes, 26 de octubre de 2012


LOS MISTERIOS DE LA LUZ, DEL SANTO ROSARIO.

El Beato Juan Pablo II, de tan feliz memoria, en su devoción a Nuestra Señora la Santísima Virgen, tuvo a bien añadir a los tradicionales quince misterios del Santo Rosario, oración mariana por exelencia, cinco misterios más a los que llamó acertadamente los Misterios de la Luz. En este Octubre, mes del Santo Rosario, me ha parecido oportuno referirme a estos, (nuevos relativamente ), misterios, que aún no son lo suficientemente conocidos y por lo tanto contemplados, que debieran serlo, a pesar de los años que ya han pasado desde su introducción al Santo Rosario. Tenemos por lo tanto ya cuatro grupos de cinco misterios cada uno, y ojalá que lleguemos a siete, uno para cada día de la semana.

La Virgen en sus apariciones nos ha pedido que ofrezcamos el Rosario, que lo recemos, y es que es dificil encontrar un acto de fe en materia de contemplación y de oración que se le compare, el Rosario (corona de rosas) que le ofrecemos a la Virgen, es una oración que va siguiendo pasos de la vida de Jesucristo, y de su madre santísima es a lo largo de las diez Avemarías que contemplamos cada uno de los misterios, es precisamente esta oportunidad de contemplar en toda su riqueza y esplendor los acontecimientos de la vida de Nuestro Señor Jesucristo y de la propia Virgen María, lo que hace que, en tanto oración, sea de un valor inigualable, nuestra propia vida y la de los demás nos está pidiendo a gritos que la piedad, el amor, la oración y la fe crezcan en la humanidad, siendo lo aconsejable que sea oracion del diario. El Santo Rosario es el mejor consejo que un cristiano puede recibir, y si este se reza en familia tanto mejor, recordemos que el propio Salvador nos dejó dicho que donde dos o más se reunen a orar Él está con ellos.

Estos cinco misterios de la Luz, son:

EL BAUTISMO DEL SEÑOR EN EL JORDÁN.
LA AUTO REVELACIÓN DEL SEÑOR EN LAS BODAS DE CANÁ.
EL ANUNCIO DEL REINO DE DIOS, INVITANDO A LA CONVERSIÓN.
LA TRANSFIGURACIÓN DEL SEÑOR-
LA INSTITUCIÓN DE LA EUCARISTÍA.

A manera de sugerencia propongo algunos de los aspectos que se pueden llevar a meditación los cuales son correspondientes a cada misterio, lo que es solo una sugerencia de los muchas maneras de contemplarlos, y que no se debe de tomar en forma limitativa. Cada cristiano encontrará diversos aspectos adicionales a ser meditados.

EL BAUTISMO DEL SEÑOR EN EL JORDÁN, resalta la importancia de que la Trinidad Santísima se manifiesta: Se abren los cielos y se escucha la voz del PADRE. En forma de paloma El ESPÍRITU SANTO se posa sobre la nobilísima cabeza de JESUCRISTO, quien ha insistido en ser bautizado por San Juan. El propio San Juán Bautista, primer profeta del Nuevo Testamento, anuncia la venida del CORDERO DE DIOS, que quita los pecados del mundo, es la ocasión del inicio de las actividades de Jesucristo, frente a toda la humanidad, empezando por formar su cuerpo apostólico, lo que habrá comenzado con una larga oración y ayuno en el desierto, durante cuarenta días, al final de los cuales será tentado po el demonio.

LA AUTOREVELACIÓN DEL SEÑOR EN LAS BODAS DE CANÁ. La belleza de las escenas de las Bodas de Caná, es simplemente arrebatadora y se presta para muchos aspectos de meditación, vemos en esta ocasión a Jesucristo acompañado quizás de sus primeros discípulos (apóstoles) a quienes se les ha convidado a la boda, estarán no en las mesas principales, sino que se habrán acomodado a instancias de Jesús en un lugar no sobresaliente, les vemos calmados, cumpliendo con lo propio de los invitados, y a la Santísima Virgen la imaginamos atareada ayudando a los padres y demás familiares del novio en la atención de los múltiples invitados, que la ocasión requería, ejerciendo ayuda para el apropiado lucimiento y atención a los cansados viajeros que al aceptar la invitación han venido, algunos de tierras lejanas, y necesitan de descanso y restauración de fuerzas, de allí la importancia de contar con vino para acompañar el refrigerio que estarían ofreciéndoles, la Virgen en su ajetreo de ayuda nota que se les está terminando el vino, y busca la solución a través de su hijo, si ella esperaba un milagro, no lo sabemos, parece que si, por el hecho de decirles, no a su hijo y a sus acompañantes, ya que conjuntamente podrían haber ido a comprar unas garrafas, sino al personal que atendía bajo las órdenes de un maestresala, a quieres ordenará la virgen “hagan lo que Él les diga”. Y Jesús realiza su primer milagro, mostrando elamoroso respeto a su madre, su gloria y su poder.

EL ANUNCIO DEL REINO DE DIOS INVITANDO A LA CONVERSIÓN.
En este misterio podemos contemplar a nuestro Señor Jesucristo dando comienzo a su cometido, de anunciar que ya el hijo de Dios está entre nosotros y trae de Dios Padre la encomienda de aquello que este quiere revelarnos a los hombres. Lo podemos contemplar en sus primeras visitas a las sinagogas, en sus reuniones privadas con sus primeros apóstoles, en su disertar con parábolas en diversos lugares, enseñando con su ejemplo a orar, a hacer el bién, amando a los demás, sintiendo compasión de los enfermos a quienes cura.

LA TRANSFIGURACIÓN DEL SEÑOR. Aquí lo contemplamos con sus tres discípulos mas cercanos a quienes pedirá que no comenten el acontecimiento con los demás, hasta después de su resurección. Les muestra anticipadamente su gloria para afirmar su fe, y para prepararlos para futuros acontecimientos. Los teólogos ven en la nube la presencia del Espíritu Santo, por lo que la Trinidad está presente.

LA INSTITUCIÓN DE LA EUCARISTÍA, muchos son los aspectos propios de contemplación, que se nos presentan el la Última Cena, entre los que destaca por su grandeza, por su trascendencia, por su importancia, la institución del Sacramento Eucarístico. Jesucristo en la perfección de su amor por todos nosotros ha querido quedarse para que por virtud de su presencia en las especies consagradas, podamos morar sacramentalmente en Él, además de recibir la Gracia Santificante, propia del Sacramento. Es el propio Jesús con toda su divinidad, con toda su humanidad, que en ejercicio de la perfección de su amor, es pan bajado del cielo que se nos da como alimento espiritual, y que por virtud de su presencia en las formas consagradas, viene a nosotros en la Comunión de los Santos. Para dar mayor santidad a la institución del Sacramento Eucarístico, en esta solemnísima ocasión instituye ta,mbién el Sacramento del örden Sacerdotal, al mandar a sus apóstoles que lleven a cabo ello en conmemoración suya.

Es así como gracias al beato Juan Pablo II podemos ofrecer los Jueves de cada semana a la Santísima Virgen estos maravillosos Misterios Luminosos, en el rezo del Santo Rosario

Jorge Casas y Sánchez.



miércoles, 24 de octubre de 2012


BREVE CURSO DE FILOSOFÍA CRISTIANA. XIII.

Vemos nacer la filosofía cristiana desde los Padres Apostólicos, fueron estos los primeros escritores después de los apóstoles, tuvo un principio relativamente modesto, San Pablo nos dice: en Cor 2 “fijaos hermanos, que entre vosotros los elegidos, no hay muchos sabios según la carne, ni muchos poderosos, ni muchos nobles” la Iglesia de Jesucristo empieza con los pobres y humildes, pero a partir de la segunda mitad del siglo II, su crecimiento incluirá mentes de gran altura, cuyos escritos tienen explicaciones doctrinales que en nuestros días conservan su valor doctrinal por supuesto, ya que la doctrina de Jeaucristoes inmutable, y desde su principio es y será la misma, pero su valor filosófico, es notablemente valioso, aún en nuestros días, as disquisiciones que algunos de los Padres Apostólicos aportaron tienen un valor insuperable por su perfección. Tenemos que considerar que la cultura grecoromana de esa época era el entorno en el que el cristianismo se tenía que dar a conocer, la filosofía estaba de moda, el acetismo y sus reglas eran seguidas con entusiasmo, muchos buscaban las soluciones a los problemas humanos, y acudían a las diferentes escuelas, los platonistas, los peripatéticos, los neopitagóricos, eran las mas prestigiadas.

La predicación apostólica se tuvo que ayudar de la filosofía para poder llegar a los intelectuales de la época, y entre los conversos empezaron a destacar mentes privilegiadas, hacia el año 120 de nuestra era, surge una nueva forma de literatura cristiana que va mas allá de la catequesis que hasta entonces se llevaba a cabo para convertirse en una catequesis apologética. Desgraciadamente se han perdido muchísimos de los escritos apologéticos de la época, pero los que se conservaron son verdaderas muestras de santidad y de sabiduria entre estos se ha encontrado en pleno siglo XIX, la apología de Arístides, personaje desconocido que se autonombraba “filósofo ateniense”, que habla de la enorme superioridad de la noción de Dios de los Cristianos, que tiene una nobleza, una altura y pureza diáfana, de la que carecen las nociones que los judíos, griegos, romanos, y bárbaros tenían y como segundo tema hace apología de la belleza de la práctica de la religión de Jesucristo, que se destaca por su superioridad sobre cualquier otro culto. Eran temas como este los que se usaron por los apologistas para demostrar la belleza y verdad del cristianismo en medio de las ideas que reinaban en el culto pero confuso y equivocado ambiente intelectual. En pocos años después aparecerá entre otros un genio sobresaliente, San Justino, quizás el mas conocido y célebre de los apologistas, quiendespues de haber estado influido por el estoicismo y el platonismo, leé la Biblia y se convierte, siendo su objetivo a partir de su conversión el lograr que se reconciliara la Doctrina Cristiana con la cultura griega,o sea lo que le había sucedido a él.

No fué nada fácil la tarea de los apologistas, que entre otras cuestiones tenían que desenmascarar los tremendos errores de las religiones griega, orientales e incluso el judaismo, asegurando que las formas que tenían de adorar a Dios eran erroneas, que su moral era mala y que la única buena era la cristiana, estos eran temas candentes, que no se aceptaban facilmente, sin embago las conversiones se iban dando, y penetraba poco a poco el cristianismo a pesar de que fueron martirizados algunos de ellos , entre los que San Justino se cuenta, quien fué decapitado por Marco Aurelio Antonino, por negarse a rendir pleitesía a sus ídolos. Lo que pasaba era que la propuesta cristiana era todo un viraje, que procedía de una religión nueva y pequeña en número que ante religiones muy antiguas y con multitud de seguidores al presentar poderosísimos argumentos y muy convincentes aunque nueva y pequeña era mucho mas grande en su contenido, y como no iba esto a ser así si procedía de la Revelación Divina, lo que la llevaba no a un conjunto de conocimientos que ayudaran a la predicación, sino que por su perfección implícita, y contenido de verdad, unido a la apologética de estos monumentales Padres de la Iglesia, consiguieron una forma de explicar el contenido de la Revelación Cristiana a través de su filosofía que tantos frutos ha dado a la Iglesia. Jorge Casas y Sanchez.

sábado, 6 de octubre de 2012

EL PECADO Y EL ESTADO DENUESTRA CONCIENCIA


EL PECADO Y EL ESTADO DE NUESTRA CONCIENCIA.

Sabido es que el pecado es esa transgreción que hacemos en contra de lo que nos indica la voluntad de Dios. Como sabemos, hay pecados graves a los que llamamos “mortales” y pecados veniales, en primer término vamos a tratar de aclarar cuales son unos y otros.

Son tres las condiciones que debemos de considerar respecto de los pecados, a saber:

CONOCIMIENTO, CONCIENCIA DEL COMETERLO Y GRAVEDAD DEL ACTO, veamos:

CONOCIMIENTO es el saber que el acto cometido es realmente una transgreción a la voluntad divina. Lo que conocemos por la información que tenemos gravada en nuestra conciencia, y esta se nos empieza a formar con el uso de razón, lo que se nos enseña desde el catecismo que recibimos en nuestra infancia, por los diez Mandamientos de la Ley de Dios, los Mandamientos de la Iglesia, y por lo que nos enseña la moral cristiana a través de la Tradición, lo que aprehendemos de nuestros padres, maestros, sacerdotes, directores espirituales, otros familiares o amigos, etc. Y que se gravan en nuestra conciencia, en lo que llamamos formación e información. Es en la misma conciencia donde conocemos el bien y el mal, ella nos indica lo que llevamos a cabo de acuerdo con la Divina Voluntad, y lo que es contrario a esta, en especial si cumplimos con la obligación moral de alimentarla debidamente, a través del Sacramento de la Confesión, del conocimiento de la Doctrina de Nuestro Señor Jesucristo, en especial a través de consultar el Catecismo de la Iglesia Católica, que la contiene.

CONCIENCIA DE COMETER EL ACTO PECAMINOSO, se refiere a que seamos concientes de que estamos consintiendo el dicho ilícito. Que nos encontremos concientes del acto en el momento de su cometido, pues hay actos que sabiendo que son pecaminosos los podemos cometer sin conciencia de ello, considerando que si hubiéramos tenido un instante de reflexión, no los hubiéramos llevado a cabo. O han escapado momentaneamente de nuestra memoria, pero esto puede generar dudas sobre todo en casos de repetición por lo que ante la duda es necesara la confesión antes de una consideración personal, y antes de comulgar.

GRAVEDAD DEL ACTO, aquí es la formación que hemos recibido la que nos lo indica, sabemos por ejemplo que no ir a misa los domingos es PECADO MORTAL, como lo es el cometer actos contra la pureza, ejemplo el adulterio, la masturbación, el consentir malos pensamientos. Así como el faltar el respeto a los progenitores, la mutilación , el homicidio que incluye el aborto, el microaborto. Entre los casados el uso de anticonceptivos o píldora del dia siguiente, los deseos desordenados de la mujer del prójimo, los latrocinios que perjudican a la víctima, el secuestro o formas diferentes de privación de la libertad, etc. El comulgar con conciencia de que se está en pecado mortal, aunque tenga uno el arrepentimiento y el propósito de enmienda, pues debe mediar la absolución que se nos otorga en el Sacramento de la Confesión y que nos regresa, en su caso, al Estado de Gracia. Debemos de comprender que la Comunión Eucarística, Sacramento enorme, solo se puede recibir estando en Gracia de Dios.

Veamos ahora en forma mas específica los pecados, Venial y Mortal.

PECADO VENIAL es aquel que no cuenta con las tres condiciones expuestas, sino solo una o dos, es también pecado venial aquel que, contando con las tres condicionantes, no conlleva gravedad en la falta cometida. Al pecado venial le tenemos que combatir y evitar el cometerlo, el hecho de que no nos lleve a perder el Estado de Gracia, de ninguna manera nos libra de la obligación de hacer todo lo posible por no cometerlo, aunque no se de la necesidad de confesarlos para estar en posibilidad de comulgar. Por supuesto se llevan al Sacramento de la Confesión.

PECADO MORTAL, es el que teniendo las tres condicionantes mencionadas, la tercera es de materia grave. En cuanto hallamos caido en él, perdemos el Estado de Gracia, y esto nos debe de llevar al confesionario a la mayor brevedad posible, mucho se ha recalcado que lo propio de las personas humanas es el levantarse después de haber caido, y el caer se debe a que nuestra naturaleza después del pecado de nuestros primeros padres quedó de tal manera lastimada, que a pesar de sernos perdonado el Pecado Original, dicha naturaleza ha quedado propensa a pecar. Que tenemos defensas que podemos usar en contra de esa inclinación, por supuesto que si, y Dios no permite que las tentaciones que sufrimos sean mayores a nuestra capacidad de de vencerlas, podemos, si, pero para ello necesitamos la formación de buenos cristianos, y por supuesto la Gracia Divina. Conviene que la lucha contra todo pecado se dé en todo cristiano y no condescender, mucho menos en las materias graves. Todo esfuerzo que llevemos a cabo será recompensado por Dios. Ante la duda de si un acto ha sido o no de gravedad mortal, nuestra obligación es salir de la duda antes de volver a comulgar, lo que mejor que nada podemos aclarar en el confesionario, o si tenemos direccipon espiritual, con ella o con él.

NUESTRA CONCIENCIA. Se trata de un saber práctico que está gravado en lo profundo de nuestros corazones, ello en forma general, o sea en todos los hombres cuerdos, de todas las razas, de todas las épocas, de todas las creencias, es un dictado que nos dice por ejemplo que no es bueno matar, o robar,
o maltratar al indefenso, que es bueno ayudar al que lo necesita, es por supuesto exclusivo de las personas humanas, si se nos pidiera una definición de la conciencia se podría dar esta:

“ JUICIO DE LA RAZÓN POR EL QUE CONOCEMOS LA CUALIDAD MORAL DE TODO ACTO CONCRETO QUE SE PIENSA HACER, SE ESTÁ HACIENDO O SE HA HECHO. ALLÍ PERCIBIMOS LAS PRESCRIPCIONES DIVINAS.

El los actos humanos se da la vinculación de la conciencia moral, la libertad y la verdad. Mientras los llamados “ actos del hombre ” pertenecen al ámbito en que no se dan estas características, como lo son el instinto, las necesidades fisiológicas, la necesidad de respirar, etc.

No basta hacer algo bueno, es necesario nuestro convencimiento de su bondad moral y formulación de nuestro dictamen, por lo que el hombre está obligado a seguir lo que le dicta su conciencia, y repito por enésima vez, nuestra conciencia tiene que estar debidamente formada, de otra manera podríamos cer en errores al hacer cosas que nuestra conciencia considera lícitas sin serlo en realidad. En Rom 14,1
“ todo lo que no se hace con buena conciencia es pecado.” y el Beato Juan Pablo II, nos dejó dicho,
“ el juicio de la conciencia tiene un carácter imperativo “.

Jorge Casas y Sánchez.